Series
Los Chochos voladores vienen por ti

Ha vuelto ‘We are Lady Parts’, alhamdulillah, pero igual no te gusta lo que tienen que decir. ¡Un, dos, tres, cuatro!
We Are Lady Parts 2
17 jun 2024 06:00

Bismillah. Atención, spoiler. Amina se ha sacado el doctorado. Saira ha cortado con Abdullah. Momtaz quiere su propio estudio. Ayesha se ha echado una novia no musulmana. Bisma busca algo más en su vida. Prepárate que vienen con hambre.

Para quien no las conozca, han vuelto Las Chochos. Las cinco estrellas de We are Lady Parts, una comedia musical punk que se hizo de culto nada más estrenarse en Channel 4. Cómo no, si sus protas y sus guionistas son rockeras, obreras, musulmanas, practicantes y racializadas. Lady Parts huele a poder.

La serie pasó de boca en boca hasta su entrada en Filmin. Me apañé para verla de aquella manera y no podía dejarla. Nida Mansur me puso enfrente a mis cinco hermanas del extrarradio de Londres gritando “llevo a Voldemort debajo del pañuelo”. Sin explicar qué quería decir tal o cual giro cultural o de qué iba el debate, porque las protagonistas absolutas de la historia eran ellas, nosotras. Cachondeo. Rocanrol. Ni un padre integrista. Ni una madre castradora. Ni un profundo conflicto humano para comprar un milímetro de visibilidad, hasta aquí hemos llegao. Por eso es tan fascinante We are Lady Parts: porque el público blanco mayoritario era un invitado y la fiesta seguía sin él.

Las Lady Parts son un icono, que sirve lo mismo para ponerle una vela que para adornar un restaurante. Atención, spoiler: eres una artista musulmana y pobre en Londres. Sales a jugar con los pies atados

Atención, spoiler. Las Chochos ahora son famosas. Van a grabar su primer álbum. Les ha salido competencia, una banda llamada Segunda Esposa. Una agente les hace una oferta demasiado buena para ser verdad. Todo el mundo habla de Lady Parts en la escena indie, como tantos hablan de Nida Mansur y su serie. Ellas van a por todas y las guionistas también. Sus bolos y sus tramas argumentales son más ambiciosos. Pero si la industria es un campo minado para cualquier músico, las Lady Parts sortean minas desde el desayuno. No hay momento en que no entre un personaje random a exotizarlas, porque ¿a quién no le va a gustar una punki con hijab? Las Chochos lo saben, y Nida Mansur también. Que van a ser utilizadas por los productores pero no más que por jefes, influencers y chicos monísimos buscando un insta con las musulmanas sexies. Sexy es la palabra que más les repiten. Atención, spoiler: encontraremos muy pocas escenas en las que estén solas porque siempre, siempre hay alguien mirando. Un marido, una fan, un jeta, nosotros (vosotros). Cualquiera que las necesite para lanzar un mensaje. Las Lady Parts son un icono, que sirve lo mismo para ponerle una vela que para adornar un restaurante. Atención, spoiler: eres una artista musulmana y pobre en Londres. Sales a jugar con los pies atados.

Y llega el Tito Steve. Blanco, calvo, rico, aliado. Se apunta a todos los bolos, se sabe de memoria “Bashir with the good beard”. Hay que tocar en la boda de Tito Steve, que el estudio de grabación no se paga solo. Llega Tito Steve y a Nida Mansur le llegan los premios, las críticas alucinantes, los gifs en Tumblr y los epígrafes en tesis doctorales. Llega un público fascinado con esas canciones y esas poses que no te imaginas en tus vecinas de Marruecos, que de lejos parecen todas iguales. Claro que en la boda del Tito Steve no suenan las canciones de las Lady Parts, sino versiones de Britney Spears —bendita sea—, no vaya a ser demasiado para los invitados. Así que Amina acaba teniendo pesadillas con no ser lo bastante halal, pero Saira con no ser lo bastante punk. Bisma con esconder su negritud. Y Momtaz, atención, spoiler, bastante tiene con que no descubramos que no tiene pedigrí. Pesadillas muy reales, lo sabemos todas, aunque al elenco de We are Lady Parts no le ha caído ni de lejos la que le cayó a Yasmin Fletcher por ser demasiado blanca para hacer de turca en Ms. Marvel.

