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Ferrocarril
Con el Movimiento Tren Ruta de la Plata, contra el cambio climático y la despoblación
En estos días se está comentando la COP28, la Conferencia de las Partes que celebran cada año los 192 países que forman parte de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, la que en su fundación estableció que los gases efecto invernadero emitidas por el ser humano están tras el cambio climático y que los países firmantes debían reducir dichos gases. En 1995 se celebró la COP1, en Berlín, y la COP3 fue la de Kioto en 1997, en la que fue aprobado el famoso Protocolo, donde se pedía compromisos a los países industrializados para limitar y reducir las emisiones de gases efecto invernadero. Los objetivos para el conjunto de países sumaban una reducción promedio del 5% en comparación con los niveles de 1990 durante el período 2008-2012.
En la COP18 de Qatar, celebrada en 2012 en Doha, se introdujo una enmienda por la que las reducciones de emisiones GEI debían ser, al menos, de un 18% por debajo de los niveles en 1990, para el periodo 2013-2020; en el apartado de compensaciones se incluían mecanismos de flexibilidad basados en incentivos de mercado: comercio internacional de emisiones, mecanismos de desarrollo limpio e implementación conjunta; mecanismos que no han tenido éxito en la reducción de emisiones.
Ferrocarril
Ruta de la Plata Se anuncia un estudio de viabilidad para el ferrocarril de la Ruta de la Plata
La COP 21, celebrada en Paris en 2015, se cerró con los acuerdos de reducir las emisiones para mantener el aumento de la temperatura media de calentamiento por debajo de los 2 grados centígrados. Allí, se cuantificó la necesidad de reducir las emisiones de GEI en un 55% para 2030 y 0 emisiones en 2050.
Pero, en todos estos años, los estados más responsables (como debería ser España) en realidad no cumplen y es en ese contexto que podemos colocar los cierres de ferrocarril (se clausuraron casi 3.000 kilómetros de ferrocarril desde 1985 hasta 2020 por considerarlas deficitarias). ¿No se sabía en 1985 o en 1996, cuando se cerró Plasencia-Astorga, también para mercancías, que los combustibles fósiles calentarían el planeta? El modelo de ferrocarril español, donde las líneas de AVE eran prioridad presupuestaria y promesa electoral de cada territorio de la España peninsular, perjudicaba sobremanera a otras infraestructuras ferroviarias, nacionales, sufriendo Extremadura un abandono famoso en toda España. Por ejemplo, el trayecto Mérida-Sevilla, de 200 km, duraba CINCO HORAS por el deterioro de las vías. El tren a Madrid sufría incidencias día sí, día no. No se ha dejado de denunciar y así se ha hecho famoso el tren de Extremadura.
Al valorar las conclusiones de la COP28 se dice que, por primera vez, aparecen literalmente los “combustibles fósiles”. Hoy nos choca, porque nadie separa GEI y los combustibles fósiles del transporte, pero entonces se desviaba la atención del personal hacia emisiones de otro tipo: refrigeración y otros usos de gases también nocivos.
Les ha costado a los mercados reconocer la etiqueta de nocivos a los combustibles fósiles más allá del carbón y lo han hecho ahora, a cambio de introducir en los acuerdos dos falsas soluciones, como son la recuperación de carbono en la atmósfera -hoy por hoy una quimera- o la continuación con la energía nuclear y sus irresolubles problemas: el manejo de seguridad de las instalaciones, sus residuos y lo caro que resulta el ciclo de vida de una energía que requiere desde la minería de uranio hasta los gastos de cuidados de residuos radiactivos durante miles de años.
En 1992 también tuvo lugar, en Río de Janeiro, la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Medio Ambiente y Desarrollo, conocida como “Cumbre para la Tierra”, celebrada con motivo del 20 aniversario de la primera Conferencia sobre el Medio Ambiente Humano en Estocolmo, en 1972, que reunió a líderes políticos, diplomáticos, científicos, representantes de los medios de comunicación y organizaciones no gubernamentales de 179 países. Se acababa de publicar el informe “Los límites del crecimiento”, encargado al Massachusetts Institute of Technology por el Club de Roma, cuya conclusión fue: “Si el actual incremento de la población mundial, la industrialización, la contaminación, la producción de alimentos y la explotación de los recursos naturales se mantiene sin variación, alcanzará los límites absolutos de crecimiento en la Tierra durante los próximos cien años”.
