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València
La riada de cinismo y fango en el relato de Mazón
La estrategia comunicativa del presidente valenciano ha pasado por cuatro fases diferenciables para tratar de construir una lectura de la tragedia de la dana que fuera lo menos perjudicial posible para sus intereses. Los cambios de ritmo en sus intervenciones públicas se han ido acompasando a los hitos de la tragedia y Mazón ha ido seleccionando los canales por los que difundía sus mensajes, así como los formatos en los que los emitía.
Mazón ha abusado de las comparecencias sin preguntas para los periodistas y prácticamente solo ha concedido entrevistas a 13TV y a la Cope. En la radio ha trabajado muchos años uno de sus dos asesores principales, José Manuel Cuenca, que en Alicante dirigió la emisora local de la cadena de los obispos. El otro periodista que le ha estado asesorando es Santiago Lumbreras, quien formalmente ocupa el cargo de Relaciones Institucionales y Transparencia. Lumbreras es famoso por crear listas negras de periodistas “hostiles” hacia el PP de Eduardo Zaplana en la antigua Canal 9 y Radio 9, las extintas emisoras públicas valencianas, donde ejercía de jefe de informativos.
València
dana Los rostros de la catástrofe en la gestión de la dana
Minimizar el acontecimiento
La mañana del martes 29 de octubre, apenas un par de horas antes de acudir a la ya célebre comida en el restaurante El Ventorro, Mazón grabó un mensaje en el Palau de la Generalitat en el que daba por terminado el riesgo por las inundaciones. El president afirmó que la tormenta disminuiría su intensidad y se iba a desplazar hacia la Serranía de Cuenca sobre las seis de la tarde, así que no habría que lamentar grandes daños materiales. Era un mensaje exageradamente optimista, dirigido tal vez hacia los potenciales turistas, para que no cancelasen sus reservas hoteleras de cara al puente de Todos los Santos. En ese momento, emergencias de la Generalitat ya había emitido una alerta hidrológica para el barranco del Poyo, que sería uno de los grandes ejes de la tragedia. Este mensaje de Mazón fue borrado de su perfil de redes sociales dos días después, cuando fueron conscientes de la gran contradicción del contenido con la dramática realidad de los hechos.
Aunque no fue un mensaje público, ha trascendido que, en la reunión que mantuvo el mediodía del martes 29 con los sindicatos y la patronal, Mazón criticó las medidas que habían tomado las universidades valencianas, que cancelaron las clases y cerraron sus campus al tomarse en serio los avisos de la AEMET. En la noche de los hechos, cuando aún no sabíamos las horas que había pasado ausente del Cecopi en su larga sobremesa, Mazón emitió un mensaje para la televisión pública valenciana desde el centro de coordinación de la Eliana. A esas horas, en torno a las nueve de la noche, la mayoría de pueblos afectados ya estaban completamente bajo las aguas.
València
Riadas e inundaciones en Valencia Al menos 92 muertos tras colapsar los servicios de emergencia que recortó Mazón
En ese mensaje pidió a los efectivos disponibles del gobierno central entrar en situación de prealerta. Una medida que, en la dana de 2019 que afectó a la Vega Baja, el botànic había pedido la víspera del día de la lluvia. Explicó que no sabía aún lo que se iba a necesitar, y, aunque por un lado reconocía que “las redes de comunicación han colapsado”, por el otro aseguraba que la línea de atención de emergencias, el 112, estaba funcionando perfectamente. Algo que desmentían los cientos de dramáticos testimonios que empezaron a aflorar en las redes sociales, e incluso en el directo informativo que estaba realizando la radiotelevisión pública valenciana. Mazón pidió no prestar mucha atención a estas redes, advirtió que estaban circulando bulos y noticias sin confirmar.
Visiblemente nervioso, con una comunicación no verbal más que dubitativa pero tratando de mantener un tono de voz calmado, verbalizó en esa comparecencia unos “consejos fundamentales” que a los afectados les hubiera venido bien escuchar unas horas antes. Mazón advirtió que “nadie salga a la carretera, que se quede la gente en sus casas, y quién que esté cerca de cauces o de barrancos, que busquen la mayor altura posible en los pisos de los vecinos”. Para entonces, cientos de personas luchaban por no ser arrastradas por la corriente y salvar su vida. El famoso “sms” les había llegado a las 20:11, cuando muchas personas ya tenían, literalmente, el agua al cuello.
