ETA
La violencia que fue en Euskal Herria y que nunca más ha de ser

Los relatos diferentes deberán llegar a la conclusión compartida de que el terrorismo de ETA fue un error injusto que provocó multitud de traumas
Manifestación final de Gesto por la Paz 2
Última manifestación de Gesto por la Paz de Euskal Herria en el 2012 en Bilbao (gesto.org)

Gogoan-por una memoria digna

30 nov 2021 06:50

La violencia en nuestro país, en Euskadi y Navarra o, si se prefiere, Euskal Herria, ha marcado muchas vidas y existencias: primordialmente, la de quienes han sufrido en carne propia la sacudida de los diversos actos violentos y, por ende, la de las víctimas, esas personas que se quedaron aquí, en tierra, con un sufrimiento -y a menudo abandono- injusto. Más de mil personas bajo tierra, muertas violenta e injustamente. Lo de injusto va de suyo, porque no hay mayor violación de derechos humanos que arrebatar la vida a una persona indefensa. Para ilustrar el dolor y lo injusto del hecho, permitidme recordar a los cientos de viudas -muchas con hijos- que tuvieron que sorberse las lágrimas, hacer la mudanza y marchar, sin más apoyo que algunos compañeros, amigos y familiares. Ni los gobiernos de turno supieron arropar y acoger el desamparo de esa gente golpeada por el terrorismo. El Estado, indirectamente a través de sus diferentes cloacas, también asesinó, especialmente en los largos años de la Transición, y bandas parapoliciales contaron con una impunidad impropia de un Estado democrático. Todas estas víctimas merecen la tan manida tríada de verdad, reconocimiento y reparación.

Pero también se dieron muchos actos violentos que produjeron heridos graves, personas lisiadas, incapacidades laborales y psicológicas que permanecen durante décadas, por el trauma de un coche bomba, cuyos efectos secundarios se minimizan ante la gravedad de la muerte en sí. Pero están ahí, en silencio, sin asomar a la vida pública, sin estorbar mucho. Dolores sordos pero permanentes. Unas 4.800 personas, más o menos. También deberíamos sumar las vidas condicionadas por la persecución, las juventudes mal vividas y condicionadas por verse obligado a llevar escolta y tener una espada colgada encima del cráneo, rogando que no caiga. Los secuestros también fueron fuente de dolor para muchas personas cuyo único pecado fue no pagar una cantidad para que no lo asesinaran.

“No está de más denunciar y condenar todas las muertes provocadas por ETA, CCAA, GAL, BVE, Triple A y excesos policiales”

La violencia también nos dejó esa otra cara oscura, mal investigada y vergonzante: los malos tratos y las torturas padecidas por miles de ciudadanos vascos a manos de las diferentes policías del Estado. Los dolores son muchos y diversos, pero solo pertenecían a un mismo bando: el de quien no mereció morir, ni ser secuestrado, ni herido, ni desparecido, ni torturado, ni atormentado, ni huido. Tampoco olvidemos los miles de vascas y vascos que abandonaron el país por la amenaza directa de ETA. Nadie debió ser tratado de esa manera injusta y dañina, nadie. En estos tiempos en que para algunos la condena resulta un axioma infranqueable, no está de más denunciar y condenar todas las muertes provocadas por ETA, CCAA, GAL, BVE, Triple A y excesos policiales fuera de su atribución del uso de la fuerza legal. Somos muchas y muchos quienes no tenemos ningún pelo en la lengua en condenarlos y en pedir su justicia, reparación y conocimiento de la verdad. Y es en este punto donde todavía nos falta unanimidad social y política: reconocer que fue un error, que no debió producirse y que hubo responsables de esa violencia por acción y por instigación.

ETA
Maria Jauregi “Desde el cese de ETA vamos perdiendo el miedo a hablar”
Cuando Maria Jauregi tenía 20 años, ETA mató a su padre. Once años después, su madre participó en los encuentros de justicia restaurativa. La sociedad vasca camina hacia un futuro en el que víctimas de diferentes violencias se entienden mejor que políticos de distinto signo.

Así que, como decíamos al principio, toda esa violencia ha marcado nuestras vidas, al menos la de quienes hemos estado en los primeros círculos concéntricos de la pedrada caída en el agua de la violencia. Es verdad que una parte muy considerable de la sociedad vasca ha vivido desentendida de la violencia de intencionalidad política y, mientras sus vidas y sus entornos no fueran sacudidos por algún acto violento, la implicación y compromiso por la paz no se escuchó más allá de los ámbitos privados de cada cual.