El tema de la despoblación es otro de los problemas relacionados. De hecho, es un reto que da nombre a un ministerio. Los datos no engañan con Cuenca, Zamora o Teruel; mientras unos son los más despoblados en general, otros son los de menor porcentaje de jóvenes, índices de la misma problemática
Treinta años después, en 2012, se publicó “Los límites del crecimiento (en un mundo finito)”, en la que los autores, con datos más fiables de diferentes áreas relacionados con clima y biosfera, entre otros, mostraban que ya estábamos sobrepasando los límites físicos. Mediante la huella ecológica constataron que el crecimiento económico desde 1972 es una danza en los bordes de un volcán que nos aboca a una transición inevitable. Se dedican dos capítulos para proponer posibles transiciones urgentes para evitar el temido colapso: estrategias de decrecimiento como la economía circular, el autoconsumo eléctrico, productos locales; grupos de consumo, relocalización empresarial, comercio de proximidad, impulso del transporte sostenible, valorización de los residuos, responsabilidad social corporativa, empresas sostenibles que promueven el cuidado del medio ambiente, aplicación de diseños que posibiliten reducción, reutilización y reciclaje; promoción de hábitos de vida saludable, contribución al cumplimiento de los objetivos de desarrollo sostenible, consumo responsable, participación en acciones sociales con objetivos globales, refuerzo de lazos comunitarios como relaciones familiares, vecinales y de apoyo mutuo para mitigar y adaptarse al deterioro del medio ambiente...
Los días 13 y 20 de diciembre y 10 y 17 de enero tendrán lugar en Aranda de Duero unas jornadas sobre el Ferrocarril en la España Vaciada (en la fecha de publicación de estas líneas ya habrán arrancado). En la jornada del 13 participamos el Movimiento Tren Ruta de la Plata junto con la Plataforma Cuenca Ahora, opuesta al cierre de la línea convencional entre Cuenca y Valencia... Y es que se sigue cerrando ferrocarril. Dicho cierre está en los juzgados y, de momento, se ha suspendido cautelarmente. Varios colectivos se han unido para evitarlo: Coordinadora Estatal por el Tren Sostenible, Alianza Ibérica por el Ferrocarril, CCOO, CGT, ayuntamientos, Ecologistas en Acción y varias plataformas tanto ferroviarias como ciudadanas. Otras plataformas y colectivos que trabajan por el Ferrocarril en la España Vaciada participarán en las siguientes fechas señaladas.
Porque la despoblación es otro de los problemas relacionados. De hecho, es un reto que da nombre a un ministerio. Los datos no engañan con Cuenca, Zamora o Teruel; mientras unos son los más despoblados en general, otros son los de menor porcentaje de jóvenes, índices de la misma problemática. Entre todas las incertidumbres de la transición energética, en un contexto limitado de recursos materiales y respeto al medio ambiente que implica una necesidad de reducir las emisiones y el ahorro de energía, hay pocas cosas tan evidentes como la contribución de una malla de ferrocarril a la reducción de las emisiones de transporte de viajeros y mercancías y que, además, el ferrocarril impulsa la economía local, reduce costos logísticos y aumenta la competitividad de las empresas al tener mejor acceso a las terminales marítimas. También mejora la afluencia turística en unas comarcas con importante patrimonio histórico y natural. Las infraestructuras y servicios ferroviarios crean empleo directo e indirecto durante la construcción, modernización, mantenimiento y operación de líneas. Promueve, finalmente, relaciones de cercanías, de media y de larga distancia.
