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Especulación inmobiliaria
Vecinas víctimas de la especulación de Élix Rental Housing se plantan contra la compra de tres bloques
El 15 de enero, la junta de accionistas de Elix Rental Housing se reunió para votar la compra de cuatro bloques de viviendas en el centro de Madrid y Barcelona para ampliar su patrimonio. En concreto los edificios de Boldano 5 (Ciudad Lineal), Salvia 1 (Tetuán), Tribulete 7 (Lavapiés) y Pg. Vall d’ Hebron 6 (Barcelona). Con esta decisión, se ponía en marcha una maquinaria empresarial destinada a comprar estos edificios donde generaciones enteras de familias —la mayoría de ellas de clase trabajadora— llevan viviendo toda su vida. Este martes por la tarde la socimi, que ya había adquirido con anterioridad los bloques de Galileo 22, en Chamberí y otro edificio en Canillejas, formalizó casi definitivamente la compra de los cuatro inmuebles en la sede de Calle Serrano nº 51. Sus inversores se reunieron para decidir si invertir dinero para la compra de los inmuebles.
La respuesta a ello llevaba semanas gestándose y organizándose entre las vecinas de los bloques madrileños en peligro de desalojo y el Sindicato de Inquilinas, que acudieron a la puerta este edificio del barrio de Salamanca con pancartas y carteles. “3,8 millones de vivienda vacías y 24.000 pisos turísticos en la CAM”, ilustraba uno de ellos.
Derecho a la vivienda
Derecho a la vivienda El fondo buitre de la familia Aguirre compra cuatro nuevos bloques y amenaza con una ola de desahucios
Era la primera vez que los vecinas de la Calle Salvia, 1 de Tetuán se unían a la lucha desigual contra el monstruo inmobiliario. El edificio acoge un proyecto de consumo agroecológico, hoy con graves problemas de permanencia ante la vorágine inmobiliaria de los especuladores. La cooperativa lleva ya 25 años en este barrio madrileño y en ella un grupo de personas se organizan para “consumir productos ecológicos, de temporada, locales y apoyando a pequeñas producciones como herramienta de transformación social”, según describen en su web. Desde que la Orden de San Juan de Dios vendió el edificio, este ha ido cayendo en manos de toda clase de propietarios, como Apolo Real State y ahora Intedisa. Hoy, este inmueble donde todavía viven de alquiler 15 vecinos es una de las propiedades que Elix tiene también pensado adquirir próximamente. Estos han optado por seguir pagando el correspondiente alquiler de su local ingresándolo todos los meses en el juzgado.
Elix Rental Housing es hermana de la catalana Elix Vintage y juntas adquirieron veintidós bloques en Madrid y Barcelona, que acabaron desahuciando un total de 421 viviendas en cinco años
La intención de Elix, propiedad de AltamarCAM, una empresa inversora dirigida por Claudio Aguirre, primo de la expresidenta autonómica del PP, es echar a más de 200 inquilinas a la calle a su suerte y llevar a cabo un proceso de remodelación de los inmuebles que permita convertirlos en pisos turísticos o viviendas de lujo y aumentar así sus precios desorbitadamente. Elix Rental Housing es hermana de la catalana Elix Vintage, que se dedica a adquirir bloques en la capital madrileña pero también en Barcelona, con una finalidad idéntica a esta primera. En ambas ciudades adquirieron veintidós bloques que acabaron desahuciando por completo en menos de cinco años, en total 421 viviendas.
Las reivindicaciones de las vecinas de estos bloques afectados por la especulación inmobiliaria se articulan en tres patas: la derogación urgente e inmediata de la Ley de Socimis, vistas por el inquilinato como diseñadas para “fomentar el ‘mercadeo’ con las casas, el enriquecimiento de los más ricos y el empobrecimiento e inestabilidad de las vecinas”, indica una portavoz del Sindicato de Inquilinas. Las vecinas abogan asimismo por la cesión de uso de los bloques de las comunidades de inquilinas que las habitan para que sean ellas las que puedan gestionar y controlar. También, que la administración ejerza el derecho de tanteo y retracto, activando los mecanismos necesarios para expropiar las viviendas a los fondos buitre. Precisamente la expropiación ha sido uno de los pilares de esta concentración, una medida que acabaría con los abusos de poder de los grandes tenedores y generaría justicia social para las vecinas.
En concreto, las activistas por el derecho a la vivienda aluden a la expropiación de todos aquellos bloques que pertenecen a un mismo propietario, es decir, “todas estas propiedades verticales acechadas por los fondos deben permanecer en manos de las vecinas para dar tranquilidad y seguridad a las inquilinas, que a día de hoy viven amenazadas tanto por Elix como por los demás fondos buitre”.
