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Redes sociales
El fenómeno fan Luigi Mangione, ¿por qué tanta gente apoya a un asesino?

Coordinador de la sección de economía
Miles de cuentas en redes sociales utilizando sus fotos, clubes de fans, manifestaciones en su apoyo, merchandising con su cara, corridos mejicanos o temas de rap sobre sus hazañas, periodistas de medio mundo intentando cazar una instantánea de su rostro y miles y miles de memes en los que se le presenta desde caracterizado como un santo hasta otras donde se le sexualiza para hacer las delicias de sus millones de seguidores. Podríamos estar hablando de una estrella del pop, un concursante de reality o un crack del deporte, pero es algo muy diferente. Este estallido fan cultural lo ha provocado un asesino: Luigi Mangione.
El 4 de diciembre de 2024, un encapuchado recorre las calles de Manhattan, Nueva York. Brian Thompson, el CEO de una de las mayores aseguradoras privadas de Estados Unidos, UnitedHealthCare (UHC), baja de un vehículo. Una cámara graba cómo el encapuchado empuña un arma con silenciador y propina tres disparos en la espalda a Thompson acabando con su vida. El tirador escapa en bicicleta por Central Park y arranca la psicosis policial, la rumorología y la leyenda del “asesino de los CEO”.
Primero, las balas. La Policía de Nueva York encontró grabadas en los tres casquillos las palabras Deny, Defend, Depose (denegar, defender, retrasar), título de un libro de Jay M. Feinman que hace referencia a las prácticas de la aseguradoras médicas privadas y sus estrategias para evitar pagar las coberturas médicas a sus asegurados: denegar la cobertura y el pago de los gastos médicos, defender mediante litigios los intereses de la compañía y retrasar y languidecer los procesos hasta que el cliente desista o fallezca. El móvil estaba claro. UHC es la aseguradora estadounidense que mayor número de reclamaciones deniega a sus clientes usando precisamente esas prácticas, con una ratio del 32%.
Sin conocer su identidad, la foto del encapuchado recorrió internet plagando todo de memes con la única imagen donde apenas se le ve una parte de la cara y su sonrisa
En ese momento se desató la locura. Sin conocer su identidad, la foto del encapuchado recorrió internet plagando todo de memes con la única imagen donde apenas se le ve una parte de la cara y su sonrisa. Las tres palabras imprimidas en los casquillos se convierten en una suerte de eslogan revolucionario contra las aseguradoras y las élites. Para añadirle un poco más de salsa heroica y misteriosa a la historia, en su persecución encuentran una mochila en Central Park con un escrito donde señala los motivos del asesinato, relacionado con el negocio de las aseguradoras, y un montón de billetes del Monopoly. La leyenda del asesino de CEO había nacido mucho más rápido de lo que los cuerpos policiales le daban caza.

Cinco días más tarde, Luigi Mangione es arrestado en un McDonald’s de Pensilvania. El restaurante de comida rápida recibe miles de valoraciones negativas en Google e incluso el trabajador que alertó a la policía recibe amenazas. Cientos de miles de personas en Estados Unidos y en el resto del planeta han elegido bando y, en esta ocasión, es el del asesino.
También se descubre el móvil del asesinato: Mangione sufre una enfermedad de la espalda llamada espondilolistesis, una fractura o debilidad de la columna que puede provocar deslizamientos en las vértebras, un enorme dolor y que debe ser tratada con una costosa operación quirúrgica en la que se le insertan tornillos en la columna, tal y como el propio Mangione explicó en un post en Reddit en julio de 2023. Por lo visto, la aseguradora se negaba a cubrir los costos de la operación.¿Por qué tanta gente apoya a un asesino?
El cine nos mostró la historia de Mickey y Mallory (Woody Harrelson y Juliette Lewis), una pareja de guapos Asesinos natos (Oliver Stone, 1994) que levantan las pasiones de miles de fans que los trataban como estrellas del pop. También hay casos reales. Una de las personas que dio nombre al término “asesino en serie”, Charles Manson, contaba con miles de fans que le escribían cartas a la prisión. Un matemático y filósofo, anarquista y ludita, llamado Theodore Kaczynski, al que bautizaron como Unabomber (acrónimo de University and Airline Bomber), también forjó una leyenda con muchos seguidores por enviar cartas bomba a universidades y compañías aéreas a las que culpaba de ser cómplices de un desarrollo tecnológico que estaba llevando, según él, a la sociedad a la decadencia. Pero ninguno de ellos cosechó la fama tan rápida e internacional de Luigi Mangione.

