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Urbanismo
Benimaclet, en pie contra un urbanismo de espaldas al vecindario
El barrio de Benimaclet (València) se movilizará este domingo 5 de febrero con el lema: “Perquè estimar el barri no és cap delicte. Terra i llibertat”. Será el cuarto año que el vecindario salga a la calle en protesta contra la urbanización del Programa de Actuación Integral (PAI) que deriva el Plan General de 1988; ahora bien, es la primera vez que convoca en solitario la plataforma Cuidem Benimaclet, ya que siempre habían ido de la mano de la Asociación de Vecinas (AVV) de Benimaclet.
Ambos colectivos coinciden en su rechazo al PAI y a cómo se plantea el actual Plan de Benimaclet que actualmente está en redacción, aunque mientras que los primeros piden la desclasificación de los terrenos y, en lugar de construir, darles un uso público, desde la AVV defienden una menor edificabilidad y el soterramiento de la Ronda Nord para favorecer la transición huerta-ciudad.
La manifestación se ha planteado esta semana para “denunciar la represión” ante el juicio que afrontarán cinco activistas el próximo día 15 de febrero y en el que les piden multas por valor de hasta 30.000 euros. Además, seguirán exigiendo la “desclasificación” de los terrenos, que defienden que depende de la “voluntad política”; y piden “no hacer un barrio sin el barrio” y que los representantes políticos “escuchen las propuestas” que han puesto sobre la mesa, como el proyecto “abierto” 'Ara Benimaclet' que presentaron hace unos días.
El Plan de Benimaclet que impulsa Urbanismo (PSPV)
Después de que la lucha ciudadana consiguiera que se anulara el PAI, la vicealcaldesa de València, Sandra Gómez (PSPV), aseguró que la empresa pública AUMSA sería la encargada de diseñarlo y redactarlo. Pero el pasado mes de junio el consistorio lo licitó al despacho de arquitectura de José María Ezquiaga, de Madrid, con un plazo de ejecución de 12 meses y un presupuesto de 229.600 euros.
El Plan Especial del Área Funcional nº18 —Benimaclet— tiene una superficie de actuación de 1.217.827 metros cuadrados, entre la Ronda Nord y las avenidas Catalunya, Primat Reig y Alfahuir. Gómez explicó que se mantendrán los parámetros de edificabilidad, aunque se podrán destinar a uso terciario (comercios u oficinas) o a vivienda.
La edificabilidad y el soterramiento de la Ronda Nord para facilitar la transición ciudad-huerta es lo que separa a los dos partidos del gobierno local, Compromís y PSPV: los valencianistas aseguraron que no aprobarían “ningún proyecto que mantenga la edificabilidad”
La edificabilidad y el soterramiento de la Ronda Nord para facilitar la transición ciudad-huerta —que está enfrente del sector— es lo que separa a los dos partidos del gobierno local, Compromís y PSPV: los valencianistas aseguraron que no aprobarían “ningún proyecto que mantenga la edificabilidad” y el soterramiento (muy demandado por la AVV) fue avalado por un estudio elaborado a petición de la concejalía de Movilidad, en manos de Giuseppe Grezzi (Compromís), que apuntaba que costaría 50 millones de euros. El alcalde Joan Ribó dijo que le parecía interesante, pero lo descartaba para 2023 por falta de presupuesto.
Las posturas de la AVV de Benimaclet y de Cuidem Benimaclet
La marca de Cuidem Benimaclet es la defensa de la desclasificación total de los terrenos, algo que no apoya ningún partido del Ayuntamiento de València; únicamente se expresó en esa línea la marca municipalista València en Comú, que estuvo en el gobierno local entre 2015 y 2019 (hoy es Podem). El colectivo ha pedido reunirse con la concejalía de Urbanismo —en manos del PSPV— de manera “oficial y extraoficial”, sin éxito; sí han mantenido encuentros con miembros de Compromís.
