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Sevilla
La última noche de Cristina antes de ser desahuciada en Sevilla

Jueves por la noche, en la céntrica Calle Feria de Sevilla, las terrazas se llenan para celebrar su día sagrado, epicentro de un barrio en el que hace mucho que los mandaos de la vida cotidiana y las charlas entre vecinas se sustituyeron por el repiqueteo de las ruedas de las maletas y la pregunta constante de: Where is the Giralda?. Cristina anda por las calles del que ha sido su barrio por más de una década, llega a la Calle Palacios Malaver y abre la cancela con un gesto automático, todo apunta a que será la última vez que lo haga, en el edificio, a pesar que, aún no es medianoche, ninguna luz se ve, un silencio absoluto, que le recuerda que es la última persona que habita el edificio.
Antes de subir a su casa, entre recuerdos de los vecinos en forma de papeles y objetos por el suelo, un pequeño puesto de guardia en el que un joven de unos 20 años observa su teléfono, apoyado en su mesa se puede leer sobre una carpeta lo siguiente: “Desokupa Sevilla”.
“Una vez me esperó en la puerta de mi casa subido una moto y me dijo: Cristinita te vas a cagar”, explica Cristina sobre la propiedad del edificio
Cristina explica, “vinieron el jueves pasado, me dijeron que les han contratado como empresa de seguridad para que no okupen el edificio”. La aparición de estos guardias se produjo una semana antes de la fecha en la que se proyecta el desahucio de esta vecina.
Todo empezó cuando en 2021 el edificio en el que tenía su casa desde 2010 junto a su hija menor cambió de dueño. “Desde el minuto uno que me llama la propiedad me dice: Hola, ¿te puedes ir ya?, te perdono dos mensualidades, yo pensé pero vamos a ver si te estoy pagando”. Cristina explica que “yo le dije que no podía perder mi techo, que tenía una hija menor, que tenía que aguantar”.
En ese momento, Cristina se encontraba en el paro después de que la despidieran en 2019 “con la llegada de Moreno Bonilla, nos despidieron a varias mujeres del colegio público donde trabajaba diciendo que era un chiringuito del PSOE”, expone.
El colectivo por la vivienda defiende la necesidad de que “todo el mundo sepa que esto está pasando y que cuando se habla de desahucios y gentrificación tiene una cara y tiene un nombre y lo suyo es pelear para que deje de ocurrir, que no es solo hablar de ese problema, hay que ponerle cara e intentar confrontarlo"
Desde el momento en el que la propiedad se puso en contacto con la inquilina, según refiere, tuvo una serie de presiones por parte de los dueños: “Una vez me esperó en la puerta de mi casa subido una moto y me dijo: Cristinita te vas a cagar”. En septiembre de ese mismo año recibe una llamada: “decían que era la policía y me preguntaban si había denunciado a los dueños, después descubrí que eran ellos mismos”.

Los propietarios del edificio defienden que le dieron alternativas suficientes a la inquilina para abandonarlo y exponen que la inquilina y la asamblea de vivienda están realizando una campaña de persecución.
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La Asamblea por la Vivienda de Sevilla responsabiliza de este desahucio a los empresarios de La Vida en Tapas, propietarios actuales del edificio, y lo definen como “un entramado empresarial que se dedica a la especulación”. El colectivo por la vivienda defiende la necesidad de que “todo el mundo sepa que esto está pasando y que cuando se habla de desahucios y gentrificación tiene una cara y tiene un nombre y lo suyo es pelear para que deje de ocurrir, que no es solo hablar de ese problema, hay que ponerle cara e intentar confrontarlo".
El desahucio de Cristina esta programado para la mañana del viernes. En Andalucía, según los últimos datos del CGPJ concentran el 25% de los desahucios del Estado español. Según las Estadísticas sobre Ejecuciones Hipotecarias en 2024 se produjeron en Sevilla 637 desahucios.