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Renta básica
El plan piloto de renta básica en Catalunya a punto de caer tras el embate del PSC
El proyecto más ambicioso para probar cómo sería una renta básica universal ha sufrido un grave revés. A no ser que un giro inesperado reencamine la suerte del Plan Piloto de Renta Básica para Catalunya, todo apunta a su liquidación, tras no haber sobrevivido al acuerdo de gobierno entre ERC y PSC. El director de la oficina encargada del Plan, el veterano activista por la renta básica, Sergi Raventós, junto a su equipo —en el que se integran varios de los referentes de la renta básica— han luchado para mantener la esperanza, pero mañana viernes 10 de marzo se votan las enmiendas a los presupuestos catalanes en el pleno del Parlament en el que deberá ratificarse el presupuesto. Y el paisaje no pinta bien. Ya la semana pasada, el Partido Socialista de Catalunya (PSC) consiguió, con el apoyo de Ciudadanos, PP y Vox, pasar una enmienda que terminaba con la posibilidad de avanzar con el Plan en 2023.
“Durante todo este tiempo, el plan piloto ha recibido bastantes elogios, y nos han llegado ánimos por parte de mucha gente”, explica Raventós haciendo balance. “Había muchas expectativas y tienes la sensación que te lo han quitado prácticamente cuando lo teníamos ya a punto”. De hecho, en los últimos días han sido varias las muestras de apoyo: Ya a finales de febrero empezó una recogida de firmas para el manifiesto “Renta Básica Universal: un derecho, no una caridad”. Un documento que trascendería fronteras recabando numerosas firmas también en Europa. El pasado martes, era el Comité Científico del Proyecto Piloto de Renta Básica de Catalunya el que se pronunciaba a favor del Plan en una carta abierta. Este viernes a las 17 horas, se prevé una concentración para defender la propuesta ante el Parlament. Si bien previsible, la ofensiva del PSC ha supuesto un varapalo para un movimiento en apoyo de la Renta Básica, que veía en el plan piloto catalán una apuesta necesaria.
Renta básica
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La prensa ya daba indicios desde hacía tiempo de que para el PSC el plan piloto “era uno de los principales escollos”, en sus negociaciones con Esquerra. Esquerra optó por dejarlo a un lado y negociar otros temas en los que hubiera consenso. El partido optó por introducir finalmente el Plan Piloto, en la ley de acompañamiento de los presupuestos “no tenía una partida concreta, pero sí un artículo en el que se decía que se dotaría al plan piloto de la partida necesaria, cuando estuviera ya más o menos concretado”, explica Raventós, la idea era darle cobertura jurídica al plan, incluso con rango de ley, al estar en la ley de acompañamiento.
Dotar de protección jurídica al plan piloto, blindarlo antes las fluctuaciones políticas y posibilitar que se pusiera en marcha con celeridad eran objetivos de la oficina de renta básica desde el principio de su andadura, hace más de un año, cuando apostaban a que el plan se concretase en un decreto ley. Pero los apoyos de las CUP, els Comuns y ERC no son suficientes. “En fin, tras la crisis con Junts, ya sabíamos que en el Parlament las cosas estaban complicadas”, reconoce Raventós.
“Durante todo este tiempo, el plan piloto ha recibido bastantes elogios, y nos han llegado ánimos por parte de mucha gente. Había muchas expectativas y tienes la sensación que te lo han quitado prácticamente cuando lo teníamos ya a punto”
Con todo, explica Raventós, no esperaban tal “beligerancia” del PSC frente al Plan Piloto. Ante la decisión de esta formación política de presentar enmienda a los presupuestos acordados con ERC, “el equipo y yo nos quedamos completamente aturdidos. Pero a ver, en el pacto con Esquerra y PSC ¿no se acordaba que cualquier enmienda a los presupuestos y a la ley de acompañamiento tenía que ser consensuada y pactada previamente?”, se pregunta el director de la oficina por la renta básica. Y se responde así mismo, el PSC no ha cumplido con el pacto.
Ya antes del previsible desenlace de mañana, la trayectoria del plan piloto no ha sido fácil. Sin embargo, durante este tiempo, quienes han formado parte de la oficina —cuya conformación fue una condición de la CUP para dar su apoyo a Pere Aragones en su momento— han aprovechado el tiempo: durante el año y medio que la iniciativa lleva activa, han ido afinando un proyecto que iba a llevar una renta básica a 5000 hogares en Catalunya. El objetivo, testear otro modelo de redistribución que tiene la universalidad y la incondicionalidad en su centro.
