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Memoria histórica
Los Franco pierden el juicio contra el Estado por la propiedad de los bienes del Pazo de Meirás
El Juzgado de Primera Instancia nº 70 de Madrid ha dictado sentencia: la propiedad de los bienes y documentos hallados en el interior del Pazo de Meirás (Sada, A Coruña) es del Estado y no de los herederos del dictador Francisco Franco. Concretamente, pertenecen a Patrimonio Nacional, al patrimonio histórico español y al patrimonio documental español. Esta nueva sentencia adelantada por elDiario.es fue motivada por el recurso de la familia Franco ante la histórica sentencia de 2020 en la que la Justicia obligó a la familia del dictador a entregar el pazo al erario público. Entonces, el juez entendió que la supuesta compra en 1941 por Franco fue una suerte de simulación. Así, la familia recurrió el dictamen tratando de salvar todo tipo de bienes de alto valor patrimonial, artístico e histórico. Concretamente, 564 objetos que el juez Roberto Fernández Muñoz ha decidido mantener en propiedad pública, aunque la sentencia no es firme y todavía cabe recurso.
Enfoques
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El contenido guardado en el interior del Pazo de Meirás todavía deberá quedar inmóvil hasta que haya una sentencia firme, según explicó en el acto de entrega de llaves de 2020 Consuelo Castro Rey, jefa de la Abogacía del Estado: “Es la devolución de un bien que llega a unas manos de las que no debería de haber salido, al Estado”. Hoy, está todavía más cerca el día en que esa devolución, completa, se haga efectiva.
Esos 564 bienes en disputa, por los que el Estado ha reclamado protección a los juzgados, son los restos del monumento a las aspiraciones aristocráticas que fue el Pazo de Meirás: las voluminosas figuras —de los profetas del antiguo testamento Abraham e Isaac— que formaban parte del pórtico de la Gloria de la catedral de Santiago; objetos de otros pazos, los recuerdos de pasados caprichos que se trasladaron sin demasiadas explicaciones allí. Los elementos en las balaustradas que fueron llevados por orden de Carmen Polo desde el Pazo de Bendaña, en Dodro, la torre de ese mismo pazo que fue reconstruida en la villa de los Franco, los tres hórreos que aparecieron paulatinamente para decorar los jardines de Meirás o las pilas bautismales procedentes de la iglesia de Moraime, en Muxía.