Flamenco
Enrique Morente, la metamorfosis continua

Enrique Morente dio con la tecla exacta para musicar unas palabras que no se acercan a definir lo que realmente significa metamorfosis: el cantaor granaíno le daba más significado a ese esquivo significante que una academia de no se sabe qué lengua.
enrique morente cantando
En vivo. Enrique Morente en el Palau de la Música Catalana el 13 de marzo de 2009. Alterna2
18 abr 2021 06:00

La búsqueda en el diccionario de un término concreto no resuelve las expectativas que se ponen en él. Hay ocasiones en las que se sabe el significado de una palabra por pura intuición o por uso consensuado y social del vocablo, pero pasa que, de forma fortuita, se acude a algún tomo del saber donde se encuentran las más prosaicas de las definiciones y, claro, lo que allí se encuentra no es equiparable a la ilusión puesta en la pesquisa, ya sea porque las acepciones a veces son frías, casi glaciales, o porque después de mucho tiempo se conoce que se hacía un mal uso de la palabra. “La bajona del diccionario” han tenido a bien llamarla los profesionales de ponerle un nombre a todo.

Ocurre con “metamorfosis”: se la busca y se la encuentra (o se le busca y se le encuentra), y no acaba de llegar a satisfacer las necesidades de este reportaje, por poco líricas y poco asimilables por un compás de cualquier palo, aunque probablemente Enrique Morente (El Albayzín, 1942 – Madrid, 2010) habría dado con la tecla exacta para musicar unas palabras que no se acercan a definir lo que realmente significa metamorfosis, ya que, en gran parte, el cantaor granaíno le daba más significado a ese esquivo significante que una academia de no se sabe qué lengua.

En el documental sobre el Omega —su disco publicado en 1996 junto a Lagartija Nick—, con nombre homónimo, de los realizadores José Sánchez-Montes y Gervasio Iglesias, en el extracto de una entrevista una voz (que no identifica el espectador) le pregunta a Enrique Morente en plano medio aberrante: “Hay mucha gente que todavía se acuerda del Omega, dicen que nadie ha hecho esa mezcla tan importante en la historia de la música. ¿Cómo recuerdas tú Omega ahora?”. A lo que el cantaor responde entre ademanes de varias sonrisas que mezcla con la respuesta: “Bueno, es que yo soy otro, no soy el mismo, claro; cambio, estoy dentro de una metamorfosis continua”.

Música
La canción del insomnio en las ciudades contemporáneas

“Ciudad sin sueño”, pura fantasmagoría, se nos aparece durante los últimos seis minutos de un álbum capital para nuestras músicas populares: Omega, de Enrique Morente y Lagartija Nick.


“Solía decir que él no era responsable de lo que dijo hace un año, que estaba en proceso continuo, por eso creo que no repetía ni éxitos ni fracasos. Me refiero a que muchas veces le comenté sobre grabar nuevo material aparte de lo que hicimos en Val del Omar, pero comprendí que no era buena idea trabajar como si fuese un ejercicio de estilo. En mi caso, cuando he cambiado mucho el discurso musicalmente, he cambiado la forma de escribir. Supongo que he hecho como él: parar de vez en cuando para aprender y seguir desde lo aprendido”, responde Antonio Arias (Granada, 1965), cantante y fundador de Lagartija Nick.

Enrique Morente Granada mural
Mural sobre Enrique Morente en Granada Jaime Cinca

Se recuerda muchísimo Omega, claro, nada de lo anterior se le parecía, todo en él era vanguardia, pero el cantaor granaíno ya rompía moldes desde mucho antes: en ese extraordinario documento de los años 70 que es el programa Rito y geografía del cante (disponible al completo en RTVE), en el capítulo dedicado a Enrique Morente se dice: “En toda la historia del flamenco, la evolución ha sido constante. Este hecho quizá no se aprecie demasiado, pero basta con enfrentar una grabación primitiva con otra actual para evidenciar el cambio. La mayoría de los cantaores ha aportado algo, musical o expresivamente. Hoy en día, ese deseo de evolución está más patente que nunca. Encabezando la representación de esta línea se encuentra el joven cantaor granaíno Enrique Morente. Morente, partiendo de unas bases vitales muy concretas, centra todo su esfuerzo en una renovación musical del cante. Para los ortodoxos puede resultar un desajuste de la línea tradicional, no obstante, el juicio de los resultados quizá sea prematuro”. A poco que se hojea y ojea la biografía del músico del puño de Balbino Gutiérrez se observa cambio. Eso y otro buen puñado de rasgos hacía de Morente un cantaor distinto.

