We can't find the internet
Attempting to reconnect
Something went wrong!
Hang in there while we get back on track
Literatura
Mithu Sanyal disecciona con irreverencia y autocrítica los debates sobre racismo y políticas identitarias
La profesora Saraswati, catedrática de Estudios Poscoloniales en Düsseldorf, es toda una estrella en los debates contemporáneos de política identitaria. Se presenta como una persona racializada y es la principal referente de su alumna, la popular bloguera Nivedita, nacida en Alemania de madre polaca y de padre indio. Cuando ella y el mundo entero descubren que tal icono intelectual es en realidad una mujer alemana blanca, tanto en las redes sociales como en la esfera académica emerge un acalorado debate sobre las causas y consecuencias de haber asumido la identidad de una mujer racializada y, desde ahí, escribir libros de teoría poscolonial y beneficiarse de un puesto dentro de la academia. Para la audiencia de Twitter, “cancelarla” es una respuesta completamente obvia. Y sin embargo, para la ahora furiosa Nivedita, quizá no lo es tanto. A partir del escándalo de brownfacing, Nivedita cuestiona no solo a su profesora, sino también todo lo relacionado con su propia identidad porque… ¿qué es la identidad en realidad? ¿Nuestra personalidad, nuestro género, nuestro color de piel? ¿Es “una mentira necesaria”? Y es posible, como intenta hacer Saraswati, ¿deshacerse de la blanquitud?
Este es el provocador y arriesgado punto de partida de Identitti, la novela de Mithu M. Sanyal (1971, Düsseldorf) que la editorial consonni acaba de publicar en España traducida por Paula Aguiriano Aizpurua, y que ganó los premios Ruhr de Literatura y Ernst Bloch de 2021 en Alemania. Sanyal, investigadora, escritora, periodista y crítica, después de sus incisivos ensayos Vulva (Anagrama, 2012) y Violación (Reservoir Books, 2019), incursiona por primera vez en la ficción, pero bebiendo ampliamente del mundo real, por ejemplo, de los controvertidos casos de las profesoras que se presentaban como mujeres racializadas Rachel Dolezal y Jessica A. Krug.
‘Identitti’ muestra una auténtica polifonía de voces en formatos híbridos: tuits y publicaciones de Facebook de personas reales (investigadores, periodistas y activistas feministas y antirracistas), entradas de un blog, referencias a trabajos teóricos y artísticos
Identitti muestra una auténtica polifonía de voces en formatos híbridos: tuits y publicaciones de Facebook de personas reales (investigadores, periodistas y activistas feministas y antirracistas), las entradas del blog de Nivedita, referencias a trabajos teóricos y artísticos… “Los tuits no solo tienen un punto de vista diferente, sino también su propio lenguaje, son muy distintos entre sí. Internet es un monstruo multicéfalo y yo no podía escribir internet, así que pedí a estas personas que lo hicieran por mí. Pero se puede leer este libro incluso ignorando los tuits. La historia también se entiende si no manejas el lenguaje de las redes sociales”, cuenta Sanyal a El Salto.
El resultado es una novela textualmente rica y compleja, que bebe de muy diversas fuentes y plantea muchas preguntas, desde incontables ángulos, sobre la mercantilización de la teoría poscolonial, la apropiación cultural, el racismo y los juegos de poder en el sexo y en la academia. Sanyal reflexiona sobre los referentes y modelos a seguir en esta bildungsroman o novela de aprendizaje: “Matar a los ídolos es necesario para nuestro propio empoderamiento e independencia. Siempre habrá un momento de desencanto en la relación entre mentor y discípulo, porque tienes que convertirte en tu propia persona. Incluso si no hay un gran escándalo, como en la novela, siempre habrá ese momento, o estarás a su sombra. Duele, porque quieres que estas figuras sean perfectas, pero entonces no crecerías”. La autora relata que ni siquiera había casi mujeres profesoras cuando ella era estudiante en Alemania, y hoy apenas hay profesores racializados, “por lo que mucha gente comparte el sentimiento de ir a la universidad y esperar que una persona determinada sea el referente para todo”.
“Es una novela sobre ser mestiza y crecer en una sociedad que quiere que seas algo de una manera muy clara: o eres una cosa o la otra”, dice Mithu Sanyal sobre ‘Identitti’
Sanyal sostiene que el principal interés que aborda en Identitti es la cuestión de “qué pasa cuando la gente finge ser alguien que no es”, y añade: “Yo siempre he tenido la sensación de que estaba fingiendo: no soy alemana, no soy india, mi madre es de Polonia, pero tampoco soy lo suficientemente polaca. La cuestión de la autenticidad siempre ha sido un problema para mí y quería contarla a través de Nivedita. El personaje de Saraswati es un catalizador para ella”. La escritora aclara: “Es una novela sobre ser mestiza y crecer en una sociedad que quiere que seas algo de una manera muy clara: o eres una cosa o la otra. Estoy segura de que dentro de 10, 20, 30, 40 años tendremos discusiones diferentes a las de hoy sobre la idea de la gente pasando por otra raza que no es la suya”.
