We can't find the internet
Attempting to reconnect
Something went wrong!
Hang in there while we get back on track
-¿Decía usted a caso yo me quiero ir? ¿Usted le dijo que parara?
-No, le dije que estaba muy incómoda
- Muy incómoda no, ¿le dijo que parara?
En 2016 la jueza Carmen Molina preguntaba a una mujer víctima de agresiones sexuales por parte de su ex pareja si había cerrado bien las piernas. En 2018, el juez Ricardo González, que formó parte del Tribunal que juzgó a La Manada, vio un “ambiente de jolgorio” en una escena en la que cinco hombres sometían a una mujer en un portal. En 2022 se aprobaba la ley de sólo sí es sí que imprime un cambio de paradigma en donde el centro no lo ocupa la posible resistencia o no de la víctima, si no el consentimiento de esta. En 2025 el juez Adolfo Carretero protagonizaba el duro interrogatorio que abre este artículo a Elisa Mouliaá, quien denunció al exdiputado de Sumar, Íñigo Errejón por agresión sexual. Pone en entredicho que se resistiera de manera efectiva. “¿Cómo se va usted con ese señor a su casa?”, le cuestiona. Deposita toda la carga de la prueba en sus hombros. Pasa el tiempo, cambia la legislación, pero los avances siguen estrellándose contra el mismo muro de togas.
Los vídeos, que se hicieron públicos este lunes 20 de enero, desvelan escalofriantes fragmentos como el anterior, en los que Carretero juzga a Mouliaá, que es la demandante, con un claro mensaje disciplinador. El juez valora “cosas extrañas” en la denuncia de Mouliaá y no vacila a la hora de revictimizarla y ponerla contra las cuerdas. Pero no solo eso, desenfunda un tono soez al preguntarla si se había bajado las bragas o cuánto tiempo estuvo Errejón lamiéndole los pechos.
Errejón defiende ante el juez su inocencia en un interrogatorio plagado de compadreo. “Vamos a repasar lo que dice ella y lo que quiero que me cuente usted”, inicia el diálogo Carretero
Del otro lado, Errejón defiende ante el juez su inocencia en un interrogatorio plagado de compadreo. “Vamos a repasar lo que dice ella y lo que quiero que me cuente usted”, inicia el diálogo Carretero. Un diálogo en el que el juez resume que lo que han mantenido ambos es un “magreo”.
Juzgándola por otros hechos
-Yo estaba muchísimo más ebria de lo normal. Al salir de la habitación tengo como lagunas. Lo único que recuerdo es a él poniéndome la chupa.
-Usted en la denuncia no dijo que estaba ebria. Es que no ha dicho jamás que estuviera ebria.
-Es que como me preguntaron por los hechos, la policía no me preguntó por eso.
Uno de los detalles que trascendieron durante el día de la vista en la que se juzgaba a Errejón es que Mouliaá no descartó que el exdiputado de Sumar hubiera depositado alguna sustancia en su copa. Lo que aún no se sabía era el tono acusador que empleó el juez al dudar del estado de embriaguez de la demandante, como se muestra en el fragmento anterior.
Violencia sexual
Violencia sexual Mouliáa no descarta durante el juicio por agresión sexual que Errejón le echara alguna sustancia en la copa
Lo que sí se conocía ese día, y que podría habernos dado pistas sobre el color de los acontecimientos sucedidos en esa sala, es que el juez admitió que la defensa preguntara a Mouliaá por una denuncia anterior emitida contra su ex y que fue archivada. “No se archivó (como se ha publicado), yo retiré la denuncia para que mi hija tuviese a un papá presente”, se ha defendido la actriz.
Solo el 11,1% de las mujeres que han sufrido violencia sexual fuera de la pareja lo denuncia. Si el cuestionamiento de la víctima es lo que prevalece en los juzgados, estas cifras no deberían extrañarnos
Más allá de eso, lo que no se debería de consentir en una sala es que las mujeres fueran cuestionadas por hechos que no se están juzgando en ese momento, y menos cuando se trata de la denunciante y, por tanto, no ha de demostrar antecedentes de ningún tipo para ser creída. Es más, hemos de entender que no es la credibilidad de la víctima lo que se juzga, se juzga al agresor y es él quien debe de demostrar su inocencia.
Según la Macroencuesta sobre violencia de género de 2019, solo el 11,1% de las mujeres que han sufrido violencia sexual fuera de la pareja ha denunciado alguna de estas agresiones en la policía o en el juzgado. Si el cuestionamiento del pasado de la víctima es lo que prevalece en los juzgados, estas cifras no deberían extrañarnos.
En vistas como la que estamos analizando, se envían mensajes amenazantes y aleccionadores que desmotivan las denuncias, por mucho que la ministra de Igualdad, Ana Redondo, y el ministro de Interior, Grande Marlaska, animen a las víctimas a acudir a comisaría y obvien que existen otros tipos de protección que no las obligan a pasar por el túnel de la revictimización que es lo que está sucediendo en los juzgados.
Violencia sexual
ENTREVISTA “Desde pequeñas nos enseñan a protegernos de los extraños pero no de las personas cercanas”
Una contra ola en la judicatura
-¿Nadie le vio con él saliendo por la puerta?