“El principal motivo es el objetivo del asesinato”, explica a El Salto Oriol Erausquin, doctorando en sociología que actualmente está escribiendo un libro sobre el uso político de la rabia. Se refiere al CEO de una aseguradora que ha puesto por delante el lucro de la empresa sobre las vidas de millones de personas. “No hay empresa y sector más odiado en Estados Unidos que las aseguradoras de salud. A todo estadounidense le han puteado de alguna forma, le han arrebatado a alguien, en los casos más extremos, o le han arruinado la vida con gastos infinitos”, afirma.
“Me parece una reacción más que lógica en un país con un sistema de salud público tan restrictivo como el de Estados Unidos, en el que muchas veces que un seguro te deniegue una petición por una cobertura puede significar que esa persona pierda absolutamente todo lo que tardó en una vida en construir”, coincide Juan Felipe Salguero, divulgador argentino de ciencias sociales y creador de videoensayos en su canal Café Kyoto, que cree que muchas de las personas que apoyan a Mangione han sufrido en sus propias carnes una situación parecida por la que ha pasado él.
“Se ha despersonalizado la muerte de una persona por situar en un cuerpo la violencia de todo un sistema de aseguradoras”, Alba Lafarga
En la misma línea se mueve la respuesta de Alba Lafarga, gestora cultural y youtuber que mezcla la filosofía con la cultura popular e internet, que cree que el fenómeno Luigi ha sido tal porque “se ha despersonalizado la muerte de una persona por situar en un cuerpo la violencia de todo un sistema de aseguradoras que no hacen más que facturar mucho dinero y dejar morir”. Para Lafarga, el caso de Mangione y los disparos al CEO se ha vivido en Estados Unidos “como una vía de escape momentánea a un sistema de salud privatizado y en constante precarización”.
Erausquin añade un factor más a ese odio que despiertan estas aseguradoras en Estados Unidos: la nacionalidad de las víctimas. “Son empresas que matan a población estadounidense por pura búsqueda de beneficios, por lo que serán más odiadas que cualquier empresa armamentística que venda las bombas que asesinan a gente en Gaza”, matiza.
El punitivismo que solo funciona hacia un lado
La frase de “las cárceles están llenas de pobres” no es una simple proclama de clase, en Estados Unidos es toda una realidad. Un sistema judicial donde los ricos se pueden librar de pisar prisión llegando a acuerdos económicos o donde los ingresos o el color de piel de la persona acusada es un factor fundamental a la hora de recibir una pena, un enorme porcentaje de la población pierde la confianza en la justicia.
“Muchísimas personas consideran que esa vindicación que él lleva adelante, pese a ser un asesinato, es un acto justo”, Juan Felipe Salguero
Cuando la justicia no funciona, “todos interiorizamos cierta lógica punitivista”, dice Salguero, quien argumenta que “muchísimas personas consideran que esa vindicación que él lleva adelante, pese a ser un asesinato, es un acto justo”. Por lo tanto, afirma, “esas personas creen que hay que defender a Mangione frente a un sistema que busca castigarlo por un crimen que para ellos no debería ser castigado porque, de alguna forma, está tomando cartas en el asunto de algo que la justicia probablemente nunca lo haga, porque son formas completamente legalizadas de ejercer la injusticia”, en referencia a las prácticas de las aseguradoras. “Apoyan a quien consideran que les trajo un poco de justicia”. Salguero insiste en el término “violencia vindicativa”, aquella que se ejerce como “represalia en circunstancias en las que reacciona con violencia al respaldarse la defensa de sus derechos” y que es utilizado muchas veces para referirse al terrorimo, aunque él no está de acuerdo en que muchas de las acciones que se consideran vindicativas sean también terrorismo.

A esto último, Erausquin añade un factor cultural de aquel país: “Hay un tradición muy fuerte del vigilante, de tomarse la justicia por su propia mano, sea en los linchamientos del sur del país, la imagen del justiciero enmascarado, sea superhéroe o sea un cowboy forajido, está muy enraizada en la cultura estadounidense de las armas y demás”.
