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Consumo
Aceite de oliva: el precio del oro líquido
Estos días estamos viendo multitud de noticias sobre el precio del aceite de oliva y, como hice cuando el supuesto desabastecimiento de pasta, aceite de girasol y maíz, expongo aquí algunos datos que es importante tener en cuenta y que nunca salen en las noticias.
De dónde venimos
El año pasado las altas temperaturas en primavera quemaron la flor, por lo que hubo menos aceituna, y este año las lluvias que se anuncian estos días llegan demasiado tarde (no en todos los casos) por lo que la aceituna no engorda.
Este es, por tanto, el segundo año consecutivo en el que la cosecha de aceitunas y la producción de aceite serán menores de “lo normal”.
Por otra parte, el precio del aceite de oliva se está disparando tal y como todo el mundo está viendo en los supermercados. Pero ¿ambas informaciones están relacionadas? Mi respuesta es no.
Ya está claro que llevamos 2 años produciendo menos aceite de “lo normal”. ¿Eso hace que el precio deba subir por haber (en teoría) menor oferta? No. Me explico.
Consumo
Sequía La fiebre del oro líquido: crisis histórica en el sector del aceite
Vamos con los datos oficiales de consumo
Según los últimos datos del Ministerio de Agricultura en su Informe Mensual de la Situación de Mercado del Sector del Aceite de Oliva y la Aceituna de Mesa de julio de 2023, el consumo interno de aceite de oliva la pasada campaña 2021/2022 fue de 594,6 millones de kilos.
Desagregando los datos obtenemos que durante el año 2022 el consumo dentro del hogar de aceites de oliva en España fue de 335,75 millones de kilos (322,32 millones de litros). Un 6,09% menos que en 2021.
Según la web especializada Oro del Desierto, fuera del hogar se consumen otros 190 millones de kilos (182,40 millones de litros). Destacan en primer lugar Hostelería, restauración y colectividades (94,43M), Industria de transformación (41,31M) seguida de Industria conservera (35,41M) y a continuación Repostería, panadería y pastelería (21,64M) contando con Otra industria de transformación como sectores como menor consumo de aceite de oliva con 3,93 millones de kilos.
El año pasado las altas temperaturas en primavera quemaron la flor, por lo que hubo menos aceituna, y este año las lluvias que se anuncian estos días llegan demasiado tarde (no en todos los casos) por lo que la aceituna no engorda
Veamos si la producción nacional cubre la demanda interna o es insuficiente.
Según el Ministerio de Agricultura la pasada campaña 2021/2022 fue muy buena, con una producción de 1,49 millones de toneladas de aceite. El consumo, como decía antes, estuvo en torno a los 594.600 toneladas y se exportaron nada más y nada menos que 1,08 millones de toneladas. Es decir, se vendió fuera de España casi el doble de lo que consumimos aquí. Casi nada.
La campaña 2022/2023 que ahora acaba, sin embargo, por las cuestiones que mencioné antes, se produjeron en España 663.300 toneladas de aceite (unos 636,7 millones de litros de aceite). Las previsiones de consumo para este año agrícola (hasta septiembre) escasamente llegarán a las 400.000 toneladas por lo que queda claro que la producción nacional cubre las necesidades de consumo interno a pesar de la sequía y el cambio climático.
¿Entonces por qué ese aumento de precios y esa supuesta escasez de aceite de oliva en nuestro país?
Si profundizamos en los datos que ofrece el Ministerio de Agricultura observamos que la campaña 2022/2023 produjimos 663.300 toneladas de aceite pero ¡hemos exportado 608.300 toneladas hasta julio de 2023! ¡Y aún quedan los datos de exportación durante agosto y septiembre!
¡Hemos exportado en 10 meses el 91,70% de toda la producción anual!
Esto es, claramente, el motivo que produce escasez y aumento de precios. El mercado mismo. El negocio puro y duro.
Y entonces ¿no hay aceite para el consumo nacional?
Las previsiones de consumo para este año agrícola (hasta septiembre) escasamente llegarán a las 400.000 toneladas por lo que queda claro que la producción nacional cubre las necesidades de consumo interno a pesar de la sequía y el cambio climático
Los datos del Ministerio dicen que a julio de 2023 hemos consumido 295.500 toneladas. Lo que “ha sobrado” entre lo producido y lo exportado este año es de 55.000 toneladas por lo que se recurre a importar aceite (comprar fuera) de otros países. A fecha de julio de 2023 hemos importado 168.900 toneladas de aceite.
Es el mercado, amigos. Vendemos fuera la mayor parte de lo producido y tenemos que recurrir a comprar aceite fuera de España.
¿Cómo acabará el año y empezará el que viene?
La previsión para esta campaña 2023/2024, según la Escuela Superior del Aceite de Oliva estará también en un abanico entre las 0,5 y 1 millón de toneladas de aceite. Podemos establecer de media, por tanto, unas 750.000 toneladas de aceite. Algo superior a la pasada campaña. Queda claro, una vez más, que no es la sequía la que genera escasez y encarecimiento del aceite de oliva sino la exportación de la mayoría de la producción nacional.
Para abundar más en el tema, con datos del Ministerio de Agricultura, a julio de 2023 tenemos unas existencias almacenadas de 383.000 toneladas de aceite: 150.500 toneladas en almazaras, 9.000 en Patrimonio y 223.600 en Envasadoras/Operadores.
¿Por qué no se liberan esas existencias para bajar los precios?
Es el mercado, amigos. Vendemos fuera la mayor parte de lo producido y tenemos que recurrir a comprar aceite fuera de España
Vamos con los costes de producción y los precios en origen y destino.
