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Crisis climática
La propuesta europea de Ley del Clima provocaría una ‘década perdida’ para el movimiento ecologista
El movimiento por el clima aboga por llegar a la neutralidad climática europea en 2040, no en 2050 como propone la Comisión Europea, y critica la falta de medidas del borrador de Ley de Clima para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en el período 2020-30.
Coordinador de Clima y Medio Ambiente en El Salto. @PabloRCebo pablo.rivas@elsaltodiario.com
La Comisión Europea (CE) presentó este miércoles 4 de marzo su propuesta de Ley del Clima, en la que se fija un compromiso político por el que la Unión Europea —responsable del 22% de las emisiones históricas de gases de efecto invernadero— debe ser “un bloque climáticamente neutro para 2050, a fin de proteger el planeta y la población”, tal como apuntan fuentes de la propia CE. Sin embargo, las organizaciones que conforman el movimiento por el clima han lanzando una crítica al unísono y hablan de “década perdida para la acción”.
La Ley es el elemento clave del Pacto Verde Europeo que acaba de pasar a consulta pública y en el que se incluyen otros instrumentos que la Unión quiere utilizar para frenar la emergencia climática, como la revisión de la Directiva sobre fiscalidad de la energía o el futuro mecanismo de ajuste en frontera de emisiones de carbono.
El principal reproche que hacen los ecologistas se centra en los tiempos. “La ley da la espalda a las recomendaciones científicas que afirman que la próxima década es decisiva para evitar los peores impactos del cambio climático”, señalan desde Greenpeace, organización que hace hincapié en que el proyecto de ley no incluye ninguna medida para impulsar la reducción de las emisiones para el año 2030.
La propuesta pone en riesgo la propia arquitectura del Acuerdo de París, que necesita un aumento periódico de la ambición climática
La comunidad científica es clara al respecto y señala la reducción constante de las emisiones durante la década entrante —en concreto de un 7,6% anual entre 2020 y 2030— como clave indispensable para no sobrepasar los 1,5ºC de calentamiento global frente a los niveles preindustriales, circunstancia que multiplicaría los efectos negativos de la emergencia climática sobre la biosfera.
“El texto que se presentó este miércoles dista enormemente de ser el instrumento necesario para afrontar la lucha climática”, denuncian por su parte desde Ecologistas en Acción, organización que remarca que “una lectura detenida del texto muestra con claridad como pospone muchas de las decisiones necesarias para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero”.
Para la confederación ambientalista, con la propuesta de neutralidad climática en 2050 se alcanzaría ese objetivo “una década más tarde de lo necesario, ya que 2040 sería el año en el que alcanzar esta neutralidad en el conjunto de la UE”.
Grave retraso en la agenda
Las organizaciones defensoras del medio ambiente hacen hincapié en que el proyecto, tal cual está redactado, supone retrasar hasta septiembre la revisión del objetivo climático de la UE para 2030. Esto significaría que los 27 lo tendrían muy difícil para conseguir acordar un nuevo objetivo antes no ya de la próxima Cumbre del Clima de Glasgow (COP26), sino de la cumbre UE-China prevista para septiembre, “la única opción de llegar a tiempo para crear un impulso político que obligase a otros grandes contaminadores a retratarse”, señalan desde Ecologistas en Acción. “Llegar a la misma con un objetivo para 2030 ya adoptado ejercería una presión ineludible para que otros países lleguen a la COP26 en Glasgow con sus planes de reducción de emisiones (NDC) a la altura del reto planteado en París”, añaden.
El texto debilita además, según los ecologistas, la adopción del compromiso de reducción de emisiones del 50 al 55% y deja la puerta abierta a que el compromiso oficial de la UE bajo el Acuerdo de París quede nuevamente en el 40% de reducción de gases de efecto invernadero. Ese porcentaje dista del objetivo que, para las organizaciones ambientalistas, debería buscar la UE: “La reducción de emisiones para 2030 respecto a 1990 debe ser del 65%, frente al 50-55% propuesto por Bruselas”, indican desde SEO/Birdlife. “El Gobierno en España debe empezar con el ejemplo aprobando una ley de cambio climático para el país que incluya la reducción de las emisiones en 2030 de al menos el 55% respecto a 1990 en línea con lo que dice el informe científico de Naciones Unidas sobre la brecha de las emisiones”, señala por su parte Tatiana Nuño, responsable de Cambio Climático de Greenpeace España.
El texto debilita, según los ecologistas, la adopción del compromiso de reducción de emisiones del 50 al 55% y deja la puerta abierta a que el compromiso de la UE quede nuevamente en el 40%
Asimismo, Greenpeace añade que “sin medidas para asegurar el fin de las subvenciones a los combustibles fósiles ni el abandono de los coches de gasolina y diésel, y sin abordar la ganadería y los sectores industriales nos precipitamos hacia el fracaso”.
Entre los aspectos positivos del borrador que destacan los ecologistas se encuentra el ciclo de revisiones cada cinco años, momentos en que la Comisión Europea podrá evaluar y proponer medidas adicionales de inmediata aplicación a través de la adopción de un acto delegado. A pesar de ello, y según el movimiento por el clima, la propuesta pone en riesgo la propia arquitectura del Acuerdo de París, que necesita un aumento periódico de la ambición climática para conseguir su objetivo de no sobrepasar en ningún caso los 2ºC, intentando quedar por debajo de 1,5ºC.