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Parques naturales
La reserva de Urdaibai: el dilema de sacrificar la biosfera al negocio humano
En 1989 el Parlamento Vasco aprobó por unanimidad la creación de la primera y hasta ahora única ley de protección de un área determinada del territorio de Euskadi, en la Comunidad Autónoma Vasca. Entonces nació la Reserva de la Biosfera de Urdaibai, cuyo ámbito geográfico no se corresponde ni con una comarca ya existente ni con ninguna que hubiera existido históricamente. Hoy esta Reserva de la Biosfera se enfrenta al proyecto de construcción en su ámbito de protección de dos instalaciones etiquetadas como “ampliación del Guggenheim Bilbao Museoa (GBM) en Urdaibai.”
Viaje a Urdaibai
Quien viaje por las carreteras de Bizkaia se encontrará con señales que dicen “Urdaibai 14”. Una de esas señales está en Amorebieta-Etxano, en la carretera BI-635, en plena rotonda a la salida del municipio hacia la costa. Sin embargo a apenas dos kilómetros en línea recta de esa señal, se encuentra el límite más al Suroeste del ámbito territorial de la Reserva, que incluye veintidós municipios, doce en su totalidad y diez en parte, encontrándose entre estos el de Amorebieta-Etxano. Paradojas a un lado, buscamos ese que podríamos llamar “Urdaibai 14”.
Atravesando los primeros doce kilómetros de lesa carretera, llegamos a la variante de Gernika-Lumo. A lo largo del trayecto ni una sola indicación de que circulamos por la Reserva de la Biosfera de Urdaibai. Las hubo, pero ya no las hay. Llegamos al puente de Renteria, donde según la señal de la Diputación Foral de Bizkaia (DFB) ya estaríamos en uno de los posibles Urdaibai 14 que sugeriría la señal. A menos de cien metros, en la orilla izquierda del río Oka, vemos una antigua fábrica que todavía conserva bien visible su nombre, es la Cubertería Dalia. Ahí paramos. Casi estamos en el centro de Gernika.¿Cadáveres bajo los escombros en Dalia?
Antigua villa cargada de simbolismo para la mayoría de las gentes de Euskal Herria, para el resto del mundo el nombre Gernika viene asociado al cuadro de Pablo Picasso que lleva su nombre, escrito como Guernica. Recordemos que el 26 de abril de 1937 aviones alemanes e italianos en acciones combinadas habían reducido a cenizas la histórica Gernika y parte de Lumo. Los responsables de la barbarie dijeron primero que fueron los rojos quienes dieron fuego a la villa. Más tarde, ante las evidencias del bombardeo, dirían que el objetivo del mismo fue el puente, hoy renovado, que las bombas ni tocaron. Como tampoco tocaron la zona industrial en el que estamos y en la que una conjunción de intereses políticos y especulativos pretenden ubicar una de las dos ampliaciones del GBM en Urdaibai.
Nos acercamos a la antigua Cubertería Dalia. En este entorno, denominado Bekoibarra, se depositaron parte de los escombros de la villa, traídos desde el otro lado de las vías del tren que sirvieron para separar este lado del destinado a ser un desierto de ceniza y para siempre la capital vasca del dolor. Desde aquí y tratando de imaginar la anunciada primera ampliación del GBM nos atrevemos a preguntarnos a nosotros mismos algo poco correcto. ¿Junto a los escombros no irían cadáveres? O dicho de otra manera, ¿dónde estarían los muertos no enterrados entonces en el cementerio municipal? ¿Pero cuántos murieron en aquel adelanto del horror global?
Es posible que los escombros de la Cubertería Dalia, donde se pretende construir el museo, sean un sarcófago sagrado de los cadáveres abandonados tras el bombardeo de Gernika
Fueron los que fueron, pues el debate sigue abierto, en cualquier caso lo importante sería saber qué pasó con ellos. Es evidente que una parte quedaron bajo los escombros. Dónde, es lo que nos preguntamos aquí, de pie ante los restos de la Cubertería Dalia, en la ribera izquierda del Oka, bajo un cielo gris plomizo. Necesitamos recordar algo del ayer para entender algo de lo de hoy.