Cuenta Raventós que ya tenían identificados los dos municipios con los que se iba a poner a prueba esta medida: la novedad, todas las vecinas y vecinos —salvo el 10% más rico— cobrarían esta renta, lo que permitiría ver cómo funciona una renta básica cuando se aplica a toda la comunidad. Estaban aún afinando la parte logística para hacer efectivos los pagos. “Nos hubiese gustado empezar este año, pero al no poder tramitar un decreto ley, al hacer cuentas, vimos que como mucho año podíamos seleccionar la muestra, mandar las cartas y con suerte enviar la primera encuesta base que se envía a todo el mundo para saber cómo estaba la gente antes del plan piloto”.
La existencia en un ciclo legislativo difícil ha supuesto una rémora para poder avanzar al ritmo deseado. Junts, que votó el viernes pasado junto a PSC, mostraba ya estando en el gobierno sus resistencias en los departamentos que controlaba, desarrolla Raventós, algo que hacía complejo avanzar en un proyecto que requería de muchos flecos que afectaban a amplias capas de la administración. Pero el compromiso estaba ahí.
Una oportunidad perdida
Sira Viraldell, forma parte del consejo asesor de la oficina de la renta básica. Junto a compañeras y compañeros se han enfocado en “definir de forma muy concreta esta prueba piloto, permitiendo pasar de lo que era un proyecto desde la imaginación a algo mucho más concreto, definiendo todo lo que se debería tener en cuenta para que esta prueba piloto fuera lo más posible parecida a un escenario real de existencia de una renta básica”.
“El remedio contra la pobreza del PSC es un modelo de rentas condicionadas de pobres que demuestren que son suficientemente pobres para recibir esa renta”
Justamente, considera Jiménez, es ahí donde era imposible llegar un acuerdo, porque el PSC impugna la idea misma de Renta Básica. “No creen en ella porque su modelo no es este, principalmente porque no creen en la redistribución de la riqueza, pero más allá de eso, porque su remedio contra la pobreza, contra la exclusión, es un modelo de rentas condicionadas de pobres que demuestren que son suficientemente pobres para recibir esa renta”, apunta esta experta que proviene del tercer sector. La apuesta del PSC, resume, es una apuesta por “un modelo compuesto de rentas condicionales, ingresos mínimos vitales, y rentas garantizadas que no ha funcionado”. Desde la derecha, explica, la Renta Básica se considera directamente como una amenaza.
Renta básica
Sergi Raventós “Vamos a crear un pequeño microcosmos de lo que sería una renta básica aplicada a un territorio”
El viernes 10 de marzo, las formaciones tendrán que dar nuevamente sus motivos para votar contra el plan piloto. Raventós las viene escuchando un tiempo y le parecen “bastante espurias: que si se necesita dinero para otras cosas, que sí el plan piloto no se podría aplicar porque no tenemos un estado propio, que si no tenemos dinero para una renta básica…”. Frente a estos argumentos en la oficina están haciendo un gran esfuerzo de difusión para intentar revertir el proceso, conscientes de la complejidad que ofrece un año como este, plagado de citas electorales.
El director de la oficina, no obstante, recuerda que aunque su objetivo fundamental es promover el Plan Piloto, también tienen como misión dar visibilidad y divulgar sobre la renta básica. Por otra parte, también se hallan en condiciones de transmitir conocimiento en base al diseño ya concluido. Una traslación de la imaginación a lo concreto, como sostiene Villardel, que incluye la reflexión sobre “qué aspectos deberíamos tener en cuenta a la hora de seleccionar a las personas, qué territorios deberían participar, qué cuantía debería tener”.
Por su parte, Raventós recuerda que el plan piloto incluía algunas cuestiones propias que lo diferenciaban de todas las iniciativas anteriores: una muestra de 5000 personas, y una aproximación lo más cercana posible a lo que es una renta básica universal, individual e incondicional. “La recibían todos los miembros de los hogares que eran seleccionados en el plan piloto, mayores y menores de 18 años —800€ los primeros y 300€ los segundos—, incluso la hubiésemos facilitado a gente que no tenía papeles en los municipios seleccionados”. Se trata de toda una innovación ante los otros piloto que ha habido, que en su mayoría se han tratado de esfuerzos: “focalizados a determinados grupos de población: para desempleados en Finlandia, mientras que en Barcelona se centró en usuarios de servicios sociales, o en Gales, en jóvenes extutelados. Siempre se han buscado grupos muy concretos de población. Aquí lo que queríamos es darle una dimensión lo más universal posible”. La única salvedad ha consistido en dejar fuera el 10% más rico.