El portavoz de la AVV de Benimaclet, Paco Guardeño, cree que el planteamiento de la desclasificación “es irreal”, por lo que prefieren “negociar un proyecto más suave, con menor edificabilidad y un gran parque urbano como transición con la huerta con el soterramiento de 500 metros en la Ronda Nord de cara a un futuro a medio plazo”. En todo caso, el activista vecinal lamenta que la concejala de Urbanismo, Sandra Gómez, tampoco se ha reunido “nunca” con ellos, algo que sí han hecho representantes de Compromís —como el vicealcalde Sergi Campillo y hasta el alcalde Joan Ribó— e, incluso, el portavoz de Ciudadanos en el consistorio, Fernando Giner, a petición propia. Sobre el proyecto que actualmente está en redacción, admite, no son “nada optimistas”, pero cree que tendrán tiempo para tratarlo, ya que con las elecciones el plan todavía “estará paralizado unos meses más”.
Urbanismo
El futuro de Benimaclet: dos perspectivas para el problema del PAI
Alba y Mar, de la Plataforma Cuidem Benimaclet (València), y Arturo Sanz, de la Asociación de Vecinos de este barrio, explican las posturas de sus colectivos frente al Programa de Actuación Integrada (PAI) que se proyecta sobre Benimaclet.
'Ara Benimaclet', un proyecto “para redignificar los terrenos”
La plataforma Cuidem Benimaclet sí ve realista su planteamiento. Tanto, que la semana pasada presentó su proyecto 'Ara Benimaclet' para “redignificar los terrenos del antiguo PAI”. Está basado en el proceso participativo con perspectiva feminista 'Repensem Benimaclet', que impulsaron en septiembre de 2019 y que contó con diferentes fases: análisis y diagnóstico, experimentación sobre los terrenos e intercambios. En él trabajaron colectivos e individualidades del barrio.
Destacan que es una propuesta “de inicios”, “abierta para la discusión sobre el modelo de ciudad y barrio que quiere el vecindario”. Se basa en dos ejes: el primero, la declasificación del sector a través de la revisión estructural del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU), que defienden que “se ha aplicado en diferentes municipios del Estado” y que comportaría pocas o ninguna indemnización a las promotoras porque no han hecho ninguna actuación sobre los terrenos; y el segundo, un nuevo diseño del sector basado en el proceso participativo en el que proponen un gran equipamiento multifuncional, espacios que faciliten los cuidados en convivencia con otras actividades de las diferentes esferas de la vida cotidiana, aumentar las zonas con suelos permeables para generar refugios climáticos, transformar el carácter de la Ronda Nord (no se concreta cómo) o ampliar las áreas dedicadas a huertos urbanos, entre otras acciones.
Cuidem Benimaclet defiende que su propuesta es “viable legal y urbanísticamente”, además de “coherente con el contexto social, urbano y paisajístico del barrio”
Cuidem Benimaclet defiende que su propuesta es “viable legal y urbanísticamente”, además de “coherente con el contexto social, urbano y paisajístico del barrio”. Tras la manifestación del próximo domingo, desde el colectivo señalan que pedirán una reunión con los representantes políticos del consistorio para presentar el proyecto 'Ara Benimaclet'; a la jornada de presentación, que tuvo lugar en la librería La Repartidora, acudió algún miembro de Compromís.
El origen del PAI de Benimaclet
¿De dónde viene el PAI de Benimaclet? Tenemos que retrotraernos a 1988 para encontrar el origen. Es cuando se aprobó el actual PGOU de València que clasificaba como urbanizables muchos terrenos que rodeaban a la ciudad, entre ellos, los del este del antiguo pueblo de Benimaclet; la mayor parte eran —y algunos todavía lo son en la actualidad— huerta productiva interconectada por caminos rurales y otras infraestructuras propias de los suelos agrícolas. Eran los años de la burbuja inmobiliaria.
Después de la aprobación del PGOU, el Ayuntamiento de València formó un convenio con un grupo de empresas promotoras para desarrollar el Plan de Actuación Integrada (PAI) de Benimaclet.
Se adjudicó en 1992 a Urbem, Edival y Cobasa por la vía de la expropiación. Con la crisis, algunos propietarios de los terrenos quebraron, mientras que la constructora Urbem quedó al borde del concurso de acreedores.
