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Ríos
Colectivos ecologistas de Granada temen por el proyecto de renaturalización del río Genil
El 14 de marzo se celebra el Día Internacional de Acción por los Ríos, para concienciar sobre la necesidad del cuidado y protección de la principal fuente de agua limpia del planeta y la preservación de este recurso natural vital para la vida. Por Granada pasan cuatro ríos: el Darro protagoniza uno de los caminos más bonitos del mundo por el Paseo de los Tristes a los pies de la Alhambra, para esconderse en la oscuridad más absoluta de un embovedado a partir de Plaza Nueva desde 1884 y atravesar gran parte de la ciudad escondido. Vuelve a ver la luz cuando desemboca en el Genil, río principal de la capital que discurre sobre una densa masa de hormigón desde su entrada hasta la salida de la ciudad. Granada también es “bañada” por los ríos Beiro y Monachil.
Decía Lorca que “por el agua de Granada sólo reman los suspiros”. Y algo más que suspiros reman por las aguas granadinas. Son décadas de proyectos de colectivos ecologistas para conservar sus ríos y renaturalizarlos, para que sus aguas transcurran de la manera más natural posible y lograr que sean espacios de biodiversidad, con riberas pobladas de especies vegetales autóctonas donde vuelvan a vivir animales y organismos vivos, que regulen la temperatura y contrarresten el cambio climático aportando frescor a una ciudad que en época de calor registra temperaturas muy elevadas.
Hace 23 años, desde 1999, que Ecologistas en Acción y otras organizaciones, tanto partidos políticos como colectivos sociales, llevan presentado al Ayuntamiento de la ciudad distintos proyectos para lograr que el río Genil sea liberado del revestimiento de hormigón sobre el que transcurre por la capital granadina. El principal escollo para lograr este objetivo parece haber sido siempre la financiación, problema que por primera vez en décadas puede ser superado por la línea de ayudas del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO) para la restauración de ecosistemas fluviales procedentes de fondos europeos Next Generation. El Ayuntamiento de Granada informó en rueda de prensa sobre la elaboración de un plan municipal de renaturalización del río, ‘Genil Vivo’, que los ecologistas dicen desconocer. Se sienten “fuera del proceso, después de tanto trabajo y esfuerzo''.
Un paseo por la historia de un río preso del hormigón
El río Genil fue cementado en 1995 con motivo de la celebración del Mundial de Esquí en Sierra Nevada, con Jesús Quero Molina, del PSOE, como alcalde. Una gran obra revistió su cauce con hormigón, estableció un sistema de compuertas abatibles e incluso construyó un embarcadero y zonas deportivas donde, ya lo decía Lorca, no remó barco alguno. Desde 1999, Ecologistas en Acción ha elaborado varios informes y proyectos para devolver al río lo que es del río: su cauce, su corriente, su vegetación y su fauna autóctona.
En 2002, el Pleno del Ayuntamiento de Granada aprobó por unanimidad el proyecto de naturalización ecologista del río Genil a su paso por la ciudad, con José Enrique Moratalla Molina (PSOE) como alcalde. Jesús del Río, biólogo y técnico superior de Medio Ambiente en la Junta de Andalucía, quien fue director de Medio Ambiente, Salud y Consumo en el Ayuntamiento precisamente en esa época, del 2001 al 2002, nos confirma que esa idea lleva latiendo desde hace 20 años. También nos confiesa que, en aquel momento, la Confederación no lo veía mal, debido a que “entendió que podía ser una opción porque había muchos problemas con las aguas remansadas que se acumulaban en las compuertas”.
Según el biólogo, se podría crear un fondo rugoso con bolos de río y fajas laterales con tierra en forma de praderas naturales y un cauce central sinuoso para recrear una ribera natural que permita la completa renaturalización del ecosistema, algo parecido al tramo del Darro que discurre abierto por la ciudad. Entiende que es un proyecto viable, en el que “solo hace falta voluntad política”, y reniega del estado actual del río, “donde no se ve la columna de agua y no hay vegetación”. Afirma no entender que “con ese cauce tan feo ninguna institución haya querido meterle mano durante todos estos años”.
