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Granada
El Ayuntamiento de Granada deja a once familias sin casa: “No voy a soltar esta llave hasta que me den otra”
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Nadia, Zohra, Maricarmen y Najia no sabían que tenían que marcharse de sus casas en el barrio del Zaidín, en las que llevan diez años, hasta que el pasado octubre recibieron una carta del Ayuntamiento de Granada. En la misiva, firmada por la Concejalía de Urbanismo, se les notifica “la extinción de los contratos”, una realidad que desconocían que fuese una posibilidad cuando entraron a vivir a sus hogares.
El texto expone que tienen que abandonar, sin derecho a ampliar la fecha, en cuatro meses sus hogares, es decir, durante este mes de febrero. Según expone el Consistorio granadino, el objetivo del desahucio de estas familias es la rehabilitación de las viviendas para que después pasen a Servicios Sociales “para actuación para emergencia social”.
“Cuando llegó la carta del Ayuntamiento y la leyó mi hijo, se puso enfermo, salió a la calle con cuchillos diciendo que se quería matar porque nos quitaban la casa”, Zohra explica la reacción de su hijo mayor, que atraviesa una situación de salud mental, al enterarse de que iba a perder la casa.
“No voy a soltar esta llave hasta que me den otra”, se queja Maricarmen, una de las vecinas afectadas que vive junto a su hija y su nieta de ocho años, “no tiene sentido que arreglen mi casa y nos dejen en la calle”. Según la versión del Ayuntamiento, están intentando contactar con los ocupantes y no lo logran. Sin embargo, desde Stop Desahucios Zaidin denuncian que esto es falso: “Han llegado las notificaciones y las familias están totalmente identificadas, comunicadas y localizables”.
“Cuando llegó la carta del Ayuntamiento y la leyó, mi hijo se puso enfermo, salió a la calle con cuchillos diciendo que se quería matar porque nos quitaban la casa”.Zohra, madre de cuatro adolescentes y viuda, explica la reacción de su hijo mayor, que atraviesa una situación de salud mental desde que se enteró de que iba a perder la casa que ha ayudado a reformar con sus manos. “Lo ingresaron durante un mes en salud mental, y ahora está en casa con miedo, no quiere salir y solo dice: 'Mi casa, mi casa'”.
Zohra añade que ella también se encuentra tomando antidepresivos desde que se conoció la noticia. “Soy pensionista, tengo la discapacidad y cobro muy poco; no tengo a dónde ir, no somos como los pájaros que podemos ir a otro árbol y hacer un nido, somos personas”, expone sobre la incapacidad que tiene para poder encontrar otro alquiler que pueda permitirse.
“Mi hija sufre mucho, me pregunta todo el rato si viene la policía para llevarnos”, cuenta Najia, otra vecina afectada
Nadia también lleva diez años en el Zaidín con sus tres hijos: “Soy una mujer divorciada, vivo de hacer trabajos de limpieza que no dan lo suficiente, no duermo, me despierto todas las noches... A dónde me voy con mis hijos, no se quieren ir del Zaidín, es su casa y se han criado aquí”.
Najia es otra de las vecinas que el Ayuntamiento quiere desalojar. “Mi hija sufre mucho —relata— me pregunta todo el rato si viene la policía para llevarnos. Yo le digo que estudie y que yo me preocupo por ver qué hacemos”. Esta vecina expone que ha intentado dialogar en distintas ocasiones con las autoridades para llegar a una solución sin obtenerla: “Nadie me dice nada, me mandan de un lugar a otro; además, yo cuando llegue, nadie me dijo que me tenía que ir en diez años”.
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Estas vecinas además denuncian que cuando llegaron a sus casas hace una década se encontraron en sus nuevos hogares desperfectos y taras que hacían que el espacio no fuese del todo habitable. Una situación de la que han tenido que hacerse cargo ellas mismas: “Cuando llegué, mi casa era un palomar, hay muchas humedades y persianas rotas”, expone Maricarmen. Desde Stop Desahucios Zaidín explican que “estas familias viven en condiciones muy precarias; hay mucha humedad, bajantes rotas, goteras, arreglos que la propiedad, es decir, el Ayuntamiento, nunca les ha arreglado”.
Estas cinco mujeres no son las únicas que se verán en la calle por la decisión del Consistorio de la capital nazarí; la carta la han recibido un total de once familias que no se atreven a hablar al respecto. “Llamas a la puerta y ni abren porque tienen mucho miedo”, explica sobre sus vecinos Najia. Algunas de las que iban a ser desahuciadas han abandonado los edificios y las instituciones han procedido a tapiar puertas y ventanas, “para que nadie vuelva a entrar”, sostiene Maricarmen.
Señalamiento mediático
Desde el colectivo por el derecho a la vivienda granadino exponen que el caso ha tenido un seguimiento mediático deficiente y señalatorio con las personas afectadas. El pasado noviembre el periódico local Granada Hoy publicaba un artículo cuyo titular decía: “Urbanismo busca la solución para los 11 pisos okupados que tiene que rehabilitar para uso social en el Zaidín”.
Stop Desahucios Zaidín denuncia que “es mentira que sean ocupaciones”. Según señalan, “son casas con contratos de alquiler de diez años que han llegado a su fin, donde las familias que siguen viviendo están pagando (y el Ayuntamiento cobrando) las mensualidades”. El colectivo además matiza que “no tenemos ningún problema con que familias ocupen casas cuando carecen de techo y rechazamos cualquier criminalización de la ocupación generando miedo, rechazo y, como siempre, la guerra de pobres contra pobres”.
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Por ello, el colectivo ha pedido a este medio que rectifique sus informaciones y exige al Ayuntamiento que busque una solución para estas once familias: “Basta con buscar una alternativa habitacional; rehabilitar, porque buena falta les hace; y volver a instalar a las mismas familias en esos hogares”.
El precio de la vivienda en la ciudad ha alcanzado sus máximos históricos desde 2008, la última Encuesta de Población Activa situaba a Granada en la cabeza de las tasas de paro con un 19,99%, más de cuatro puntos por encima de la tasa andaluza, 15,76%, que es a su vez la más elevada de todo el Estado. Una realidad que hace cada vez más difícil que las personas que habitan la ciudad puedan optar a un techo.