We can't find the internet
Attempting to reconnect
Something went wrong!
Hang in there while we get back on track
Revuelta escolar
“Ha pasado lo que nadie quería que pasara y llevamos avisando que podía suceder”
Los teléfonos arden. Las redes llevan dos días con expresiones públicas de un sentir que transcurre en la fina línea que separa el lamento del reproche. Rabia y dolor son las palabras más recurrentes que se leen en los grupos de WhatsApp de padres y madres de menores en edad escolar. En general, nadie quiere caer en el “se sabía”, pero la posibilidad de que ocurriera una tragedia estaba latente. Y ocurrió.
“Desgraciadamente estamos hoy aquí porque ha pasado lo que nadie quería que pasara y llevamos mucho tiempo avisando que podía suceder”, lamenta Nuria del Olmo, integrante de la Asociación de Madres y Padres del Colegio Público Asunción Rincón. Es una de las madres que a última hora de la tarde del viernes 6 de noviembre se han concentrado frente al Ayuntamiento de Madrid, en señal de duelo —y también protesta silenciosa— por el fallecimiento de una niña ocurrido el jueves tras ser atropellada por un coche a la salida del centro privado Fomento Montealto, en el barrio de Mirasierra.
La convocatoria había sido impulsada por la plataforma Revuelta Escolar, que desde hace siete meses en Madrid y otras ciudades, y desde diciembre de 2020 en Barcelona, reivindica una pacificación en los entornos escolares. “La Revuelta Escolar está de luto, por eso enmudece y se viste de negro”, habían anunciado en sus redes llamando a concentrarse a las puertas del consistorio.
“Nos venimos dando cuenta de los riesgos y se han concienciado bastantes AFA y AMPA de Madrid, y en realidad de España, que este es un movimiento imparable que pide espacios seguros y con salud para nuestras hijas e hijos. Estamos pidiendo espacios escolares seguros, hemos hecho estudios de movilidad en los distritos y nos estamos concienciando de que hay que tener una movilidad más activa, reducir el coche y tener unas aceras más anchas y unos espacios más consolidados dentro de los barrios para el juego y el esparcimiento de nuestros menores”, explica María Peinado, integrante del AMPA del CEIP Luis Cernuda y perteneciente a Revuelta Escolar.
La jornada de este viernes ha sido la más triste de todas las organizadas hasta ahora por Revuelta Escolar. La protesta tradicionalmente festiva y de socialización ha tornado en la fría tarde noche del viernes en grupos lamentando lo sucedido y, sobre todo, reforzándose en la convicción de que “ha llegado el momento de hacer algo si quienes tienen la obligación de hacerlo, desde el Ayuntamiento, siguen trabados en sus burocracias”.
Hay colegios como el Nueva Castilla del Ensanche de Vallecas que llevan esperando dos años por la instalación de pasos de peatones cercanos a las puertas de entrada
Hay colegios como el Nueva Castilla del Ensanche de Vallecas que llevan esperando dos años por la instalación de pasos de peatones cercanos a las puertas de entrada, y otros, como el Miguel de Unamuno del barrio de Arganzuela, a cuyas familias no solo no se ha dado respuesta a la solicitud de pacificación del entorno escolar, sino que en la pared lindante con el patio de juegos el Ayuntamiento ha permitido la instalación de las denominadas cocinas fantasma, con el consecuente aumento de circulación de camiones y furgonetas de carga y descarga, afluencia de riders motorizados y contaminación acústica y ambiental.
Las dificultades de pacificar el entorno las conocen bien las familias del Colegio Vázquez de Mella, lindante a la transitada calle Bailén, que desde hace un año vienen bregando porque se les permita el corte de una pequeña arteria, la calle San Pedro, para que las familias no tuvieran que esperar apiñadas en los pocos metros de acera y así respetar el distanciamiento social que se exigía en momentos más álgidos de la pandemia.
“En septiembre de 2020 pedimos que nos autorizaran un corte temporal en el horario de entrada y salida, de 9 a 9:15 y de 16 a 16:15. Enviamos la petición a la dirección del colegio para que la firmara y tardó dos meses en contestar, entonces a principios de noviembre la pasamos a la Junta de Distrito, que nos contestó afirmativamente a final de marzo. Nos autorizaba a poner una valla y cortar en esos minutos, pero entonces el Colegio dijo que no era competente para hacer un corte de calle, que eso debía hacerlo el Ayuntamiento o la policía. Hablamos con la policía y nos dijo que ellos no podían hacer eso, que claramente el Colegio estaba autorizado. Otra vez recurrimos a la Junta, que nos dijo que qué problema había en que el cole pusiera una valla, y la respuesta de la Dirección del cole fue que le proporcionasen una valla, una señal homologada, etc… Entre unas cosas y otras no se puso la valla nunca”, comenta Luis Alonso, integrante de la Asociación de familias de ese centro educativo.