Durante los años siguientes hubo movimiento pero no fue efectivo. En 2006 se volvió a aprobar en el Pleno municipal, de nuevo por unanimidad y con idéntico alcalde. En 2017, visto que las aguas del Genil no se libraban de su cárcel de hormigón y seguían generando malos olores y mosquitos, además de suponer un considerable gasto en limpieza, —“Cada año Emasagra, la empresa municipal de limpieza, gasta 200.000 euros en la limpieza del río”, nos cuenta Javier Egea, responsable del proyecto de renaturalización del Genil de la organización ambientalista—, Ecologistas en Acción vuelve a la carga y por tercera vez se aprueba en Pleno —adivinen, por unanimidad— la renaturalización del Río Genil, esta vez con el actual alcalde socialista Francisco Cuenca.
En 2019, con la situación claramente anquilosada, Ecologistas en Acción prepara un nuevo proyecto “más técnico, más completo”, apunta Javier. En este momento cuentan con la colaboración del equipo de Ecologistas en Acción Madrid, con el que ya podían aplicar los conocimientos adquiridos en uno de los ejemplos pioneros en España, la renaturalización del río Manzanares, que en solo cinco años recuperó gran parte de su flora y fauna autóctona. El proyecto de 2019 fue presentado a todos los partidos políticos municipales para ser tenido en cuenta en caso de que se consiguiera la financiación necesaria para lograr uno de los pocos propósitos comunes y donde no cabe discusión política en esta ciudad.
Ríos
El Ayuntamiento mantendrá la renaturalización del Manzanares
El Consistorio anuncia que desembalsará la presa 9 del río en su tramo urbano, que había sido cerrada a principios de julio para crear un canal artificial para la práctica de remo.
Los Fondos Europeos pueden hacer posible lo imposible
La oportunidad después de la larga espera de 23 años está a la vuelta de la esquina: el 16 de marzo termina el plazo de presentación de proyectos a la línea de ayudas del MITECO para la restauración de ecosistemas fluviales. El 9 de febrero, en la Plaza del Carmen, organizaciones, colectivos y personas preocupadas por el futuro de los ríos granadinos y la renaturalización del río Genil se concentraron para exigir al Ayuntamiento de Granada lo que este había aprobado hasta en tres ocasiones en el Pleno y que nunca se había llegado a poner en marcha. Helios Escalante, coordinador provincial de Ecologistas en Acción Granada, nos explicó en su momento que reclamaban al equipo de gobierno del Ayuntamiento que solicitara la ayuda del MITECO de hasta cuatro millones de euros y aprovechara la oportunidad para lograr por fin un parque de 75 hectáreas en el tramo urbano del río en pleno centro de la ciudad, y sustituir los canales de hormigón por un espacio natural fluvial cuya propia dinámica natural de sedimentos contribuya a regenerar la vegetación y fauna. Un proyecto, según los ecologistas, muy similar al que se ha llevado a cabo en Madrid en el río Manzanares y que “transforme un río encerrado en un canal de cemento en un corredor de biodiversidad que refresque el aire, equilibre la temperatura, que capture carbono y sea realmente un espacio verde para la ciudad”.
Quien tiene un río tiene un tesoro.
— Susana Sarrion (@SusanaSarrion) February 9, 2022
En #Granada tenemos varios, y queremos disfrutarlos .
Reivindicación hoy en la Plaza del Carmen para renaturalizar el Río Genil.
¡No queremos ríos de hormigón sino ríos vivos!.@EcologistasGr @FFFGranada @Helios_EM @ElSalto_And pic.twitter.com/tdHvvLizPb
Javier Egea cifra el coste de ejecución del proyecto de Ecologistas en Acción para renaturalizar el tramo urbano del Genil en 800.000 €, con la retirada de hormigón incluida y la incorporación de vegetación autóctona. Contemplan una solución para un punto conflictivo: el tramo final bajo la Clínica de La Inmaculada que habitualmente se embalsaba, y es donde está la toma de la Acequia Gorda donde se abastecen de agua los regantes, aporta una opción que consiste en habilitar una acequia desde aproximadamente la calle San Antón que llegara hasta esa toma para que los regantes no perdieran agua.
