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Elecciones
La izquierda desmovilizada
La hipótesis de la izquierda volátil de César Molinas (https://elpais.com/diario/2007/11/11/opinion/1194735611_850215.html), que me ha dado a conocer el profesor Pedro García Bilbao, me parece que es lo que mejor puede explicar lo que ocurre en las diferentes elecciones que tenemos en España.
Esta hipótesis defiende que existen unos dos millones de votantes que oscilan entre la abstención, votar al PSOE o al partido o partidos a la izquierda de este. Se movilizan, en mayor o menor medida, cuando se les consigue asustar con la derecha o ilusionar un poco. La derecha no tiene apenas esa derecha volátil, y los votantes de centro, que pueden votar al PP o al PSOE, son bastante testimoniales (sobre medio millón según el CIS). Es decir, que si se consigue una movilización, aunque sea parcial, de esa izquierda volátil, gobierna el PSOE y, si no se consigue, gobierna el PP. Influyen otros factores como la fragmentación del voto, pero esto a día de hoy está en la derecha y en la izquierda, especialmente si solo se presentan dos candidaturas de “izquierda” (PSOE y Sumar), luego no es un factor decisivo, como sí fue en el pasado cuando se fragmentaba más el voto entre IU y el PSOE. La pregunta ahora es por qué no se consigue movilizar a esos votantes de izquierda. Hay quien defiende que es por los ataques de los medios a Podemos. Pero eso no se respalda por la Academia (ver https://onlinelibrary.wiley.com/doi/abs/10.1111/j.1460-2466.2008.00410.x), ya que votantes tan ideologizados, lejos de verse afectados por los ataques de la derecha a Podemos, sentirán más simpatía por estos.
Entonces la respuesta es que realmente las políticas llevadas a cabo no son tan de izquierdas como desean esos votantes. Se habla de los muchos logros durante estos cuatro años, pero aun siendo cierto que se han conseguido cosas positivas, no se ha derogado la Ley Mordaza, la reforma laboral sigue parcialmente, y en lo esencial, vigente, las viviendas sociales ni están ni se las espera, la sanidad o la educación públicas se siguen deteriorando, estamos metidos hasta las trancas en una guerra imperialista, hemos dejado tirados a los saharauis, la clase trabajadora española es la que más poder adquisitivo ha perdido de la OCDE (que no se caracteriza precisamente por sus gobiernos comunistas) y no se habla de control público y real sobre la economía o de tantos y tantos temas que son debate candente entre esa izquierda social y en los que puede haber mayor o menor consenso, ya que esa izquierda es tremendamente diversa.
La pregunta entonces es por qué Podemos y no digamos Sumar se escoran cada vez más hacia el centro cuando eso lo único que va a conseguir es desmovilizar cada vez más a esa izquierda volátil y que gobierne la derecha montaraz que tenemos. La respuesta requiere profundizar en los acuerdos que existen entre el PSOE y el poder económico. Entre el PSOE y el poder político foráneo (léase la UE y los EEUU). Un PSOE que no es realmente un partido de izquierdas sino un partido que asume las políticas de la derecha limando alguna de sus aristas más reaccionarias en lo que atañe a lo social. ¿Y qué pinta la izquierda parlamentaria a la izquierda del PSOE en todo esto? Eso se lo deberíamos preguntar a ellos y ellas, pero lo que sí que sabemos son los resultados, es decir, que finalmente se autoconfinan en los límites del régimen del 78, sin cuestionarlo en lo esencial y simplemente limando algo más esas aristas. Sea porque creen que es lo único posible o porque no se atreven a más, el resultado es una catástrofe de desmovilización en que la parte mejor de nuestra sociedad se queda huérfana de representación política y que probablemente acabe en lo contrario de lo que pretendían, es decir, que gobierne la peor derecha que hemos tenido desde 1977. Bravo.