Han transcurrido ya 10 años desde que ETA anunciara su cese definitivo e incondicional. Varias decenas de miles de personas de nuestro país sintieron un inmenso alivio al alejarse definitivamente la amenaza de ser asesinadas. La paz echó a andar y, como si se tratase del campo de batalla tras el final de una guerra, un silencio indeterminado, plomizo, se apoderó de la sociedad vasca y desde algunas instancias se conminaba a pasar página, a crear futuro y a poner la mirada y el hombro en el porvenir de la construcción nacional, como si nada hubiera ocurrido. Otra bofetada más en la memoria de todas las víctimas y otro error en el devenir histórico del país. “Cuando lo peor es el olvido”, en frase de Arantxa Urretabizkaia, referida a las heridas sin suturar de los miles de desaparecidos tras el golpe fascista de Franco.

“Después de nuestros años de plomo y tentetieso, debemos recuperar los testimonios de los agravios padecidos, escuchar o leer las terribles consecuencias de que te asesinen al amor de tu vida y tener que abandonar tu tierra”

Precisamente de esa época hemos aprendido que en la Transición se cometió el gran error del olvido. Los horrores de la guerra y sus posteriores años de escarnio y venganza se aparcaron en las cunetas de nuevo. 80 años después seguimos reparando moralmente a quienes sufrieron desapariciones y vulneraciones. Es por ello que, ahora, después de nuestros años de plomo y tentetieso, debemos recuperar los testimonios de los agravios padecidos, escuchar o leer las terribles consecuencias de verte sin el amor de tu vida porque te lo han asesinado y, encima, tener que abandonar tu tierra para que el odio de otros convecinos no alcance a tus hijos. Porque, además, verbalmente también se apuntilló la dignidad de los muertos. Y así hasta más de mil historias.

Pero nuestras y nuestros jóvenes no conocen casi nada de lo acontecido. Lo vemos en las aulas de la universidad: los diferentes sondeos nos indican que un porcentaje muy elevado de las y los estudiantes ignoran por completo quién fue, por ejemplo, Ernest Lluch, por mencionar un nombre identificable para los adultos. Sin embargo, sí tienen algunos conocimientos de quienes fueron Lasa y Zabala, aun cuando fueron víctimas bastante tiempo atrás. Es decir, nuestros hijos e hijas acaban conociendo lo que se cuenta, lo que ven y leen, lo que se proyecta en una pantalla y se promociona, lo que sale en redes sociales, vamos. Esto demuestra que se ha hablado y tratado muy poco de víctimas como Ernest Lluch, aun siendo una víctima con peso político y arrope social.

Pero, seguramente, lo adecuado en las aulas sería ir hasta el inicio de aquella trascendente decisión de tomar las armas para combatir una dictadura que reprimía a todo el país, no solo a la libertad de la ciudadanía vasca. Este es un punto de inflexión en la discusión sobre el concurso de la violencia en la historia reciente del País Vasco y de España por extensión: la utilidad, la ética, la razón, la humanidad, la referencialidad de otros conflictos, el discurso legitimador, la épica de la clandestinidad, la heroicidad… y, como siempre, al final, las víctimas, las olvidadas y las recordables.

Sobre el papel de resistencia, oposición o, por el contrario, apoyo a la lucha violenta, se está hablando últimamente. Bien, es señal de que podemos debatir sin miedos –aunque con inercias inhibidoras- sobre estos temas tan apegados a los faldones de una mesa camilla tan doméstica e íntima, que nadie externo al hogar podía escuchar hasta hace bien poco.