“Su identidad creadora no lo hacía idéntico a nadie. Comentaba Ibn Arabí que existe una línea imaginal donde la razón siente y donde el corazón piensa. Esa era la casa de Enrique Morente. Claro que podía cantar unas alegrías conforme a los cánones. Pero si el Flamenco es la herejía del poder, Enrique Morente era su profeta porque no podía evitar que las alegrías se modificaran en su garganta para hacerlas únicas, suyas. Créeme cuando te digo que la verdadera revolución flamenca de Morente no la protagoniza en sus creaciones más evidentemente modernas, sino en las variaciones sutiles al interpretar los palos más antiguos, como cuando un árbol viejo reverdece. Por eso era un cantaor diferente. El aficionado esperaba con impaciencia el momento en que uno de sus melismas rompería las reglas para dibujar un monumento en el aire”, sostiene Antonio Manuel (Almodóvar del Río, Córdoba, 1968), el inabarcable sabio andaluz, jurista, doctor en Derecho y profesor de Derecho Civil en la Universidad de Córdoba, escritor, músico y activista.

“Es muy difícil jugar con los límites en la creación y no buscar la aprobación del mundo al que perteneces. Él supo anteponer su intuición. La palabra que para mí resume su propuesta artística es inquietud. En él se dan la mano el conocimiento de los códigos establecidos y la búsqueda permanente. Los cánones son necesarios, pero llega un momento que pueden suponer un corsé limitante. Él los conocía, no únicamente para poder reproducirlos sino para tomarlo como punto de partida y desarrollarlos. La sensación de darse al play es muy desagradable. El vértigo devuelve los ‘nervios bonitos’”, explica la cantaora y doctora cum laude por la Universidad de Sevilla, Rocío Márquez (Huelva, 1985).

Participar del cambio no implica no conocer los límites de las cosas. Aunque la modificación se pueda producir de manera espontánea, por el mero discurrir de los días y las horas, para que tenga un impacto se ha de ser consciente del antes, del durante y del después. Para que una alteración del espacio y tiempo tenga lugar se ha de saber dónde está la linde que separa un lugar de otro. El ahora de nuestra era es un tiempo y lugar de fronteras y cada poco, un hecho hace que se repiense dónde están las líneas rectas que separan lo otro de lo aquello. El esfuerzo suele ser ímprobo, normalmente enfrenta dos posturas muy alejadas entre sí y separadas muy a conciencia. Acto seguido, el debate se recrudece, y no queda claro si se ha llegado a una conclusión entre tanto ruido.

Enrique Morente Alhambra
En las calles. Una bolsa de tela repite el homenaje a Morente escrito en la calle Provincias, en Granada. Jaime Cinca

En el caso de Enrique Morente no hay debate, no hay ruido. La linde era su estado natural, sabía transitar por ella como el equilibrista que conoce su oficio y demostraba saber colocarse a un lado, al otro o seguir explorando esa frontera. Su herencia musical corrobora esta idea: “La libertad era su patrimonio, así que los límites no eran ningún problema. Hay que destacar que eso le acarreaba muchos problemas. Era una persona muy valiente, la verdad, y sabía asumir los riesgos que eso conlleva, toda una lección de vida. Su musicalidad es desbordante, incluso en palos flamencos que pueden parecer duros o difíciles como la seguiriya, encontraba una forma de modulación totalmente innovadora, fresca. Solo hace falta oír cómo hacía las bulerías y la cantidad de matices que mostraba. Era un gran conocedor de la música como idioma, podía entenderse con todo y con todos. Componía sobre lo clásico y lo clásico lo conformaba a él. De Omega nunca se ha hablado del flamenco puro que encierra dentro, los palos que elige, los tonos donde encajarlos, toda una tesis flamenca y lorquiana”, defiende Antonio Arias.

Música
‘Los cielos cabizbajos’, el monumento musical de Lagartija Nick (y Jesús Arias) contra la guerra

En una hora, el nuevo disco de Lagartija Nick viaja a Japón, Gernika, Somalia y Sarajevo de la mano de un ambicioso proyecto que dejó inacabado el músico, poeta y periodista Jesús Arias. Su hermano Antonio, líder del grupo granadino, desgrana en esta entrevista los pormenores de la que quizá resulte la última gran obra de una inusual banda de rock que siempre será recordada por aquel disco que hicieron junto al cantaor Enrique Morente.


Sobre Enrique Morente se ha escrito y dicho mucho. Un ligero vistazo a la red de redes devuelve más de un millón de entradas al escribir su nombre en cualquier buscador, y más de tres si se teclea solo el apellido. Este texto que aquí avanza de acto en acto no quiere añadir más de lo que se ha dicho, o quizá sí, porque aquí se habla de metamorfosis, de cambio y de límites, y todo ello a través del flamenco, de Enrique Morente.