Franquicia Guggenheim
Antes de ser bombardeada Gernika era una población industrial, con fábricas entre otras de armas y morteros, como Astra y Unceta. Tras la ocupación por parte de las tropas de Franco esas industrias siguieron funcionando, y en esta orilla del Oka se asentaron pasado el tiempo empresas nuevas de diversos sectores, como el de la cubertería. La crisis de los años 80 acabó con una parte de ellas. Dalia fue de las últimas en cerrar. Sus terrenos y edificios, entre ellos el primero, construido en 1957 y que sería el que conservaría un cierto valor, son hoy propiedad de la Diputación que pretende convertirlos en la primera ampliación de la franquicia del GBM.
Esas son las pretensiones, de las que excluyendo a sus promotores y en su caso a quienes leen los boletines oficiales, bien de Bizkaia o bien del País Vasco, e incluso el BOE, el resto no tiene más datos que los que van goteando a través de parte de la prensa local, principalmente el diario El Correo, seguido del diario Deia y del comarcal Busturialdeko Hitza. Siempre dando por hecho que los proyectos se llevaran a cabo sin considerar no sólo que deberán someterse a información pública y al análisis de las alegaciones pertinentes, sino también a su paso por las instituciones representativas, como las Juntas Generales, el Parlamento Vasco o el Parlamento Europeo.
Crisis climática
Urdaibai Ribera impulsa la expansión del Guggenheim en Urdaibai pese a posibles “daños permanentes e irreversibles”
Sin necesidad de eso, el 1 de enero de 2019 la Diputación Foral de Bizkaia (DFB) encargó a la entidad foral Azpiegitura la retirada de los escombros de Dalia, que pasados ya tres años del encargo no se ha llevado a cabo. Habría que saber si han encontrado algo, qué hay ahí, debajo del suelo de la antigua Dalia, deposito de escombros y quizá sarcófago sagrado escondido bajo la pirámide prácticamente en ruinas. Asunto este del que nadie parece querer hablar, este de los enterrados, y del que no va a haber más remedio que hacerlo, al menos si se cumple lo que el Lehendakari Iñigo Urkulllu dijo en el último Pleno de Política General del Parlamento Vasco, el 22 de septiembre pasado, y repitió días después en el Alderdi Eguna: habría una nueva ubicación para el Museo de la Paz de Gernika-Lumo. Inmediatamente, medios afines señalaron el entorno de Dalia como su ubicación más probable. Ese nuevo museo, al que también han llamado “del bombardeo”, antes de ser levantado, ¿buscaría en su subsuelo posibles cadáveres mal enterrados?
¡Agua!
Tras las declaraciones del Lehendakari, el 21 de octubre, el Gobierno Vasco matizaba su apoyo a una posible ampliación de la franquicia en Gernika-Lumo. Primero habría que garantizar el suministro de agua, dijeron a través de URA, la Agencia Vasca del Agua. Y es que el verano de 2022 había sido el más seco de los que se tenían registros y el otoño seguía su senda. Durante casi dos meses un barco gasero adaptado para el transporte de agua potable suministró millones de metros cúbicos a la red del Consorcio de Aguas Bilbao Bizkaia a través del puerto de Bermeo. El propio consorcio valoró el coste de la operación en 1.497.501,51 euros sin IVA.
Con agua o sin agua, para entonces hacía tiempo que en esta partida a varias bandas el Ayuntamiento de Gernika-Lumo había movido ficha, sometiendo a información pública el proyecto de una calle en Bekoibarra, donde se ubica Dalia. Calle que correría río arriba por su margen izquierda paralela a la fábrica en ruinas. Ocurre sin embargo que tanto esa zona, como la Vía Verde de la que ya hablaremos, que conduciría de ahí hasta la segunda ampliación en Urdaibai del GBM, en Murueta, están sometidas a lo establecido en un sinfín de leyes, y afectadas por diversas directivas y planes.