-Yo no recuerdo, tengo la imagen de él poniéndome la chupa y el bolso y me dijo “venga que nos lleva esperando el coche cinco minutos”.
-Pero vamos a ver... Usted ha sido objeto, no ya de un beso, es que son tocamientos a la fuerza en una habitación. Es que no se entiende que continuara con este señor, o que no le dijera algo. O hiciera un gesto... aguantar irse con él.
-Créame que yo a día de hoy tampoco lo entiendo.
Cuando acaba esta frase, Mouliaá resopla. Su voz se quiebra y una sensación de asfixia inunda la sala. Sensación que captamos las que, absortas, observamos como buena parte de lo que creíamos alcanzado tras estos años de lucha sigue suponiendo un gas sarín para las mujeres que acuden a los juzgados.
Podría parecer que han pasado siglos desde que la ola feminista comenzara a cuestionar los posicionamientos de la justicia entorno a la violencia sexual, lucha que logró un cambio de paradigma en la ley. Con la nueva legislación, y siempre sobre el papel, la violencia y la intimidación, hechos que anteriormente se debían probar para que los jueces discernieran entre abuso y agresión sexual en los hechos juzgados, las mujeres ya no deberíamos demostrar nada más allá de la ausencia de consentimiento. Pero no es así. Los avances del feminismo se siguen estrellando contra el bloqueo de las togas. Unas togas que, no olvidemos, nada más ser pública la nueva ley, intentaron boicotearla con la cascada de rebajas de penas aplicadas a agresores.
-¿Por qué usted a tardado más de tres años en denunciar a este señor?
-No me atrevía.
-¿Por miedo a Errejón?
-Sí.
En un momento del interrogatorio Mouliaá admitía entre lágrimas los motivos por los que no denunció a Errejón, tras ser cuestionada por el magistrado. El problema, señor juez, es que el miedo no es solo al agresor. El problema es que también tenemos miedo a las instituciones. Y ese miedo, por el momento, no hay quien nos lo quite.
Relacionadas
Violencia sexual
Violencia sexual Mouliáa no descarta durante el juicio por agresión sexual que Errejón le echara alguna sustancia en la copa
Análisis
ANÁLISIS Pensar juntas las violencias para poder seguir hablando
Violencia machista
Violencia machista Y las víctimas de violencia machista, ¿qué quieren?
Ese juez no es que esté incapacitado para asuntos de violencia machista, esta incapacitado para ser juez. La inmadurez y superficialidad que destila su comportamiento le hace candidato, como mucho, a un debate de sobremesa sin aspiraciones.
No sabe ni mantener una conversación respetuosa, proyecta sus perjuicios sin control, ni sabe cómo analizar una situación, es incapaz de refrenar sus impulsos y su mente calenturienta (como cuando le habla a Muliaa en términos de "chuparle las tetas, bajarle las bragas, tocarle el culo"!!). Por no hablar de cómo se identifica con partes del relato de Errejón (claro, claro... comenta).
Ese juez es un peligro para cualquier ciudadano en cualquier tipo asunto.
Y ya puestos, como sea de Vox o PP (que es lo que parece, porque a qué viene cuestionar en el juicio las posiciones políticas del acusado por la contradicción que supone su posición actual en relación a los hechos que se juzgan...?) este caso lo tiene todo. No dando crédito a la denuncia de Muliaa, el juez pone contra las cuerdas a Errejón evidenciando que es un político incoherente cuando antes decía que las denuncias de violencia machista había que creerlas ciegamente pero ahora que lo han denunciado a él, no. El juez mataría dos pájaros de un tiro.
Es tremendo, aunque no se puede esoerar otra cosa de un juez de este país ante estas cuestiones. Errejon es inteligente y podría dar un paso adelante para evitar que estos jueces machistas y fachas se salgan con la suya injustamente: aunque le cueste (ya el mal está hecho), debería publicamente pedir perdón a todas las mujeres que ha violentado, arrepentirse de su infame conducta, y allanarse sin mas ante la denuncia de Elisa Mouliaá. Así se cortaría por lo sano este espectáculo indecente, y Errejon podría salir con cierta dignidad y reconstruir su vida y su imagen, que es algo que necesita (aún es joven) y a lo que tiene derecho.
Es verdad que el juez fue inquisitivo y falta respeto, pero en la declaración de Errejón también se mostró así en la parte que le interesa en verdad , es decir: cuando le pregunta una y otra vez por su dimisión como político. Tanto "la víctima" como el "acosador" me dan vergüenza ajena, y no me creo nada, excepto en un montaje para desembarazarse de uno de los muchos políticos que han hecho de la izquierda la basura en que se ha convertido. A lo mejor cambio de opinión viendo los programas de Tele 5 a los que la "víctima" ha vendido su historia, pero no tengo televisión.
JAJAJAJA...Errejón un político de izquierdas,....JAJAJAJA no jodas y el señor x de los gal es anarquista,JAJAJAJA venga no te lo crees ni tú, que gracioso eres, pero con nula empatia hacia las victimas del patriarcado, seguro que tú también te crees que eres de izquierdas jajjaja, con tú comentario te pareces más a Trump o a un madero infiltrado, que se os nota mucho, jajajja
Esta es desgraciadamente la calaña de jueces que tenemos en este país