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Salud mental
De la deprescripción de psicofármacos al refuerzo de plantillas: claves del Plan Nacional de Salud Mental

En siete años, el número de bajas laborales relacionadas con “trastornos mentales y de comportamiento” se ha duplicado. En 2023 se alcanzó la cifra récord de 600.000. Son datos recogidos por la Confederación de Salud Mental de España, que refieren a fuentes institucionales. Con este escenario, en el que la salud mental es la nueva epidemia, el Ministerio de Sanidad acaba de aprobar un nuevo Plan Nacional de Salud Mental 2025/2027 en el seno del Consejo Interterritorial, logrando dos hitos: de un lado, poner de acuerdo a todas las comunidades autónomas, también las gobernadas por el PP, y del otro, conseguir el beneplácito de organizaciones civiles y sociedades científicas, incluso alguna que otra que se opuso al primer borrador.
Salud mental
Salud mental Sanidad consigue que se apruebe el plan de salud mental que apuesta por la deprescripción de algunos fármacos
La Ministra de Sanidad, Mónica García, celebraba el acuerdo en rueda de prensa el pasado 4 de abril. Hablaba de un plan “ambicioso” que incide en tres aspectos: el alto consumo de psicofármacos, la falta de profesionales y la garantía de los derechos de las personas con sufrimiento psíquico. En concreto, el plan se divide en ocho líneas, para las que se han presupuestado un total de 39 millones de euros.
Belén González Callado, comisionada de Salud mental del Ministerio de Sanidad que ha coordinado la elaboración de este plan, en el que han participado tanto las comunidades autónomas como organizaciones civiles y profesionales, explica a El Salto que es un plan que se alinea con las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud y la tendencia internacional, que pretende transformar el modelo de salud mental para que se apoye en el derecho de los pacientes y su autonomía. Es, además, ambicioso en términos de consenso, explica: “Hay diversas perspectivas, propuestas encontradas, puntos de fricción importantes. Lo que se ha conseguido es que siendo un plan super arriesgado y que apuesta por cuestiones conflictivas hemos llegado a un consenso de todas las partes técnicas y políticas”, expresa.
La deprescripción de psicofármacos
De fondo, la polémica en torno a la deprescripción de psicofármacos, esto es, fomentar que las soluciones para la salud mental no pasen únicamente por la medicalización. En este sentido, la Sociedad Española de Psiquiatría decidió desvincularse del borrador inicial. Pedían la sustitución del término “deprescripción” por “uso racional de psicofármacos”. Finalmente, la propuesta aprobada acota la deprescripción a antidepresivos e hipnotizantes. “Yo soy psiquiatra, dentro de la propia psiquiatría existe el conflicto, hay muchas corrientes, hay algunas que se apoyan más en los psicofármacos y otras que combinan con otras alternativas terapéuticas”, explica González Callado, mientras reconoce que ha habido que ceder en ese aspecto y acotar los tipos de fármacos “pero nosotros seguimos manteniendo que hay que establecer herramientas para la retirada de cualquier psicofármaco y proporcionar guías a las y los profesionales para que cuando quieran hacer una retirada, lo hagan en condiciones”.
“Nosotros seguimos manteniendo que hay que establecer herramientas para la retirada de cualquier psicofármaco y proporcionar guías a las y los profesionales para ello”, Belén González Callado, comisionada de Salud Mental
González Callado explica que para la deprescripción hay que tener en cuenta aspectos como el momento vital en el que se encuentra la persona, que cuente con apoyos, que sea un momento estable, evitando así un posible efecto retirada que pueda ocasionar síntomas de abstinencia.
Todo ello en un contexto en el que el uso de psicofármacos se ha disparado: España es el país con un mayor consumo de ansiolíticos hipnóticos, “que se ha vuelto preocupante en los chavales jóvenes”, avisaba la ministra, Mónica García. Y también entre las mujeres, quienes consumen el doble de antidepresivos, ansiolíticos e hipnóticos que los hombres (entre 1,5 y 3 veces más) en dosis diaria por 1.000 habitantes. Así lo recoge el informe de Consumo de Antidepresivos, Ansiolíticos, Hipnóticos y Sedantes, del Sistema de Información del Sistema Nacional de Salud de marzo 2024.