Confundir aprovechando “la niebla de guerra”
La segunda fase de su relato empieza a tomar forma el amanecer del día 30. Tras una larga noche en la que miles de personas estuvieron luchando por sobrevivir a las inundaciones, el presidente no pudo retrasar más que se conociera una primera cifra de víctimas mortales. Aunque, eso sí, en ningún momento ha verbalizado él la cifra, como si temiese que quedase para la hemeroteca una imagen suya dando cifras de víctimas mortales. En sus primeras comparecencias alegó que no daba la cifra “por respeto a las familias de las víctimas”, algo absurdo, pues no se trataba de revelar sus identidades antes de que estas lo conociesen, sino de poner números que permitieran vislumbrar la magnitud de la tragedia. En la mañana del día 30 reconocía que estaban siendo “horas muy complejas para familiares y desparecidos, aún es imposible poder ofrecer una cifra exacta de víctimas, estamos consternados”. El conteo provisional ya iba por 62 muertes cuando hizo esas declaraciones, pero no quiso dar ese dato en su comparecencia.
Mazón trató de esconderse tras los protocolos y los técnicos: “Los servicios de emergencias se han coordinado según las variaciones de la emergencia emitidas por AEMET y se ha ido evolucionando según sus alertas e indicaciones”
“Nos falta información. Se están determinando las prioridades”, decía Carlos Mazón desde la sede del Cecopi y arropado por los cargos técnicos que, junto a la delegada del Gobierno, Pilar Bernabé, estaban presente en el gabinete de crisis. Fue el momento de unas primeras explicaciones sobre por qué no se había enviado una alerta masiva a tiempo a la ciudadanía, y Mazón trató de esconderse tras los protocolos y los técnicos: “Los servicios de emergencias se han coordinado según las variaciones de la emergencia emitidas por AEMET y se ha ido evolucionando según sus alertas e indicaciones. Los procedimientos de aviso a la población están regulados y se ha seguido el protocolo vigente.”
En esa misma comparecencia, el president de la Generalitat dejó caer una bomba que pasó un poco inadvertida, pero que ya apuntaba a una estrategia de defensa. “Es un sistema protocolizado que se ha seguido por todos los técnicos de los altos mandos coordinados con los distintos efectivos y administraciones y es el protocolo que coordina la Dirección General de Protección Civil del Gobierno de España”, dijo lanzando la responsabilidad hacia arriba, en concreto, hacia el Ministerio de Interior, que es de quien depende la citada dirección general. Fue, probablemente, la primera gran falsedad o media verdad del relato de Mazón.
El president de la Generalitat agradeció al jefe del Ejecutivo y a sus ministros, entre los que citó expresamente a Teresa Ribera, su “cercanía” y “respuesta tan rápida y tan adecuada para nosotros”
Al día siguiente, el jueves 31 de octubre, visitan València tanto Pedro Sánchez como Feijóo. Mientras que la línea del líder del Partido Popular trata de conflictivizar con el presidente del gobierno, —“yo al Gobierno central no le pediría una mayor colaboración, le pediría alguna colaboración”, dijo el gallego—, en la intervención conjunta de Carlos Mazón con el presidente del Gobierno, el tono y el contenido es radicalmente diferente. El president de la Generalitat agradeció al jefe del Ejecutivo y a sus ministros, entre los que citó expresamente a Teresa Ribera, su “cercanía” y “respuesta tan rápida y tan adecuada para nosotros”.
Al día siguiente, ya con Marlaska en las reuniones del Cecopi, Mazón quiso poner el foco en las personas voluntarias que estaban desplazándose mayoritariamente desde la ciudad de València a las poblaciones limítrofes. Por la mañana, en su comparecencia junto al ministro, Mazón les exhortó a volverse a sus casas alegando que iban a entorpecer las tareas de limpieza. Incluso ese día la Generalitat llegó a emitir una orden de dudosa legalidad prohibiendo el acceso a los municipios afectados.
