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Cáncer
Las mujeres con cáncer de mama que viven en áreas desfavorecidas tienen un año menos de supervivencia
A pesar de la cobertura general del sistema sanitario español, las mujeres que viven en áreas más desfavorecidas tienen menos probabilidades de recibir atención acorde con las guías de práctica clínica y presentan una supervivencia hasta un año más corta. Estos son los resultados alcanzados por un estudio publicado recientemente en BMJ Quality & Safety, liderado por la Escuela Andaluza de Salud Pública en colaboración con el centro de estudios de Epidemiología y Salud Pública CIBERESP. Un estudio pionero para el tumor que tiene más frecuencia de aparición entre las mujeres y cuya incidencia sigue en aumento, según los datos presentados por la Sociedad Española de Oncología Médica de cara a este 4 de febrero de 2025, Día Mundial contra el Cáncer.
Cáncer
Día mundial contra el cáncer de mama “El cáncer de mama no es rosa, es un marrón”
Una investigación realizada en seis áreas geográficas (Castellón, Gipuzkoa, Girona, Granada, Navarra y Tarragona) que comprende a 1,2 millones de mujeres, esto es el 9,3% de la población femenina española, y que demuestra que el acceso a tratamiento contra el cáncer de mama no es equitativo. “Hemos incluido a todas las mujeres diagnosticadas en esas áreas entre 2010 y 2014 y hemos constatado desigualdades en la supervivencia del cáncer de mama en las mujeres que viven en áreas con menos recursos socioeconómicos", explica María José Sánchez, quien ha liderado esta investigación y es profesora de la Escuela Andaluza de Salud Pública. Sánchez apunta a que puede haber varios factores que influyan en esta peor supervivencia pero sin duda tiene que ver con que son tratadas sin seguir bien la guía clínica de tratamiento.
El protocolo para tratar el cáncer de mama incluye 16 puntos y estos son los que se han analizado en la muestra. El resultado es que, aunque no se encontraron diferencias en los tratamientos principales, se observó que los procedimientos como las biopsias de ganglio centinela, una técnica poco invasiva para determinar el estadio de la enfermedad, fue menos frecuente en las zonas más vulnerables. “Este es el primer ganglio linfático que afectaría si el tumor se extiende a la axila, que indica riesgo de metástasis a nivel regional y que podría extenderse a otros órganos. En algunas zonas aún se opera directamente para quitar los ganglios de la axila, pero con el test, si sale negativo, evitamos ese proceso que trae una peor calidad de vida”, explica esta investigadora, directora científica del Instituto de Investigación Biosanitaria de Granada.
Residir en un área más desfavorecida redujo las oportunidades de recibir ciertos tratamientos en el tiempo recomendado, como la cirugía en los 30 días posteriores al diagnóstico
También se ha comprobado que tratamientos como las reconstrucciones mamarias tras mastectomías son menos frecuentes en las zonas más afectadas. De otro lado, residir en un área más desfavorecida redujo las oportunidades de recibir ciertos tratamientos en el tiempo recomendado, como la cirugía en los 30 días posteriores al diagnóstico o el inicio del tratamiento adyuvante (complementario) en las seis semanas después de la cirugía.
Para medir estos parámetros entre las diferentes poblaciones analizadas, se utilizó un indicador socioeconómico que ha hecho a nivel censal la Sociedad Española de Epidemiología que incluye factores como la tasa de desempleo, el nivel educativo o el porcentaje de casas que no tienen acceso a internet. “En España se supone que tenemos un acceso universal a los tratamientos, pero el código postal de una persona condiciona más que otros factores el tener un buen tratamiento”, explica Sánchez, quien añade que también se ven afectadas fases como la detección, pues las mujeres que viven en áreas desfavorecidas participan menos en los programas de cribados, los tumores se detectan en estadios más avanzados y puede que tengan menos acceso al tratamiento.
Una lucha contra el principal cáncer para la mitad de la población
Sin embargo, nos encontramos ante el cáncer que tiene una mayor incidencia entre la mitad de la población, que son las mujeres, y sigue en ascenso. Según los datos de la SEOM afecta a 2,3 millones de personas (12.3% del total de personas con cáncer) y es el segundo tumor entre el total de la población, solo superado por el cáncer de pulmón. Se estima que en 2025 se detecten 37.682 casos nuevos, superando los 34.506 que se diagnosticarán para el cáncer de pulmón, y su incidencia sigue en aumento. Y, aunque más frecuente, su mortalidad es muy inferior a la del cáncer de pulmón en términos globales, por lo que su prevalencia a los cinco años es más elevada (144.233 personas en 2020).
El cáncer de mama afecta a 2,3 millones de personas y es el segundo tumor entre el total de la población, solo superado por el cáncer de pulmón
“Que ninguna mujer se quede atrás por donde viva, su situación económica o la falta de apoyos”. Este fue uno de los puntos del comunicado de las pacientes de cáncer de mama, que bajo el reclamo “El cáncer de mama no es rosa”, se concentraron por varios puntos de España el 19 de octubre de 2024, Día Mundial de la lucha contra el cáncer de mama. Violenta Assiego es una de estas pacientes. Incide que además de en el tratamiento, tu lugar de procedencia impacta en algo importante: poder acceder o no a ensayos clínicos.
“No es lo mismo vivir en Madrid, donde tenemos acceso a ensayos clínicos en los grandes hospitales, que en otro punto más alejado“, expresa. Para solucionarlo, propone una ”base de datos actualizada y centralizada“, a la que pudieran acceder todos los hospitales ”para que todas pudiéramos acceder a esos tratamientos“. ”Hay que tratar que todas las unidades tengan la posibilidad de acceder a los tratamientos más innovadores”, expresa.