Salud mental
Sesgos en medicina Mujeres y consumo de psicofármacos: la medicalización de sus vidas
Fernando Lamata, psiquiatra y miembro de la Asociación de Acceso Justo al Medicamento explica que estamos ante un plan nuevo de salud mental “ambicioso en los objetivos, en definir lo que habría que hacer. Ahí, el trabajo realizado es magnífico“, cuenta. En cuanto a la deprescripción de psicofármacos, Lamata considera que es un término acertado. "Diversos autores, como James Davies o Joan Ramón Laporte, han puesto de manifiesto que existe una sobre prescripción en el ámbito de la salud mental, y que, en no pocas ocasiones los psicofármacos se utilizan de forma inadecuada, por ejemplo, en personas mayores", explica Lamata.
Para el psiquiatra Fernando Lamata la sobre prescripción de psicofármacos se debe a la mala formación o información sesgada que llega a los profesionales, a través del marketing farmacéutico
Para este psiquiatra esta sobre prescripción se debe a la mala formación o información sesgada que llega a los profesionales, a través del marketing farmacéutico. Por eso es muy importante, asegura, reducir esa presión y mejorar la formación sobre esta materia, así como mejorar la información a la población. "En este sentido el objetivo del Ministerio es acertado. La Guía de Práctica Clínica, la formación con programas impartidos por profesionales no financiados desde la industria, y los programas de sensibilización a la población son positivos", argumenta.
"Sin embargo —prosigue— el uso excesivo actual de psicofármacos tiene que ver, en buena medida, con la falta de profesionales y la falta de tiempo de los escasos profesionales disponibles para conversar con el paciente, para utilizar otras herramientas como la psicoterapia, las intervenciones sociales o la coordinación de recursos". Y es en este punto donde Lamata le pone un pero al nuevo plan de salud mental.
Refuerzo de profesionales
En su primer objetivo, el plan prevé "impulsar la oferta de plazas ya acreditadas de especialidades de salud mental (psiquiatría, psiquiatría infantil y de la adolescencia, psicología clínica, enfermería especialista en salud mental), que permita responder a las necesidades de atención a la población adscrita a cada comunidad autónoma. El resultado esperado es conseguir el 100% de plazas ofertadas sobre las acreditadas.
Lamata explica que el plan “no prevé un aumento inmediato de recursos para aumentar las plantillas, ni lo cuantifica, ni establece una financiación suficiente”
Lamata explica queel plan "no prevé un aumento inmediato de recursos para aumentar las plantillas, ni lo cuantifica, ni establece una financiación suficiente". El miembro de la AAJM explica que el documento se refiere a formación de futuros profesionales: Por un lado que salgan a concurso todas las plazas de residentes para formación especializada que estén acreditadas. Y, por otro lado, que se aumente el número de plazas acreditadas para poder formar más residentes. "Estas dos medidas están bien. Permitirán aumentar en un futuro —lo que tarden en formarse, 3-4-5 años— la disponibilidad de especialistas. Pero yo me refiero a corto plazo“, indica. ”Se deberían contratar más de 10.000 profesionales de las diferentes cualificaciones a corto plazo, en los próximos 2-4 años. Todos los que haya disponibles ya", añade.
En estos momentos, y según las cifras de Eurostat, España tiene 13 psiquiatras por cada 100.000 habitantes, solo por delante de Bulgaria (10), Serbia (11) o Macedonia (11) y lejos de países como Alemania (28) o Grecia (25). De otro lado, y según los datos de la OCU, hay apenas seis psicólogos clínicos por cada 100.000 habitantes, frente a los 18 de media en la Unión Europea.
"En este momento, en grandes cifras, podemos estimar que en España deberíamos duplicar el número de profesionales en Salud Mental, y centrarlos en la atención comunitaria. Hace falta el doble de psiquiatras por cada 100.000 habitantes, tres veces el número de psicólogos clínicos, y de la misma forma, se debe aumentar la dotación en enfermería de salud mental, trabajadores sociales, terapeutas ocupacionales, administrativos y también incorporar a personas con experiencia propia", valora Fernando Lamata.
Aurora Fernández Moreno, médica de familia y miembro del grupo de trabajo de salud mental de la semFYC, sociedad que ha participado en la elaboración del documento, explica que la última responsabilidad en el refuerzo de plantillas está en manos de las comunidades autónomas, que son las que tienen esta competencia en sus manos. “El plan se queda en el compromiso de las comunidades de elaborar un documento para ver qué se necesita y esto lleva a evaluar diferentes contextos, no solo profesionales de la salud mental, lo que es positivo. Pero llevarlo al terreno de la práctica dependerá a las comunidades”, explica.