Como Fletcher, como todas, Nida Mansur cabalga la contradicción. Sabe muy bien que cada plano tiene que contarnos enteras y hartas. Sabe que detrás de cada expectativa que volamos por los aires hay otra. Del Tito Steve, de tu novio, de tu novia, o de musulmanes que necesitan iconos como el comer, porque no los tenemos. Sus fans nunca tienen bastante: sexual, queer, racializada, hijabi, munaqaba, rockera, muy bien todo. ¿Pero cuándo vas a atreverte con el cerdo? Le preguntan a Amina. Porque al final, después de todo lo luchado, las Chochos no se libran del cartel de las chicas malas del islam. Ese festival alternativo quiere minorías, sin pagar. La diseñadora ecológica les hace el favor de incluirlas en un pase. Y las Chochos tienen que decir que sí a la gente que verdaderamente tiene el poder, porque solo hay un hueco disponible y hay que llegar las primeras. Atención, spoiler: qué te creías que significaba la palabra “minoría”, Amina, vamos a ver. Que sales en Channel 4 cantando con Malala, Amina.

En la nueva temporada hay poco espacio para la mística, pero mucho para la congoja. Saira se ahoga en su propia canción en un estudio vacío (el productor ya tiene la marca). Bisam sale a la calle sin hijab, cantando por Nina Simone y llorando de miedo ante la próxima etiqueta que le pongan. Amina desea a un músico, que a su vez desea ser el novio inclusivo del año. Qué fascinación enamorar a una hijabi. Ni pensar en comprender sus tiempos o aprender sus límites. Pero no hay tiempo para la reflexión porque hay que pagar el estudio y grabar el disco, que vienen más musulmanas punkis a ocupar la grieta de visibilidad que habías arañado con uñas y dientes para existir. Porque esta es la cosa, las Chochos son unas convidadas a la gran fiesta de la multiculturalidad, cuyos protagonistas son, y siguen siendo, los que montan la fiesta. El gran villano de esta temporada somos nosotros. Vosotros. Qué movida, la identidad.

Las contradicciones que encontramos en Las Chochos, esa prisa por contarlo todo e incluirlo todo, ese abarrote de molonidad y modernidad, son la consecuencia directa de no saber si esto va a durar, de si habrá otra oportunidad

We are Lady Parts. Una serie de culto que ha tardado tres años en volver, por lo que sea. Podría ponerme a criticar sus flaquezas. ¿Qué significa ser musulmana? ¿Por qué no hay espacio para lo interior? ¿Qué rayos hacen con hijab dentro de casa? Todo el mundo es rabiosamente moderno. No hay hueco para las moras que nos caen mal, las normativas, las anticuadas, que tienen vergüenza de gritar —atención, spoiler— “¡vagina, vagina, vagina!”. Podría criticarlas, pero no me da la gana. Hoy no. Se acabó. Porque la cuarta parte de las habitantes del mundo salimos en el 1% de la producción audiovisual. Con suerte nos caerá algún pase en la Seminci, liberadas de nosotras mismas por algún director francés. Las contradicciones que encontramos en Las Chochos, esa prisa por contarlo todo e incluirlo todo, ese abarrote de molonidad y modernidad, son la consecuencia directa de no saber si esto va a durar, de si habrá otra oportunidad. Si habrá serie para las Segundas Eposas que vienen detrás. De si algún día tendremos un espacio donde narrarnos sin la obligación de molar para que en la fiesta del estreno nos aplaudan, copazo en mano, las mismas caras que dan a elegir a mi hija entre pizza jamón-queso y hambre en la fiesta de la escuela.

Archivado en: Música Punk Islam Series
Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra en tu cuenta.

Relacionadas

Cine
Cine Lo de Lynch
David Lynch deja tras de sí un cine insólito, pero, sobre todo, una forma de pensar el cambio, lo raro y lo posible.
Obituario
Obituario David Lynch, el Kafka de Montana que imaginó las mejores pesadillas que nunca pudimos ver
El autor de ‘Mulholland Drive’ modeló una especie de género cinematográfico propio, completamente reconocible y a la vez difícil de definir de manera específica: el ‘thriller’ lynchiano.
Series
Series El Circo de los Muchachos (2024), de Elías León Siminiani
Una miniserie de cinco capítulos aborda la historia de la primera escuela de circo de España, fundada por el padre Jesús Silva Méndez en 1963, un experimento educativo innovador y no exento de polémica.
Aemilius
18/2/2025 14:40

Totalmente irreal

0
0
senenoa
17/6/2024 15:24

No conocía a Los Chochos, no creo que asista a ninguno de sus conciertos y dudo mucho que me compre ni su primer album ni los siguientes. Pero me gusta que existan y las creo necesarias, casi me atrevería a decir que imprescindibles... Espero que iniciativas como la suya ayuden a convertir al mundo en algo realmente plural y al imperio de la testosterona como algo con fecha de caducidad.