La decisión, al final, pasó a manos de las familias, con un fuerte debate sobre por qué debían hacer ellas el corte de calle y no las autoridades competentes. La próxima apertura del túnel de Plaza España, prevista para finales de año, aumenta la preocupación por un inminente crecimiento en la circulación vehicular en el entorno del colegio por la calle Bailén. Con el accidente, según cuenta este padre, han salido “un montón” de voluntarias para cortar, así que probablemente pidan la renovación del permiso y corten la calle ellas mismas.
“En estos momentos nos invade a todos una frustración y una rabia enormes. Está claro que es un accidente y que puede pasar en cualquier caso, pero cuando hay un movimiento durante tantos meses que está pidiendo al Ayuntamiento por favor pacificad el tráfico, no solo por el riesgo de accidentes, sino por la contaminación, por tener espacios habitables, que se haya advertido tantas veces del riesgo que hay, que se sabe, que no hayan hecho caso y que de pronto pase esto, no sé cómo no se les cae la cara de vergüenza, cómo no se esconden debajo de una piedra o dimiten”, reclama.
Un cambio más rápido y radical
El pasado 27 de abril, el pleno del Ayuntamiento de Madrid aprobó por unanimidad una propuesta de proposición de los grupos Más Madrid y PSOE para un Plan integral de áreas de protección de la salud de la infancia, que comprende desde la realización de “una auditoría de los entornos escolares de la ciudad de Madrid que determine los niveles de contaminación, limpieza, salubridad, seguridad y suficiencia de espacios estanciales y de juego existentes en cada uno de ellos”, hasta medidas más concretas en el exterior y en el interior de los centros educativos.
Hacia adentro, entre otras medidas un plan para sustituir “las zonas de aparcamiento que se encuentren dentro del recinto escolar por áreas estanciales y de juego” y reservar en los propios recintos o aledaños “un espacio seguro para el aparcamiento de bicicletas, patines y patinetes para incentivar la movilidad activa”. Hacia afuera, “convertir los accesos a los centros escolares en áreas estanciales, ya sea incorporando a las aceras las plazas de aparcamiento para tener un mínimo de seis metros de ancho, o peatonalizando las calles de los accesos escolares”, además de eliminar el aparcamiento de motos en acera.
También limitar a 20 kilómetros por hora la velocidad de los vehículos en el entorno de los centros escolares instalando la debida señalización, impulsar un programa de caminos escolares seguros, o priorizar la movilidad peatonal y ciclista en el viario del entorno escolar, creando corredores de acceso libres de coches.
La aprobación de la propuesta se toma como un éxito dentro de la revuelta. “Uno de los aspectos más importantes para nosotros en esa ordenanza, es que en los entornos escolares la velocidad del tráfico tiene que ser baja, de alrededor de 20 kilómetros hora y esa es una de las cosas que ahora mismo estamos reivindicando de forma más activa, pero no la única”, aclara Nuria del Olmo.
“Queremos que haya pacificación de los espacios, que haya más aceras, más sitios estanciales donde los niños y las familias podamos estar sin sufrir el acoso de los coches, tanto desde el punto de vista de la contaminación como desde la propia seguridad. Hemos tenido respuestas, es verdad que nos reunimos con el Ayuntamiento de forma más o menos periódica, nos escuchan, en eso seguimos trabajando, aunque al menos desde mi punto de vista van un poco lentos. Nos gustaría que fuera todo de forma mucho más rápida y radical”, afirma.
Para María Peinado, el plan integral es “un punto de partida muy importante”, pero lamenta que sea “tan difícil trabajar entre áreas (del propio Ayuntamiento), los marcos se pisan unos a otros y por eso se están creando grupos inter áreas”, o que desde los partidos que gobiernan el Ayuntamiento se pisen medidas por cuestiones políticas.
“A lo mejor con este susto que nos acabamos de llevar, esta tragedia tan grande, el darnos cuenta, el abrir los ojos, puede ser que ya sea determinante para que esto empiece a cambiar en serio. Como ha dicho Nuria, estamos yendo poco a poco, adquiriendo compromisos, pero siempre hay muchísimas trabas, las reuniones se hacen cada dos meses. Queremos que esto dejen de ser parches, que sea ya y que sea un plan integral y consolidado”, exige.
“Se debe seguir el ejemplo de muchas otras ciudades europeas y del mundo que tienen entornos mucho más pacificados, seguros y saludables”, comenta María Peinado, integrante del AMPA del CEIP Luis Cernuda
La solución y las respuestas están ya en otras ciudades como Pontevedra, algunos avances en Valencia, o a nivel internacional Londres o París. “Se debe seguir el ejemplo de muchas otras ciudades europeas y del mundo que tienen entornos mucho más pacificados, seguros y saludables. Sabemos que es difícil, que es una ciudad muy compleja y muy grande, pero deberíamos acelerar porque no nos queda otra, al final es la salud de todos y hay que luchar por ello”, concluye.
La muerte de la pequeña ha conmovido a toda la comunidad educativa que se debate entre reclamos a las autoridades y un ejercicio de reflexión profundo y necesario sobre el comportamiento de las propias familias al volante. Más allá de las críticas a las autoridades, aparcar en doble o triple fila, giros imprudentes e irrespeto a las propias normas promulgadas son parte de la postal de cada día frente a los centros educativos.