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Galicia
Las trabajadoras de Sargadelos exigen la reapertura de la fábrica y rechazan la “irresponsabilidad” del dueño

“Estamos delante de la fábrica, hoy no le han permitido a las trabajadoras pasar a su puesto de trabajo”, explica Xorxe Caldeiro, representante de la Confederación Intersindical Galega (CIG) en A Mariña lucense, zona en la que se encuentra la mítica fábrica de cerámicas de Sargadelos. Su nombre ha vuelto a saltar a los titulares por la decisión de su propietario, Segismundo García, de echar el cierre en la fábrica después de que Inspección de Trabajo le comunicara que había detectado 36 infracciones y le imponía una multa de 5.000 euros.
Desde el jueves, la plantilla se ha enfrentado a una situación de incertidumbre inédita. García les ofreció firmar un documento en el que cada persona se responsabilizaba de su seguridad en el caso de que quisiesen seguir trabajando o, por el contrario, en el que aceptaban cogerse días de sus vacaciones mientras la fábrica permanecía cerrada. “Tienen un hartazgo muy grande, están aguantando como pueden”, comenta a El Salto José Antonio Zan, responsable comarcal del área de Industria de Comisiones Obreras. El representante sindical indica que la plantilla tiene que ir a trabajar para que no puedan ser sancionados por ello. “Cómo van a responsabilizarse las trabajadoras de lo que pase en la fábrica, eso es cosa del empresario, es que no tiene ni pies ni cabeza”, se lamenta.
“Cómo van a responsabilizarse las trabajadoras de lo que pase en la fábrica, eso es cosa del empresario, es que no tiene ni pies ni cabeza”, se lamentan desde CCOO
“Es un cierre patronal porque no hay ninguna razón para esto”, defienden desde la CIG. A petición de los sindicatos, la Inspección de Trabajo acudió a la fábrica el pasado jueves y aseguró que las deficiencias detectadas no son un riesgo inminente para las trabajadoras. “La decisión ha sido una maniobra para usar a las trabajadoras como arma para obtener un beneficio con la negociación con la Inspección y la Xunta”, explica Caldeiro.
“Hemos puesto una denuncia en Inspección cuando el jueves no dejaron entrar a las trabajadoras y hemos pedido una reunión”, detalla Zan, que manifiesta que es “alarmante que un Ministerio de Trabajo se doblegue ante un empresario” por la inacción de la cartera de Yolanda Díaz. Desde CCOO aseguran que el empresario está poniendo entre la espada y la pared a los trabajadores, además de perjudicar el buen funcionamiento y los números de la empresa. “Es que no sabemos si van a cobrar estos días, si hay que reclamar, no sabemos nada”, denuncia y opina que parece que para Segismundo García los empleados son “ganado”.
Posible acuerdo entre la Xunta y el dueño de Sargadelos
Un acuerdo con el Gobierno gallego fue anunciado el lunes a última hora de la noche, pero nadie conoce los detalles todavía. “Han asegurado que parte del acuerdo era que se iban a incorporar en la máxima brevedad las empleadas a sus puestos de trabajo, pero no se cumple, siguen fuera, en una actitud de absoluto desprecio por la trabajadora”, denuncia la CIG. “Solo queremos que la empresa vaya bien y que los trabajadores tengan una vida laboral larga en esta compañía que es un estandarte de la cultura de Galicia”, indica Zan, que recuerda que desde Patrimonio ya se ha ayudado mucho a la empresa.
Se trata de un pulso donde el empresario ha denunciado que el Gobierno impide el desarrollo del trabajo y por eso toma esa decisión desde el jueves. Anteriormente, dos trabajadoras han desarrollado silicosis y parte de las deficiencias señaladas por Inspección de Trabajo van en función de evitar y prevenir nuevas enfermedades como esta en la fábrica. La propuesta de la empresa para las trabajadoras ha sido proponerles cogerse días de vacaciones hasta saber qué pasa con el cierre.
Dos trabajadoras han desarrollado silicosis y parte de las deficiencias señaladas por Inspección de Trabajo van en función de evitar y prevenir nuevas enfermedades
Algo que la mayoría de las más de 90 empleadas ha rechazado y no ha dejado de presentarse en la fábrica. Mientras que ayer y el viernes pudieron entrar y ocupar su puesto de trabajo, este martes no ha sido posible. Han esperado en la puerta de la fábrica por miedo a que les puedan sancionar por ausentismo, al no tener ninguna información formal de la situación. Junto a ellas, CCOO, UGT y CIG esperan novedades, al no tener comité sindical desde hace años la empresa.
“La empresa ha sufrido mucho vaivenes en estos últimos 15 años, pasó por una crisis y un ERE, que ya denunciamos por ilegal desde la CIG”, comenta el representante sindical, que añade que se trata de una fábrica con mayoría de mujeres en la plantilla. “ha habido mucha represión”, continúa, “hasta se despidió a la delegada sindical por UGT”. Ahora, la marca de cerámica impulsada por el artista e intelectual Isaac Díaz Pardo, estaba viviendo un buen momento económico. “Este propietario hace que la tranquilidad desaparezca de un día para otro, en una situación injusta”, denuncian.
“La empresa ha sufrido mucho vaivenes en estos últimos 15 años, pasó por una crisis y un ERE, que ya denunciamos por ilegal desde la CIG”, explica el representante sindical
Cervo, donde se encuentra la fábrica, pertenece a la zona de A Mariña, en Lugo, una zona muy castigada por la pérdida de empleos. “En los últimos años se ha sufrido mucho en la zona, con despidos y cierres en sectores como el de la transformación de la madera o las conserveras”, relatan desde la CIG. Todas estas malas noticias vinieron precedidas de la crisis, malos números de ventas o pérdidas económicas. “Esto es una empresa tan simbólica que sería un palo muy grande y encima sin causa para que cierre, solo la irresponsabilidad de un empresario”.