Tanto la zona de Dalia como la Vía Verde que conduciría hasta la segunda ampliación en Urdaibai del Guggenheim, en Murueta, están sometidas a un sinfín de leyes y directivas de protección de costas y de la propia biosfera
Quizá lo más espectacular para el gran público, por encontrarse siempre a ahí a la vuelta de la esquina, sería la inundabilidad de todo el ámbito del proyecto de las ampliaciones. Sin ir más lejos en enero de 2018 el caudal del Oka cegó el puente de Renteria y estuvo muy cerca de rebosarlo. Eso, por no recordar lo ocurrido en las inundaciones de 1983, 1977 o 1975, todavía en la memoria. La solución planteada por esa amenaza consistiría en levantar un muro en la ribera izquierda del Oka y un talud en el de la derecha. No hay duda que de entrada esa doble barrera anti-inundaciones, además de un gran impacto paisajístico, sería un intento de poner puertas al campo, en este caso al cauce del Oka.
Titulares en N.Y.
Dejando a la espalda Dalia, pasado el puente a pocos metros, se accede al llamado “Corte de la Ría” al final del cual se observa ya la antigua tejera de Murueta, cerca de donde iría la segunda “ampliación en Urdaibai” del GBM, donde hoy se encuentra ubicada la empresa Astilleros de Murueta S.A., aun activa. Este recorrido sería, con matices, el mismo de la Vía Verde que hemos señalado más arriba: una “vía” peatonal de unos cinco kilómetros de largo, que incluirían una pasarela de 1.600 metros a manera de palafito construido sobre las zonas de marismas, marjales y la lámina de agua de la ría. Aquí, hay que recordarlo, no sólo estamos en plena Biosfera de la Reserva. Este entorno tiene además la protección de la Red Europea Natura 2000, por citar una ley de rango europeo. Palabras mayores, que nadie parece querer pronunciar.
Cabría imaginar un titular en la prensa de N.Y. que rezara algo así como “La Fundación Salomon R. Guggenheim invade la red de protección medioambiental más importante de Europa”. En los subtítulos podrían figurar la otras normativas de protección que afectan al entorno. Que está calificado como ZEPA, Zona Especial de Protección de Aves. Esas que ni siembran ni tienen graneros y “yo os aseguro que ni Salomón, en el esplendor de su gloria, se vistió como una de ellas (Mateo 6:26-32).” O que está sometida a lo establecido en la Convención Ramsar de Protección de los Humedales. O que es área de cría del visón europeo. Pero dejemos a un lado las ensoñaciones bíblicas y sigamos con el proyecto terrenal.
Junto a la iniciativa ya citada del Ayuntamiento de Gernika-Lumo, y la de la Vía Verde por parte de la DFB, se han emprendido otras dos, claves, que venían a pedir vía libre para sus planes. La primera, la “rectificación parcial del Plan Comarcal Territorial Gernika-Markina”, para hacer posible “la iniciativa de Ampliación del Museo Guggenheim (AMG) en suelos urbanos e industriales de los términos municipales de Gernika y Murueta”.
“Al parecer la ministra Teresa Ribera ha renunciado a una de las bases de las políticas medioambientales europeas, la no reversibilidad de los niveles de protección, y las alegaciones ya tienen que estar sobre su mesa”
La segunda iniciativa a destacar sería la del Grupo Parlamentario del PNV en Madrid, que propuso al Gobierno de España su apoyo a los Presupuestos Generales del Estado (PGE) para 2023, a cambio, entre otros puntos, de que éste aceptara la reducción del área de servidumbre de protección de costas de los 100 metros actuales a 20, y destinara 50 millones de los PGE “al futuro Museo Guggenheim de Urdaibai”, sin mayor detalle. Si bien con los presupuestos ya aprobados lo segundo se ha cumplido, lo primero sigue pendiente. Aunque la ministra Teresa Ribera antes de atender a las posibles alegaciones ya haya dicho que sí, a pesar de que según ella misma declaraba, “el proyecto podría causar daños irreversibles al sistema de Urdaibai”. Al parecer la ministra y su equipo han renunciado a una de las bases de las políticas medioambientales europeas: la no reversibilidad de los niveles de protección. Las alegaciones ya tienen que estar sobre su mesa. Y también alguna carta de sus compañeros del PSOE-PSE-EE pidiéndole que detenga la operación.
