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Violencia machista
Qué es, para qué sirve y cuánto cuesta un centro de crisis de violencia sexual
El 25 de noviembre de 2020 empezó a funcionar en Asturias el Centro de Crisis para Víctimas de Agresiones Sexuales, un recurso que funciona 24 horas, todos los días del año, y que desde entonces y hasta finales de marzo ha atendido a 50 mujeres víctimas de violencia sexual y 24 familiares.
Para su primer año de funcionamiento se aprobó un presupuesto aproximado de unos 500.000 euros, según informa el Principado de Asturias, aunque también se necesitaron otros recursos como el local donde ofrece su servicios en Oviedo —en un edificio que es Patrimonio del Principado— o un vehículo y su conductor o conductora especializado con formación en atención en situaciones de crisis, del que este centro dispone mediante un convenio con el transporte sanitario de Asturias.
Este vehículo es clave para el servicio, ya que el equipo se desplaza a cualquier lugar de Asturias siempre que sea necesario. “De este modo nos adaptamos a la orografía de Asturias, porque en un máximo de una hora y media podemos estar en cualquier punto”, señala la coordinadora contra la violencia de género del Instituto Asturiano de la Mujer, Manuela Suárez Granda. Ella explica a El Salto que este centro fue una iniciativa promovida tras la llegada de un nuevo equipo de Gobierno en Asturias, en junio de 2019, ante la posibilidad de contar con fondos de Pacto de Estado contra la violencia de género.
Un centro en Asturias y otro en Madrid son las dos únicas referencias que existen en España para el resto de provincias, más Ceuta y Melilla, que deberán crear este tipo de recursos especializados en violencia sexual antes de 2023
El centro de Asturias y uno en Madrid son las dos únicas referencias que existen en España para el resto de provincias, más Ceuta y Melilla, que deberán crear centros de crisis antes de 2023 después de que el Consejo de Ministros aprobara el martes 6 de abril un acuerdo de distribución territorial de la ejecución del Plan España te Protege contra las Violencias Machistas destinado a la creación de servicios de atención integral 24 horas a víctimas de violencia sexual. Estos centros, especifica el Ministerio de Igualdad, atenderán a mujeres mayores de 16 años víctimas y supervivientes de violencia sexual, tanto si la violencia se ha producido de forma reciente como en el pasado —aunque, en el caso de Asturias, la atención se facilita a partir de los 12 años y, en el de Madrid, de los 18—, y sin denuncia.
El acuerdo, que aún debe ser ratificado por la Conferencia Sectorial de Igualdad, consigna un importe inicial este año de 19,8 millones de euros y uno total de 66 millones, con una asignación inicial de 300.000 euros para cada uno de ellos y gracias a la financiación del Plan de Recuperación y Resiliencia de la Unión Europea.
La ministra de Igualdad, Irene Montero, explicó que se trata de cumplir con el Convenio de Estambul para la lucha contra la violencia contra las mujeres y con la Ley de Libertad Sexual, que incluye la creación de estos centros y en un contexto que dibuja la última Macroencuesta de Violencia contra la Mujer, que reveló que en España aproximadamente el 13,7% de las mujeres de 16 o más años (2.802.914) han sufrido alguna forma de violencia sexual a lo largo de la vida. En concreto, el Convenio de Estambul establece en su artículo 25 la obligación de “permitir la creación de centros de ayuda de emergencia para las víctimas de violaciones y de violencias sexuales, apropiados, fácilmente accesibles y en número suficiente, para realizarles un reconocimiento médico y médico forense, y darles un apoyo vinculado al traumatismo y consejos”, recordó Montero el martes.
Manuela Suárez Granda también hace referencia a este artículo del Convenio de Estambul cuando explica el funcionamiento del centro de crisis de Asturias. El Consejo de Europa indica que debe existir, al menos, uno de estos centros por cada 200.000 mujeres o uno en cada provincia. También que han de estar disponibles las 24 horas del día, los 365 días el año. Sin embargo, no es tan específico con respecto al número y tipo de profesionales que debe poner a disposición de las víctimas.
