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Ciencia
Post Apocalipsis Nau #50 Acoso y maltrato en el lado oscuro de la ciencia
La luz del día escapándose tras los ocupados edificios, impasibles a la noche cada vez más cercana, ayudaban a Tanya a despejar su mente, y aquel día lo necesitaba más que nunca. A veces pasaba tanto tiempo en su sala de trabajo que se le olvidaba que el mundo continuaba a su alrededor. Los paseos nocturnos, como el de aquella noche, le relajaban.
Normalmente su tarea como analista de pensamiento artificial nunca le producía mucho estrés. Éste trabajo era, en realidad, una tradición familiar que había comenzado con su tatarabuela y ella había heredado no sólo para no romper la cadena profesional de la familia, si no también porque de algún modo le gustaba estar en ese limbo tecnológico entre el pasado y la tradición de su familia y las posibilidades de su trabajo para el futuro.
Recientemente había comenzado a recuperar las investigaciones de su tatarabuela, pues tenía curiosidad por saber cómo había avanzado la técnica hasta llegar a sus manos. El arte de seleccionar información era algo complejo, bonito, tenía un punto artístico incluso: habían de elegirse los datos representativos, sí, pero también había que planear cómo relacionarlos.
En algún momento de su infancia le habían enseñado a interactuar con las interfaces de pensamiento artificial con la misma cordialidad que las personas. En su cabeza infantil eso significaba que esos entes digitales tenían algo más que código, y que los datos le habían dado vida, un pensamiento bonito pero incorrecto, comprendió más adelante. Le enseñaron así porque la sociedad pasaba tanto tiempo hablando con máquinas, que si se olvidaba la cordialidad con las máquinas, se arriesgaba a olvidarla en general.
Las entidades de pensamiento artificial de su tatarabuela, para asistencia en laboratorio, eran toscas, primitivas, descubrió analizándolas aquella tarde. Notaba incomodidad mientras interactuaba con ellas e interpretaba sus entrañas digitales: los datos. No fue hasta casi caída la noche, que descubrió que era esa selección de datos lo que le alteraba. ¡Eran desastrosos! Esas fueron las palabras que usó en voz alta para quejarse a su propia IPA (interfaz de pensamiento artificial) asistente. Impasible, su asistente digital le recordó la inexactitud de su afirmación y le recomendó que la dejase fuera de su informe oficial. Aquellos datos parecían filtrados para omitir muchísimos datos relevantes, incluyendo nombres de científicas, recursos libres, datos de muchos países. Sintió una punzada de decepción que le hizo abandonar su sala de trabajo para salir a pasear, y recordar de ese modo que a partir de la mañana siguiente, esa información ya no estaría oculta.
Enero de 2021
Un sistema de inteligencia artificial creado para reconstruir imágenes reconstruye erróneamente una foto de Alexandria Ocasio-Cortez con bikini. Aunque este caso es uno más de la lista de programas que tienen resultados sexistas a causa de los datos de los que se nutre, el problema va mucho más allá cuando dejamos que esta misma tecnología guíe decisiones relevantes (como procesos burocráticos del sistema público) funcione sin ningún tipo de revisión. Cathy O’Neil, matemática y científica de datos explica en su novela Weapons of math destruction (un juego de palabras en inglés que significa armas de destrucción matemática) éstos y otros problemas similares.
Algunas técnicas nuevas de contratación digital, por ejemplo, incluyen algoritmos que les ayuden a cribar candidatos y una de las mayores preocupaciones es que este sistema se vea igualmente afectado por la tendencia sexista de los datos. “Los esfuerzos de Google por la ética parecen bastante malvados” afirma la matemática en un comunicado de opinión. “Crean grupos internos sobre ética y herramientas con esfuerzo para parecer responsables mientras mantienen sus algoritmos sin regular” explica, y no solo Google. Microsoft, Facebook y muchos otros siguen la misma línea, llevando el futuro de los datos por un camino preocupante.
Quincuagésimo programa de Post Apocalipsis Nau. Emitido en directo desde el búnker de Radio Vallekas el jueves 11 de febrero, Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia, a las 20:30. Sonamos en Irola Irratia, Radio Almaina, Radiópolis y Ágora Sol Radio.
En el Feeds N Chips abordamos los tabloides para robar noticias sin piedad. Te contamos sobre policías que pinchan música comercial en directo para que se bloqueen automáticamente los videos que puedan subir sobre ellos en redes sociales.
Para reflexionar en torno a las figuras de la mujer u la niña en la ciencia, Ana Valdivia plantea una mesa redonda sobre acoso, bullying y la precariedad que sufren las mujeres del mundo de la academia. Además de Aurora y Alien, invitamos a participar a Celia Arroyo, doctora en Biología que en 2018 decidió denunciar públicamente todo el acoso sufrido en su carrera como científica. Harta del silencio que pesa sobre este tema tabú, ha realizado una petición al Parlamento Europeo para la creación de un órgano independiente que prevenga cualquier tipo de abuso. También tenemos con nosotras a María Coto-Sarmiento, doctora en Arqueología y parte de un grupo que analiza el acoso sexual en las excavaciones cuyas conclusiones publicaron en un documento plagado de experiencias traumáticas.
Cerramos con Los Ángeles 2019, donde Alien reflexiona sobre la forma en que los organizadores de los eventos en informática y otras ramas de la ciencia se acercan a las mujeres, finalizando con un decálogo de consejos para conseguir mayor participación de ellas.