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Patrimonio cultural
El Cine Ideal de Alicante, idas y venidas en “el único símbolo que queda de una época”
Corre el año 1925. El cine Ideal abre sus puertas en la periferia del casco antiguo de Alicante con un diseño modernista dentro de la ola “decó”. Un total de 1.500 personas pueden disfrutar de sus espectáculos, que, gracias a su innovadora arquitectura y el escenario situado delante de la pantalla de proyecciones, incluyen tanto cine como teatro. La obra de Juan Vicente Santafé se añade a los otros tres cines de la ciudad: el Monumental, Capitol y el Avenida. Realizado bajo el gusto aristocrático y de la burguesía, se ubica en un tiempo en el que las clases trabajadoras empiezan a tener la posibilidad de acceder a estos espacios de ocio. Es así como los estrenos acogen a gente de diversa índole económica.
En la Avenida de la Constitución, frente al Teatro Principal, se pueden observar los restos del gran esplendor cinematográfico que fue Alicante. Escondido entre bloques de pisos y camuflado con grafitis en sus puertas principales, se encuentra el inmueble que supuso un hito en la cultura del ocio de la ciudad y uno de los pocos edificios que quedan de esas características en todo el territorio nacional. Su belleza arquitectónica todavía se puede observar, a diferencia de los otros tres cines, de los que solo quedan fotografías en blanco y negro.
Refugio de sublevados y sindicatos en la guerra, cárcel de mujeres en la postguerra, instrumento franquista y transmisor de los valores democráticos durante la transición, es uno de los símbolos identificativos de la memoria histórica alicantina
El edificio, casi centenario, está repleto de historia. Refugio de sublevados y sindicatos en la guerra, cárcel de mujeres en la postguerra, instrumento franquista y transmisor de los valores democráticos durante la transición, es uno de los símbolos identificativos de la memoria histórica alicantina. Sin embargo, desde su cierre, en 2003, su destino ha sido incierto. Descuidado y en ruinas, el inmueble se somete constantemente al debate político y público, sin una solución ni a corto ni a largo plazo. Y es que actualmente a manos de una empresa privada —el grupo inmobiliario Baraka, dirigido por el empresario Trinitario Casanova— y protegido de manera integral tras ser declarado en 2018 Bien de Relevancia Local (BRL), el Cine Ideal se debate entre convertirse en un hotel de lujo o en un espacio público cultural, decisión que está en manos tanto de la empresa como de la Conselleria de Cultura de la Generalitat Valenciana.
El final del cine, el principio del debate
Después de 78 años de proyecciones, los hasta entonces propietarios, Herederos de Josefina Mingot S.L, buscan qué hacer con el inmueble. Su intención es venderlo a una empresa privada para que se ocupe de su futuro. De esta manera, entran en contacto con la empresa Ocio Teatro S.L., que empieza un desmantelamiento ilegal del interior del local, unas demoliciones que no contaban con la preceptiva autorización municipal. Así sucede según los informes de diciembre de 2020 elaborados por los técnicos de la concejalía de urbanismo de Alicante, en respuesta al requerimiento de la Conselleria de Cultura. A raíz de la pertinente solicitud de licencias que pidieron los técnicos de urbanismo, esta acción se paralizó. Sin embargo, los efectos fueron la destrucción de parte del interior, como la retirada del patio de butacas y del suelo, y otros elementos de relevancia cultural e histórica.
Como consecuencia de los constantes intentos de venta y la escasa protección que tenía el inmueble histórico, nació la plataforma “Salvem l’Ideal”, cuyo objetivo, según declaraciones de la portavoz y arquitecta Ane Ferreiro, eran conservar el patrimonio de la ciudad y parar la especulación inmobiliaria. “Empezamos a reivindicar que el cine se salvase, que formara parte del patrimonio de Alicante, porque era el único cine monumental de la época que quedaba en pie de todos los que había”, declara. Ante todo, buscaban que su destino no se asemejara al del Cine Monumental, “mucho más bonito que el Ideal y al lado del Mercado Central”, explica Ane, “que lo tiraron para hacer un banco y pisos sin que nadie hiciera nada”.