Pero esa misma noche, Mazón da un giro de 180 grados, tal vez tras calibrar lo impopular de su petición para unas poblaciones en las que mayoritariamente aún no se habían desplegado ni ejército ni equipos de emergencias. El president convoca a las miles de personas voluntarias a acudir al día siguiente a la Ciutat de les arts i les ciències, con la justificación de coordinar mejor y hacer más efectiva su desinteresada ayuda. Pero la improvisación se deja notar, y esa jornada es un auténtico desastre en el que se desperdicia la voluntad de ayudar de muchas personas, que ya no acudirán en los días siguientes a las convocatorias oficiales de voluntariado. Ante este caos, Mazón saca de su relato esta iniciativa, como si nunca hubiera sucedido, y solo hará menciones parciales de agradecimiento en los días posteriores.
Patapúm y salimos al contraataque
El sábado 2 de noviembre es un punto de inflexión en el relato del president de la Generalitat. Retrasó más de cinco horas una rueda de prensa, el propio ministro del Interior filtró que no podían avanzar en el Cecopi porque no lo localizaban. Presumiblemente, Mazón estuvo reunido con sus más allegados para preparar una nueva estrategia política, que empezó a desplegar en otra comparecencia sin preguntas. En esa intervención, más lírica y emocional que las anteriores, Mazón trata de aparentar liderazgo descolgándose con la creación de unos comités de “respuesta inmediata” (ya estábamos en el cuarto día de la catástrofe). Para esos comités reclamaba la presencia de siete ministros que, al menos en teoría, subordinaba a sus consellers, a quienes daba el mando en plaza.
El president de la Generalitat reforzó esta imagen de “valentía” afirmando que era su obligación mantenerse al lado del rey, dando a entender indirectamente que Sánchez también tenía esa obligación
Un detalle que en ese día pasó desapercibido fue el abrazo de Mazón con Javier Negre a su llegada al Cecopi. El intoxicador ultra acababa de llegar a València, justo el día antes de la visita de los Reyes y Pedro Sánchez a Paiporta. En esta visita, Mazón trató de mantenerse cerca de Felipe VI en su recorrido. Una imagen que su equipo pretendía contraponer a la de Pedro Sánchez, que había sido evacuado tras sufrir una agresión. El president de la Generalitat reforzó esta imagen de “valentía” afirmando que era su obligación mantenerse al lado del rey, dando a entender indirectamente que Sánchez también tenía esa obligación. Lo hizo en una entrevista que concedió a la Cope desde el municipio de Chiva, que en principio también iba a visitar la comitiva. Mazón se mostró comprensivo ante el cabreo de la gente y no tuvo ninguna referencia directa hacia Pedro Sánchez. Quizá porque le convenía a su estrategia escenificar que el principal señalado por el descontento popular era el presidente del Gobierno, algo que le iba a venir muy bien para su siguiente etapa discursiva: desplazar el foco de la conversación pública hacia las responsabilidades del gobierno central.
El president intenta (con escaso éxito) instalar un concepto — “revolución meteorológica” — que presentase la catástrofe como algo sobrevenido e inesperado
El lunes, con la resaca de la visita a Paiporta, Mazón empieza a lanzar acusaciones directas hacia organismos dependientes del gobierno central. Responsabilizó a la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ), que está bajo el Ministerio de Transición Ecológica, dirigido por Teresa Ribera, de que muchos ciudadanos continuaran con su vida normal en el momento de la catástrofe. Mazón afirmó que este organismo desactivó en tres ocasiones la “alerta” de riesgo de desbordamientos el citado martes, concretamente a las 13.00, 14.00 y 16.00 horas y ”no fue hasta las 18.45 de la tarde, tras dos horas sin información de la confederación, cuando se nos advirtió que 'ojo, todo ha cambiado'“.
El president intenta (con escaso éxito) instalar un concepto — “revolución meteorológica” — que presentase la catástrofe como algo sobrevenido e inesperado, y que a la vez, opacase los avisos previos de organismos como la AEMET o la propia CHJ. Un organismo que salió rápidamente para aclarar que su competencia no es emitir alertas, ”ya que esa función recae en los servicios de emergencias autonómicos”. De hecho, emergencias de la Generalitat ya había emitido a las 12:20 una alerta (esta sí, alerta y no aviso) sobre el barranco del Poyo, en la que llamaba a no acercarse a este entorno.
