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Derechos Humanos
Represión, comercios cerrados y casas a oscuras: decenas de barrios siguen en pie contra los cortes de luz
Otro verano más los termómetros andaluces marcan más de 40 grados, y en decenas de barrios andaluces las neveras no enfrían, los ventiladores no se mueven y la penumbra envuelve todas las habitaciones de las casas. “Hay momentos en que la gente se desespera y no ve horizonte”, sostiene Juan García, portavoz de Barrios Hartos, “en esos momentos asoma el fantasma de la resignación y la gente empieza a decir qué bueno es lo que nos ha tocado”.
Para las vecinas de los barrios sevillanos Palmete, Padre Pío o Amate, entre otros, es el cuarto verano que pasan con cortes de luz diarios los que le imposibilita no solo poder soportar las olas de calor, sino vivir sus vidas: cocinar, asearse o comunicarse. En la ciudad de Sevilla los cortes, son una constante, que afecta durante todo el año a pesar de que se intensifique en la época veraniega, en 13 barrios con una población de más de 250.000 habitantes. “La situación es crítica porque estamos con la ola de calor y la gente sin agua fría, sin aspiradores, aire acondicionados ni nada”, sostiene García.
“La organización de las familias afectadas es el único camino para que se aborde un escenario grotesco generado por la insuficiencia de las instalaciones”, sostienen desde Barrios Hartos
Una realidad que además de a las viviendas individuales está afectando a los comercios locales y a las estructuras colectivas de los barrios. Varios comercios del barrio Su Eminencia han tenido que cerrar a causa de los fallos en la infraestructura eléctrica. “Afecta incluso al que no tiene corte en su casa, porque en vez de ir a la tienda de toda la vida ahora se tiene que ir a Mercadona, donde por supuesto nunca se va la luz y no todo el mundo puede moverse tanto”, explican desde Barrios Hartos. El colectivo también advierte como esta coyuntura desemboca en que “los barrios comienzan a vaciarse” porque “como al final está todo en mala situación se tiene la sensación de estar en lugar condenado ya”.
El pasado 19 de julio medio centenar de vecinas se presentaron en la sede del distrito Cerro-Amate para denunciar su situación. Una acción en la que intervino varios operativos policiales y que acabó con la detención del portavoz del colectivo. “Durante unos minutos estuve oficialmente desaparecido”, comenta. Según relata durante la acción en la sede del distrito se mantuvo fuera del edificio y no accedió al interior hasta que se organizó, in situ, una reunión con el concejal de Derechos Sociales “entre con el salvoconducto de reunirme con él como representante”, una vez dentro del edificio los agentes le detuvieron por allanamiento de espacio público con violencia.
Desde Barrios hartos creen que la detención “está fuera de toda lógica” y que tras la puesta en libertad a las horas de Juan “no tendrá mayor recorrido judicial” y se enmarca en un contexto de represión “a personas que ya están siendo castigadas por Endesa”.
Unos días después, tras el episodio represivo, el pleno de la ciudad de Sevilla aprobaba la creación de la Comisión de Emergencias Energéticas y la puesta en marcha de medidas paliativas de forma urgente. Unas medidas que según indican desde Barrios Harto a día de hoy no se han llevado a cabo “están jugando al escondite” sostiene García. Desde el colectivo están organizando nuevas acciones ante la inmovilidad institucional “la organización de las familias afectadas es el único camino para que se aborde un escenario grotesco generado por la insuficiencia de las instalaciones”.
Pobreza energética
La lucha contra los cortes de luz continúa en Granada
En otros puntos del mapa andaluz cientos de personas también se ven afectadas por los cortes continuados sin solución por parte de las instituciones. En Almería más de 300 personas viven su día a día sin electricidad en barrios como el Puche, Pescadería o la Chana. En la población granadina de Atarfe llevan más de 50 días sin luz, lo que supone -según explican- “graves perjuicios que como personas humanas representa el carecer de luz eléctrica de buenas a primeras”. Una realidad parecida a la que están viviendo las vecinas de otro municipio granadino, Huétor Tájar. En ambas provincias durante el mes de julio se han llevado a cabo manifestaciones para exigir a Endesa y a las instituciones que solucionen el problema.
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“Estos es el mercado amigo”, dijo Rato. Capitalismo puro y duro, Enel (empresa italiana) compró Endesa y los beneficios para Italia. Las inversiones en infraestructuras eléctricas nada de nada y los diferentes gobiernos mirando para otro lado. Solución nacionalización de los servicios básicos para una vida digna.
Bueno, como en todo, siempre hay que escuchar a todas las partes. Según Endesa, en los barrios que se nombran, hay transformadores que duplican la capacidad de todo el barrio, sin embargo, apenas hay un 10% de contratos en vigor, pero plantaciones de marihuana las hay por doquier (que consumen lo que 70 u 80 viviendas). No es problema de Endesa, sino de las Administraciones que miran hacia otro lado ante este problema.
Vaya ha salido un defensor de la pequeña empresa Endesa-Enel. Estamos nuevamente en una burbuja inmobiliaria, si esto no lleva consigo un aumento en las inversiones en fortalecer las líneas AT, MT y BT y transformadores, los apagones están asegurados, lo otro es insignificante.