Después de unos años donde el asunto estuvo paralizado, en 2016 el ayuntamiento empieza a negociar la compra del cine con los propietarios. No obstante, la cantidad que piden, de 2,2 millones de euros, resulta “muy cara” para el alcalde, Gabriel Echávarri, según declaraciones del momento. El nulo avance del proceso de compra, cuya decisión estaba supeditada a la implicación de la Generalitat, provocó que en 2017 los propietarios pusieran en venta el inmueble. Para ello, contrataron a una reconocida consultora inmobiliaria, CBRE. Ante la posibilidad de que un negocio comprara el inmueble y pudiera destruirlo, el grupo parlamentario de la oposición del ayuntamiento, PSOE, y Salvem l’Ideal, empezaron las tramitaciones para declarar el edificio Bien de Relevancia Local (BRL) con protección parcial, una nomenclatura que consiguió en 2018.
El interés del Grupo Baraka entra en la fórmula
En octubre de 2019 todos los periódicos de Alicante sacan el mismo titular: el grupo inmobiliario Baraka, liderado por el empresario Trinitario Casanova, compra el edificio por seis millones de euros. A pesar del revuelo que generó esta información, los datos no eran del todo correctos. “Al enterarnos de las noticias que se publicaron, fuimos al registro de la propiedad y vimos que el edificio seguía a nombre de Herederos Josefina Mingot S.L.”, afirma Ferreiro. Trinitario Casanova, conocido por la compraventa del Edificio España de Madrid, por aparecer en los Papeles de Pandora y por sus operaciones inmobiliarias controvertidas, llegó a un acuerdo con los propietarios. Ambos cerraron el trato de que la empresa tendría prioridad de compra; compra que se haría efectiva cuando se permitiera la rehabilitación y construcción del edificio para convertirlo en un hotel, a la espera de la licencia de obras.
Ante la situación del cine, el PSOE impulsó una moción para que el ayuntamiento, liderado por el PP, se comprometiera a llegar a un acuerdo para realizar una oferta de compra. A pesar de ser aprobada por todos los grupos políticos, nunca llegó a realizarse: sucedió todo lo contrario
Ese mismo mes, y ante la situación del cine, el PSOE hizo una moción para que el ayuntamiento, liderado por el Partido Popular, se comprometiera a llegar a un acuerdo para realizar una oferta de compra. A pesar de ser aprobada por todos los grupos políticos, nunca llegó a realizarse: de hecho sucedió todo lo contrario. Un año después, en junio de 2020, el gobierno municipal del PP sacó una medida con la que se priorizaba la tramitación de licencias urbanísticas que cumplieran unas condiciones especiales concretas. Dentro de estas, se incluía la del Grupo Baraka.
La única opción para los partidarios de proteger el inmueble era solicitar un aumento de su protección, de parcial a integral, un hecho que se consiguió en septiembre, y que se confirmó con la visita al interior del edificio —un mes después— por parte de la Conselleria de Cultura. Desde el Grupo Baraka declararon su “sorpresa” por “el movimiento para cambiar la protección del edificio”, ya que afirmaron que “incluso modificaron el proyecto en su momento para ajustarlo estrictamente a la legalidad”. Asimismo, expresaron: “No nos vamos a retirar del proyecto, lucharemos todo y más. No tiraremos la toalla y llegaremos donde haya que llegar”.
El catálogo de protecciones, el gran pendiente en Alicante
En una ciudad con importantes elementos históricos y de más de 300.000 habitantes, no hay ningún documento que proteja su patrimonio, a diferencia de las ciudades españolas de tamaño demográfico similar. Solo un informe datado de 1984, el Plan Especial de Edificios Protegibles de Alicante, sostiene todo este asunto en la capital de la provincia. Durante el paso de los diferentes grupos políticos, el ayuntamiento presentó el primer borrador de un catálogo de protecciones en 2015, y dos años después, en 2017, se vuelve a proponer. Sin embargo, ambos intentos fracasaron en el pleno del ayuntamiento.