Según el último informe del Índice de Precios en Origen y Destino de los Alimentos (IPOD) de julio de 2023 publicado por COAG, el precio en origen, el que recibe el/a agricultor/a, del AOVE (aceite de oliva virgen extra) fue de 7,40 euros el kilo y 7,98 euros en destino. Lo que supone un aumento del 8% (1,08€) que parece razonable.
Veamos cuánto cuesta producir un litro de aceite.
La Unión mencionaba hace unos días que en Extremadura se estaban haciendo las operaciones de compra por 7.000 euros la tonelada de aceite, es decir, 7 euros el kilo. Esto equivale a un precio al/a agricultor/a de 1,10€- 1,20€ el kilo de aceituna según sea el rendimiento de la misma.
Si es verdad que nos solidarizamos con los/as agricultores/as y queremos que perciban un precio justo por su trabajo cabe preguntarse ¿es un precio justo pagar en origen 7€ el kilo de aceite?
Como muestra COAG con datos de 2022, los costes de producción varían mucho dependiendo del tipo de cultivo. De esta forma el coste de producción de un kilo de AOVE (Aceite de Oliva Virgen Extra) varía entre los 2,48 euros el kilo en olivar superintensivo, 5,37 euros en olivar tradicional mecanizable de riego, 9,49 euros en olivar tradicional mecanizable de secano y los 13,67 euros el kilo en olivar tradicional no mecanizable de secano.
Por tanto, a la hora de fijar los costes de producción en un valor medio, queda claro a quienes les pagan por debajo de coste y a quienes les pagan más incluso de lo que les cuesta producir el aceite.
Lo contaba muy bien Álvaro Areta hace unos días en Twitter:
“¿Te preocupa que el aceite de oliva se vaya a poner a 10€/l, como han venido señalando personas expertas en los últimos días?
Aquí algunas claves de quién se beneficiará de esta situación (y es más que probable que no seas tú).
Las personas que producen, mayoritariamente, no van a ganar más dinero: la cosecha será menor. Aunque vendan cara la aceituna, al no haber kilos, pueden no cubrir costes (que además han subido).
Quienes consumimos, tendremos que rascarnos el bolsillo (si podemos) para mantener nuestros hábitos actuales de consumo (y es más que probable que optemos por otros aceites para algunos usos).
“El mercado y las políticas empujan al sector a exportar y a la competitividad. En España se exporta el doble de lo consumido aquí y a mejor precio para el exportador. En situaciones como la actual, habría aceite de sobra para el mercado interno”
El mercado y las políticas empujan al sector a exportar y a la competitividad. En España se exporta el doble de lo consumido aquí y a mejor precio para el exportador. En situaciones como la actual, habría aceite de sobra para el mercado interno. Pierde el consumidor.
Pero también pierde el olivarero/a de secano, de zonas con pendiente o de costes menos ajustados, porque no puede competir con explotaciones más intensificadas e industrializadas.
Y son esas explotaciones las que ganan. Son pocas y en pocas manos, pero son grandes. Sólo hay un 8,5% de explotaciones de más de 50 ha. Están en regadío y con costes artificialmente bajos (generan impactos negativos no incluidos en el precio). Sólo el 5% es superintensivo.
El agua y las ayudas son recursos limitados y, cada vez más, escasos. Estas explotaciones industrializadas se benefician de ellos, perjudicando a las que tienen más dificultades para obtener rentabilidad del mercado.
Orientar nuestras producciones a la exportación sólo beneficia, en el largo plazo, a unos pocos. Y no son precisamente ni personas consumidoras, no olivareros/as de un modelo social de agricultura”.
¿Cómo abaratar el precio del aceite de oliva?
Mecanismos hay tantos como voluntad política haya. La intervención de los precios, por mucho que lo niegue el Ministro de Agricultura, se puede llevar a cabo de muchas formas. Por un lado, desincentivando con múltiples estrategias la exportación del aceite y por otro potenciando el consumo interno de la producción nacional.
Por otro lado, apoyando los sistemas productivos como el olivar de secano, de zonas de montaña etc para que los modelos agrícolas más sostenibles no tengan que vender por debajo de costes de producción.
Otra opción en auge que tenemos como consumidores/as, en caso de tener acceso a un olivar familiar, es hacer tu aceite a maquila o comprarla directamente en las cooperativas que hay en la mayoría de pueblos al menos del sur.
La intervención de los precios, por mucho que lo niegue el Ministro de Agricultura, se puede llevar a cabo de muchas formas. Por un lado, desincentivando con múltiples estrategias la exportación del aceite y por otro potenciando el consumo interno de la producción nacional
La Cooperativa de Marinaleda es un ejemplo a seguir de cómo producir alimentos equilibrando el beneficio económico con el beneficio social del pueblo y alrededores. Los precios te llamarán la atención. La botella de medio litro de AOVE a 3,10€ (6,20€/litro) o en caja de doce unidades a 6,10€ el litro. Con la caja de seis garrafas de dos litros sale a 6 euros el litro y con la de tres garrafas de cinco litros a 5,80 euros el litro.
Un gran ejemplo de que es posible evitar que la especulación y los márgenes que se quedan los intermediarios aumenten artificialmente el precio del oro líquido.
Espero haber dejado claro que la sequía (a veces camuflada en sobreexplotación de agua por parte del regadío) no es razón suficiente a día de hoy para que el AOVE esté por encima de los 10 euros el litro.
Hablemos de costes de producción, de modelo agrícola, de intermediarios, de especulación, de en manos de quién estamos dejando el campo, de apostar por el consumo nacional y de mirar menos al exterior.