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Artes escénicas
El 97% de las personas dedicadas a la interpretación y la danza apenas tiene ingresos para subsistir
El 97% de las personas dedicadas a la interpretación y la danza no obtienen de sus actividades artísticas el dinero suficiente para subsistir, situándose por debajo de la línea de la pobreza, según demuestra una encuesta de la Fundación Artistas, Intérpretes, Sociedad de Gestión (AISGE).
La encuesta ha sido realizada entre 3.150 personas asociadas de la entidad que respondieron a un cuestionario de 38 preguntas, entre las que se abordaba la situación de las encuestadas antes de la pandemia, durante el estado de alarma y a finales del verano, después del inicio de la desescalada.
“El informe es demoledor, no hay salida. Deberían tomar cartas en el asunto rápidamente porque sino la cultura, y digo la cultura, no los artistas, la cultura se acaba”, dice la actriz Amparo Climent
Para la actriz Amparo Climent, integrante del Consejo de Administración de AISGE y de su Fundación, “el informe es demoledor, no hay salida. Estamos en un barranco en el que no nos ayuda nadie. Deberían tomar cartas en el asunto muy seriamente porque si no la cultura, y digo la cultura, no los artistas, la cultura se acaba. Ni podemos acogernos a Ertes, ni tenemos contratos, ni podemos hacer nada”, opina.
“La desocupación creció de manera exponencial hasta casi cuadriplicarse, desde el 19 al 69%. Y este panorama solo se palió de manera muy tímida tras la primera ola, con un 63% de desocupados. Todo ello teniendo en cuenta que tales datos de desempleo comprenden tanto la actividad artística como las complementarias que desarrollan la mayor parte de los artistas para sobrevivir”, se lee en el informe.
La magnitud de la caída se entiende más cuando se recuerda que en enero de 2020 el nivel de ocupación laboral en el sector era “el más alentador del siglo”, según AISGE, con un 46% de artistas con ingresos anuales por encima de los 6.000 euros. “Una cifra a todas luces modesta pero muy significativa para quienes pretenden vivir de su profesión artística”, argumentan.
El trabajo ‘suficiente’, 12.000 euros o más anuales por su actividad artística, casi ha desaparecido, según el estudio de AISGE
El estudio demuestra también que el trabajo considerado “suficiente”, actores y actrices que obtienen 12.000 o más euros de ingresos anuales por su actividad artística, “casi desapareció, al pasar del 33% a solo el 4%. La recuperación posterior ha permitido repuntar hasta el 11%, la tercera parte, en el mejor de los casos, del nivel previo al coronavirus”, denuncian.
“Son miles de familias que viven de todas las manifestaciones culturales, y no solo actores o actrices. Están los tramoyistas, apuntadores, escritores, dramaturgos, guionistas operadores, editores, técnicos, artistas, todo un mundo para el que desde que empezó la pandemia se acabó todo”, denuncia Climent, quien destaca que salvo algunas iniciativas puntuales, “nadie rueda”.
“Rodar hoy implica muchos problemas, con pruebas Covid al menos dos o tres días a la semana y eso supone un coste añadido muy grande que repercute en toda la producción. Entonces, la inestabilidad que siempre vivimos en esta profesión los artistas e intérpretes, ahora con el añadido de la Covid, es tremenda”, detalla.
Laboral
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Lo ratifica la actriz Pilar Gómez: “Me pasa una cosa curiosa, todos los proyectos que iba a hacer o estaba haciendo, se han hecho, pero con un esfuerzo brutal por parte de las productoras, en este caso dos mujeres”.
“Con la película Erase una vez Euskadi de la Cañica Films y la productora Bea Bodegas, se tiraron a la piscina de un tirón, había dos enfermeros contratados, todos los ensayos con mascarilla, se acababa la toma y otra vez la mascarilla. De repente 90.000 euros que eran para una peli modesta, tuvieron que invertirse en el Covid. Hay una privatización de lo que son las pruebas ya que, al ritmo de la seguridad social, no puedes sacar adelante un proyecto. En otra que estoy han creado un equipo Covid de tres personas que hacen las pruebas y un control semanal”, certifica la ganadora del premio Max a mejor actriz 2018 y nominada al Goya 2020 de actriz revelación por la película Adiós.