Finalmente, y para no invalidar los cinco años de tramitación, en septiembre de 2020 se aprueba un catálogo de protecciones, con la abstención de Vox y Unidas Podemos. El primero, consideraba que el documento era demasiado proteccionista; el segundo, que era insuficiente y llegaba tarde. Entre las quejas de Unidas Podemos estaba la escasa protección al Cine Ideal, y el permiso de que se podían realizar construcciones en altura dentro de edificios con protección parcial e imparcial, estrategia que planteaba el Grupo Baraka. Cabe señalar que el borrador inicial no incluía el Cine Ideal, algo que se solventó gracias a una alegación de Unidas Podemos.
Para Adrián Santos, concejal de Urbanismo, este catálogo “es muy importante para la ciudad porque se protegen alrededor de 500 edificios y, en total, casi 900 fichas de patrimonio de la ciudad que quedan protegidas a partir de ahora. Exactamente, noventa más que el anterior documento”, como declara ese mismo año. “Un día histórico”, afirmó el alcalde del PP, Luis Barcala.
En diciembre la Conselleria paralizó la ratificación del catálogo alegando en un informe que “se debía “extender la protección [del interior] al hallarse en peligro”, puesto que “presenta valores de destacada significación patrimonial
En manos ya de la Conselleria de Cultura de la Generalitat, y pareciendo que el asunto estaba cerrado, en octubre se realizó una visita al interior del inmueble para determinar si tenía valor. A raíz de este acto, en diciembre la Conselleria paralizó la ratificación del catálogo alegando en un informe que “se debía “extender la protección [del interior] al hallarse en peligro”, puesto que “presenta valores de destacada significación patrimonial”. El mismo informe afirmó, además, en respuesta a las quejas de los propietarios, que “el deterioro que presentan atributos culturalmente valiosos no conlleva la cancelación o menoscabo de su valor patrimonial”. Mientras tanto, Alicante sigue sin un catálogo y a la espera de que se ponga en marcha este proceso.
En interrogante la propuesta de Salvem l’Ideal: ¿Alicante necesita un edificio cultural?
La plataforma Salvem l’Ideal propone la rehabilitación del inmueble para crear un espacio cultural donde acoger a artistas, representar teatros, y organizar un programa diario para que se incentive la cultura en la ciudad. “Buscamos que se reactive la cultura de base de Alicante, que el ayuntamiento se dé cuenta de que Alicante tiene un déficit cultural, y más en agravio comparativo con Castellón y València”, declara Ane Ferreiro.
Según un informe al que tuvo acceso El Mundo en marzo de 2020, la ciudad es la que menos recibe del gasto territorial de la Generalitat en Cultura, un 1,3%. Esto es, 600.000 euros anuales de los cerca de 45 millones repartidos entre las tres provincias. Este agravio ha provocado que la Diputación de Alicante tenga que hacerse cargo del coste del Auditorio de la Diputación de Alicante y de su orquesta sinfónica ADDA, y repartir el presupuesto entre los museos y los teatros. Esta situación explica la falta de lugares culturales menores en la ciudad. A pesar del incremento de las convocatorias de ayudas dirigidas al ayuntamiento, de 2,5 millones a 5 millones, y que permiten a la diputación de Alicante incrementar un 21% el presupuesto de 2022 destinado a la cultura de la ciudad, el agravio sigue existiendo.
Antonio Joaquín Manresa, concejal de cultura de Alicante, afirma que “los repartos culturales son centralistas y se quedan en València”. Sin embargo, considera que “se está haciendo buen trabajo y se está empezando a mostrar profesionalidad con tan solo los recursos propios”. Asimismo, expone que “el año pasado hicimos adquisiciones de obra, hemos dado subvenciones a la investigación cultural, hemos aumentado las subvenciones en proyectos de entre 3.000 a 5.000, a 10.000 euros. Estamos haciendo esfuerzos y creo que eso también lo percibe el sector cultural”.