Sin valorar de forma oficial los proyectos de ampliación del GBM, EHBildu ya ha hecho público que no aceptará ninguna reducción de los niveles de protección de la Reserva de la Biosfera de Urdaibai, al igual que lo ha hecho Elkarrekin-Podemos, tal y como quedó de manifiesto y recogido en acta en la reunión de la comisión de Medio Ambiente de la DFB en sesión del 9 de enero de 2023. Sesión en la que la Diputada Amaia Antxustegi dijo, literalmente, “desconocer el expediente.”
20 metros
Con esos 20 metros, ¿cabría el proyecto de ampliación del GBM? ¿Dónde? “En parte de la actual ubicación de la empresa Astilleros de Murueta S.A., en la parte declarada urbana en las Normas Subsidiaras de Gernika–Lumo ya hace años”, dicen los defensores del proyecto. Obvian que la empresa es dueña del vuelo pero no del suelo donde se ubica. Suelo que pertenece al Dominio Público Marítimo Terrestre (DPMT), tal y como quedó establecido por el Tribunal Supremo, Sala Tercera, de lo Contencioso-Administrativo, Sección 5ª, en Sentencia del 12 de abril de 2012. La sentencia fue dada tras un largo proceso iniciado por Astilleros de Murueta S.A. en 2004, a cuenta del deslinde de los terrenos sobre los que se ubica la empresa. No hay lugar a ninguna nueva revisión del deslinde, ni hay ahí terreno urbano ninguno. Quienes insisten en que “en el deslinde de 2004 hubo errores en la cartografía empleada” lo hacen obviando esa sentencia.
“Caducada la concesión de Astilleros Murueta S.A., el vuelo debería desaparecer y el suelo, antiguas marismas y marjales, debería ser recuperado y llevados al estado anterior a la concesión”
En este caso particular la concesión de actividad es del 16 de junio de 1943, y por lo tanto la misma habría caducado en junio de 2018, pues ha de tenerse en cuenta que las concesiones en esos ámbitos de Domino de Protección Marítimo Terrestre (DPMT) tienen una vigencia máxima de 75 años. Una vez transcurrido ese periodo de concesión, el vuelo debería desaparecer y el suelo, antiguas marismas y marjales en este caso, debería ser recuperado y llevados al estado anterior a la concesión. Una aproximación a ese estado se puede obtener partiendo de las fotografías de toda la península que al final de la Segunda Guerra Mundial tomaron las Fuerzas Aéreas de los EUA, que al parecer no descartaban una intervención. Fue entre el año en que finalizaron las obras, 1945, y 1946.
Esa retirada de los terrenos en los que casi en su totalidad se asienta Astilleros Murueta S.A., que desde las 1,3 hectáreas de 1943 ha pasado a ocupar 3,9, e incluso la posible construcción de la ampliación en su caso del GBM, se tendrían que enfrentar a los problemas enterrados bajo la superficie de la gran fábrica o sus anexos.
