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Huelga
La plantilla de Holaluz denuncia un “ERE encubierto” y convoca huelga indefinida a partir del 14 de enero
Este miércoles ha quedado convocada la huelga indefinida en Holaluz “en defensa del derecho al teletrabajo” y por una actualización de los salarios. La eliminación de la posibilidad de trabajar en remoto forma parte de una modificación sustancial de las condiciones de trabajo que los sindicatos califican de “ERE encubierto”. Los paros, que empezarán el próximo martes 14 de enero, han sido anunciados por el Comité de Empresa después de que la asamblea de personas trabajadoras respaldara la huelga con un 88% de los votos.
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La huelga: un derecho fundamental que se pretende poner contra las cuerdas
Cada vez que se convoca una huelga de cierta entidad, los medios de comunicación tratan de poner sobre la mesa un viejo y falso debate. ¿Qué derecho tiene preeminencia? ¿El derecho a huelga como medida de presión para que la clase trabajadora pueda defender sus derechos, o el derecho de la ciudadanía respecto a los servicios esenciales para la comunidad?
Los sindicatos CGT y UGT, responsables de la representación de la plantilla en Holaluz, hablan en una nota de prensa de un contexto de “constante pérdida de derechos”, “sueldos congelados” y una “fuerte presión a la plantilla” en los últimos años. Además, en 2023 se produjo un ERE que se saldó con unos 200 despidos y tras el cual la empresa ha animado al personal descontento a irse, cuenta una integrante del comité de huelga y sindicalista de CGT.
Con este trasfondo, la gota que ha colmado el vaso y ha provocado la convocatoria de huelga es la eliminación del derecho al teletrabajo: la plantilla pasa de poder disponer como quiera de días en la oficina o en remoto a la presencialidad sin excepciones.
“En septiembre propusieron reducir los días de teletrabajo y se fue bastante gente. Desde la comunicación de la eliminación del teletrabajo se han ido más personas", señala una sindicalista
La supresión del derecho a trabajar en remoto forma parte de una modificación sustancial de las condiciones de trabajo presentada por la empresa el pasado 2 de diciembre. Entre los derechos que la comercializadora energética ha recortado están el seguro médico, cursos de idiomas o descuentos en gimnasios. A los sindicatos les sorprende la eliminación del teletrabajo porque, a diferencia de las otras medidas, esta no es de carácter económico.
Esta sindicalista, que prefiere mantener el anonimato, titubea al ser preguntada por el seguimiento que espera de esta huelga. “En septiembre hicieron una propuesta que rechazamos para reducir los días de teletrabajo y entonces ya se fue bastante gente de forma voluntaria. Desde la comunicación de la eliminación del teletrabajo se han ido más personas”, explica. El conflicto “se nota en el ambiente”, agrega.
El derecho al teletrabajo, “beneficio indispensable”
Al igual que muchas empresas durante la pandemia, Holaluz estableció el derecho al teletrabajo en 2020. Desde entonces, cuentan desde el Comité de Empresa, “mucha gente se ha mudado a las afueras y ha adecuado su vida a estas condiciones”. La comercializadora energética intentó tocar este derecho en septiembre del año pasado, cuando propusieron a la representación de la plantilla pasar a ejercer sus tareas desde la oficina tres días a la semana.
Los sindicatos del Comité de Empresa consideran que la modificación es un ERE encubierto por la “ausencia de buena fe” y porque Holaluz sabe cuán importante es el teletrabajo para su plantilla
CGT y UGT lanzaron entonces una encuesta a la plantilla que respondió un centenar de personas de un total de unas 230 trabajadoras. “¿Consideras el teletrabajo un beneficio indispensable para permanecer en la empresa?”, preguntaron, a lo que un 97,7 % respondió que sí. Los sindicatos respondieron a la empresa que no aceptaban, y entonces empezaron a producirse “amenazas” —señalan desde el Comité— a las personas trabajadoras con “cargos superiores” de que, de no firmar el acuerdo, se implantaría la presencialidad total.
La exigencia de trabajar en la oficina todos los días se materializó el pasado mes de diciembre en una negociación en la que, según los sindicatos, la empresa no hizo ninguna concesión relevante y se negó a negociar sobre la base propuesta en septiembre de tres días presenciales. Ante la ausencia de “buena fe” y sin “justificación económica” para la eliminación del teletrabajo, CGT y UGT argumentan que “existe la sospecha” de que se trate de un ERE encubierto. Sobre todo, teniendo en cuenta que la empresa sabe cuán importante es el teletrabajo para su plantilla, apostilla.
Ahora, lucharán por el rechazo a la modificación sustancial de las condiciones de trabajo —que incluye la eliminación del derecho a teletrabajar que se hará efectiva el próximo 28— y la subida de salario “de acuerdo con las subidas del coste de vida” de las personas trabajadoras.