Después vendrían años de conflictos entre el consistorio y el agente urbanizador (Urbem), tiempo durante el cual fueron avanzando en el derribo de alquerías, destrucción del patrimonio, se abandonaron campos por temor a la expropiación... Además, en este tiempo el sector quedó delimitado por una nueva carretera, la Ronda Nord, un gran eje viario en la entrada norte de València que aumentaba la percepción de que, como años después defendería el PSPV-PSOE, construir en esos terrenos no expande la ciudad, sino que la “completa”.
Como concejal de Urbanismo en 2015 —tras el cambio político, después de 24 años del PP en el Ayuntamiento de València—, el socialista Vicent Sarrià fue el gran valedor del PAI de Benimaclet; cuando le relevó Sandra Gómez, siguió su estela hasta que la lucha ciudadana le forzó a cambiar de opinión.
La lucha vecinal contra el PAI: nuevo juicio el 15 de febrero
Han pasado más de 30 años y hoy en día el suelo sigue sin estar urbanizado. Para dar un uso a esos terrenos, el vecindario ha creado espacios con usos necesarios para el barrio: aparcamiento para coches, parques, jardines y huertos autogestionados, espacios deportivos, etc. Además, en el sector sigue habiendo huerta productiva, cultivada por agricultores profesionales.
Benimaclet es conocido por ser un barrio de València con un fuerte tejido asociativo y por ser políticamente muy activo. Esta no es la primera vez que su vecindario se moviliza para preservar el encanto de pueblo que aún conserva y la poca huerta que le queda; fueron muy sonadas las protestas de marzo de 2001 en las obras para la construcción de la Ronda Nord, cuando decenas de personas participaron en acciones para dificultar los trabajos o se encadenaban a las máquinas. La policía detuvo entonces a 32 activistas, de las que seis fueron a juicio y acabaron condenadas a pagar 6.000 euros en multas en abril de 2003. Todas las represaliadas de aquel momento formaban parte de organizaciones independentistas.
Las manifestaciones y diferentes acciones ha llevado a cabo el tejido asociativo en los últimos años consiguieron que el consistorio inadmitiera el PAI de Benimaclet de la promotora Metrovacesa en febrero de 2021; preveía la construcción de 1.345 viviendas y torres en los dos extremos del sector de hasta 30 plantas. Hoy, el proyecto está a la espera de la redacción del estudio de José María Ezquiaga y con la amenaza del PP de que, si gobiernan tras las elecciones municipales de mayo, desbloquearán el PAI en 2024.
El próximo 15 de febrero serán juzgadas cinco activistas en la Ciutat de la Justícia de València por la manifestación del 3 de junio de 2021 que acabó con algunas personas tirando vallas en los terrenos del PAI
El próximo 15 de febrero serán juzgadas cinco activistas en la Ciutat de la Justícia de València por la manifestación del 3 de junio de 2021 que acabó con algunas personas tirando vallas en los terrenos del PAI. Son descampados muy populares entre las vecinas: ellos mismos los desbrozan y limpian para ahuyentar a las ratas y los malos olores y se utilizan como zona de aparcamiento.
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Con la normativa en mano, esa limpieza debería hacerla el propietario. La ordenanza municipal de limpieza urbana de València les exige que los mantengan “en condiciones de seguridad, salubridad y ornato público”. Eso incluye mantenerlos libres de desechos y residuos, desratizar y desinfectarlos. El portavoz de la AVV de Benimaclet, Paco Guardeño, defendió: “Si las parcelas se fueron ocupando por el vecindario como aparcamiento o como huertos fue precisamente porque estaban hartos de convivir con la basura en la puerta de sus casas”.
La promotora, Metrovacesa, llegó a pagar un vigilante de seguridad las 24 horas del día previendo que el cierre de las parcelas no gustaría nada a los vecinos. En aquella jornada, tras la marcha, asistentes derribaron algunas vallas a base de empujones y ante la mirada de impotencia de la seguridad privada y de los agentes de la Policía Nacional; la Brigada de Información acabó deteniendo a ocho personas, de las que cinco irán finalmente a juicio. La Fiscalía pide multas que ascienden a 30.000 euros por presuntos delitos de daños y desórdenes públicos.
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