El centro de crisis cuenta con seis psicólogas y seis abogadas, además de una coordinadora, y su particularidad es que dispone de un vehículo con el que se desplaza a cualquier punto de Asturias si así lo requiere la intervención
En el de Asturias, el centro de crisis cuenta con seis psicólogas y seis abogadas, además de una coordinadora, explica la coordinadora contra la violencia de género. La recomendación del Ministerio de Igualdad es que a estos perfiles se sumen los de trabajadoras o educadoras sociales, así como los de mediadoras culturales y/o traductoras. Suárez Granda explica que, en el caso asturiano, las profesionales del centro de crisis trabajan en coordinación con la red de unidades de trabajo social en los municipios, así como con las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad.
Suárez Granda se muestra satisfecha del trabajo realizado hasta ahora y se muestra sorprendida por la alta demanda, en un contexto que ha sido desde marzo de 2020 de reducción de la movilidad y toques de queda. También considera llamativamente alto el número de niñas y adolescentes que necesitaron el recurso: de las 50 mujeres atendidas, 41 de ellas eran mayores de edad —entre 21 y 69 año — y nueve menores —entre los 12 y 17 años—.
Madrid, el primero en España
En diciembre de 2019, el Área de Familias, Igualdad y Bienestar Social puso en funcionamiento el Centro de Crisis 24 horas para la atención a víctimas de violencia sexual del Ayuntamienrto de Madrid, un recurso destinado a la intervención especializada para la atención integral a mujeres víctimas de violencia sexual, que hayan vivido un intento o una situación de violencia sexual recientemente o en el pasado. Como explica el propio Ayuntamiento, el acceso a este recurso puede realizarse directamente mediante llamada a la línea gratuita 900 o mediante acceso personal directo al centro, o bien por derivación de otros recursos generales o especializados. Cuenta con un equipo multidisciplinar que integra profesionales del ámbito social, jurídico y psicológico, y también tiene un servicio de mediación intercultural y de interpretación lingüística.
Y si en Asturias la contratación de las profesionales se hace de manera directa a través de la administración asturiana, en Madrid se optó por una adjudicación, en este caso, a la Fundación Aspacia, que en 2020 contó con un presupuesto de 1,2 millones.
Con algo más de trayectoria que el asturiano, el centro de Madrid puede dar ya cifras sobre sus intervenciones y trazar algunos perfiles. El centro, informa el Ayuntamiento de Madrid, atendió en 2020 a un total de 504 mujeres víctima de violencia sexual en 2020 e informó a un total de 898 personas.
La recogida de datos del centro de crisis de Madrid permite afirmar que los agresores son mayoritariamente personas conocidas —29,11%— o, más frecuentemente, del entorno cercano o familiar —el 37,66%—
De las 898 intervenciones en el servicio de información y orientación, 504 fueron atenciones a víctimas, mientras que el resto se distribuyen entre familiares, profesionales, entidades y población general. De las 504 mujeres atendidas a través de la Línea 900 en 2020, 184 requirieron exclusivamente actuaciones de información y orientación, mientras que en los casos de 320 mujeres se detectaron situaciones de emergencia o crisis que conllevaron una intervención.
Los datos del centro permiten afirmar sobre la relación con el agresor que solo en un 17,41% de los casos era una persona desconocida. Mayoritariamente los agresores son personas conocidas o del entorno cercano o familiar. En concreto, el 29,11% son personas cercanas y el 37,66% del ámbito familiar.
Sobre el perfil sociodemográfico, los datos indican que el 63,05% de las mujeres atendidas son de origen español, frente al 36,95% de usuarias que son de origen extranjero. De estas últimas, 10 tienen también la nacionalidad española. El mayor porcentaje de las mujeres atendidas en el centro tiene edades comprendidas entre los 18 y los 24 años (33,33%), le siguen las mujeres de entre 25 y 34 años, que representan el 25,32%. Si sumamos ambos porcentajes, el 72,86% del total de las mujeres que reciben atención en el Centro de Crisis tiene menos de 35 años.