La investigadora también quería explorar “la problemática de la gente blanca explicándonos constantemente todo: qué es el racismo, qué es el colonialismo, etc. Saraswati finge ser una marginada y es incluso mejor marginada que una persona racializada precisamente porque conoce todos los códigos. Tiene mucho más éxito en el mundo académico no solo por nacer con la piel blanca, sino por tener una educación blanca privilegiada: su madre estudió en la época en la que casi ninguna mujer estudiaba, viene de una cierta clase y tiene toda esta información, pero es vista como una persona racializada que no tiene eso, y aun así puede moverse en esos círculos”. Para Sanyal, ese es el verdadero engaño: “Saraswati dice que no hay razas, lo cual es cierto, por lo que no está mintiendo sobre ello. El fraude está en que está invisibilizando el que sus conocimientos sí son en parte heredados, aunque no lo sean a nivel genético”.
La novelista comenta que en Alemania apenas hay novelas sobre personas mestizas, “como si no existiéramos en el reino de lo imaginario. Y cuando existimos, somos perezosas, depresivas, suicidas o nos pasa algo horrible. Ser mestizo tampoco es algo especial, pero en literatura deberíamos poder tratar todo”. Sanyal alude precisamente al humor cuando dice: “A Nivedita no solo no le gusta el racismo, sino que también le gustaría disfrutar de su raza, pertenencia o lo que sea, y no solo no hay espacio para hablarlo cuando lo sufres, sino que, como con el género, tampoco te puedes divertir con ello”.
La autora de Identitti menciona que el mundialmente reconocido Thomas Mann (1875-1955) también es mestizo, de madre brasileña, “pero pensamos en él como el más blanco de los escritores alemanes”. También cita la novela Anita and Me de Meera Syal como una influencia de Identitti.
Sobre la situación del racismo en Alemania, Sanyal comenta que “hasta hace poco, seguíamos teniendo la idea de que no podemos hablar de raza y de racismo porque la raza es un concepto nazi. Al no haber razas, no hay racismo, fin. Hasta el año 2000, solo podías ser alemán si tenías padres alemanes. Ahora puedes ser alemán simplemente naciendo y viviendo aquí. Sin embargo, asumir esto y ser una sociedad multicultural está siendo un fenómeno bastante nuevo. Ahora, con la guerra entre Israel y Palestina, hay quien incluso defiende que el antisemitismo ha sido importado por los musulmanes o que los estudios poscoloniales son antisemitas. Está todo muy polarizado”.
En Identitti también se menciona cómo los jóvenes activistas saben más de teoría antirracista estadounidense que teoría propia del territorio local. Sanyal explica que términos como People of Color (las siglas POC, en español “personas de color” o “personas racializadas”) se usan en el mismo sentido en Alemania pero no aluden a la misma realidad: “Hay gente que definitivamente aquí es considerada POC o racializada, pero que en Estados Unidos sería blanca. Además, cuando se habla de racismo, muchas veces se hace en términos de blanquitud y negritud, y claro que hay muchas personas negras en Alemania, pero se olvida que hay muchísimo racismo contra las musulmanas. Importar demasiada teoría creo que ciega parte de nuestros propios problemas y luchas. Aquí siempre ha habido mucha tradición de activismo antirracista, pero sin duda se conoce más el de Estados Unidos”.
Respecto al éxito que está disfrutando Identitti, Sanyal afirma valorar mucho poder seguir escribiendo, “ahora que el mundo del libro está cambiando y se me toma en serio gracias a los premios, pues durante mucho tiempo las editoriales decían ‘ya tenemos un autor indio en el catálogo, no necesitamos otro’, y los periodistas confundían mi novela con una autobiografía o con un ensayo”.
Sanyal concluye: “Se está produciendo por primera vez la discusión sobre los escritores racializados, por qué no recibimos tantos premios en comparación a otros escritores alemanes, etc. y agradezco formar parte de esa discusión”. Actualmente, trabaja en su segunda novela, que se publicará en septiembre de 2024, y que está protagonizada por una mujer de mediana edad que viaja en el tiempo, al Londres de principios del siglo XX, donde, habitando el cuerpo de un hombre joven, conocerá al padre del nacionalismo hindú, Vinaiak Dámodar Savarkar, en el India House, una residencia estudiantil que alojó a varios revolucionarios indios que formaron parte de la resistencia armada: “Yo había aprendido sobre Gandhi y sobre conseguir la descolonización sin violencia. Pero sin resistencia violenta, India probablemente seguiría hoy siendo una colonia. Fue doloroso descubrirlo porque creo en la idea de la no violencia, pero no sucedió así, y quiero escribir sobre ello”.