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Madrid
La antigua fábrica Clesa se salva de la demolición y se aprueba declarar como Bien de Interés Cultural
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El movimiento vecinal se apunta una importante victoria al haber salvado todos los obstáculos para que próximamente la antigua fábrica de Clesa se declare como Bien de Interés Cultural (BIC). Admiten que ha sido un largo y sinuoso camino desde el anuncio de su inmediata demolición, que despertó las primeras alarmas y se paró gracias a una “Protección Parcial” por parte del Ayuntamiento madrileño. Después vendría su posterior adquisición por el municipio mediante un convenio urbanístico con Metrovacesa que transfirió la edificabilidad del terreno en una parte de la parcela. También pasó “por un fracasado (que no 'fallido') concurso de ideas y por el muy cuestionable y cuestionado resultado del concurso Reinventing Cities”, aseguran desde la Federación Regional de Asociaciones Vecinales de Madrid (FRAVM).
Simultáneamente, el Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid (COAM) reiteró su primera solicitud de Bien de Interés Cultural, a la que se sumó poco después la presentada por la Plataforma Gato por Liebre-Salvar Clesa para la ciudadanía, a la que pertenece la FRAVM. Aunque la Dirección General de Patrimonio Cultural (DGPC) denegó esta primera solicitud basándose en un informe interno con la presentación de un recurso de alzada, la aprobación en la Asamblea de Madrid de un Proyecto No de Ley (PNL) en la misma dirección y el apoyo de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, además de otras asociaciones y figuras reconocidas de la arquitectura contemporánea, la DGPC se vio obligada a cuestionar su propia negativa y encargó un informe externo. Éste vino a señalar los indiscutibles valores patrimoniales del edificio, dando así los argumentos para aprobar el 28 de enero de 2024 el expediente de incoación como BIC, y que casi un año después —tras los pertinentes informes y alegaciones solo parcialmente atendidas, de acuerdo a la FRAVM— ha llegado a buen fin.
“Lo importante es su preservación y conservación. El uso que se le dé ya es otra cosa, sobre lo que habría que discutir”: Quique Villalobos, de Urbanismo y Vivienda de la FRAVM
La declaración como BIC es sólo el primer paso para la definitiva recuperación del edificio. Quique Villalobos, responsable de Urbanismo y Vivienda de la FRAVM asegura a El Salto que “lo importante es su preservación y conservación. El uso que se le dé ya es otra cosa, sobre lo que habría que discutir. Ahora tienen que rehacer el proyecto de rehabilitación conforme a las especificaciones del BIC”. Es por ello que desde la Plataforma Liebre por Gato–Salvar Clesa para la ciudadanía, aseguran, seguirán atentos a los siguientes pasos. Entre ellos, a la reformulación del proyecto de rehabilitación promovido con anterioridad, y cuya concesión fue adjudicada por el Ayuntamiento de Madrid a la empresa Kadans, sobre todo, para que la nueva propuesta cumpla con los valores reconocidos en el BIC.
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Edificio emblemático
La que fuera la fábrica de Central Lechera Clesa, diseñada y construida por el arquitecto Alejandro de la Sota (Pontevedra, 1913-Madrid, 1996), junto al ingeniero Manuel Ramos, se inauguró en 1962 y cesó su actividad a mediados del año 2011. Desde entonces cayó en estado de abandono y casi en el olvido. Sin embargo, sus imponentes 15.000 metros cuadrados de estructura le llevaron a considerarla como una de las muestras de arquitectura industrial más emblemáticas de la ciudad de Madrid.
Por su moderno diseño, la Central fue punto de referencia de la zona norte de Madrid, sobre todo en el distrito de Fuencarral-El Pardo. Su calidad arquitectónica en la España de la época fue también reconocida por ser una de las primeras obras realizadas en hormigón pretensado. Un material que fue toda una innovación técnica, “ya que permitía mayor flexibilidad en el uso y la optimización de los espacios, facilitando el desplazamiento de la maquinaria y la disposición de las cadenas de producción en la fábrica”, reza una descripción en la web del Ayuntamiento de Madrid.
El conjunto de la edificación lo componen tres grandes naves paralelas, rodeadas por cuatro plantas de oficinas. Además de dos módulos, uno en la fachada principal destinado a los vestuarios y la cocina; y, el otro, para los laboratorios y zona de recepción de la leche. Los garajes, calderas y otros servicios estaban en edificios independientes. Aún pueden apreciarse sus amplias naves que pueden recorrerse a través de una pasarela elevada que atraviesa todas ellas.
De la misma época que la fábrica de Clese pertenecen otros edificios de arquitectura moderna industrial diseñados por De la Sota, entre ellos las naves del CENIM, en la Ciudad Universitaria de Madrid (1963-1965), y el gimnasio del colegio Maravillas (1960-1962), su obra más reconocida y admirada y considerada por el británico William Curtis como la obra más significativa de la arquitectura española contemporánea.
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Por último, la FRAVM subraya la importancia del trabajo realizado por parte del movimiento vecinal para que fuera posible conseguir el BIC de la antigua fábrica gracias a la constitución de la Plataforma Liebre por Gato-Salvar Clesa para la ciudadanía. La plataforma la constituyen: Madrid Ciudadanía y Patrimonio, la Fundación Alejandro de la Sota, el Club de Debates Urbanos, la Asociación de Amistad Primero de Mayo, la Asociación Familiar Ur del Poblado Dirigido de Fuencarral, las asociaciones vecinales La Flor, Montecarmelo, La Unión de Fuencarral, las de vecinos de Begoña, Las Tablas de Madrid, Valverde de Fuencarral, la Asamblea del Barrio del Pilar-15M, y el Foro Ciudadano de Fuencarral-El Pardo, y la propia FRAVM.