“Luigi hizo lo que ninguna otra persona había hecho antes: poner de relieve ese atroz exceso de poder e influencia”, Luigi Mangione Fan Club
Con la intención de preguntar sobre el apoyo recibido, El Salto ha contactado con un grupo de personas que muestran su apoyo sin ningún reparo: el Luigi Mangione Fan Club. Las respuestas van en la misma línea: “Se debe en gran parte a que los estadounidenses están hartos de los sistemas opresivos que han estado en vigor aquí durante demasiado tiempo, y que están en vigor principalmente para llenar los bolsillos de los ya ricos directores generales y ejecutivos”. Señalan que “Luigi hizo lo que ninguna otra persona había hecho antes: poner de relieve ese atroz exceso de poder e influencia”.
El apoyo también se rasca el bolsillo
“De una madre enferma en Gaza, como símbolo de que incluso quienes más han sufrido aún defienden la esperanza y la justicia. La fuerza extrema que se usa contra nosotros es injusta. Los ricos y poderosos quieren aplastarnos, pero no down”, 5 dólares. “Miles de muertes como resultado de reclamaciones denegadas. ¿El arma homicida? El Algoritmo de UHC”, 50 dólares. “Nuestra familia tuvo que pagar 3.500 dólares por un viaje de diez minutos en ambulancia por un rechazo de la aseguradora. Ojalá pudiera donar más de 35 dólares. Luigi es todos nosotros”, 35 dólares. “Mi madre fue una de esas personas asesinadas por la codicia. Tuve que verla morir de cáncer de pulmón cuando yo tenía 19 años porque la aseguradora no le quiso cubrir su tratamiento”, 50 dólares. “Luigi está en el lado bueno de la historia. A él le importan aquellos que han sido olvidados por las élites”, 7 dólares.

Esos son algunos de los mensajes que dejan publicados los donantes de una web que recoge fondos para pagar los altos costes jurídicos de la defensa de Mangione y actualiza la información legal de su caso. En los mensajes se puede entrever esa rabia contra las aseguradoras, historias desgarradoras y ese sentimiento de indefensión ante las élites por parte de un sistema judicial que consideran corrupto, clasista y de todo menos justo.
Varias de esas donaciones son de exactamente 27 dólares. ¿El motivo? Una campaña en redes para celebrar los 27 años que cumple Mangione el próximo 6 de mayo. “Feliz 27 cumpleaños. Amor desde China”, 27 dólares. “Mi donación semanal. Libertad para Luigi”, 27 dólares. En el momento que se escriben estas líneas, el crowdfunding lleva recogidos más de 760.000 dólares. A comienzos de año, los abogados de Mangione publicaron un comunicado en el que el reo aceptaba los 300.000 dólares recaudados en el primer mes y daba las gracias a toda la gente que le apoyaba.
Un asesino transversal
Al contrario del psicópata de Manson o el ermitaño antisocial de Unabomber, Luigi Mangione ha recibido apoyos desde distintos estratos sociales, raciales y económicos. Lo que despierta la curiosidad por la transversalidad del personaje y si sería de igual forma si fuera otro tipo de perfil el que apretó el gatillo apuntando a la espalda del CEO.
“Que sea un hombre blanco, efectivamente, permite que reciba mucho más apoyo porque al fin y al cabo es a los hombres blancos enfadados a los que históricamente se les permite la rabia y la violencia”, Oriol Erausquin
“Si hubiera sido negro, se le hubiera deshumanizado, si hubiera sido militante anarquista o con el carnet de algún partido comunista hubiera sido más fácil desprestigiarlo porque entraría dentro de la lógica de las guerras culturales estadounidenses, hubiera sido muy fácil que las figuras del republicanismo lo vendieran como si fuera un asesinato de la extrema izquierda”, afirma sin dudarlo Erausquin. “Que sea un hombre blanco, efectivamente, permite que reciba mucho más apoyo porque al fin y al cabo es a los hombres blancos enfadados a los que históricamente se les permite la rabia y la violencia”, afirma el sociólogo.
