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Madrid vive una situación terrible. Son miles los adjetivos que ya han sido utilizados para describirla, y otros miles hacen colas kilométricas y se dan codazos por ser los próximos en salir. Aquí no se propone ahondar en describir esta situación crítica porque es de sobra conocida.
Primero: Ayuso y la CAM
Los ricos están experimentando pero cuidan bien que no se les vaya al garete su modelo de gobernar
Segundo: el Gobierno Central y la España dentro de España
El PSOE madrileño no tiene ninguna intención de hacerse ahora mismo con el gobierno de la Comunidad de Madrid, prefiere contemporizar desde el Gobierno central a pesar de que haya una tragedia en ciernes.
La semana política
Cambio de rasante
El desafío al Estado por parte de la Comunidad de Madrid acentúa la crisis institucional y del modelo político de 1978.
TERCERO: LA IZQUIERDA OFICIAL
Con una derecha madrileña experimentando, echada al monte y con sus poderes extraparlamentarios campando a sus anchas y sembrando el terror (el poder económico, inmobiliario y financiero), con un PSOE cómplice e inmóvil cómodo en la centralidad de hacer lo mínimo, con la vida real extramuros en una crisis brutal.... el grueso de la izquierda oficial, más allá de la belicosidad que puedan mostrar en las redes sociales, parece estar aprisionada bajo el ala del PSOE y de la opinión pública de la derecha, enfundada en la solemnidad cívica de hombres de Estado, rígida e incapaz de imaginar ni impulsar una alternativa al desastre que vivimos.
cuarto: por qué UNA HUELGA GENERAL
Cuando uno es pequeño, el mundo de los adultos, aunque gris y aburrido, se le antoja como un mundo ordenado. Puede que injusto, pero racional. Esa intuición de orden a veces dura hasta la vida adulta y es un clavo al que agarrarse ante la sensación de desamparo de un mundo caótico. Pero las sociedades capitalistas son completamente irracionales. La crisis de gestión del covid en Madrid es el síntoma de una crisis es más que una crisis sanitaria, es social, política, institucional, moral. Nadie es capaz de ordenar la casa. Siendo bastante obvio que para frenar la expansión del virus hay que pararlo todo, esta opción ni se nombra ni se plantea. Ni mucho menos se toca la posibilidad de redistribuir los recursos que tenemos para que pueda hacerse de forma socialmente justa. Nuestra sociedad no es muy distinta a otras a las que se critica con arrogancia por tener pensamientos mágicos. Para nuestra sociedad es un anatema el parar la economía, casi equivalente a lo no existencia, aunque sea para salvar nuestra salud.
Una Huelga General puede golpear allí donde más les duele a los poderosos y cambiar la agenda pública y política y poner sobre la mesa las medidas sociales urgentes que hacen falta
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Hay que tener en cuenta que hay personas que, el domingo electoral, fueron a un colegio y decidieron votar como presidenta de su comunidad autónoma a la comunity manager del perrito de Esperanza Aguirre y por eso está esa señora donde está. El pueblo es en parte responsable de lo que está pasando. Habría que intentar entender por qué motivo Vox o el PP tienen tantos votantes entre los vecinos de Carabanchel o Villaverde cuando es más que evidente que las políticas de esos partidos son contrarias a sus intereses.
Una huelga general tiene fuerza si es secundada por mucha gente pero me temo, ojalá me equivoque, que en estos momentos en Madrid sería una huelga simbólica en la que participarían cuatro gatos.
La izquierda institucional, ya que está en las instalaciones, podría ayudar en algo si cambiará la legislación para convertir el despido improcedente, en nulo y de esta forma otorgar a los trabajadores mayor grado de fuerza en las empresas porque ahora mismo el que abre la boca va al paro y, cuando se haya gastado el paro y la indemnización, se queda sin nada ante un mercado laboral tercermundista y eso ata de pies y manos a cualquier trabajador para emprender cualquier lucha.
la mayoría no votó al PP es un hecho contrastable, pero más allá de la red clientelar de los empresarios a través del PP, VOX, PSOE, C´s, Más Madrid y demás, solo existe la acción directa: hacer algo más que dar un paseo cada 4 veranos.
Por supuesto, pero esa acción directa será más efectiva cuanto más gente la respalde y, quizá sea pesimista, pero no le vaticinó mucho seguimiento. Además, leyendo las reivindicaciones de CGT me ha sorprendido bastante la poca presencia de temas laborales centrando la atención casi íntegramente en el ámbito universitario que, por supuesto, es importante pero que de poco le sirve al trabajador que tenga que aceptar la explotación diaria para poder conservar su trabajo. Hay mucha gente que está tragando todos los días carros y carretas porque tiene miedo de perder su trabajo y los convocantes de la huelga general ni siquiera los mencionan. Cada día estamos más indefensos.
Hay otra izquierda, libertaria, que no comprende este discurso que da por legítimas las medidas draconianas y desproporcionadas, tomadas a cuento de una epidemia como ha habido decenas en los últimos 100 años. Y jamás se perpetraron tales ataques a los derechos y a la economía popular. Este artículo pertenece a la izquierda oficial, presumiendo de lo contrario.
La "izquierda" dominante es devota del Estado, es autoritaria, y su único fin es apoderarse y sostenerse en el poder del Estado capitalista, a costa de mentir y atacar al pueblo, al que considera pueril, ignorante e irresponsable. Despotismo. Su mantra es que la libertad personal está en conflicto con la libertad colectiva. Lo cual, siendo un imposible, denota su autoritarismo. http://inproportion2.talkigy.com/
Que manía (mas bien old school) con las dicotomias exluyentes. Ni calle ni institución, las dos cosas juntas y aún gracías si con esa fuerza se consigue algo. A este nivel, da un poco igual si Unidas Podemos decidía estar en la oposición o en el gobierno. En ambos casos una acción institucional eficaz necesita la máxima movilización en la calle.
qué manía (aún más vieja) de que el estado puede llegar a ser tu amiguito, hay que ser inocente