Cartel manifestación contra ETA
Cartel de la manifestación contra ETA de Gesto por la Paz de Euskal Herria del 9 de febrero de 2008

La sociedad vasca reaccionó como ella es: con pluralidad de sensaciones y maneras. Hubo muchas personas que se mostraron decididamente contrarias a la violencia etarra. De hecho, seguramente se puede afirmar que la mayoría de la sociedad vasca rechazaba el uso del terror. Los años a caballo de 1980 fueron de un espanto violento que nos dejó una decepcionante (y empiezo por mí mismo) reacción social a la violencia. Se convocaron algunas manifestaciones de rechazo a actos concretos: vecinos/as que de forma muy digna pero circunscrita al barrio de la víctima, salían con una pancarta sencilla a decir que no, que ya bastaba de violencia. La izquierda abertzale sí organizó multitud de demostraciones de fuerza y arrope a “sus” víctimas, como ellos solían recriminarnos. La calle era de quien le ponía más testosterona y vehemencia. Era difícil manifestarse en contra de las atrocidades cometidas por ETA. Pero hubo grupos que lo hicieron y acabó conformándose un núcleo de protesta, con un discurso cada vez más elaborado en contra de todas las muertes y en favor de los derechos humanos de todas las personas. A finales de los 80 se funden en la Coordinadora Gesto por la Paz de Euskal Herria.

“Después de media docena de treguas, de tantas personas masacradas y más de 700 terroristas encarcelados, con el agua al cuello y con un apoyo social muy menguado, ETA decide bajar la persiana”

Los siguientes años hubo una respuesta organizada a los actos violentos, los secuestros, las persecuciones, los asesinatos y las muertes, los ataques a la libertad… y la sociedad vasca tuvo la oportunidad de demostrar ese rechazo en la calle. Cada cual cruzó el Rubicón del rechazo patente a la violencia cuando pudo, quiso, lo sintió o, sin más, pasó de todo, que fue la mayoría. Al final, después de media docena de treguas, de sinsabores y horrores, de tantas personas masacradas y más de 700 terroristas encarcelados, con el agua al cuello y con un apoyo social muy menguado, ETA decide echar la persiana. Lortu dugu, por fin lo consiguió la sociedad vasca.

Lortu dugu. Gesto por la Paz
Acto LORTU DUGU de Gesto por la Paz de Euskal Herria del 22 de Octubre de 2011

Cada persona asesinada supuso una hemorragia alrededor, que afectó y afecta muy de cerca a decenas de personas cada vez. La mayoría de las y los ciudadanos vascos conocíamos a alguna persona a la cual le cayó el peso del terror o el castigo de la cárcel. Somos una sociedad, en efecto, pequeña y los sucesos nos afectan en mayor o menor grado, pero nos influyen porque han estado muy cerca, porque se ha matado en nuestro nombre, utilizando el nombre del pueblo vasco, como si alguien pudiera amalgamar en un solo párrafo los anhelos de toda la ciudadanía vasca. Afortunadamente, esta sociedad es tercamente plural, diversa, rica en matices y difícil de definir en una sola frase en lo que respecta a su sentimiento identitario. De esto habrá que hablar con el sosiego debido. Me parece que estamos en una fase curiosa, una especie de transición, practicando una suerte de derecho de indeterminación, como en un déjalo estar que ya tenemos bastante con las crisis y los virus; de hecho, los diferentes sociómetros indican que las identidades variadas, entreveradas y participadas son las más comunes, y que el Estatuto, a cambio de nada mejor, resulta un traje bastante arregladito para los tiempos actuales.

De todas maneras, lo más importante, con respecto a nuestro pasado reciente, es no perderlo de vista porque nos ofrece una serie de ventanas donde asomarnos. Desde ellas podremos observar con cierta distancia -solo cierta, para muchos de nosotros- los grandísimos errores cometidos. Así que bastantes colectivos, fundaciones y movimientos sociales llevamos ya un tiempo promoviendo ciertos anclajes desde los cuales tratamos de trabajar los retos actuales: la reconstrucción social, la reconciliación de quienes resquebrajaron la convivencia por el constante pisoteo de los derechos humanos de sus convecinos y convecinas; la reparación material y social de todas las víctimas (personas asesinadas y sus deudos), los mimbres de un espacio de respeto, convivencia y asentamiento de la paz como escenario incuestionable para establecer cuantas propuestas políticas se quieran hacer desde todas las instancias políticas y sociales; la educación para la paz; la situación de las personas presas para las cuales lo ideal sería promover, desde todas las esquinas de este tablero un camino de restauración y recuperación, con el objetivo de poder reconocer que el delito cometido fue injusto, que se hizo un daño inútil a muchas personas y que queda pendiente una deuda ética con la sociedad; la forma de relatar y transmitir a nuestra chavalería el mensaje de que el diálogo acerca y la violencia aleja y rompe; y otros.

