We can't find the internet
Attempting to reconnect
Something went wrong!
Hang in there while we get back on track
“Por supuesto que voy a votar a la oposición”, dice convencido Burhan en una cafetería en el barrio de Sisli en Estambul, el joven arquitecto de 26 años, es uno más de esta generación Z turca que ve con optimismo estas elecciones. A días de las que se consideran las elecciones más importantes de Turquía en los últimos años ya que podrían arrebatarle el poder al actual presidente, Recep Tayipp Erdogan, tras veinte años, el país se encuentra en plena campaña electoral.
Mañana, domingo 14 de mayo, el pueblo turco vota en las urnas la que será la composición de su Parlamento por los próximos cinco años, así como la presidencia. Cuatro son los principales candidatos a las elecciones presidenciales: Recep Tayyip Erdoğan, Kemal Kılıçdaroğlu, Muharrem İnce y Sinan Oğan. La verdadera batalla electoral se encuentra entre el actual presidente y Kılıçdaroğlu quien encabeza la llamada Alianza Nacional, una coalición de seis partidos heterogéneos —el Partido Republicano Popular (CHP), de centroizquierda y kemalista, al que pertenece Kılıçdaroğlu; el Partido Bueno (IYI), de corte conservador y nacionalista, cuya líder es Meral Akşener; el Partido de la Felicidad (SP), islamista y conservador, encabezado por Temel Karamollaoğlu; el Partido Demócrata (DP), de centroderecha e islamismo moderado, liderado por Gültekin Uysal, así como el Partido del Futuro (GP) y el Partido Democracia y Progreso (DEVA), ambos escindidos del partido islamista de Erdogan, el Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP)—. Las encuestas le dan a la formación opositora un escaso margen de victoria con respecto al AKP, quien también corre el peligro de perder la mayoría en el parlamento.
En 2019, el AKP ya perdía el control de la que supone la ciudad más importante del país ante el candidato del CHP en una jornada electoral donde el partido islamista no dudó en asegurar que se había cometido fraude electoral debido a la ajustada diferencia en el resultado, lo que provocó la anulación del mismo y la repetición de los comicios. Esas segundas elecciones dieron la razón al CHP y Ekrem Imamoglu se convirtió en el alcalde de Estambul, algo que parecía avecinar el destino de las presidenciales, ya que incluso el mismo Erdogan ha declarado en más de una ocasión que “quien pierde Estambul, pierde Turquía”.
La inflación ha sido uno de los principales puntos que han hecho perder apoyo a Erdogan de Turquía, la cual, según datos oficiales alcanzó el 50,5% este pasado mes de abril, expertos independientes elevan este incremento al 100%
Ahora, casi cuatro años después de este resultado, Burhan no para de quejarse de cuan “cara se ha vuelto la vida en Turquía”, el arquitecto explica cómo “ni siquiera salir a por una café es una opción”. La inflación ha sido uno de los principales puntos que le han hecho perder apoyo al hombre fuerte de Turquía, la cual, según el Instituto de Estadística Turco (TURKSTAT), alcanzó el 50,5% este pasado mes de abril. Una cifra que asciende al doble según el grupo de expertos independientes, Enagrup, quienes, ante las dudas sobre la fiabilidad de los de datos de TURKSTAT debido a la influencia del gobierno sobre este publican cifras alternativas de inflación, las cuales han llegado a superar el 100%.
Junto Burhan está Ibrahim, un asistente de vuelo de la compañía turca Pegasus, el cual no ha querido revelar a quién va a votar, a lo que el arquitecto justifica “mucha gente prefiere no revelar sus preferencias por miedo a las represalias en sus trabajos”. Desde el intento de golpe de Estado de 2016, del cual Erdogan culpó el Fetullah Gülen —agrupación religiosa que, irónicamente, le ayudó a llegar al poder—, el líder turco ha realizado una serie de reformas que han convertido a Turquía en un régimen presidencialista, centralizando el poder en la figura del presidente, la cual dejaba de ser meramente representativa al eliminarse, a su vez, la figura del primer ministro.
Además, el actual presidente mantiene un control férreo de los medios de comunicación, se estima que más del 90% de los medios en el país están bajo la influencia del AKP. Mumtaz Murat es coordinador de proyectos de la Asociación de Estudios de Medios y Derecho (MSLA) que lleva años registrando los casos de persecución de periodistas y siguiendo los procesos judiciales a los que se enfrentan. Desde la oficina de la organización explica que “las garantías que la Constitución da a la libertad de expresión ya no son válidas”.
Hace escasamente dos semanas las fuerzas policiales detuvieron a más de un centenar de periodistas, activistas y abogados, entre otros, en lo que el estado catalogó como ‘una operación anti terrorista’. “En Turquía, según el gobierno, hay muchas organizaciones terroristas, la último el Fetullah Gülen. Tras el intento de golpe de Estado Erdogan calificó a la organización como terrorista, iniciando una persecución contra sus miembros que llevó al despido y la encarcelación de sus miembros”, afirma el activista. La MSLA asegura que el 50% de los procesados por razones políticas se enfrentaba a cargos por “hacer propaganda de una organización terrorista” y el 40% por pertenecer a una.
