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Contaminación
De mayor quiero aire limpio
El vehículo privado es el responsable de un tercio de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) en las ciudades. El cambio climático es uno de los problemas graves, muy graves, que tenemos que afrontar con urgencia. Reducir rápidamente las emisiones de gases de efecto invernadero es crucial para limitar los daños. La Comisión Europea ha lanzado el reto de reducir en un 55% las emisiones de GEI para 2030. Y nuestro país, con el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima, el PNIEC, se ha comprometido a reducir un 23% las emisiones en los próximos 8 años. Ojo, respecto a los niveles de 1990, el año de referencia. ¿Esto qué significa? A grandes rasgos, que para 2030 deberíamos haber modificado nuestras ciudades de forma que el uso del coche privado fuera muy excepcional, y pudiéramos resolver nuestras necesidades de movilidad caminando, en bicicleta u otros medios no motorizados ni contaminantes, o en transporte público.
Los coches ocupan el 80% del espacio público de las ciudades, a pesar de estar en movimiento menos del 10% de su vida útil. Echa la cuenta. Si dispones de coche (casi la mitad de la población, el 47% no posee coche), ¿cuántos minutos al día lo usas para trayectos urbanos? Pongamos que 60, y ya es una barbaridad. Eso quiere decir que el coche está parado el 96% del tiempo. No parece muy práctico.
La mayor parte de los coches se mueven gracias a los combustibles fósiles. Además de su contribución al cambio climático, generan también emisiones de contaminantes atmosféricos. Y además, se están agotando. El fin de la era del petróleo barato ya llegó. Sin contar externalidades ambientales, podemos calcular que amortizar, mantener y mover un coche nos puede salir por unos 2.000 euros al año. Tirando muy por lo bajo. Los turismos pequeños, de los que ya casi no se venden, pesan alrededor de una tonelada, 1.000 kg. Pero los coches que se venden ahora pasan de largo de los 1.500 kg. Y los todoterrenos urbanos, los SUV, otro más de los males de nuestras ciudades, pueden superar las 2 toneladas. Quemar combustible fósil, que contamina y se agota, para mover una máquina de 2 toneladas, con el objetivo de mover a dos personas (como máximo) que pesan en total 150 kg, tampoco parece muy eficiente.
Pero no solo es el cambio climático, ni el agotamiento de los recursos fósiles, ni la ocupación del espacio público. La Organización Mundial de la Salud (OMS) es muy clara: el 99% de la población estamos respirando aire contaminado. Al día respiramos más de 23.000 veces, las niñas y niños más, porque renuevan el aire de sus pulmones con más frecuencia que la gente grande. Y no podemos evitar respirar. La evidencia científica es contundente: las emisiones contaminantes asociadas al tráfico urbano (partículas PM2,5, dióxido de nitrógeno (NO2) son causa de enfermedades respiratorias (muy alta evidencia de su vínculo con el asma infantil), cardiovasculares y cáncer. Algunos estudios también vinculan la alta exposición al ruido con incrementos de ingresos hospitalarios por ansiedad, incluso intentos de suicidio.
Calidad del aire en los entornos escolares
Ecologistas en Acción ha desarrollado una campaña de ciencia ciudadana para medir la contaminación por NO2 en los alrededores de centros escolares. Los resultados se harán públicos a finales de abril, pero el avance de datos nos muestra una situación muy preocupante. Prácticamente todos los colegios analizados están expuestos a dosis de NO2 superiores a las que recomienda la OMS como aceptables. Algunos incluso superan los límites legales, que son cuatro veces superiores a los que marca la Organización Mundial de la Salud. Este resultado, lamentablemente, es similar a los de otras campañas de medición realizadas en los alrededores de centros escolares de Italia, Francia o Reino Unido.
Muchas organizaciones sociales, ecologistas, familias, educadoras, etc. llevan años reclamando acciones concretas para reivindicar entornos escolares seguros y saludables. Muchas de ellas se coordinan desde hace 10 años en el Seminario de Movilidad e Infancia del CENEAM, que ha impulsado una Proposición No de Ley que por fin fue aprobada por el Congreso, el pasado 9 de marzo de 2022. El texto aprobado insta al Gobierno a promover, en colaboración con las ciudades:
- La priorización de la proximidad al centro escolar como criterio de escolarización, acabando con el distrito único.
- Limitar el aparcamiento y circulación de vehículos alrededor de los colegios.
- Hacer cumplir la normativa vial –esto es, multar la doble fila a la puerta de los colegios–.
- Priorizar la movilidad peatonal, ciclista, la accesibilidad universal y otros elementos de movilidad personal, en el viario del entorno escolar, creando corredores de acceso libres de coches, fomentando la presencia de vegetación y agua, y promoviendo zonas estanciales, de encuentro y de juego en el espacio público.
De momento es solo una declaración de intenciones, pero hay una gran cantidad de grupos locales y plataformas estatales coordinadas para conseguir que estos cuatro puntos sean una realidad en los próximos meses.
Por ley, en aplicación de la Ley de Cambio Climático, aprobada en mayo de 2021, las 149 ciudades españolas de más de 50.000 habitantes tienen que poner en marcha Zonas de Bajas Emisiones antes de 2023. Esto es, nuestras ciudades tienen ocho meses escasos para implantar las ZBE. Tanto en la Ley, como en las directrices para la implantación de ZBE que publicó el Ministerio de Transición Ecológica destacan la opción de considerar los centros escolares como “entornos de especial protección”, por lo que los Ayuntamientos podrían, y deberían, contemplar el entorno de todos los colegios e institutos como potenciales ZBE, o mejor aún, Zonas Sin Tráfico, o Zonas de Prioridad Peatonal, en las que no se pueda ni parar, ni estacionar, y solo circular con mucha precaución. Si la prioridad es la salud infantil, hay que actuar en consecuencia.
La campaña de medición de Ecologistas en Acción, que se repetirá en otoño, en muchos más colegios, se acompaña de una exposición de paneles didácticos y talleres en centros de secundaria que nos están permitiendo dialogar con jóvenes, y escuchar sus preocupaciones y propuestas. La Revuelta Escolar, los bicibuses y los biciviernes, los caminos escolares de muchas ciudades… mucha gente pequeña, en muchos lugares, de forma coordinada, están reclamando #CallesAbiertasParaLaInfancia. Una más de estas acciones, esta vez a escala europea, es la convocatoria del próximo 6 de mayo, #StreetsForKids, con la que se pretende visibilizar la urgente necesidad de transformar los entornos escolares.