Volviendo al tema de las aseguradoras médicas, se suma otro factor de transversalidad al personaje del asesino de los CEO: la sanidad, en un país con un sistema privatizado como Estados Unidos, deja de ser una cosa de derechas e izquierdas. Puedes votar al Partido Republicano, ser de familia acomodada, incluso rico como Bruce Willis o Shannen Doherty (Brenda en Sensación de vivir), y acabar en la ruina si tu aseguradora te da la espalda cuando aparece en tu buzón una elevada factura médica. Dicho de otra forma, las aseguradoras han arruinado la vida a gente de izquierdas y de derechas, a ricos y pobres, y, por lo tanto, el apoyo a Mangione también viene desde todos esos lados.
De hecho, Luigi Mangione pertenece a una familia muy acomodada. Su abuelo, Nick Mangione, nacido en Baltimore en el seno de una familia de migrantes sicilianos, construyó un imperio de la construcción, de asilos para ancianos e incluso compró a finales del siglo pasado una emisora de radio conservadora. Luigi se diplomó en Ingeniería de Ciencias de la Computación y tenía un brillante futuro por delante como científico de datos. “Eso le hace más perfecto todavía para ser un personaje transversal”, dice Erausquin. Coincide con él Salguero, que además señala que no es extraño ni es la primera vez que algo parecido ocurre y para ello recuerda a una figura de su país natal: “El Che Guevara, que es posiblemente el revolucionario más famoso del mundo, proviene de una familia bien”.
La sexualización de Mangione
Además de blanco y de clase alta, Mangione tiene otra característica que a pocos se le podría escapar: es guapo. Las fotos en las que se le ve la tableta de chocolate que tiene por abdominales y tantas otras también han sido carne de meme en el que se ha sexualizado su imagen para delicias de sus fans y para aumentar su espectro de seguidores y seguidoras. En internet se pueden encontrar incluso análisis sobre lo bien que le quedaba la ropa que llevaba el día de la primera vista del juicio o comentarios sobre lo bien que conjuntaba las esposas en los tobillos. Su sonrisa, tanto en la primera foto que se difundió antes de que se conociera su identidad como otras que se han rescatado de sus propias redes sociales, es posiblemente una de las más icónicas de nuestros tiempos.

Tanto Salguero como Erausquin ponen por delante que el apoyo al asesino del CEO se desató en redes sociales incluso antes de conocer su identidad, pero no dudan en que su atractivo también es un factor destacable. “Es transversal hasta en el atractivo”, afirma Erausquin, “tiene un capital erótico que puede ser atractivo para mujeres heterosexuales, pero también para hombre homosexuales o bisexuales”. De hecho, explica que la maquinaria de internet también hizo su trabajo: “Desde el minuto uno que se supo su identidad y se empezaron a mover imágenes donde se le sexualiza, se generó el rumor de que es bisexual, cuando que yo sepa solo se le conocen exparejas mujeres, pero da igual, se le empezó a ver y se le asumió como bisexual”.
Desde el Luigi Mangione Fan Club quitan importancia a su atractivo. “El hecho de que Luigi sea guapo es meramente secundario con respecto al mensaje que intentó enviar con sus acciones”. Aunque, tras esa primera apreciación, no pueden evitar contestar tal y como lo haría el club de fans de una estrella del pop o un crack del fútbol: “Su atractivo físico no es más que el resquicio de esperanza, ya que supone un cambio refrescante con respecto a todas las cosas feas que ocurren a diario en el mundo. ¿Es tan malo que todas estemos enamoradas de él?”.
La explosión del fenómeno Luigi en internet
Si hay otra diferencia con otros posibles casos de apoyo y heroización de un criminal son los tiempos que corren, los tiempos de internet y los memes. El caso de Mangione se ha convertido en una explosión cultural de generación de memes, imágenes con IA, canciones y todo tipo de expresiones en torno a la figura de Mangione.
Alba Lafarga ve que Mangione ha proyectado la imagen de un héroe “un poco casi al estilo de The Boys”, en referencia a una serie estadounidense de antihéroes con superpoderes que abusan de sus habilidades. “Se ha convertido en símbolo y como tal lo está tratando la policía y la justicia norteamericanas. No es un juicio humano, sino un juicio y un castigo ejemplar: para mostrar qué ocurre cuando te atreves a desafiar al sistema imperante”, explica la youtuber. “De ahí que se aún se maximice más el fenómeno en internet y se propaguen más memes”, finaliza.