“No sois rentables para mantener un tren”, se repetía, pero es que además se restaron oportunidades a otras comarcas al cortar esta conexión periférica, una opción que tenían muchos emigrantes extremeños para viajar al País Vasco, a Asturias o Galicia
El pasado 4 de noviembre, para instar al Gobierno a que impulse con urgencia la reapertura de la Ruta de la Plata, tuvo lugar una movilización simultánea en 15 localidades del corredor ferroviario: Gijón, Astorga, Zamora, Salamanca, Béjar, Hervás, Plasencia, Navalmoral de la Mata, Cáceres, Mérida, Almendralejo, Zafra, Llerena, Sevilla y Huelva. Durante las semanas anteriores se sucedieron, además, declaraciones institucionales de autoridades portuarias, sociedad civil, ayuntamientos, cámaras de comercio de todas las provincias afectadas, la presentación del informe del Consejo Económico y Social de Extremadura (“La Vía de la Plata en el contexto del Corredor Atlántico”) y, como colofón, la decisión, tomada en abril de 2023 por la Comisión de Transporte y Turismo del Parlamento de la Unión Europea, proponiendo y aprobando por unanimidad del Pleno negociar con la Comisión Europea y el Consejo Europeo su propuesta de enmienda al nuevo Reglamento de la Red Transeuropea, de “Incluir el trazado ferroviario Astorga, Zamora, Salamanca, Plasencia en la Red Básica Ampliada”. Dicha enmienda incluye que debe ser para viajeros y mercancías y que se trata de un nuevo trazado, al estar fuera de servicio.
A este sentir por volver a comunicar norte y sur por este corredor interior no han sido insensibles los medios de comunicación de las provincias afectadas, que se han hecho eco de una reivindicación que siempre ha tenido alguna mención y que esta vez se convertía en amplificador del grito de estos territorios contra la despoblación galopante, heridas las comarcas entre Plasencia y Astorga por la falta de confianza en su futuro que implica haberles privado de infraestructuras garantes de la igualdad de oportunidades. “No sois rentables para mantener un tren”, se repetía, pero es que además se restaron oportunidades a otras zonas al cortar esta conexión periférica, una opción que tenían muchos emigrantes extremeños para viajar al País Vasco, a Asturias o Galicia.
Las movilizaciones para seguir demandando al Gobierno que defienda en las instituciones europeas, Comisión y Consejo, la enmienda aprobada en el Parlamento Europeo de poner en funcionamiento Astorga-Zamora-Salamanca-Plasencia como parte del Corredor Atlántico continuarán el 21 de enero. En ellas volverá a participar el Movimiento por el Tren Ruta de la Plata, codo a codo con otras plataformas, como el Corredor Oeste: Ruta de la Plata, la Plataforma Extremeña por el Ferrocarril, la Plataforma Salmantina de Defensa del Ferrocarril, la Asociación Ferroviaria Zamorana, la Coordinadora estatal por el ferrocarril público, social y sostenible, Conceyu del País Leonés, Salvemos Béjar, Red de Autónomos, No al Muro de Navalmoral, Sevilla se Mueve, Cercanías Guadalcanal, Asturias por el Clima, Asociación Ferroviaria del Reino de León, Club Ferroviario de Huelva, Cultural Ferroviaria Berciana, junto a Cámaras de Comercio, Círculos de Empresarios, Sindicatos, partidos políticos, asociaciones de vecinos, consumidores y pensionistas, etc.
Os invitamos, pues, a participar en esta lucha por el ferrocarril Plasencia-Astorga. Tenemos necesidad urgente de que se haga realidad en 2040, por justicia territorial y climática. No dejes de acudir a las convocatorias de enero de 2024 ni de insistir a toda la gente que conozcas del Partido Socialista Obrero Español para que se sume a lo que es un clamor: necesitamos una malla de ferrocarril coherente en el Estado español y el trazado Plasencia-Astorga tiene que estar funcionando en 2040.
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Nos jugamos el futuro en múltiples escenarios, pero las batallas por un transporte público, digno, muy asequible y lo menos contaminante posible (especialmente, el ferrocarril) son esenciales y no podemos perderlas. Gracias por el artículo, Julio César