Existen zonas donde la escasez de recursos humanos provoca la paralización de cualquier tratamiento, como en el Hospital de El Bierzo
Existen zonas donde, no es que no haya acceso a tratamientos innovadores, sino que la escasez de recursos humanos provoca la paralización de cualquier tratamiento. Como recuerda Assiego, esa es la lucha de Oncobierzo, un grupo de familiares y pacientes que denuncian la inexistencia de oncólogos en el Hospital de El Bierzo. De los cuatro oncólogos que debiera haber en plantilla, en la actualidad no hay ninguno y la Junta de Castilla y León parchea la situación derivando a personal desde otros centros. Según contaba a El Salto, a la madre de David nunca le ha atendido el mismo oncólogo. Ha acudido unas siete veces al hospital y las siete le ha atendido un profesional diferente.
Cáncer
Sanidad Pública Sin oncólogos en el Hospital El Bierzo: “A mi madre la han atendido siete médicos diferentes”
El Hospital El Bierzo atiende a la comarca de El Bierzo, Laciana y a los municipios de la Cabrera Baja y depende de Sanidad de Castilla y León (SACYL). Cuenta con 400 camas y 11 quirófanos para una población de 130.000 habitantes. En la provincia de León solo hay un centro hospitalario más, el Hospital Universitario de León, que se encuentra a unos 100 kilómetros.
El problema de la movilidad geográfica
La movilidad geográfica es un problema que afecta a pacientes de muchas partes de España. Cristina Gómez, paciente con cáncer de mama, perteneciente a la asociación Cáncer con Limón y es de València. Explica que, entre los casos cercanos, una mujer que vive en Requena tiene que acudir al Hospital de la Fé, en la capital, casi una hora en tren, “y esto para una paciente en estado crítico con tratamiento activo no es muy seguro hacerlo”, relata. Cuenta con los dedos los centros especializados en tratamiento oncológico de la Generalitat Valenciana: “Habrá unos cinco. Seguro conozco tres, uno en Alicante y otros dos en València”, expresa.
“He conocido a una chica que tuvo un cáncer ginecológico y necesitaba radioterapia. Desde Ávila les llevaban al Hospital de Salamanca, a más de 200 kilómetros. Para un tratamiento de cinco o diez minutos echaba todo el día”, Violeta Conde, paciente
Violeta Conde, paciente con cáncer de mama, colabora con una asociación que se llama Vive, ni una estrella más. Relata que es de Madrid, pero hace unos años decidió mudarse a vivir a un pueblo de Ávila en el Valle del Tiétar. Asegura que el hospital que le pertenece, el de Ávila, está a más de una hora de distancia y solo hay un autobús que les conecta con Madrid. Ella mantiene su tratamiento en el madrileño Doce de Octubre, el hospital donde lo comenzó, porque sabe que el acceso lo tendrá más difícil en la comarca en la que habita. “He conocido a una chica que tuvo un cáncer ginecológico y necesitaba radioterapia. Desde Ávila les llevaban al Hospital de Salamanca, a más de 200 kilómetros. Una ambulancia recogía a los pacientes de la zona y para un tratamiento de cinco o diez minutos echaba todo el día. Son personas que vienen de un tratamiento de quimioterapia y acababan destrozadas”, explica.
El factor socioeconómico más allá de los tratamientos estándar
El factor socioeconómico va más allá del acceso a los tratamientos estándar. Las pacientes con cáncer requieren cuidados que no están dentro de la cartera del Servicio Nacional de Salud (SNS), o si lo están lo hacen de manera insuficiente. Así lo explica Cristina Gómez, quien indica que la fisioterapia, necesaria para paliar los efectos de los tratamientos, se queda en un limbo y han de invertir en ella. Y claro, no todo el mundo puede permitirse este tipo de tratamientos.
El factor socioeconómico va más allá del acceso a los tratamientos estándar. Las pacientes con cáncer requieren cuidados que no están dentro de la cartera pública y no todo el mundo puede permitírselos
“Sobrevivir al cáncer no es cuestión de actitud, es cuestión de políticas de salud pública accesibles, gratuitas e innovadoras que lleguen a tiempo y lleguen a todas, también a las mujeres empobrecidas, a aquellas que viven en los márgenes y no tienen las oportunidades que tenemos otras de acceder a apoyos, tratamientos y medicamentos que solo algunas pueden pagar porque la Seguridad Social no los contempla en su cartera de servicios. Como, por ejemplo, las cremas post radio, imprescindibles, las tiene que comprar cada paciente”, expresaban las pacientes de cáncer en el manifiesto del 19 de octubre.
María José Sánchez explica que la reducción de estas desigualdades es una prioridad del Plan Europeo de Lucha contra el Cáncer. “A nivel Europeo nos han avisado que tenemos que tratar de disminuir las desigualdades que hay en salud en cáncer de mama. Concienciar más a las mujeres, juega un papel importante, que esté bien informada, que debe acudir al médico ante cualquier síntoma, dar educación sanitaria de la población”. Pero también “que los profesionales trabajen de forma multidisciplinar” y que se establezcan políticas públicas que permitan tratar a todas las mujeres por igual. “Es el cáncer con más frecuencia entre las mujeres y sigue aumentando. Cada vez hay más cáncer, es un problema de salud de primer orden”, concluye.