Desde la declaración del estado de emergencia en 2016, se llevó a cabo una recentralización para acelerar la toma de decisiones desde el gobierno, lo que ha supuesto una ‘desconstitucionalización’ del régimen donde la Constitución, así como los procedimientos jurídicos, son instrumentalizados. “En Turquía ya no hay Estado de derecho”, asegura Mumtaz.
Turquía
Elecciones turcas Derrocar a Erdogan: “Una cuestión de supervivencia” para las feministas turcas
La esperanza de la oposición
“Vente para Maltepe”, recitaba el mensaje que recibía el pasado sábado. Y es que en ese barrio a las afueras de Estambul, la oposición con Kılıçdaroğlu celebraba un mitin de la Coalición Nacional donde se concentraron cerca de 100.000 simpatizantes de esta coalición izquierdista. En el acto, el líder declaraba: “seré el presidente de 85 millones. Serviré a 85 millones con derecho, ley y justicia”.
Apodado el “Gandhi turco”, Kılıçdaroğlu, antiguo director de la Seguridad Social turca de 74 años, destaca por su tranquilidad y austeridad cuyo discurso pone el enfoque en aspectos legalistas y éticos, además de por su parecido al líder indio. Fiel detractor del ‘erdoganismo’, Kılıçdaroğlu y su partido, históricamente kemalista y defensor de los valores seculares y republicanos, su programa se centra en restaurar el sistema parlamentario, volver al Convenio de Estambul del que salió el presidente islamista, devolver la independencia a los tres poderes del Estado y reiniciar el camino hacía la Unión Europea.
“Si vuelve a ganar Erdogan, honestamente, estamos jodidos”, exclama Murat. El posible triunfo de la Alianza le da a la asociación de prensa algo de esperanza “estamos en una situación terrible. Solo si la oposición política se limita a defender las sentencias del Tribunal Constitucional y del Tribunal europeo de los Derechos Humanos estaremos en una mejor posición”, afirma el activista.
Ante la posible victoria de los socialdemócratas, el gobierno no ha dudado en iniciar una campaña de ataques en contra de sus oponentes. El ministro de interior ha llegado a afirmar que las próximas elecciones son “un golpe de Estado”
Por primera vez en veinte años, las encuestas no le dan una amplia victoria al AKP de Erdogan, es más, las estimaciones le dan una ligera victoria a la alianza opositora de entre el 45% y el 48%. Sin embargo, de llegar a suceder este resultado habría que esperar a una segunda ronda para saber el destino que le espera a Turquía.
El escenario se torna más oscuro conforme nos acercamos al día D. Ante la posible victoria de los socialdemócratas, el gobierno no ha dudado en iniciar una campaña de ataques en contra de sus oponentes. El ministro de interior del país, Suleiman Soylu, ha llegado a afirmar que las próximas elecciones son “un golpe de Estado” de Occidente contra el país. Y no faltan quienes temen que, en caso de ganar la oposición, el AKP recurrirá a una táctica similar a la usada en las elecciones de Estambul en 2019, con el fin de mantenerse en el poder.
Kurdistán
Kurdistán tras el terremoto Identidad bajo los escombros
Los kurdos decidirán el resultado
La población kurda supone un 20% del total del país, población que tradicionalmente apoyan al Partido Democrático de los Pueblos (HDP), que defiende la identidad de esta minoría, y aún se está enfrentando a su posible ilegalización —en 2021 la fiscalía pedía la ilegalización del partido por mantener lazos con el grupo armado PKK o hacer propaganda de esta organización considerada terrorista en Turquía y la UE-. Es por ello, que el HDP se presenta a las elecciones parlamentarias bajo el amparo del Partido de la Izquierda Verde (YSP) y no ha presentado candidato a las presidenciales, optando por dar su apoyo Kılıçdaroğlu.
Murat Simsek es un joven procedente de Gaziantep y forma parte de la comunidad kurda. Afirma que tanto él como su familia van a votar a la oposición por “su transparencia”. El joven admite que “al principio la comunidad kurda apoyaba a Erdogan, pero han pasado más de veinte años y las cosas deben cambiar. Él no ha cumplido con sus promesas, con el tiempo se ha visto que solo le importan los suyos”; Erdogan permitió en 2012 por primera vez en la historia que la lengua kurda se enseñase en la escuelas, pero la deriva anti-kurda ha ido en aumento y la comunidad se encuentra en una situación de represión constante. En la detenciones masivas del pasado mes, la mayoría de los procesados pertenecían a esta comunidad. “Si eres un periodista kurdo, automáticamente eres terrorista. Más del 90% de los detenidos el mes pasado eran kurdos”, explica el coordinador de proyectos de MSLA.
