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Ecologismo
Una segunda oportunidad para el Río Genil, puede que la última
Con motivo del mundial de esquí de 1995, las administraciones querían una obra emblemática como recuerdo de la efemérides en la ciudad de Granada. Para ello el Ayuntamiento y la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir decidieron convertir el cauce del río Genil en un canal de hormigón armado a su paso por el tramo urbano de la ciudad y establecer compuertas que pudieran embalsar el agua.
En sus cabezas imaginaban que el agua embalsada por esas compuertas asemejarían el Genil al Sena a su paso por París, con sus barquillas y todo. También construyeron, a la altura de la Bola de Oro, un ‘Canal de Aguas Bravas’ para que el Genil pareciera un gran río pirenaico o alpino, para que la ‘gran afición’ a la piragua de la ciudad de los cármenes pudiera practicar su deporte, guiño, guiño.
¡Un proyecto precioso!.
Pero la realidad es la que es.
El canal de aguas bravas, con un gasto de 1.500 millones de pesetas —9 millones de €— sólo funcionó el día de la inauguración y un par de días más, nadie se animaba a soportar el enorme gasto de mantenimiento que supone su funcionamiento.
En la zona del cajón de cemento — 3.500 millones de pesetas o 21 millones de € de hoy— pensada como zona de recreo de las barcas, los navíos sólo aparecieron el día de la inauguración y poco más. Más de 10 años después hubo una competición de barquitos teledirigidos y aquí termina el uso del embarcadero.
Las compuertas se bajaron hace años, unas por inútiles, otras por quejas vecinales por los ruidos nocturnos que hacía el agua al caer y, la única que se mantiene subida, la última frente al hospital de la Inmaculada, es la que genera todos los años malos olores y mosquitos que molestan gravemente a vecinos y paseantes. Por esto, cada año el Ayuntamiento, los contribuyentes, paga a EMASAGRA, empresa semipública de abastecimiento y saneamiento, 200.000 € para limpieza.
Ecologistas en Acción trabaja desde 1999 para que se elimine esa obra monstruosa. El río es capaz de renaturalizarse solo y como prueba encontramos que en el año 2007 – en solo 12 años- gran parte del cauce estaba rebosante de verdor y arbolado. Pero, a pesar de haber aprobado por unanimidad en dos plenos municipales, en 2002 y 2006, la naturalización del río tomando como base un proyecto presentado por Ecologistas en Acción, los responsables acabaron con toda la vegetación para dejar el río de nuevo en puro cemento. Desde entonces no dan oportunidad de que el río se recupere y cada vez que crece algo verde lo “limpian”.
La ciudadanía ha seguido apoyando recuperar el estado natural del río y en 2017 se consiguió aprobar el proyecto, por tercera ocasión, en pleno municipal; pero no se avanzó. En 2019 se presentó a todos los grupos políticos un nuevo proyecto, más completo y con valoración económica de los costes de actuación de menos de un millón de €, pero todo siguió igual.
“Nuestro proyecto propone retirar las compuertas inútiles y la solera de hormigón, dejando el suelo natural. El río ya se encargaría de ir conquistando su lugar y naturalizando el cauce, como está sobradamente demostrado”, Javier Egea, de Ecologistas en Acción Granada.
El proyecto que presentamos propone retirar las compuertas inútiles y la solera de hormigón, dejando el suelo natural. El río ya se encargaría de ir conquistando su lugar y naturalizando el cauce, como está sobradamente demostrado. Daríamos una pequeña ayuda para reforestar el cauce y así acelerar un poco el proceso, y a partir de ahí la fauna iría entrando en este nuevo ecosistema hasta parecer un río de verdad.