De hecho en el informe “Seguimiento morfodinámico de la desembocadura del estuario del Oka (Reserva de la Biosfera de Urdaibai) Mayo 2005 Abril 2006”, del propio Gobierno Vasco, se recoge que al menos en tres de los ocho dragados llevados a cabo en la ría entre 1973 y 2003 se depositaron fangos (1987), arena y fango (1988/1999) y más arena y más fango (2003). Sobre la localización y el contenido de los fangos el informe se limita a decir que “debido a la presencia de metales pesados, los fangos procedentes de las extracciones se depositaron finalmente fuera del estuario tras un secado previo en una parcela anexa al astillero”, sin especificar. El plan era que una vez lavados dichos fangos por efecto de las lluvias pudieran ser retirados sin peligro a otras ubicaciones. Pero la realidad es terca y pasados ya más de veinte años la meseta de fango consecuencia del último dragado, del que fuimos testigos casi día a día, sigue ahí, cubierta de vegetación. Está a la vista. En cuanto a los otros dos anexos a los que se refiere el informe, no se dice su ubicación, pero ahí están las fotografías del portal GeoEuskadi para quien tenga curiosidad.
Con la benda en los ojos
La ley de Costas de 1988, en vigor, en su artículo 25.2 establece que “Con carácter ordinario, solo se permitirán en esta zona (DPMT) las obras, instalaciones y actividades que, por su naturaleza, no puedan tener otra ubicación, como los establecimientos de cultivo marino o las salinas marítimas, o aquellos que presten servicios necesarios o convenientes para el uso del dominio público marítimo-terrestre, así como las instalaciones deportivas descubiertas.”
Ante esto la pregunta es si la ampliación del GBM no podría tener otra ubicación que esa de Murueta, que es evidente que sí, o si acaso habría algo en el proyecto que permitiera obviar ese “con carácter ordinario”. Esta es, de hecho, la principal alegación que se hace, entre las que hemos tenido acceso, al expediente abierto por la Demarcación de Costas del País Vasco, a petición de la DFB: esa demarcación nunca tendría que haber aceptado a trámite el expediente de reducción de 100 a 20 metros de la protección en un tramo de la ribera de Murueta, no ha lugar.
¿Una niña con los ojos vendados, la Justicia misma en su edad impúber, puso el dedo en el mapa y señaló ese punto exacto de Murueta? ¿Y el de Gernika-Lumo también? Considerando que ya en 2008 los mismos impulsores de estos planes para la Reserva de la Biosfera de Urdaibai propusieron que la ampliación del GBM se ubicara en Sukarrieta, en las instalaciones y edificio de la Colonia Infantil de la BBK, habría que pensar que no, que no hay niña ciega, sino ciega ambición. Se diría que para los históricos impulsores de la ampliación del GBM no habría más emplazamiento posible que ‘el Urdaibai’.
“¿Seguirá la Diputación de Bizkaia con el proyecto del que el portavoz del Gobierno Vasco Bingen Zupiria decía hace meses que de momento no hay nada?”
Curiosamente el 10 de septiembre 2022, el que parecía el alma mater del proyecto, el Diputado General de Bizkaia, Unai Rementeria Imaz, del PNV, anunciaba que no seguiría en política una vez finalizado su mandato en mayo de 2023. Pocos días después, el 21 de ese mismo mes, se daba a conocer el nombre de Elixabete Etxanobe, actual Diputada de Administración Pública y Relaciones Institucionales, como candidata para las próximas elecciones. ¿Seguirá la Diputación de Bizkaia con el proyecto del que el mismo portavoz del Gobierno Vasco Bingen Zupiria decía hace pocos meses “que no se trata más que de un proyecto del que de momento no hay nada”?
Todo esto sin contar con lo que el Parlamento Europeo tenga que decir sobre el tema. El grupo de los Verdes tiene el dosier sobre la mesa, faltando por saber que dirá la UNESCO sobre estas actuaciones en la única Reserva de la Biósfera de la Comunidad Autónoma Vasca.
El dilema es biosfera o simple antroposfera
Si hipotéticamente se superara esa barrera de la reducción de la protección a los veinte metros, como las otras que se han planteado, podríamos tal vez hablar de la Reserva de la Biosfera de Urdaibai como de una “zona de sacrificio ecológico”, tal y como ha planteado la investigadora de la Universidad de Colorado Naia Ormaza Zulueta. ¿Estaría la Fundación Solomon R. Guggenheim dispuesta a asumir los costes de ese sacrificio? “El Guggenheim se reafirma en la ampliación y Urkullu espera la definición del plan”.