“Ha caído como una piedra, se ha parado todo y la perspectiva es que cosas que estaban en camino, no se van a poner en marcha”, asegura el actor Carlos Olalla
Para el actor Carlos Olalla, la pandemia “ha caído como una piedra, se ha parado todo y la perspectiva es que cosas que estaban en camino, no se van a poner en marcha”, asegura. “Si la pilla cuando está rodando una serie, a la productora no le queda más remedio que intentar acabarla, a riesgo de que cada semana le de alguien positivo, de tener que cambiar los planes de rodaje y termina sacándola como puede. Las que todavía no han empezado a grabar dicen ‘yo no me meto en eso’, espero a que esté todo más calmado”, describe.
Olalla tenía acordado un trabajo en México y una semana de grabación en Nueva York. “Lo de México eran cuatro meses de trabajo y para no correr riesgos de viajes, confinamientos o restricciones me han reemplazado por un actor de allí. Ese tipo de cosas son tremendas, porque te has comprometido y has dicho que no a otros proyectos y al final te quedas sin nada”, argumenta a la espera del rodaje de la secuela de El Mundo es suyo de la productora Los Compadres. “Pero es la excepción, de lo poco que hay”, avisa.
Culturas
¿Y ahora qué, 2021?
La aplicación inmediata del Estatuto del Artista y la construcción de una nueva normalidad en el sector con bases distintas a las que sustentaban la antigua —precariedad, elitismo, desigualdad— son dos aspiraciones compartidas por quienes trabajan en la cultura y la hacen posible.
Incluso la pandemia ha afectado las propias situaciones de trabajo, lamenta el actor. “Si ves series diarias, notas cosas que te sorprenden. Vuelve un personaje muy querido que hacía tiempo no salía en la seria y le saludan y nadie se abraza ni se da besos, pero tampoco se saludan con codos, es una cosa rara. Y gente que se quiere mucho y habla a tres metros de distancia y dices ¿qué pasa aquí? Esto te cambia todo, la interpretación, todo, es muy raro”, opina.
De la inestabilidad a la desaparición
En los treinta años de existencia de AISGE no encuentran precedentes para el plan de asistencia de 4,3 millones de euros que han tenido que hacer en este año de pandemia. Según han informado, desde su área asistencial han aprobado 10.005 ayudas de las que se han beneficiado 1.781 personas en todo el Estado español.
Según AISGE, en 2021 se ha detectado un incremento del 35% en las personas solicitantes de ayuda (1.809 casos) y un mayor riesgo de vulnerabilidad para una parte del colectivo que hasta fechas recientes ostentaba cierta solvencia económica
“La inmensa mayoría de las demandas derivadas de la crisis del coronavirus se han tramitado a través del llamado ‘programa de necesidades básicas’. El equipo de trabajadores sociales de la Fundación AISGE ha registrado más de 3.000 intervenciones o expedientes para atender todas demandas de ayudas solicitadas”, explican desde la entidad. Solo en lo que va de 2021, han detectado un incremento del 35% en las personas solicitantes de ayuda. “1.809 desde el 1 de enero al 15 de marzo y un mayor riesgo de vulnerabilidad para una parte del colectivo que hasta fechas recientes ostentaba cierta solvencia económica”, especifican.
“Muchas compañeras y compañeros han caído en depresión, lo están pasando muy mal y están sobreviviendo gracias a las ayudas de AISGE. Hay quienes no pueden cobrar el paro porque no tienen la continuidad requerida, ni tampoco apuntarse a un Erte. Con el hándicap de que si tú un año has tenido la suerte de trabajar mucho, resulta que pagas a Hacienda, pero al año siguiente quizá no trabajas nada. Por eso lo que se viene reclamando desde las asociaciones y sindicatos, es que se haga un cómputo por lo menos de tres o cinco años, para poder declarar según períodos”, explica Amparo Climent.