“El Flamenco lo parió un pueblo que cambió de dioses para sobrevivir, que cambió de lengua para sobrevivir, que lo perdió todo menos su dignidad y la memoria. El Flamenco está hecho de supervivencia y por eso es capaz de abrigarse con cualquier manta sin perder un átomo de su esencia. Pocas expresiones culturales en el mundo tienen esta capacidad de conquistar y hacer suyo todo lo que tocan. La mayoría son agua y aceite. El Flamenco es tinta y tiñe con su color cualquier líquido que le echen. Morente lo sabía y por eso hizo Flamenco todo lo que tamizó su garganta”, detalla Antonio Manuel.

El Flamenco con F mayúscula ya estaba ahí, esperaba a que Enrique Morente con un alma punk (pero también indudablemente flamenca) lo agarrara por la solapa y lo mirara cara a cara, de tú a tú. Eliminando cualquier valor filosófico, quedándonos únicamente con el significante y no con el significado que le otorgaba Nietzsche, y valiéndonos de las palabras de sus textos, se podría decir que Morente miró al abismo consciente de que el abismo le devolvería la mirada, pero con la seguridad de que solo es intrépido aquel que conoce el miedo y lo supera, quien desafía al abismo con orgullo, lo reta con ojos de águila y se aferra a la linde del abismo. Ese, tiene valor.

“Una de sus almas era punk, por supuesto, había cierta provocación en lo que musicalmente hacía. Recuerdo el famoso concierto del Teatro Albéniz donde casi nos matan y él sonriendo socarronamente, expresiones de alguien que ha provocado y que se divierte con ello. Inolvidable concierto, febrero de 1996”, destaca Antonio Arias.

Pero en este relato aún hay un cabo suelto, falta algo en este viaje. Todo este periplo a través de la metamorfosis y hacia el abismo tiene que darse en un escenario. Toda narración de estructura clásica en tres actos que cuenta los tropiezos del personaje principal hasta superarlos en un clímax final se da en un lugar concreto: “La cultura andaluza está hecha de vida. No soporta el inmovilismo. A diferencia de otras tradiciones, jamás se fosiliza. Hasta la expresión más atávica se renueva como la primavera. Morente fue la primavera del Flamenco. Se alimentó de las aguas del invierno, de la pureza del manantial, para fabricar un agua más pura por mestiza, más pura por nueva, más pura por viva. La cultura andaluza es y será vida por culpa de un pueblo anónimo obsesionado por la búsqueda de la belleza y por encalar la fachada de su casa para que esté siempre limpia. Pero a veces nacen genios que elevan la belleza a los siete cielos de la Torre de Comares, y que encalan las paredes con colores que no conocían nuestros ojos. El pueblo los reconoce de inmediato y unos los adoran como dioses y otros los desprecian como demonios. Son ellos los que forjan el mito. Morente lo fue en vida porque era vida hecha Flamenco, porque era Flamenco hecho de vida, porque no se podía ser más andaluz”, sentencia Antonio Manuel.

Archivado en: Flamenco
Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra en tu cuenta.

Relacionadas

Almería
Artes escénicas Almería reclama su (dancístico) lugar
A menudo relegada al olvido en los mapas culturales, esta provincia oriental sigue siendo una gran desconocida, a pesar de su riqueza histórica, su diversidad paisajística y su potencia creativa.
Culturas
Culturas Lorca fue también un visionario que intuyó los vínculos entre la música negra y el flamenco
La 24ª edición del Festival de Flamenco de Nueva York abrió un espacio de debate para analizar el impacto que tuvo el movimiento cultural del Renacimiento de Harlem en la obra del poeta granadino.
Entrevista La Poderío
Entrevista La Poderío Jihan, ¿quién pudiera ser gitana?
Jihan es toda ella sensibilidad y coraje. Escucharla cantar te sobrecoge. Ella es un ser construido de la mezcla del pueblo rumano, del sirio y del español y con una querencia que invade todos sus sentidos, el flamenco.
#87538
18/4/2021 12:14

Creo que el disco "Omega" se ha ido sobrevalorando con el tiempo. Viví en primera persona esa "fusión" y en su día, 1996, casi nadie le hizo caso; demasiado flamenco para los rockeros y demasiado rockero para los flamencos. A Enrique Morente, le pasó como a Camarón con "La leyenda del tiempo" (1979): No se enteró de nada del proyecto, eso si, no dijo que no a la idea de Lagartija Nick. El artículo ensalza de manera gratuita e hiperbólica la discreta figura de Morente, que tras su muerte, no han sido poco los mercaderes que intentaron sacar rédito económico a su particular manera de entender la música y que en vida prácticamente no apoyaron. Si alguna banda FUSIONÓ, así, con mayúsculas y CREYÓ en lo que hacían, esos fueron TRIANA, a los que la discográfica consiguió acercarlos a un Pop aflamencado más comercial. Enrique Morente estaba más allá de la leyenda que han intentafo hacer de él. La paradoja post-modernista de quienes arropados por la sobreinformación que proporciona Internet, construyen un relato más cercano a una serie de Netflix, que a la propia y cruda realidad.