ETA
Un mar de pequeños procesos de paz
A falta de más avances en la primera línea de los focos es de rigor prestar atención a acciones más discretas con participación plural de la ciudadanía

Lo que resulta inadmisible es pedir el olvido de los delitos cometidos y la amnesia, es decir, la amnistía. Las y los presos etarras tienen una pena que cumplir. No hay atajos, pero sí recorridos personales muy deseables en aras a una normalidad convivencial. Hay experiencias, como los encuentros restaurativos de Nanclares, y hay reconstrucciones posibles. Cada preso puede dar los pasos que estime convenientes, pero exigir impunidad, amnistía o indultos -como ya lo llevamos oyendo años en nuestras calles- es el camino equivocado para una sociedad que necesita que su sistema legal y democrático garantice la igualdad ante la ley. Ya sabemos que el mismo Estado violó sus propias leyes con delincuentes que entraron y salieron de la cárcel por medio de ilegalidades y cambalaches coyunturales que adulteraron la calidad democrática del país. Un error no justifica otro.

Y ahora nos queda cumplir algunos compromisos necesarios como el de continuar cerca de las víctimas, cerca de cada una de ellas; como decíamos en Gesto, fueron el cuerpo que paró la bala arrojada contra toda la sociedad vasca. Y nunca hubo venganza. Les debemos mucho. Nos queda deslegitimar la violencia del pasado con perspectiva de futuro. Por eso, hay que reprobar los homenajes a los presos etarras al salir de prisión: ahora la izquierda abertzale argumenta que es un acto de resocialización, cuando siempre han sostenido que “sus” presos no necesitaban resocializarse porque nunca habían perdido el aliento del pueblo. Es tiempo también de redactarnos con múltiples testimonios y hechos reales y objetivos nuestra pequeña pero tremenda historia; habrá relatos múltiples y de diferentes orígenes, pero todos ellos deberán llegar a una conclusión compartida: aquello fue un error, fue profundamente injusto y provocó multitud de traumas y heridas. Nunca más. ¿Seremos capaces de confluir en ese relato compartido? Ni baietzean nago.

Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra en tu cuenta.

Relacionadas

Feminismos
Conflicto vasco Andrea García González: “No callar ni olvidar supone desvelar las violencias para eliminarlas”
La antropóloga aporta al relato sobre ETA sus propios apuntes feministas en ‘Calla y olvida’, un libro para poner palabras al conflicto en el País Vasco y mirar a todas las violencias, también las que son invisibles.
Opinión
Opinión El camino de la paz: Maixabel y la simplicidad del bien
La reconciliación es la herramienta de paz que reconoce con lealtad la realidad y el daño cometido, sin equidistancias y con la mirada amplia y sensible desde la humanidad involucrada.
Conflicto vasco
Conflicto vasco La cadena Arte Radio produce una serie sobre el fin de ETA
Mediante diversos testimonios, la cadena Arte Radio aporta una visión probablemente sesgada, pero necesaria, del final de la actividad armada.
gaursoytonto
30/11/2021 16:52

No entiendo ésto aquí.