Para la actriz, es el Gobierno el que debe adaptar las ayudas a las situaciones específicas de la profesión. “Si te dicen que las puede recibir quien haya demostrado que trabaja en esto y que en el último año ha tenido un mínimo de trabajo, no sirven, porque precisamente las ayudas las necesita la gente que a lo mejor en los últimos años ha trabajado muy poco y se ha tenido que dedicar a otro tipo de tareas”, cuestiona. Una situación que, según Climent, castiga más en el caso de las mujeres porque viene a sumarse a “la discriminación de género en la asignación de papeles, las condiciones laborales y las dificultades de conciliación. Si la situación de los compañeros es difícil, la de las actrices es tremenda”, afirma.
Olalla se suma al reconocimiento por el trabajo realizado desde la entidad y lamenta que las ayudas oficiales hayan llegado “tarde, pocas y mal”. Al respecto considera que “mientras no se apruebe el estatuto del artista y se reconozca la intermitencia del sector como condición sine qua non, que esa es nuestra forma de trabajar, no hay otra, es imposible que estemos en condiciones normales con respecto a otros trabajadores”, asevera.
La situación actual es dramática, según AISGE, y el panorama futuro no es el mejor. Pilar Gómez destaca que si bien el paro es un tema muy delicado, a su entender lo es más “la permanente precariedad” del sector. “Aún en las mejores condiciones, cuando se cumple el convenio, vivimos en precario”, asegura.
“Se está desestructurando el tejido cultural y eso me da mucho miedo. Ahí es donde se debería mirar, es un tejido se supervivencia precaria, pero con el efecto brutal de mantenerte activo y generar lo nuevo”, explica la actriz Pilar Gómez
“Empecé muy joven en el Centro Andaluz de Teatro haciendo giras, y aparte de cómo han cambiado las giras para peor de una manera abrumadora, recuerdo que con lo que ganabas en teatro vivías la temporada que estabas haciendo y unos tres o cuatro meses más, es decir que al pagar se tenía en cuenta que luego nos quedábamos en paro hasta que saliese otra cosa, aunque fuese poco estaba bien, podías vivir. Ahora mismo, los sueldos medios, no los de las estrellas, te dan para llegar a fin de mes y ya. Eso teniendo una buena gira como la que yo tengo”, advierte.
Al respecto, más allá de las situaciones complejas personales que la crisis laboral crea en el sector, Gómez vislumbra un problema de fondo que la atemoriza. “Se está desestructurando el tejido cultural y eso me da mucho miedo”, asegura respecto al cierre de salas pequeñas del circuito off.
“Ahí es donde para mí se debería mirar, que no se rompiese ese tejido que era de supervivencia precaria, porque para una economía familiar o de una persona pocas veces puedes vivir del off pero sí tenía un beneficio brutal que era mantenerte activo y generar lo nuevo. El riesgo permite que no muramos, que este arte siga vivo. Siempre ha sido un tejido muy precario, pero es que ahora no solo es precario, sino que no puede ser”, lamenta.
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Es comprensible que con los tiempos que vivimos actualmente no se tenga dinero para gastarlo en ver bailar a otros
Lo que por momentos ha sacado a la gente de la mierda todo este tiempo es justamente ver "bailar " a otros. Este comentario es un buen ejemplo de cómo valoramos las cosas en este puto país.
Bueno es interesante la información y muy duro si se ganaban mínimamente la vida pero con la pandemia es un sector más....no sé muy bien que se puede decir.
Deberían plantarse. Es un insulto la enorme desigualdad del sector con un puñado de productores, actores o editores ganando un pastizal mientras la grán mayoría de trabajadores del sector son pobres. Por no hablar de los 786 míseros millones que dedica el estado a Cultura frente a los 9.050 de Defensa, 32.000 al pago de la deuda o los 124.000 millones que se van en la corrupción.