0
0
Javier Gallardo Vía
20/6/2024 14:31

Imprescindibles. Aunque nadie compraremos sus discos. (Abundan los productos imprescindibles de los que todos prescindimos).

0
0
Inteligencia artificial
Militarismo La máquina de los asesinatos en masa: Silicon Valley abraza la guerra
Las fantasías distópicas sobre los futuros usos de las máquinas en la guerra están más extendidas que el relato de lo que ya está pasando en los campos de batalla.
América Latina
Extrema derecha Los soldados de Donald Trump en América Latina
Mientras algunos presidentes latinoamericanos, con mayor o menor ímpetu, intentan ponerle freno, otros tantos se arrodillan y le rinden pleitesía sin recibir nada a cambio. ¿Quiénes son los súbditos latinoamericanos de Trump?
Crisis climática
Crisis climática Archivada la causa por la protesta en Arcelor contra las ayudas a la industria más contaminante
La Audiencia Provincial de Asturias ha sobreseído el caso contra cinco activistas de Extinction Rebellion que cortaron el acceso a la planta de la siderúrgica en Gijón en el marco de la campaña Stop Subsidios Fósiles.

Últimas

Análisis
Análisis La Unión Europea, desenfocada y en segundo plano
Después de más de dos años de apasionados discursos sobre los valores europeos y de numerosos paquetes de sanciones a Rusia, la Unión Europea veía cómo Washington la dejaba a la puerta de las negociaciones.
Derecho a la vivienda
Asturias Asturias iniciará la declaración de 16 zonas tensionadas de vivienda
La Consejería de Vivienda, en manos de IU, anuncia que comenzará “inmediatamente” los trámites para aplicar los topes del alquiler en 16 zonas tensionadas en seis localidades asturianas.
Justicia
Juana Rivas Un tribunal italiano atribuye la custodia del hijo de Juana Rivas al padre pero, por ahora, se queda en España
El equipo jurídico de Juana Rivas destaca que “no afecta a la medida cautelar de protección que, en el ámbito penal, se adoptó en la jurisdicción española, por la que se acuerda que el menor no regrese con su padre”.
Brecha salarial
Extremadura Brecha salarial en Extremadura: los hombres ganan 2.533 euros más que las mujeres
La región mantiene una de las menores brechas salariales de España, pero los hombres aún ganan 2.533€ más al año. Los sindicatos advierten que la igualdad retributiva tardará 20 años en alcanzarse.
Derecho a la vivienda
Derecho a la vivienda Los sindicatos de inquilinos y organizaciones de vivienda convocan una gran manifestación estatal
Decenas de colectivos de arrendatarios y asambleas de todo el Estado convocan para el 5 de abril marchas en decenas de ciudades para exigir que bajen los alquileres y “acabar con el negocio de la vivienda”.
Más noticias
Ruido de fondo
Ruido de fondo El artista más enfadado del mundo
Recuperamos la sección donde abordamos fenomenologías diversas de la cultura pop con un análisis de ‘The Angriest Dog in the World’, única historieta conocida del artista multimedia David Lynch, fallecido a principios de este año.

Recomendadas

Crónica
Crónica Locura y papeletas. Berlín, una semana antes de las elecciones federales
Un paseo nocturno por la capital alemana nos permite acercarnos al ambiente que late una semana antes de que la ultraderecha consiga sus mejores resultados desde el hundimiento del nazismo.
Dana
València El 98% de los más de 120.000 coches afectados por la dana tendrán que ser desguazados
La reconstrucción de infraestructuras afectadas abre una ventana de oportunidad para repensar el modelo de movilidad metropolitana de València.
Venezuela
Juan Carlos La Rosa Velazco “Nadie se reconoce aún en el hambre venezolana”
Investigador por los derechos territoriales de los pueblos en la cuenca occidental del Lago de Maracaibo, en el norte de Venezuela, este defensor de los derechos de pueblos originarios critica la deriva extractivista del Gobierno de Maduro.
Periodismo
Maruja Torres “En la izquierda tenemos afición por automutilarnos”
A sus 81 años, Maruja Torres sigue siendo referencia indiscutible en el periodismo por su mirada aguda e independiente. Autora de varios libros, se declara políticamente “socialdemócrata radical” y es muy activa en redes sociales.