Erdogan permitió en 2012 por primera vez en la historia que la lengua kurda se enseñase en la escuelas, pero la deriva anti-kurda ha ido en aumento y la comunidad se encuentra en una situación de represión constante
En un vídeo compartido en redes sociales Kılıçdaroğlu se presentaba como aleví, una minoría religiosa dentro del pueblo kurdo que ha estado históricamente discriminada en Turquía, algo que ha demostrado, además, los vientos de cambio que pretende traer al país este candidato. Además, entre las promesas de la oposición, está la liberación de Selahattin Demirtas, líder del HDP encarcelado en 2016, al que el gobierno se niega a poner en libertad bajo la acusación de tener lazos con el Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) a pesar de las exigencias del Tribunal de Estrasburgo para su liberación.
Se debe tener en cuenta que el HDP suponía la tercera fuerza en escaños del Parlamento turco, lo que puede marcar la diferencia en el resultado de este domingo. “Kılıçdaroğlu se preocupa por nosotros, cuando el terremoto no dudó en venir y estar de nuestro lado”; afirma el joven kurdo en referencia a la gestión del terremoto que asoló el país el pasado febrero, y que obligó a la familia del mismo a huir de su casa por miedo al derrumbe. “Mi familia ha podido volver, pero hay muchos que no. El gobierno no actuó a tiempo y mucha gente murió, queremos soluciones y Kılıçdaroğlu las ha prometido”, es por eso que tanto Murat como su familia votarán a la oposición en las próximas elecciones.
Los refugiados sirios, la cabeza de turco de la campaña electoral
Se estima que desde el inicio del conflicto sirio en 2011 Turquía acoge a 3,7 millones de personas, una cifra que llega a elevarse a los cinco millones. La externalización de fronteras de la UE ha convertido a Turquía a un tercer país al que paga 6.000 millones de euros para que impida a las personas migrantes y solicitantes de asilo alcanzar las fronteras de la Unión. Esto ha provocado que millones de refugiados hayan convertido Turquía en su lugar de residencia, a los que el país ha concedido el estatus de “protección temporal”, lo que les otorga el derecho de acceso a los servicios básicos, incluida la educación y la atención de la salud.
Un estatus que ha hecho que estos refugiados lleven más de diez años en el país pero que, a su vez, ha generado un sentimiento anti-sirio entre la población turca. Un discurso que inició Umit Ozdag, líder del partido de extrema derecha Movimiento Nacionalista (MHP), y que ha calado en la población. Los que al principios fueron recibidos como hermanos, han acabado siendo culpados de los males del país, principalmente de la inflación y el acceso a la vivienda —menos de un 5 % del total de refugiados residen en los campamento, el resto viven en casa particulares.
Turquía
Elecciones el 14 de mayo La izquierda turca se conjura para echar a Erdogan del poder
Con el objetivo de contentar a estos posibles votantes, quienes culpan a los refugiados de los problemas económicos del país, el CHP prometía en su programa que “nos aseguraremos de que los sirios bajo Protección Temporal regresen a salvo a su país lo antes posible y de conformidad con las leyes nacionales e internacionales”. No solo esto, si no que el líder opositor también ha anunciado otras medidas que afectaría a la población siria, como la limitación en el acceso a la vivienda.
Una promesa a la que también se ha unido Erdogan, quien parece haber cambiado su tono en cuanto a refugiados sirios se refiere. Y es que el líder turco, siempre se ha referido a estos refugiados como “hermanos sirios”. Sin embargo, desde hace un tiempo el todavía presidente ha aumentado las deportaciones “voluntarias” de refugiados. La ONG Human Rights Watch ya denunciaba “el arresto en sus hogares, lugares de trabajo y en la calle de refugiados sirios. Los detuvieron en malas condiciones, golpearon y maltrataron a la mayoría de ellos, los obligaron a firmar formularios de retorno voluntario, los llevaron a los puntos fronterizos con el norte de Siria y los obligaron a cruzar a punta de pistola”
Ante este escenario, los sirios ruegan por lo menos malo entre lo malo, que para ellos sería la renovación del poder del actual líder y de su partido, quienes, a pesar de haber cambiado el tono hacía ellos, no ha hecho de la política antimigración uno de los puntos centrales de su campaña.
Relacionadas
Rojava
Rojava Al Hol: ¿quién cuida a los hijos del ISIS?
Rojava
Rojava Al Hol: una sombra que ahoga
Kurdistán
Pueblo kurdo “Las ideas de Abdullah Öcalan y la revolución en Rojava son un faro para la práctica revolucionaria”
Mañana espero que caiga el díctador, no porque la oposición sea revolucionaria, pero si al menos, para salvar la democracia y los derechos más básicos, como la liberación de los periodistas encarcelados, poner fin a la persecución de políticos opositores, defender la pluralidad cultural kurda, terminar con el islamismo y el control de las instituciones por parte de Erdogan.
También en el enunciado poner a Kemal como demócrata tampoco eh?
Asi es, sino me falla la memoria, el mismo fue quien ocupó las partes del Kurdistan turco y oprimió a su población.