Lugo
As traballadoras de Sargadelos esixen a reapertura da fábrica e rexeitan a “irresponsabilidade” do dono

“Estamos diante da fábrica, hoxe non lle permitiron ás traballadoras pasar ao seu posto de traballo”, explica Xorxe Caldeiro, representante da Confederación Intersindical Galega (CIG) na Mariña lucense, zona na que se atopa a mítica fábrica de cerámicas de Sargadelos. O seu nome volveu saltar aos titulares pola decisión do seu propietario, Segismundo García, de botar o peche na fábrica despois de que Inspección de Traballo detectara 36 infraccións e lle impuxera unha multa de 5.000 euros.
Desde o xoves, o persoal enfrontouse a unha situación de incerteza inédita. García ofreceulles asinar un documento no que cada persoa responsabilizábase da súa seguridade no caso de que quixesen seguir traballando ou, pola contra, no que aceptaban collerse días das súas vacacións mentres a fábrica permanecía pechada. “Teñen un fastío moi grande, están a aguantar como poden”, comenta a O Salto José Antonio Zan, responsable comarcal da área de Industria de Comisións Obreiras (CCOO). O representante sindical indica que o persoal ten que ir traballar para que non poidan ser sancionados por iso. “Como van responsabilizarse as traballadoras do que pase na fábrica, iso é cousa do empresario, é que non ten nin pés nin cabeza”, laméntase.
“É un peche patronal porque non hai ningunha razón para isto”, defenden desde a CIG
“É un peche patronal porque non hai ningunha razón para isto”, defenden desde a CIG. A petición dos sindicatos, a Inspección de Traballo acudiu á fábrica o pasado xoves e asegurou que as deficiencias detectadas non son un risco inminente para as traballadoras. “A decisión foi unha manobra para usar ás traballadoras como arma para obter un beneficio coa negociación coa Inspección e a Xunta”, explica Caldeiro.
“Puxemos unha denuncia en Inspección cando o xoves non deixaron entrar ás traballadoras e pedimos unha reunión”, detalla Zan, que manifesta que é “alarmante que un Ministerio de Traballo dobréguese ante un empresario” pola inacción da carteira de Yolanda Díaz. Desde CCOO aseguran que o empresario está a poñer entre o eixo e a roda aos traballadores, ademais de prexudicar o bo funcionamento e os números da empresa. “É que non sabemos se van cobrar estes días, se hai que reclamar, non sabemos nada”, denuncia e opina que parece que para Segismundo García os empregados son “gañado”.
Posible acordo entre a Xunta e o dono de Sargadelos
Un acordo co Goberno galego foi anunciado o luns a última hora, pero ninguén coñece os detalles aínda. “Aseguraron que parte do acordo era que se ían a incorporar na máxima brevidade as empregadas aos seus postos de traballo, pero non se cumpre, seguen fóra, nunha actitude de absoluto desprezo pola traballadora”, denuncia a CIG. “Só queremos que a empresa vaia ben e que os traballadores teñan unha vida laboral longa nesta compañía que é un estandarte da cultura de Galicia”, indica Zan, que lembra que desde Patrimonio xa se axudou moito á empresa.
Trátase dun pulso onde o empresario denunciou que o Goberno impide o desenvolvemento do traballo e por iso toma esa decisión desde o xoves. Anteriormente, dúas traballadoras desenvolveron silicosis e parte das deficiencias sinaladas por Inspección de Traballo van en función de evitar e previr novas enfermidades como esta en a fábrica. A proposta da empresa para as traballadoras foi propoñerlles collerse días de vacacións ata saber que pasa co peche.
A proposta da empresa para as traballadoras foi propoñerlles collerse días de vacacións ata saber que pasa co peche
Algo que a maioría das máis de 90 empregadas rexeitou e non deixou de presentarse na fábrica. Mentres que onte e o venres puideron entrar e ocupar o seu posto de traballo, este martes non foi posible. Esperaron na porta da fábrica por medo a que lles poidan sancionar por ausentismo, ao non ter ningunha información formal da situación. Xunto a elas, CCOO, UGT e CIG esperan novidades, ao non ter comité sindical desde hai anos a empresa.
“A empresa sufriu moito vaivéns nestes últimos 15 anos, pasou por unha crise e un ERE, que xa denunciamos por ilegal desde a CIG”, comenta o representante sindical, que engade que se trata dunha fábrica con maioría de mulleres no persoal. “houbo moita represión”, continúa, “ata se despediu á delegada sindical por UGT”. Agora, a marca de cerámica impulsada polo artista e intelectual Isaac Díaz Pardo, estaba a vivir un bo momento económico. “Este propietario fai que a tranquilidade desapareza dun día para outro, nunha situación inxusta”, denuncian.
Cervo, onde se atopa a fábrica, pertence á zona da Mariña, en Lugo, unha zona moi castigada pola perda de empregos. “Nos últimos anos sufriuse moito na zona, con despedimentos e peches en sectores como o da transformación da madeira ou as conserveiras”, relatan desde a CIG. Todas estas malas noticias viñeron precedidas da crise, malos números de vendas ou perdas económicas. “Isto é unha empresa tan simbólica que sería un pau moi grande e encima sen causa para que peche, só a irresponsabilidade dun empresario”