Lo que queda
Hace ya tres años que el confinamiento por la pandemia y la subsiguiente parálisis económica puso la agenda de la renta básica en el centro del debate. Por aquel entonces empezaron a proliferar comunicados que abogaban por la implantación de una medida que nunca antes había tenido tanta difusión. Para mucha de la gente que abrazó la renta básica desde sus colectivos esta prometía una transformación que siempre parecía lejana: “El plan piloto era una manera de decirnos a los movimientos sociales que nos habíamos posicionado a favor de la renta básica que nos escuchaban y que estaban abiertos a probar las medidas que se proponía desde la sociedad civil”, cuenta David Jiménez, también miembro del consejo asesor, y uno de los promotores de un manifiesto de apoyo desde la comunidad LGTBI.
Raventós considera que tras 20 años de labor de la red renta básica, se ha conseguido llegar a amplias capas de la población, tal como señalan los datos de una encuesta recientemente publicada que reflejaría una clara aceptación de la medida, también entre votantes de Junts y del PSC. “El posicionamiento de algunas entidades — como la Federación de Entidades del Tercer Sector, el Consejo Nacional de la Juventud de Cataluña. u otros elementos del tercer sector, es importante”. También la clara apuesta por las CUP. Sin embargo, un porcentaje importante de la población catalana aún no conoce la renta básica.
“Un plan piloto es la mejor manera de poder defender una renta básica, porque te da los datos científicos y objetivos necesarios para poder decir que esto que estamos defendiendo funciona”
Para Jiménez, “un plan piloto es la mejor manera de poder defender una renta básica, porque te da los datos científicos y objetivos necesarios para poder decir que esto que estamos defendiendo funciona”. En definitiva, lamenta Vilardell, “se pierde una gran oportunidad de poder sacar de esta prueba piloto mucha información, muchas evidencias, muchas conclusiones que en estos momentos de urgencia social son muy necesarios, yo diría que indispensables para poder avanzar hacia fórmulas diferentes que vayan a erradicar y a eliminar la pobreza severa”.
En particular la experta lamenta que con el cierre del Plan Piloto se pierde la posibilidad de avanzar hacia un sistema de redistribución que no sea estigmatizante y obligue a las personas pobres a demostrar su pobreza. “Esta es una mala noticia porque seguiremos teniendo un sistema que no es eficiente, que no cubre las necesidades de todas las personas que lo necesitan y que deja fuera muchas personas que tienen una situación de muchísima necesidad”. Así, con su decisión de poner el Plan Piloto en el punto de mira, el PSC “no ha estado para nada a la altura del momento, de la situación socioeconómica, de la situación de emergencia social”.
Coronavirus
La emergencia sanitaria aviva la demanda de un ingreso incondicional para toda la población
Entre la urgencia de garantizar una seguridad material a quienes ven ahora en peligro su supervivencia económica y el empuje a un cambio de paradigma que permita repensar la relación entre trabajo y acceso a recursos, el debate de la renta básica se abre paso en los medios y quizás también en el gobierno.
Jiménez recuerda que la ambición de la renta básica sobrepasa lo económico y permite una transformación más profunda que afecta al mundo del trabajo, o a la salud mental, por ello lamenta este “paso hacia atrás en una apuesta por algo que realmente ni siquiera se ha comprobado cómo funciona. Quiero decir, si el plan piloto hubiese salido mal y se decidiese que no merecía la pena invertir más dinero en esto, se puede entender, pero no han dejado que se desplegara. Lo sentimos como una derrota y como un acto de cobardía”.
Raventós intenta no dar todo por perdido, al fin y al cabo, todos los estudios realizados permanecen disponibles, y quién sabe si un día podrán ser aplicados en un nuevo intento: “yo creo que es una experiencia que se puede aprovechar en cualquier momento”. De hecho no tira la toalla con la continuidad de una oficina que puede centrar sus esfuerzos en la investigación y sensibilización, con la esperanza de que el plan piloto se acabe reactivando. Es verdad que las fechas no ayudan: pero si empezaran en 2024 quizás podrían adelantarse a las elecciones previstas en 2025. La cuestión queda en manos de los equilibrios de fuerza en el Govern.