0
0
Gobierno de coalición
Gobierno de coalición El PSOE da muestras de cansancio con Yolanda Díaz
Tanto en Moncloa como en Ferraz la opinión sobre la gestión política de la vicepresidenta está en mínimos. Sin criticar su labor en Trabajo, la tropa de Sánchez ya anhela un socio que impulse la unidad a su izquierda con la mira puesta en el 2027.
Palestina
Palestina Israel prohíbe regresar a los 40.000 palestinos desplazados en el norte de Cisjordania
El ejército de Israel desplaza a miles de sus casas en campos de refugiados en diferentes ciudades de Cisjordania ocupada. Mientras, Israel presiona para no llegar a una segunda fase de alto el fuego.
Turismo
Turismo depredador Poca agua, mucho turismo: la crisis hídrica amenaza las islas Eolias en Italia
Las islas italianas del Mediterráneo están acusando especialmente las consecuencias de la turistificación, pero también de una crisis hídrica sin precedentes provocada por el cambio climático. Es el caso de las islas Eolias, en el norte de Sicilia.
Palestina
Palestina Illan Pappé: “No esperaba esta magnitud de indiferencia europea ante lo que está sucediendo en Palestina”
El historiador de origen israelí no se ha sorprendido la violencia cometida por Hamás en octubre de 2023 ni de la reacción de Israel o el apoyo a Estados Unidos, pero sí de cómo ha abordado la cuestión la sociedad europea.
Argentina
Argentina Gauchito Gil, uno de los nuestros hace milagros
En enero, más de 620.000 personas llegaron a Mercedes, una localidad de la provincia de Corrientes, en Argentina. Caminando, de rodillas, a caballo, para agradecer y hacer promesas a un santo popular: el Gauchito Gil.
Andalucismo
Día de Andalucía ¿Por qué Andalucía sigue celebrando el 28F?
Las andaluzas y andaluces celebramos el día de Andalucía entre los actos institucionales y las reivindicaciones políticas, reflexionamos sobre la vigencia y la influencia política de este día.
Macrogranjas
Maltrato animal Una investigación revela una nueva “masacre” en una granja de pollos que salpica a Mercadona
En España, la granja investigada comercializa el producto ‘Cuartos traseros de pollo’ en la cadena de Juan Roig y está certificada con el sello catalán Welfair de bienestar animal, según denuncia el colectivo ARDE que ha realizado la investigación.
Oriente Próximo
Oriente próximo Abdullah Öcalan llama a deponer las armas para lograr la plena democracia para el pueblo kurdo
El líder del Partido de los Trabajadores de Kurdistán llama a la disolución de la organización. Ankara dice que “estudiará” la situación, que también influye sobre Siria, Irán, Iraq y la situación en los países de Oriente Próximo.

Últimas

Ley de dependencia
Derechos sociales Reclaman más financiación para la ley de dependencia ante el nuevo anteproyecto
Bustinduy garantiza como universales servicios como la teleasistencia o recibir sanidad se resida donde se resida, en referencia a los protocolos del covid en las residencias.
Opinión
Opinión De Errejón a Monedero: reflexiones sobre el ciclo del desasosiego
¿Qué pasa cuando quien abusa ha sido o es tu compañero de filas, tu colega, alguien que se consideraba feminista, y no una caricatura facha o un incel de manual? ¿Cómo manejamos la complejidad?
Barcelona
Activismo Absueltos los ecologistas que pintaron el megayate de Walmart en Barcelona
La sentencia afirma que la acción no constituye un delito de daños leves, ya que “la pintura biodegradable fue fácilmente limpiada con una manguera de agua”.
Sanidad pública
Barómetro sanitario La mitad de las personas que piden cita en el centro de salud esperan más de seis días para ser atendidas
De media, la población espera 8,7 días para ser atendida por su médico o médica de Atención Primaria, cuando hace diez años la espera media era de 3,5 días.
Más noticias
Ecuador
América Latina El final abierto de las elecciones en Ecuador
El 13 de abril, la correísta Luisa González y el multimillonario y actual presidente Daniel Noboa se disputan la presidencia de Ecuador en la segunda vuelta. Todas las miradas están en la posición del poderoso movimiento indígena.

Recomendadas

Pensamiento
Mar García Puig “Habitar la metáfora es un peligro que merece la pena”
La escritora catalana Mar García Puig publica ‘Esta cosa de tinieblas’, un breve ensayo narrativo que defiende el poder liberador de la metáfora frente a una pureza simplificadora y paralizante.
Guerra en Ucrania
Geopolítica Trump fuerza a Zelensky a hipotecar la explotación de minerales críticos a cambio de su apoyo
Según el borrador del acuerdo comercial presentado por EE UU, esta potencia deberá obtener el 50% de todos los beneficios de las nuevas explotaciones minerales de Ucrania.
Represión
Represión Javitxu, desde la cárcel de Zuera: “Lo que peor llevo es estar lejos de la gente que más quiero”
Francisco Javier Aijón, Javitxu, es uno de ‘los seis de Zaragoza’. Entró en la cárcel el pasado mayo con una condena de casi cinco años basada en las declaraciones policiales durante el juicio.
Racismo
Fatima Ouassak “Las madres tenemos un papel estratégico dentro del feminismo”
En Francia hay una organización antirracista que lucha por una infancia sin violencia. Es el Frente de Madres y Fatima Ouassak es su fundadora. En ‘El poder de las madres’ (Capitán Swing, 2025) defiende la maternidad como sujeto político.