5
1
Gasto militar
Rearme Pedro Sánchez anuncia un aumento del gasto militar de más de 10.000 millones de euros
El presidente del Gobierno ha anunciado la intención de cumplir este año con el objetivo de invertir el 2% del PIB en Defensa, para lo que se van a gastar 10.471 millones de euros.
Sáhara Occidental
Sáhara Occidental Crece la indignación por el apoyo de Sánchez a los planes expansionistas de Marruecos en el Sáhara
Los socios del Gobierno y el Frente Polisario acusan al Ejecutivo de Sánchez de dar la espalda al derecho internacional y usar el Sáhara como “moneda de cambio” para mejorar las relaciones con Rabat.
Reino Unido
Reino Unido La decisión del Supremo de Reino Unido da alas a la transfobia en un contexto antiderechos trans
Los términos “mujer” y “sexo” en la Ley de Igualdad se refieren únicamente a la mujer biológica y al sexo biológico, pese a que esta especificación no aparezca de forma literal en el texto.
Religión
Iglesia Católica El viaje de Jorge Bergoglio, el papa que intentó reformar la Iglesia y no lo consiguió
De ser acusado de cómplice con la dictadura argentina, Jorge Bergoglio, ya ungido como papa Francisco, se convirtió en una de las principales voces de denuncia de la ultraderecha, del neoliberalismo y las violaciones de los derechos humanos.
Culturas
Cultura Tiphaine Rivière y la necesidad de entender a Bourdieu
La francesa Tiphaine Rivière se enfrenta en ‘La distinción’ (Garbuix, 2025) a la obra de Bourdieu para entender el diálogo entre los diferentes estratos sociales.

Últimas

Eventos
Taller de podcast El Salto invita a estudiantes a explorar las posibilidades del formato audiovisual
Proponemos un taller de guion y producción de programas para estudiantes de comunicación y periodismo los días 24 de abril y 8 de mayo.
Ocupación israelí
Ocupación Israelí Tel Aviv encubre en un informe “lleno de mentiras” el asesinato de 15 trabajadores humanitarios
Una investigación interna admite la masacre realizada el pasado 23 de marzo, pero oculta información, es contradictoria y llena de falsedades, según denuncia la Media Luna Roja y la organización israelí Breaking The Silence.
Opinión
Opinión Defender la Tierra significa desmilitarizar
Buscamos vida en otros planetas mientras despreciamos la vida en la Tierra, ignorando la dignidad de las personas, maltratando su biosfera, y tratando sus recursos como si fueran ilimitados.
Galicia
Medio ambiente Una cementera con emisiones de mercurio proyecta una planta de residuos a metros de un pueblo gallego
Sarria convive desde hace décadas con la contaminación provocada por la cementera de O Oural. Ahora, Votorantim Cimientos proyecta la instalación de una nueva planta para la producción de combustible a partir de la coincineración de residuos.
Más noticias
Humor
Humor Reacciones a la muerte del papa
La viñeta de Mauro Entrialgo sobre las reacciones a la muerte del Papa Francisco
China
Pulsos bajo el cielo Taiwán, la isla hermosa en la encrucijada
En este episodio recorremos la isla de Taiwan para explicar su relación geopolítica con China continental desde la perspectiva de los movimientos indígenas y su música
Poesía
Poesía Poética de un temblor disidente
Frente al mandato de la sobreproducción, Txetxu González propone una poética de la lentitud en ‘Si te preguntas por qué un poco (Orígenes de la hiperestesia)’, una obra híbrida que se mueve entre la poesía, el ensayo y el archivo afectivo.

Recomendadas

Galicia
Galicia Así opera en la sombra la banca en el proyecto de la celulosa de Altri en Galicia
La sociedad público-privada Impulsa Galicia, que cimentó los primeros planes de la multinacional papelera y , está participada fundamentalmente por la Xunta y por el banco que surgió de la desastrosa fusión de la cajas de ahorro gallegas.
Líbano
Líbano Cinco décadas sin paz ni justicia en Líbano
El país mediterráneo conmemora el 50 aniversario desde el inicio de la guerra civil, un conflicto cuyos crímenes no se han juzgado y cuyos desaparecidos no se han encontrado
València
València “‘El vol de Guillem’ ha supuesto la liberación de todos estos años de lucha”
Ricard Tàpera, autor del cuento, y Betlem Agulló, hermana de Guillem Agulló, que ha puesto voz a la historia, nos explican cómo ha sido el proceso de creación de esta obra coral, ilustrada por Helga Ambak.