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Crisis económica
España incumple sus objetivos y el número de trabajadores pobres se sitúa ya en el 12,7%
Un informe de los sindicatos europeos concluye que España ha incumplido sus objetivos de reducción de pobreza laboral. La Confederación Europea de Sindicatos reclama una reforma fiscal y sugiere que el debate sobre el impago de la deuda se ha de tener para afrontar la actual crisis económica.
“Todos somos keynesianos si estamos dentro de una trinchera”. La frase, con un alto grado de sarcasmo, es del economista neoclásico Robert Lucas Jr. Es también una guía para reconocer qué sentido está tomando la economía internacional en este 2020, tras una pandemia que deja pequeña la “gran recesión” que estalló en occidente en 2008. La pregunta es hasta cuándo el capital piensa mantenerse en esa trinchera.
Doce años después de la primera crisis del siglo XXI y de las políticas de austeridad que la siguieron, las instituciones europeas han tomado medidas en sentido contrario: la expansión del gasto es la regla y nadie se atreve a pronunciar en voz alta la palabra austeridad. Lo reconoce la Confederación Europea de Sindicatos en su informe comparativo anual sobre el trabajo en la UE (Benchmarking Working Europe 2020). Un análisis que no se olvida de las condiciones previas a la crisis en todo el continente y de las tareas que no se han hecho en la década en que nadie fue keynesiano ni nada que se lo parezca.
España parte de una situación compleja, agravada por la crisis, dado que sus índices de desempleo son los más altos del continente, solo superados por Grecia, y la tasa de trabajadores pobres es elevada, la tercera en el conjunto de la UE, solo por detrás de Rumanía y de Luxemburgo, un microestado tremendamente desigual que, en buena medida por el alto precio de las rentas de alquiler, ha aprobado esta semana una subida del 2,8% del Salario Mínimo.
El porcentaje de personas trabajadoras en el umbral de la pobreza ha ascendido en toda la UE hasta el 9,4 desde el nivel de 2010, pero en España el incremento ha sido aún mayor. A comienzos de la década se encontraba en esa situación el 10,9% de la fuerza laboral. El año pasado fue el 12,7%.
España también ha fallado en sus objetivos de reducción de la exclusión social. Es uno de los diez países en los que ha aumentado la exclusión social en la década de los diez.
La pandemia del covid-19 no arroja un panorama esperanzador. “La evidencia preliminar sugiere que esos trabajadores que ya se encuentran en posiciones precarias y con salarios bajos también corren más riesgo de tener que reducir las horas o perder el trabajo por completo, por lo que seguirá aumentando la desigualdad y se seguirán reduciendo las posibilidades de que se cumplan los objetivos de Europa 2020”, escribe Sotiria Theodoropoulou, redactora del informe sobre mercado de trabajo y objetivos de desarrollo.
Uno de los aspectos clave de esa proliferación de trabajos asociados a la pobreza es la prevalencia en los países del sur de Europa (Italia, Croacia, Portugal y España) de empleos temporales “involuntarios” para las personas trabajadoras, que buscan y no encuentran puestos estables a tiempo completo.
Laboral
Una de cada diez asalariadas combina la fórmula de la precariedad: tiempo parcial y contrato temporal
La combinación entre jornada parcial y contrato temporal supone un 11% de todos los contratos que se firman en el país.
El informe de Theodoropoulou especifica que el riesgo de trabajo en riesgo de pobreza es más alto en caso de los jóvenes que en trabajadores mayores pero la diferencia se ha ido reduciendo en la última década. La población migrada, especialmente la de fuera de la UE, es la que corre más riesgo de pobreza.
Alerta europea
Las centrales integradas en la Confederación Europea de Sindicatos defienden la política expansiva adoptada hasta ahora por la Comisión Europea y advierten de que “en este momento, una nueva ola de austeridad no solo socavaría la recuperación post-Covid, sino también podría socavar fundamentalmente el proyecto de integración social y económico europeo”.
Los esquemas como el alemán kurzarbeit, más conocido en España por las siglas de los Expedientes de Regulación Temporal de Empleo, han salvado en torno a 42 millones de empleos. Y es significativo, indica esta investigadora, que la primera medida de emergencia puesta en marcha por la UE fuera el programa de Apoyo para Mitigar los Riesgos de Desempleo en una Emergencia (SURE), dotado inicialmente con más de cien mil millones de euros. “En esta ocasión la reacción inmediata de los gobiernos nacionales y de instituciones supranacionales debía rescatar la capacidad de producción de sus las economías (reales) en su conjunto (incluido el capital físico y humano), y no solo bancos e instituciones financieras”, sentencia el informe de los sindicatos europeos.
Para sus autores, el problema del endeudamiento es el próximo hito en la disputa política por el sentido de la UE. En ese sentido, la mesa editorial del diario económico Financial Times exponía esta semana en un artículo los movimientos en el debate sobre los impagos de la deuda. Un debate que se saldó con un sonoro portazo tras la crisis de 2008 pero que tendrá que reabrirse, según los sindicatos europeos: “Es evidente que los niveles sustanciales de deuda y déficit público en el que, en el corto plazo, necesitarán incurrir [los países] dejará un legado sustancial de endeudamiento”, apuntan, pero no se aclara en ninguno de los acuerdos tomados hasta ahora qué se va hacer “para abordar a largo plazo el problema del endeudamiento”.
Benchmarking Working Europe 2020 introduce la reforma fiscal como el “elefante en la habitación” de la salida de la crisis a nivel europeo. Es necesario “un replanteamiento sustancial” del paradigma económico y social, “reconocer y gravar adecuadamente las rentas que disfrutan una pequeña minoría de particulares y multinacionales”. En segundo lugar, añaden, “es fundamental reconocer la función redistributiva de las condiciones laborales y los salarios justos”. Una función que se “olvidó” en la década anterior, en la que el keynesianismo era anatema en los centros de poder europeos.
Desde los sindicatos se valora como positivo el proyecto de directiva sobre salarios mínimos adecuados pero esta aún es insuficiente y, sin mejoras, “es muy probable que se convierta en una oportunidad perdida”, apuntan.
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Gracias fundamentalmente a Pablo y a Irene la precariedad tiene los días contados, tras haber derrogado la reforma laboral, mejorado las condiciones de los trabajadores y con un IMV universal que ha llegado a todos los que lo necesitan, somos uno de los países con mejor cobertura social y salarios para los trabajadores. SI SE PUEDE!
Por lo menos Unidas Podemos ha hecho algo, (otra cosa es que no sea suficiente). Pero si en vez de estar en le gobierno Unidas Podemos, el PSOE tuviera mayoria suficiente no se habria consegudio nada y ya diran si el trifachito (PP; Vox, Ciudadanos) estuviera gobernando habria barra libre para bancos, banqueros, grandes empresas, ricos y muy ricos y el pueblo llano a morir de hambre