Fernández destaca la manera en la que se ha elaborado el plan y la metodología utilizada. “Fueron detectando las necesidades de una forma muy práctica, contando con asociaciones de pacientes y familiares, médicos de familia así como expertos en salud mental. Contando con estas diferentes realidades se fueron detectaron necesidades reales y luego se fueron priorizando las líneas”, explica. Y entre la que más puntuación recabó, y que se ha colocado como primera en el plan, es este refuerzo de plantillas.
Autonomía del paciente
Y es que para respetar la autonomía del paciente y abandonar prácticas como los ingresos involuntarios o las contenciones mecánicas, objetivos que se reflejan en el plan, la presencia de personal suficiente es indispensable, tal y como explican los expertos.
“Para transformar el paradigma en una realidad, es imprescindible y urgente que se haga efectiva la línea que plantea aumentar el número de profesionales de salud mental en el Sistema Nacional de Salud”, explica Nel González Zapico, presidente de la Confederación Salud Mental España, una de las asociaciones que han participado en la elaboración de este plan.
“Celebramos que los derechos humanos, el respeto y la autonomía sean ejes transversales del plan. Todo ello contribuye a la lucha contra el estigma”, explica Nel González Zapico, presidente de Salud Mental España
González explica que valoran muy positivamente la aprobación de este plan. “Celebramos especialmente que los derechos humanos, el respeto y la autonomía sean ejes transversales del plan. Todo ello contribuye a la lucha contra el estigma, una de las principales barreras que enfrentan las personas con problemas de salud mental en ámbitos como el acceso al empleo y la vivienda, la participación en la sociedad, el ocio, etc”, explica.
En 2023, su organización presentó el informe Tratamientos e ingresos involuntarios en salud mental, elaborado junto al Instituto de Derechos Humanos Gregorio Peces-Barba de la Universidad Carlos III de Madrid. En él se constata que todavía se llevan a cabo algunas prácticas, como los ingresos y los tratamientos involuntarios, “que están enfrentadas al enfoque de los derechos humanos y violan los preceptos recogidos en la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad de las Naciones Unidas, que es vinculante y España firmó en 2008", añade.
Según este estudio, el internamiento no voluntario se plantea en la legislación española, en el artículo 763 de la Ley de Enjuiciamiento Civil, como una forma especial de privación de la libertad por razón de discapacidad que alude directamente al “trastorno psíquico” como condición para la adopción de la medida. Y, además de acabar con estas prácticas, González hace hincapié en reivindicar "que se tienda a las cero contenciones, estas prácticas pueden causar importantes consecuencias físicas y psicológicas y son consideradas como tortura por la ONU".
Y, dentro de este enfoque, Belén González Callado festeja que se haya aprobado la toma de decisiones compartida. “Dentro de la psiquiatría, hay una corriente que piensa que la prescripción de psicofármacos debe estar sujeta a un acuerdo entre las partes y hay otra corriente que piensa que debe ser el psiquiatra quien prescrita. Y en este plan se ha apostado por negociar las indicaciones terapéuticas”, explica.
Para Aurora Fernández Moreno, este plan, más que un buen punto de partida, va a ser un documento que sirva para apoyar iniciativas de profesionales, pacientes o familiares que vayan en el sentido del cambio de paradigma. “Este es un instrumento que puede dar un soporte oficial para poner en marcha nuevas iniciativas, que no se queden solo en algo voluntarioso. Esto las va a dar fuerza”, concluye.
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Es una buena noticia, ojalá menore la atención. La salud mental en la sanidad pública es la cenicienta
Valoro el acuerdo, pero frente a los 17.707 millones gastados en "defensa" en 2024, 39 millones para el plan de salud mental en dos años me parece muy vergonzoso.
Puesenn los colectivos en primera persona estamos muy poco contentxs pues no sé dice ni de eliminar las sujeciones mecánicas totalmente , creo que tampoco van a eliminar los ingresos involuntarios por ley .Tenían que haber hecho un Real Decreto Ley para eliminar claramente lo que he puesto anteriormente y de como discontinuar todo tipo de medicación psiquiátrica y no invitar ni negociar al menos con la asociación de psiquiatría más conservadora y por otro lado al ser RDL no haber negociado con las comunidades autónomas
Frente al desmantelamiento y privatización de la sanidad pública es una muy buena noticia los acuerdos sobre el Plan Nacional de Salud Mental. Esperemos que disponga de los suficientes recursos de profesionales y económicos.