Alicante cuenta con dos principales centros culturales, Las Cigarreras, que sigue en proceso de restauración, y el Centro 14, que había estado cerrado durante cuatro años por obras. “Para pequeños formatos y gente joven que empieza, para la cultura de base, en Alicante no hay nada”, afirma Juan Antonio Sala
En la actualidad, Alicante cuenta con dos principales centros culturales, Las Cigarreras, que sigue en proceso de restauración, y el Centro 14, que había estado cerrado durante cuatro años por obras. “Para pequeños formatos y gente joven que empieza, para la cultura de base, en Alicante no hay nada”, afirma Juan Antonio Sala, miembro de Salvem l’Ideal y activista sociocultural desde hace décadas, galardonado con el “Premio Profeta en su Tierra” de la Asociación Controversia por su defensa de las causas sociales y culturales.
Por este motivo, desde la plataforma consideran que la mejor inversión para el antiguo Cine Ideal, un lugar que abrazaba la cultura, es que siga con esa misma función. “Hay que entrenar a la gente a que tenga amor por la cultura, y el Cine Ideal puede servir tanto para ver espectáculos como para proyectarlos. Las niñas que bailan balé en la escuela de danza, ¿dónde van a presentar su espectáculo?, ¿en Las Cigarreras, con sillas de plástico, o en un teatro como El Ideal?”, ironiza Sala.
La falta de centros culturales es un hecho que el propio Manresa confirma: “Necesitamos dar respuesta a una parte de las artes escénicas, circenses o teatrales, para que tengan un sitio, una sala polivalente. La concejalía de cultura intenta respetar los discursos expositivos de cada espacio cultural, por eso se necesitan de otros para abarcar otras artes que se demandan”.
El futuro del Cine Ideal
Actualmente el Cine Ideal está en manos del grupo Baraka desde finales de enero, por tanto, las opciones son cada vez menos. A pesar de los presupuestos participativos de 5,5 millones que se habían obtenido en octubre de 2021 para conseguir su compra por parte de la Generalitat, con la entrada de Trinitario Casanova en la ecuación, la situación se tambalea. A niveles prácticos, está en manos de la Generalitat que se negocie su compra con el Grupo Baraka, que, aunque no se sabe la cifra exacta, ha adquirido el inmueble por una cantidad de entre cuatro y seis millones.
No obstante, Ximo Puig ha afirmado que no aumentará la tasación que había puesto al Cine Ideal hace dos años datada en 1,8 millones de euros. “Con este presupuesto no se puede hacer nada”, afirma el concejal de cultura. Estas declaraciones las comparten la plataforma Salvem l’Ideal, que piden una nueva tasación. “Es una tasación antigua que se elaboró comparando el Ideal con bloques de oficinas, lo cual, a mi parecer y como arquitecta, no es correcto, ya que es un edificio histórico que alberga un teatro y se debería comparar con eso”, afirma Ane Ferreiro.
En la ciudad, Manresa considera que el patrimonio no peligrará con el proyecto de Trinitario Casanova y afirma que “cualquier proyecto que beneficie a la ciudad de Alicante, sea una filmoteca, un espacio cultural o un hotel, será bueno, teniendo en cuenta que la fachada es un Bien de Relevancia Local (BRL) y no se puede tocar”. Opinión contraria tiene la plataforma Salvem l’Ideal, cuya portavoz afirma que “si destruyen todos los edificios culturales, borran la memoria”, y confirman sus temores pasados de que “al haber tantas cosas en torno al edificio que no están claras, no se lleguen a ejecutar a tiempo”, insiste Ferreiro.
Lo claro es que todos estos años de debate han entorpecido el destino de convertir el inmueble en un centro cultural, dotar a la ciudad de un espacio donde acoger espectáculos de artes escénicas necesario en la zona y continuar, de esta manera, con el papel que a lo largo de casi 100 años ha desempeñado el Cine Ideal. Solo el paso del tiempo y las decisiones que se tomen a partir de ahora decidirán el futuro del “único símbolo que queda de una época”, como puntualiza Juan Antonio Sala.