“Tres palabras, tres balas. Breve. Una imagen de billetes de Monopoly. También breve. Es un genio, el mejor artista de la performance política de esta década”, Oriol Erausquin
Preguntamos de nuevo a Oriol Erausquin sobre la explosión cultural de los memes porque, además de sociólogo, Erausquin es la persona que está detrás de una de las cuentas de creación de memes más populares en la izquierda, Infusión Ideológica, y que ha formado parte de la generación de contenido en torno a la figura de Mangione. Remarca que el propio acto ha estado lleno de “una comunicación muy memística”. “No escribió un manifiesto infumable como Unabomber, sino que su comunicación fue grabar tres palabras con mucho significado en las tres balas”, explica. Las palabras hacen referencia al libro, “pero se pueden entender aunque no conocieras el libro, lo cual es una forma de comunicación muy memística, que genera especulación y las cosas menos cerradas y abiertas a la especulación funcionan mucho mejor hoy en día en internet”, matiza. A eso se le suma lo encontrado en su mochila: “Tres palabras, tres balas. Breve. Una imagen de billetes de Monopoly. También breve. Es un genio, el mejor artista de la performance política de esta década”.
Eat The Rich y Mangione
El momento también acompaña al acto. Si hay otro eslogan que ha inundado las redes sociales en los últimos años como una muestra de cabreo social hacia las élites, ese ha sido el “Eat The Rich” (comerse a los ricos). No es casual que en la puerta de los juzgados de Manhattan, tras su detención, decenas de personas se concentraran con pancartas en apoyo a Mangione cantando al unísono “Eat The Rich! Free Luigi!”.

Esa ola política, cultural y de rabia ha servido para que Mangione pueda surfear en su propio fenómeno: “Se está construyendo un discurso contra megamillonarios y los CEO, dándole esa cara al capitalismo global, a la destrucción, precarización y todos esos males que nos afectan”, dice Erausquin. En su opinión, esta ola de rabia más canalizada hacia culpables con caras conocidas es diferente a las que típicamente se hacen desde la izquierda hacia el sistema capitalista pero sin rostros. “El hecho de que de que se esté personalizando y se esté poniendo cara a los culpables hace mucho más fácil que la gente lo comprenda y redirija hacia ellos esa rabia y no hacia las minorías, tal y como pretende la derecha”, finaliza.
El juicio de Mangione se ha vuelto a retrasar hasta el 18 de abril. La cosa pinta fea para el ingeniero de datos de Baltimore. La justicia estadounidense está dispuesta a fallar un veredicto ejemplar, seguramente con una pena mayor que la que han recibido algunos de los asesinos que entran en un colegio cargados con fusiles de asalto llevándose por delante varias vidas. Pero seguramente la leyenda de Mangione perdure en la memoria colectiva y en la vasta información que pulula en la nube de internet, incluso si la justicia o las grandes plataformas digitales intenten censurar dichos contenidos, tal y como denuncian que les ha ocurrido desde el Luigi Mangione Fan Club con plataformas como Meta, Google y Etsy donde han sufrido censura (en los momentos en los que se escribe esto su web ha dejado de estar disponible en Google). Tal y como ellos mismos explican a El Salto: “Con los innumerables memes, seguidores y expresiones de adoración en las redes sociales, sólo cabe decir que por mucho que otros intenten oscurecer su luz mediante la difusión de desinformación, Luigi quedará para siempre cimentado en la historia”.Relacionadas
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Intuyo que para muchos pobres, este hombre no es un asesino, es un héroe que ha hecho justicia.
En el preámbulo de la declaración de los DD.HH. se cita:
"Considerando esencial que los derechos humanos sean protegidos por un régimen de Derecho, a fin de que el hombre no se vea compelido al supremo recurso de la rebelión contra la tiranía y la opresión ..."
Muchos pueden considerar que lo que hizo es un acto de rebelión contra esa tiranía y opresión que se cita.
El lenguaje es un arma cargada. Llamar asesino a Luigi Mangione es asesinarle con las palabras. El tiranicidio, el regicidio, etc., se remonta en la reflexión filosófica a Platón, Aristóteles, Santo Tomás, etc. Pero es más fácil acudir al término asesino de la ideología dominante, opresora y genocida que afinar en el uso de las palabras.
Hasta en la Biblia (libro de los Números), la eliminación física de un opresor se cataloga de acto de justicia. O se enfrenta a estos criminales multimillonarios, o nos hunden.