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Opinión
Tejiendo el futuro
Después de un camino lleno de curvas, llegamos a aquella extensa llanura verde. Detrás, bosques bañados por las distintas tonalidades que nos ofrece el otoño, y al fondo, haciendo de telón, se veían los blancos Pirineos. Así encontramos Abaurregaina (Navarra), el pueblo más alto de Euskal Herria. En una granja reformada, junto a la carretera, visitamos el proyecto Bilobila, una iniciativa que tiene como objetivo criar cabras Angora y producir mohair. Un material útil tanto en invierno como en verano, que presenta características muy variadas.
Valentía fue el atributo con el que describimos a la joven creadora de la granja. Ya que, en estos tiempos en los que la concentración en los núcleos urbanos va en aumento, nos cuesta entender a las personas que están haciendo el camino inverso, y orientan su vida y oficio hacia el campo. Hoy en día, según Eurostat, sólo el 32% de la población europea vive en zonas rurales, el resto vive en ciudades o pequeñas poblaciones urbanas. En Euskal Herria hay muchos pueblos en proceso de despoblación y otros de los que no se han vaciado, se han convertido en pueblos dormitorio.
“Sólo el 32% de la población europea vive en zonas rurales, el resto vive en ciudades o pequeñas poblaciones urbanas. En Euskal Herria hay muchos pueblos en proceso de despoblación”
Atendiendo a los datos en su conjunto, es curioso que, aunque las explotaciones agropecuarias en Euskal Herria disminuyeron entre los años 2009 y 2020, el número de animales aumentó tanto en Gipuzkoa, Bizkaia y Araba (86,7% en el caso del ganado porcino y 4,5% en el bovino) como en Nafarroa (21% el ganado bovino y 30% en el caso del conejo). Esto demuestra que la producción se está centrando en grandes explotaciones; es decir, existen menos granjas, pero más grandes. Lo que indica que el modelo productivo está cambiando, poco a poco se están creando más macro-granjas. En general, la incorporación de la tecnología requiere menos mano de obra, derivando así en un mayor nivel de producción. Sin duda, esto implica un cambio de filosofía.
Es difícil comparar la realidad de Lapurdi, Nafarroa Beherea y Zuberoa con la de los territorios de Hegoalde, ya que los datos disponibles pertenecen a años diferentes. Sin embargo, la Cámara Agraria (Euskal Herriko Laborantza Ganbara) trabaja intensamente en el cuidado del sector y ha puesto en marcha el observatorio económico del primer sector en Ipar Euskal Herria. Siendo esto una apuesta clara por apoyar la agricultura local. Es interesante saber que las granjas de menos de 20 hectáreas tienen el doble de empleo por hectárea que las que tienen entre 20 y 50 hectáreas, y el triple que las que están entre las 50 y 100 hectáreas.
“Las pequeñas grandes iniciativas como la granja de Abaurregaina en Navarra pueden darnos un poco de luz y esperanza en el camino”
El modelo productivo de las granjas abre numerosos temas de reflexión: ya sea sobre el cuidado de los animales, las condiciones laborales de los trabajadores, o la calidad del producto. Cuestiones todas ellas interrelacionadas, por lo que las carencias o fortalezas de unas afecten inevitablemente a las otras. Proyectos como el de Bilobila suelen asociarse con la valentía, esto me hace cuestionarme si tenemos interiorizados todos esos temas que están presentes en el sector. De hecho, creo que hemos normalizado las prácticas basadas en la rentabilidad y nos hemos olvidado de la importancia que tiene la productividad y calidad de los procesos clave en nuestras vidas. Reflejo de ese olvido es la poca presencia que tiene en nuestros núcleos urbanos la realidad de las zonas rurales. Me temo que con estas dinámicas estamos construyendo los cimientos del modelo de producción y consumo del futuro.
Sin embargo, las pequeñas grandes iniciativas como la que vi en Abaurregaina pueden darnos un poco de luz y esperanza en este camino, ya que están tejiendo el futuro con mucho mimo.