El alcalde, Francisco Cuenca, aseguró a los ecologistas que el Ayuntamiento estaba preparando un proyecto coordinado y consultado con Emasagra (Empresa Municipal de Abastecimiento y Saneamiento de la ciudad) y la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG), y que harían “lo que nos permitan los técnicos”. El concejal de Urbanismo y Obra Pública, Miguel Ángel Fernández Madrid, anunció a principios de este mes de marzo la aprobación en Junta de Gobierno Local del proyecto de renaturalización del río Genil a su paso por la ciudad, “Genil Vivo”, para recuperar “un nuevo espacio verde para el ocio y disfrute” de la ciudadanía con la intervención en las riberas de 1.450 metros lineales, desde Puente Verde hasta el cruce del Camino de Ronda con Alejandro Otero.
El proyecto municipal contempla la recuperación de la vegetación de ribera tradicional en los ríos “sin que se aminore el alivio de aguas en caso de amenaza de crecida”
El proyecto municipal, que necesita de 4.214.650 € para su ejecución, contempla la recuperación de la vegetación de ribera tradicional en los ríos “sin que se aminore el alivio de aguas en caso de amenaza de crecida”, la ejecución de un canal de agua bajas de siete metros de extensión, para mantener regulado el régimen del río, y la creación de dos senderos transitables laterales que en forma de zigzag sobre el que se implantarán especies vegetales de ribera adaptadas a las características del río. También contempla una infraestructura en el fondo del río en forma de V “que permita la circulación del agua con caudal a gran nivel”.
¿Cómo de verde va a ser el río?
Tanto Javier Egea como Helios Escalante han expresado a este medio su preocupación por el futuro de la renaturalización del río. El alcalde prometió reunirse con las organizaciones ecologistas para discutir la presentación del proyecto a los fondos europeos y, después de cancelar una reunión el pasado 9 de marzo, finalmente esperan encontrarse este lunes 14 por la tarde con él, “solo un día antes de la finalización del plazo, con lo que difícilmente podremos incorporar ninguna aportación, así que esperamos que su proyecto no suponga una losa sobre la losa del río porque luego no habrá quien lo repare”.
El Ayuntamiento de Granada no ha cumplido las bases de la convocatoria que exigen la necesidad de una consulta pública previa y una fase de audiencia e información pública
Egea, ecologista y experto con una gran trayectoria en esta materia, ha llegado a calificar al concejal de Urbanismo Miguel Ángel Madrid como “embustero”, porque este aseguró que “se había reunido varias veces con los ecologistas y nosotros no lo hemos visto nunca”. El ecologista señala que el Ayuntamiento de Granada no ha cumplido las bases de la convocatoria que exigen la necesidad de una consulta pública previa y una fase de audiencia e información pública, previstas en su artículo 4.5.6.
El principal motivo de preocupación proviene de experiencias anteriores con otros proyectos de recuperación y conservación de ríos. En el proyecto “Del Zaidín a Los Cahorros”, Ecologistas en Acción pretendía recuperar el camino peatonal natural del cauce del río Monachil que posibilitaría llegar a pie desde Granada capital hasta el corazón de Sierra Nevada. Presentaron el proyecto a todos los ayuntamientos de la Vega Sur: Huétor Vega, Cájar, Monachil y La Zubia. Por su parte, la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir recogió el plan ecologista pero lo plasmó de una manera que, según Javier Egea, desvirtuaba el propósito del mismo, “levantando el suelo natural para construir un camino, convirtiendo lo que es un cauce natural en un parque urbano. Nosotros estamos totalmente en contra de la cementación de las riberas fluviales”.
Otra de sus propuestas, esta vez al Ayuntamiento de la capital, fue la de habilitar un corredor natural en el Río Beiro para viandantes desde la Oficina de Tráfico de Granada hasta Víznar, “un proyecto muy fácil de ejecutar y que no está avanzando”, asegura Javier.
Estas semanas serán claves para saber del futuro del proyecto del río Genil, una actuación que puede cambiar la fisonomía y paisaje de la ciudad.
