We can't find the internet
Attempting to reconnect
Something went wrong!
Hang in there while we get back on track
Crisis climática
El Mediterráneo se consolida como zona especialmente vulnerable al cambio climático

2024 ha sido un mal año para Europa en lo que respecta al cambio climático. Se ha constatado que el continente se calienta el doble de rápido que la media global, un tercio de los ríos europeos sufrieron inundaciones categorizadas como “altas” y los glaciares de Escandinavia y Svalbard perdieron cantidades récord de hielo.
Dentro de los malos datos en el ámbito europeo, el Mediterráneo ha sido una zona más impactada y consolida su estatus de zona especialmente vulnerable al aumento generalizado de las temperaturas. Así lo ha explicado Samantha Burgess, directora adjunta de Copernicus, el servicio de cambio climático de la Unión Europea, en la rueda de prensa de presentación del informe Estado del clima europeo 2024 publicado este martes.
Crisis climática
Balance climático 2024, año 1: bienvenidos a un planeta 1,5ºC más cálido
La temperatura en superficie del Mediterráneo se ha situado 1,2ºC por encima de la media, cinco décimas más que el promedio de los océanos que rodean Europa. También ha sido esta región una de las más golpeadas: las inundaciones en el País Valencià son uno de los dos grandes eventos catastróficos señalados por el informe y la zona de los Balcanes, Grecia y Turquía ha experimentado temperaturas mucho más altas que la media continental (y eso que Europa ha vivido su año más cálido jamás registrado).
Los fenómenos meteorológicos adversos se llevaron la vida de 335 personas en Europa el año pasado; 223 fueron los fallecimientos contabilizados durante y tras la dana de octubre
Adicionalmente, el estudio expone que los fenómenos meteorológicos adversos se llevaron la vida de 335 personas. Hubo dos especialmente catastróficos en 2024: la dana que afectó al sureste peninsular y la tormenta Boris en Centroeuropa. Las riadas acontecidas mayormente en el País Valencià causaron 223 muertes —215 de ellas directamente relacionadas con la gota fría, dicen en la Moncloa—, dos tercios del total europeo de fallecimientos por eventos meteorológicos catastróficos.
El informe Estado del clima europeo 2024 ha sido elaborado conjuntamente por el Servicio de Cambio Climático de Copernicus (C3S) de la Unión Europea y la Organización Meteorológica Mundial (OMM). El texto es un estudio exhaustivo llevado a cabo de forma colaborativa por 100 especialistas que han analizado más de 40 conjuntos de datos, según explica la directora adjunta del servicio financiado por la Comisión Europea y el programa espacial de la entidad supranacional.
Una dana catastrófica cuyo impacto se potenció por una mala gestión
Un tercio de la red fluvial europea sufrió crecidas “altas” o “severas” en 2024. Estos datos no son excepcionales en la serie histórica, pero sí marcan las mayores crecidas desde 2013. Los episodios de desbordamiento de cauces fluviales y las borrascas han afectado a 413.000 personas en todo el continente.
En el caso del País Valencià, Burgess explica que la comunidad es una de las regiones en las que se proyecta un mayor incremento en el riesgo de inundaciones conforme avancen los años. La directora adjunta de Copernicus se remite a la dana del pasado octubre y cuenta que las cifras registradas de precipitaciones marcaron “más del triple” del umbral requerido para considerar una lluvia como torrencial, además de batir récords nacionales de precipitaciones registradas en una hora, seis horas y doce horas.
Celeste Saulo, directora general de la OMM, opina que el “sistema no respondió” ante la dana y que no basta con “monitorizar y predecir”, sino que también hay que saber “responder y estar preparado”
Preguntada por si se podían atribuir las inundaciones del sureste peninsular a la crisis climática, Celeste Saulo, secretaria general de la OMM, habla de la “combinación de un evento extremo” en un entorno en el que hay “más vapor de agua disponible” —que funciona como potenciador de las lluvias— causado por el aumento de las temperaturas.
Saulo incide en la importancia de los sistemas de alerta temprana —“el sistema no respondió”, considera— y critica la gestión del gobierno de Mazón: “Es importante monitorizar y predecir, pero también lo es entender los riesgos, comunicar, responder a la situación y estar preparado”.
Cada vez más ciudades aprueban planes de resiliencia
El informe publicado por Copernicus y la OMM señala que Europa es, en líneas generales, una región especialmente vulnerable a la crisis climática. Es el continente que más rápidamente se calienta y su tasa de aumento de las temperaturas es el doble que el promedio global. Aunque hay marcadas diferencias zonales y algunas regiones pueden considerarse no tan afectadas por la crisis climática, esta situación afecta a todo el continente y es todo el territorio el que debe prepararse para afrontar los retos derivados del calentamiento.
Andrew Ferrone: “Las inundaciones son uno de los mayores riesgos relacionados con la crisis climática y el que necesita una acción más urgente”
Dentro de las dificultades que supone la crisis climática, lo más prioritario es adaptar las infraestructuras a inundaciones pluviales y fluviales, declara Andrew Ferrone, subdirector de Clima del Ministerio de Medio Ambiente luxemburgués. “Es uno de los mayores riesgos y el que necesita una acción más urgente”, asegura el especialista, que dice que se espera que la severidad de las inundaciones en Europa alcance la categoría de “crítica” a mediados de siglo y “catastrófica” a finales de la centuria.
Ferrone da una nota positiva, y es que cada vez son más las ciudades europeas que están aprobando planes de adaptación a la crisis climática: en 2018 solo una de cada cuatro había tomado medidas, mientras que en 2023 se registró que la mitad de las urbes ya contaba con este tipo de planes. “Las físicas y tecnológicas fueron las medidas más comúnmente tomadas. Esto incluye construcción resiliente, sistemas de alerta temprana o separación de aguas de lluvia y residuales [para gestionar crecidas]”, explica el político.