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ETA
Sueño con serpientes
Silvio Rodríguez, que caba de cumplir 75 años, nos hizo soñar con serpientes en una de sus canciones del disco Días y flores, narrando una pesadilla sobre la infinita capacidad del poder para asimilar y tragar cualquier propuesta renovadora y digerirla en su beneficio para que todo sigua igual.
Las personas presas del EPPK (Colectivo de Presos Políticos Vascos) hicieron hace unos días una declaración en la que empatizaban con las víctimas y sus allegados, pidiendo ser recibidos de forma privada por familiares y amigos. Esta propuesta se unía a la de EH Bildu, que se dirigía también a las víctimas, asegurando sentir su dolor y afirmando que nunca debía de haberse producido. Estas declaraciones eran parte de un proceso de reflexión interna, que tiene sus derivadas y motivaciones políticas, obviamente; pero también un componente ético innegable.
“Los poderes profundos del Estado siguen queriendo hacernos soñar con serpientes y hachas, como si “el enemigo” no estuviera desde hace tiempo rendido, desarmado y encarcelado en régimen excepcional”
Sin embargo, el poder, en este caso los poderes profundos del Estado español, siguen queriendo hacernos soñar con serpientes y hachas, como si “el enemigo” no estuviera desde hace tiempo rendido y desarmado, capturado, torturado y encarcelado en régimen excepcional desde hace por lo menos 10 años. Pero el poder profundo -como la serpiente abisal del poema de Silvio- es insaciable, siempre quiere más y es capaz de digerir cada propuesta hacia la reconciliación social (cada gesto de empatía), transformándola en beneficios políticos, en carnaza para su parroquia de España dentro de España.
Afortunadamente, cada vez se les atragantan más las palomas y, al menos en Euskalherria, muy pocos siguen soñando con serpientes. En realidad, ni siquiera en la sucursal alavesa de España dentro de España se creen ya sus propios delirios y votan en el Ayuntamiento de Vitoria con EH Bildu sin despeinarse contra el PNV, mientras buscan nuevos enemigos en las personas migrantes, y hasta hay quien finge de forma chapucera el ataque de niños salvajes no acompañados en el barrio rico de la ciudad, para ridículo de corifeos filo racistas, de esos que no son racistas pero no quieren moros en sus barrios.
Editorial
ETA, de principio a fin
Mientras, la política vasca fluye entre terrores jeltzales a pactos “contranatura”, que les obliguen a levantar sus bien asentadas posaderas de los sillones institucionales. Perderán así cuota de poder entre las élites económicas, conseguida con esfuerzo y tesón gracias a sus bien engrasadas puertas giratorias, allí donde se corta el bacalao de Bilbao. Por su parte, el PSE, ninguneado hasta ahora por sus socios nacionalistas, reclama más trozo de la tarta, amenazando si no con pactar con los “malos”, mientras Unidas Podemos aumenta los miedos sabinianos apuntándose a la fiesta, como ya hacen en el Gobierno del Estado. Vamos, lo que viene a ser la política normal en cualquier parte: tipo juego de tronos, como le gustaba decir a Pablo Iglesias.
“Amigas de Madrid que hace mucho despertasteis de este sueño de serpientes inexistentes, en Euskalherria seguimos intentando cerrar viejas guerras para abrir nuevas luchas que, como siempre, compartimos con vosotras”
No me cabe duda, de que mis amigas del Madrid que no es España dentro de España, hace mucho que despertaron de este sueño de serpientes inexistentes, y que siguen envenenando serpientes de verdad planteando verdades con un verso, o con un rap, que no es lo mismo pero es igual, como también decía el cantautor cubano. A ellas quiero decirles que, en Euskalherria, algunas seguimos intentando cerrar viejas guerras para abrir nuevas luchas; luchas que como siempre (como en los tiempos del Sabo, la radical gay o la Fundación Aurora Intermitente) compartimos con vosotras, y que nos gustaría tomar juntas unas cañas en Lavapiés o unos vinitos en el casco de Gasteiz, antes de que la gentrificación los convierta en parques temáticos. Ya está bien de tanta video conferencia y tanta tecno red social.