La ciudadanía se moviliza para defender la biodiversidad y su río: ‘Somos Río Dílar’
Hace unos meses se formó una asociación de vecinos y vecinas de los municipios por donde transcurre el río Dílar. Se definen como un grupo heterogéneo formado por personas de lo más diversas, de diferentes edades, profesiones o tendencias políticas. En su declaración de intenciones manifiestan la importancia del río para sus vidas y la vertebración del territorio y conscientes de que “la responsabilidad de su cuidado y de la conservación del territorio donde vivimos y su biodiversidad es de las vecinas y vecinos, asumimos festiva y conscientemente esta responsabilidad”. Predican “querer un río vivo, natural, que se desarrolle según sus dinámicas propias; libre de vertidos, agresiones, basuras, ajardinamientos, obstáculos y actuaciones humanas que merman la biodiversidad que alberga. Queremos un río renaturalizado, que vuelva a ser lo que era y nunca debió dejar de ser”. No se quedaron solo en las palabras: desde noviembre ya han organizado dos actuaciones de limpieza del río, junto con asociaciones “amigas” (Árboles Contra el Cambio Climático y Relámpago Verde), y tienen preparadas distintas actividades para un futuro próximo. “Más limpieza, plantaciones, riegos, actividades de educación ambiental. Hemos pedido colaboración a la organización Seo Birdlife para valorar la recuperación de una antigua colonia de abejarucos, que estacionaba en una pared del Río Dílar”, nos comenta Natalia, portavoz de la asociación.
Representantes de la asociación se han reunido con alcaldes, alcaldesas, concejales y técnicos municipales de Gójar, Ogíjares, Alhendín, Las Gabias, Churriana de la Vega, Cúllar-Vega y Las Vegas del Genil. También han mantenido reuniones con técnicos de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir, Diputación de Granada, representantes del Consorcio Vega-Sur o del Área de Vías Pecuarias de la Junta de Andalucía, para tratar de buscar puntos comunes e iniciar un proyecto de renaturalización del río Dílar. Señala que desde la asociación tienen mucha motivación para trabajar y dinamizar el proyecto pero recuerdan que “el río Dílar tiene potencialidades pero también heridas que tratamos de curar, como la ausencia de caudal mínimo ecológico, el uso indebido de la zona de dominio público hidráulico o los rebaños de cabras que arrasan con la vegetación existente”, factores que, según la asociación, dificultan enormemente cualquier trabajo de restauración y que ha focalizado su compromiso en exigir que se cumpla la ley referida a los caudales mínimos. Reconocen estar en contacto fluido con la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir y el Seprona, y que “nos sentimos acompañados por profesionales de ambas instituciones interesados en la custodia de este ecosistema dañado”.
Ríos
El último (y exiguo) bastión natural de los ríos españoles
Ecologistas en Acción presenta una serie de propuestas para la mejora de las reservas naturales fluviales, 3.000 kilómetros de ríos del Estado español protegidos mediante una red creada en 2015 y calificada como “insuficiente” por la organización ambientalista.
Pablo, vecino de Las Gabias, forma parte de la asociación y reconoce que, en el tema de la conservación y naturalización de los ríos, hay que tener en cuenta que “uno se embarca en una carrera de fondo y no en un sprint”. Explica que en la ciudadanía suele haber un gran desconocimiento de cómo funciona la Administración y que “hay muchos vecinos y vecinas muy ilusionados con el tema del río Dílar, que quieren plantar árboles la semana que viene y eso no va a pasar, porque la Confederación necesita los permisos y la gestión va muy lenta”. Pablo reconoce, en referencia a la CHG, que “su personal es bastante cualificado y es gente seria que defiende el río”, pero que, a su vez, “tiene mucha carencia de personal, entonces todos los trámites administrativos y técnicos van lentísimos”.
Su objetivo es articular sinergias y que las instituciones comprueben que la gente quiere esto: “Zonas verdes, que no ajardinadas. No queremos naturaleza disecada de museo, no queremos podas, queremos árboles que crezcan con sus dinámicas, ríos que se comporten como un río natural. El bosque se cuida solo”.