Esta medida no solo ha sido debatida ampliamente en España debido a la creciente problemática de la inaccesibilidad de los alquileres. Ya en 2021 se organizó en Berlín un referéndum no vinculante por parte de activistas contra la escasez de vivienda donde se consultó a la ciudadanía si estaban a favor o en contra de que más de 200.000 pisos pudieran expropiarse a las grandes inmobiliarias para que volvieran a estar en manos de sus legítimos tenedores, los inquilinos. En la consulta popular, conocida como Deutsche Wohnen & Co. Enteignen, más del 50% de los votantes se mostró a favor de la expropiación.
Los poderes públicos, cómplices de los fondos buitre
La concentración del martes no estuvo exenta de crispación, que vino dada por la presencia de la portavoz municipal del PSOE y ex ministra de Industria, Comercio y Turismo, Reyes Maroto, quien en un intento infructuoso de lavar la imagen de su partido fue duramente interpelada por varios miembros del Sindicato. Denuncian la inactividad del Partido Socialista en esta cuestión, ya que “ellos son quienes, desde el gobierno del Estado, pueden cambiar la ley fundamental que rige los contratos de alquiler, la Ley de Arrendamientos Urbanos”, denuncia Alberto, coportavoz del Sindicato. Esta ley, explican, permite que una vez finalizado un contrato los fondos buitre tengan vía libre para hacer cuanto quieran con los pisos.
La ley de arrendamientos y la actual Ley de Vivienda, en teoría tendente a garantizar y hacer efectivo el derecho a la vivienda para todas las familias así como evitar que los alquileres se vuelvan inasequibles para las mismas, han terminado por decepcionar a las organizaciones pro derecho a la vivienda. “La Ley (de Vivienda) se ha hecho intencionadamente para que solo se pueda aplicar en determinadas comunidades autónomas y bajo determinadas circunstancias”, afirma el activista. En Catalunya, la única comunidad en la que se ha querido aplicar, “es el propio PSOE el que está poniendo trabas para que no pueda darse una regulación real de los alquileres”, concluye.
“Las administraciones han puesto una alfombra roja a estos buitres para que puedan comprar y vender las casas con el único fin de enriquecerse, no protegernos”
Pilar, vecina de Salvia 1, afirma que Elix quiere comprar para destinar al alquiler vacacional a costa de echar a las vecinas y se ha mostrado igualmente contundente sobre las intenciones de las administraciones públicas: “Son culpables de la situación que estamos sufriendo”. Añade que “las administraciones han puesto una alfombra roja a estos buitres para que puedan comprar y vender las casas con el único fin de enriquecerse, no protegernos”.
Ley de Vivienda
Ley de Vivienda Acusan al Gobierno de boicotear la regulación de los alquileres en Catalunya con un índice de precios inflados
Resistir como arma ante el abuso de poder
Antonia es otra vecina a punto de ser desahuciada de su casa en el bloque de Tribulete 7 de Lavapiés, donde el pasado 3 de febrero tuvo lugar una acción musical para visibilizar la situación que viven las inquilinas del edificio. Ese día aportaron su granito de arena artistas como Rocío Saíz, Alberto San Juan y El Artivista. La inquilina de Lavapiés destaca que “las socimis son creadas para fomentar la especulación, el enriquecimiento de los más ricos y el empobrecimiento de las inquilinas” y alega que “los fondos buitres nos expulsan de nuestras casas con técnicas mafiosas porque cuanto antes vacíen el edificio, más rentabilidad sacarán”.
La compra especulativa de estos bloques no solo constituye un acto de violencia económica y simbólica fruto del poder ilimitado del que gozan los fondos buitre, también denota una profunda deshumanización de sus residentes, vistos como meros bultos y no como personas que llevan toda una vida generando recuerdos en aquellos espacios que Elix pretende despojarles para acumular beneficios millonarios.
Pero la estrategia de las vecinas no es una estrategia de resignación sino de resistencia a ultranza: Bajo la campaña #NosQuedamos pretenden permanecer en sus casas, intentar prorrogar el contrato —los contratos de renta antigua plantean mayores dificultades puesto que legalmente no se pueden rescindir— y exigir una negociación colectiva para poder conquistar soluciones que sean satisfactorias para todas.
Las vecinas, en una situación límite, se encuentran en un callejón sin salida puesto que, en caso de tener que abandonar las viviendas finalmente, tienen casi imposible alquilar un inmueble en otro lugar de Madrid: “Cada vez hay menos viviendas, los precios están por las nubes y las inmobiliarias cada vez piden más requisitos, como nómina, avales etc.”, declaran desde el Sindicato de Inquilinas.