Algunas personas, por desconocimiento o por interés, apuntan a dos fallos en este proyecto ecologista. Uno, que si hay vegetación en el cauce, se aminora la capacidad de desagüe en caso de avenida, poniendo en peligro las viviendas e infraestructuras cercanas al río. A esto respondemos diciendo que las avenidas históricas que conocieron nuestros mayores hoy serían muy improbables, ya que los ríos están regulados por los embalses de Canales y Quéntar; además, la limitación de desagüe se encuentra en Puente Verde y lo que sea que pase bajo el puente, cabe holgadamente cauce abajo, aunque haya vegetación.
Dos, que no se puede eliminar la compuerta final, necesaria para elevar el nivel del río y que los regantes de la Acequia Gorda puedan tomar el agua por una compuerta que se encuentra a más altura. Echamos en falta un poco de imaginación entre los técnicos que miran al río y proponemos una acequia, que partiría desde debajo del puente de San Antón y que, pegada al muro derecho, llevase el agua por gravedad hasta la reja de toma de la acequia, situada junto a la Inmaculada. Los regantes tendrán el agua que les corresponde y se eliminaría la compuerta que provoca los mayores problemas del encauzamiento.
En el año 2021 se publicó una convocatoria a nivel estatal con fondos europeos Next Generation para financiar proyectos de naturalización de ríos a su paso por tramos urbanos, una convocatoria que parecía estar hecha para recuperar nuestro río Genil. El estado aportaba el 95% del coste de los proyectos. Ya no habría excusas para no acometer la obra.
Ríos
Biodiversidad Colectivos ecologistas de Granada temen por el proyecto de renaturalización del río Genil
Ante el silencio del Ayuntamiento de Granada, colectivos preocupados por no perder esa oportunidad histórica, nos manifestamos ante la puerta del Consistorio y allí mismo, el Sr. Alcalde, anunció que tenían un proyecto elaborado, listo para presentarse a esa convocatoria, basado en el proyecto que habíamos presentado desde Ecologistas en Acción. También se comprometió a enseñar el proyecto en unos días. Después de un mes insistiendo para reunirnos y verlo. El momento llega, por fin, dos días antes de que finalizara el plazo de presentación, en una reunión entre alcalde, concejal de urbanismo, concejal de medio ambiente y tres miembros de Ecologistas en Acción. Allí, la sorpresa es mayúscula, no hay ni un papel, ni un plano, solo el cuento de que lo que se va a presentar será parecido a nuestro proyecto, y el compromiso de que, una vez presentado, en 48 horas, sí que nos pasarán el proyecto para que lo conozcamos.
Obviamente no lo envían y hay que recurrir al Consejo de Transparencia para que obligue al ayuntamiento a proporcionar, casi dos meses después, el proyecto presentado. Resulta que el proyecto que se presentó a la UE está elaborado por EMASAGRA, empresa que cobra 200.000€ al año por limpiar el río para dejarlo como está, y no contemplaba el río completo, sólo entre Puente Verde y el palacio de Congreso. El proyecto municipal, pretendía dejar el cemento y meter todavía más: paseos, gradas y escolleras; y sí, poner verde: plantitas pequeñas en agujeros sobre la solera de hormigón y colgar jardineras ornamentales en las paredes, todo con riego automatizado por goteo; y presupuestado en más de 4 millones de €.
Ante esta aberración, expresamos nuestra opinión —como muchos colectivos ciudadanos y técnicos en la materia— sobre la no adecuación de ese proyecto a la convocatoria del ministerio. El proyecto, por supuesto, no fue aprobado con la subvención y nos quedamos igual, bueno no igual, perdiendo una oportunidad histórica, que pesará a la hora de evaluar sobre la gestión de estos munícipes sin sensibilidad ambiental.
En el BOE del 19 de octubre de 2022 se ha publicado una nueva convocatoria, en los mismos términos que la ya resuelta, y lo primero que ha dicho el alcalde Paco Cuenca del PSOE es que van a rehacer el proyecto y se van a reunir con las partes implicadas. Ya nos ha convocado. Esperemos que esta vez se imponga la cordura y el sentido común y se consiga consensuar un proyecto que devuelva al río su estado natural, de verdad.