Versiones alternativas de los hechos
La segunda semana de la tragedia es cuando Mazón empieza a jugar a la “luz de gas”. Es cuando se hace público que el día de los hechos pasó cinco horas en una larga comida y sobremesa. En una primera versión su equipo afirma que era una comida de trabajo. Después, que era un almuerzo privado, pero que estuvo en permanente contacto con el Cecopi y su consellera de interior, Salomé Pradas. Un extremo que otras informaciones posteriores desmintieron, ya que, a su llegada al Cecopi, pasadas las siete de la tarde, los técnicos tuvieron que emplear tiempo en explicarle la situación.
El president le ofreció a la periodista la dirección del ente, ignorando los mecanismos establecidos de concurso y mérito. La excusa se había convertido en una confesión
Finalmente, cuando se hizo público que su cita era con la periodista Vilaplanas, el propio Mazón dijo que el motivo era hablar del futuro de la televisión pública valenciana. Según han publicado diversos medios, el president le ofreció a la periodista la dirección del ente, ignorando los mecanismos establecidos de concurso y mérito. La excusa se había convertido en una confesión.
Mazón intenta también echar la culpa de la tardanza en el despliegue de los efectivos de la UME al gobierno central. Llega a decir que una vez solicitada la presencia de los militares, estos no necesitaban su intervención para llamar a más efectivos y distribuirlos sobre el terreno. Una falsedad que el propio general al mando de la unidad militar desmintió en el mismo día, ya que la dirección de la emergencia recaía en el propio president.
Mazón se descolgó diciendo que en el centro de coordinación de emergencias no había cobertura, algo que evidentemente no era así como han demostrado numerosos planos recurso
Esos días, y apoyado por publicaciones en medios afines, Mazón empieza a echar en cara al gobierno central que no se hubiera puesto en contacto con él y que no le trasmitieran la información de la que disponían para calibrar el alcance de la riada. Algo que entraba en contradicción con su mensaje del día 31 de octubre, y que la propia ministra Teresa Ribera salió a desmentir, explicando que hizo hasta cuatro llamadas fallidas tratando de localizarle. Mazón se descolgó diciendo que en el centro de coordinación de emergencias no había cobertura, algo que evidentemente no era así como han demostrado numerosos planos recurso emitidos por los todos los medios, donde se ve a la gente hablando con normalidad por teléfono.
“Se estuvo avisando desde el principio por todos los canales habituales por los que siempre se han trasladado las alertas rojas”, ha llegado a decir, sin sonrojarse, Carlos Mazón. Los avisos de la AEMET estaban sobre la mesa desde cinco días atrás y el Cecopi se constituyó el día de los hechos a las 17 de la tarde, cuando ya varias poblaciones como Utiel estaban completamente arrasadas por la riada. La trampa discursiva es dónde sitúa Mazón ese principio y la insistencia en confundir avisos (emitidos por organismos como la AEMET o la CHJ) con alertas, dependientes estas últimas del ejecutivo de la Generalitat.
La penúltima pirueta del president de la Generalitat, orientada claramente a tratar de eludir su responsabilidad penal, es que el Cecopi sigue bajo el mando de la Consellera de Interior. Mazón pretende hacer creer que ha asistido desde el comienzo de la crisis como “oyente” a estas reuniones, y que no ha tenido bajo su mando las decisiones de ese organismo en ningún momento. Un cortafuegos que muy probablemente utilizará su defensa en futuros juicios.
València
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En esta línea de interpretación alternativa de los hechos, y aunque no lo haya verbalizado el propio Mazón, no se puede pasar por alto la vergonzosa lectura que hizo la rama valenciana del PP de la masiva manifestación del 9 de noviembre. El partido quiso jugar la carta de “manipulación catalanista” y “politización de la manifestación” a través de un tuit, sin mucho más recorrido que la indignación y escarnio de la opinión pública.
Mazón lanza su versión alternativa de los hechos pero cuando es desmentido, lo ignora. Cínicamente se excusa para no entrar en declaraciones como esta, del 7 de noviembre: “Estoy viendo una cantidad increíble de bulos que si nos dedicásemos todo el día a desmentirlos no podría decirle que el 99% de la electricidad se ha recuperado en las casas”.
Esta semana previa a su comparecencia, Mazón se ha abierto a reconocer algunos errores, aunque los que ha citado, como estar más pendiente de la presa forata que del barranco del Poyo, apuntan más bien a que son errores ajenos (en este caso, de la CHJ). También ha filtrado que va a remodelar su gobierno, y desde el PP han deslizado que servirá de “consuelo” su comparecencia para las víctimas de la tragedia.