“Podríamos hablar de la Reserva de la Biosfera de Urdaibai como de una zona de sacrificio ecológico, tal y como ha planteado la investigadora de la Universidad de Colorado Naia Ormaza”
Más no se trata sólo de lo que digan en N.Y, si a eso se refiere el reciente anuncio. El GBM tiene su propio Patronato, del que la Fundación es uno de sus tres miembros fundadores. Los otros dos son el Lehendakari y el Diputado General de Bizkaia. Después están los tres Patronos Estratégicos: el Presidente de BBK Fundación Bancaria, el de Iberdrola España S.A. y el Director General de la Fundación BBVA. Tras ese sexteto llega el grupo de simples patronos, dieciséis, entre los que destacamos al Presidente de El Correo S.A, al Director General de Editorial Iparraguirre S.A., editora de Deia, y al Director General de Euskal Irrati Telebista. Política institucional, política económica y política informativa, las tres de la mano del socio americano, que pone el nombre y hace negocio con la franquicia.
Medio ambiente
Guggenheim 2 en Urdaibai ¿Es Urdaibai una zona de sacrificio ecológico?
En cuanto al otro patronato en liza, el de la Reserva de la Biosfera de Urdaibai, que el año pasado apenas se reunió dos veces, su Director-Conservador, preguntado sobre el tema desde el Consejo Social, decía no tener información alguna. Lo que no le ha impedido estrenar el año sacando a información pública un proyecto-anexo al de la Vía Verde firmado por el “Servicio de la Reserva de la Biosfera de Urdaibai”, un ente que según nuestras fuentes no existe, al menos con ese nombre. Se ha publicado en el BOE sin su paso preceptivo por el Consejo.
Se trata como ya hemos apuntado de jugar la partida a varias bandas, troceando el proyecto global en partes con el fin de no someterlo al imprescindible e ineludible estudio de impacto ambiental. La Reserva y las instituciones, la Fundación, se enfrentan a un dilema claro. Ser fieles a los principios fundacionales de la propia Reserva, orientado su economía hacia los objetivos y principios establecidos por la ley que la protege, o ir a la zona de sacrificio ecológico. Protección de la biosfera o bajada radical a la antroposfera, que es lo que traería el turismo de masas previsto.
La Reserva, las instituciones y la Fundación Guggenheim se enfrentan al dilema de ser fieles a los principios fundacionales de la propia Reserva, establecidos por la ley que la protege, o ir a la zona de sacrificio ecológico entregada al turismo”
Para ilustrar gráficamente el dilema bastaría con recordar que justo en la orilla de enfrente del astillero se ubicó y dotó el proyecto de recuperación del águila pescadora. Esas impresionantes aves hoy en vías de recuperación un día, mucho más numerosas, compartieron cielos y aguas, marismas y humedales con infinidad de otras, como garzas y garcetas, espátulas, anátidas diversas, correlimos y andarríos y un largo etcétera. ¿Querrían seguir viviendo con la presencia ahí abajo de 140.000 visitantes que según cálculos de los promotores pasarían por la Vía Verde sobre la que tendrían que volar? Llegado el caso quizás prefieran emigrar una vez más. Y quien sabe si alguna de las 140.000 turistas, tras visitar las nuevas ubicaciones de la franquicia, no irían a visitar alguna de las zonas en las que realmente se pueden observar águilas pescadoras.
Ecologismo
Urdaibai Ondo etorri Urdaibai paradisuaren gezur eta iruzurretara
Naturaren zaintzaren ikur da Urdaibai, baina ikusi nahi duenarentzat agerikoa da iruzurra. Gezurrak dira nagusi, pinudi eta eukalipto, txatarrazko lantegi, Panpako lezka, ur zikin eta turistentzako ekimen txikitzaileen artean.