Carolina Pulido concejala de Más Madrid —fue el Gobierno de Ahora Madrid, que precede a esta formación, quien impulsa el centro Durante el Gobierno de Carmena—, valora positivamente el trabajo que se ha realizado desde su puesta en marcha. “Ha servido principalmente para ofrecer por primera vez la atención especializada y de urgencia que requerían las víctimas de violencia sexual desde un enfoque de derechos y siguiendo las recomendaciones que marca el Convenio de Estambul, y también para empezar a visibilizar la violencia sexual como una de las formas más graves y a la vez invisibilizada de violencia machista”, dice a El Salto.
“Esperamos que sirva de referente para cumplir con el compromiso que marca el Convenio de Estambul de crear un centro por cada 200.000 mujeres y que también es compromiso firmado en el Ayuntamiento de Madrid entre todos los grupos municipales menos VOX a propuesta de Más Madrid”, añade a modo de recordar al equipo actual, liderado por el PP.
Preguntada por aspectos a mejorar, alude al Protocolo Sanitario de Violencia sexual de la Comunidad de Madrid, pendiente de terminar desde 2019, o que se refuercen otros recursos como el CIMASCAM (Centro de Atención Integral a Mujeres Víctimas de Violencia Sexual de la Comunidad de Madrid).
También recuerda que han pedido al equipo actual una mejor difusión del centro de crisis mediante una campaña masiva “para que cualquier mujer pueda encontrarse en una marquesina con un número de teléfono al que poder llamar en caso de necesitar atención urgente”.
Una buena noticia, pero...
Para Virginia Álvarez, responsable de investigación de Amnistía Internacional y coautora del informe Ya es hora de que me creas en el que esta organización reclamaba en 2018 la creación de estos centros, el anuncio de esta semana del Ministerio de Igualdad es bienvenido: “Los centros de crisis, en principio, dan respuesta a la atención especializada que venimos reclamando para todas las violencias de género contra las mujeres. específicamente para las violencias sexuales”. Ahora bien, recuerda que las comunidades autónomas deben vigilar que se trata de recursos “que lleguen a todas las mujeres y no solo a las de las grandes capitales, que es lo que suele ocurrir”.
Otra advertencia que hace es sobre la forma de acceso a estos recursos, que en ningún caso, dice, puede ir vinculada a la presentación de una denuncia: “Tienen que acompañar a la mujer tanto si decide denunciar como si no, y debe atender a mujeres que están sufriendo una violencia como aquellas que la sufrieron en el pasado y necesitan apoyo psicológico o asesoramiento”. Tampoco se debe vincular la prestación de este servicio a la presentación de ningún tipo de documentación, advierte.
Virginia Álvarez, (Amnistía Internacional) cree que estos centros “en principio dan respuesta a la atención especializada que venimos reclamando”, pero advierte de que deben llegar a todas, y no solo a las mujeres de las núcleos urbanos
El informe “Ya es hora de que me creas” advertía en 2018 de la falta de protocolos claros y de cifras sobre sobre la violencia sexual. Desde el momento de la violación o cualquier otra forma de violencia sexual, independientemente de que la mujer decida denunciar o no, esta se enfrenta a la falta de protocolos claros de actuación y a la ausencia de formación específica de los profesionales que las atienden (policía, personal médico, forense y judicial), alertaba el informe, que llamaba la atención sobre el hecho de que España se situaba en el puesto 25 de 32, en cuanto al número de denuncias presentadas por violencia sexual.
Sobre el coste que se debe asumir para poner en marcha estos centros y si la asignación de 19’8 millones es suficiente, Álvarez se resiste a hacer una valoración: “No hemos calculado cuánto cuesta, cuando hablamos de Derechos Humanos no se trata de cuánto cuesta sino de asignar los recursos que son necesarios.
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