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Opinión
Del 20M a la rebelión científica pasando por el paro de transportistas
Después de la tormenta viene la calma, dice el refrán. Y vaya si es verdad. Hemos pasado del infierno al paraíso en cuestión de días.
A mediados de marzo se inició en España un paro de transportistas que se prolongó durante dos semanas afectando de manera muy importante a todo el país. El suministro de todo tipo de materiales de construcción, carpintería, ropa e incluso alimentos se producía con mucha dificultad. Se agravó la situación en los supermercados llegando a un alarmante desabastecimiento en muchos casos. En algunos de ellos me contaban que tenían menos tiempo de descanso porque la plantilla se estaba desdoblando. Unas trabajaban en tienda y otras iban a por el género donde hiciera falta en furgonetas que alquilaba la empresa. A la vuelta les tocaba descargar. Yo mismo fui testigo de cómo a eso de las 21:30 de la noche aparcaba un furgón en la puerta de un supermercado y las trabajadoras se ponían a descargarlo después de una larga jornada laboral.
Yo mismo fui testigo de cómo a eso de las 21:30 de la noche aparcaba un furgón en la puerta de un supermercado y las trabajadoras se ponían a descargarlo después de una larga jornada laboral
Vamos, que se puso el país patas arriba. No obstante, fueron detenidos 61 transportistas y 455 investigados.
A eso se sumó el 20 de marzo una multitudinaria manifestación que se autodenominaba del mundo rural y que inundó Madrid. El elevado precio del gasoil, la luz y demás insumos agrícolas estaban entre las principales reclamaciones de la convocatoria. El país estaba al límite, pero al Gobierno se le ocurrió una genial idea, reducir veinte céntimos por litro el precio del gasoil durante tres meses, que parece haber aplacado todas las voces. Como si el uno de julio todo fuera a estar bien.
Medio rural
Hay mucho mundo rural más allá del 20-M
El mes de abril está siendo una balsa de aceite. Se acabaron las protestas. Bueno, todas no. El pasado 6 de abril tuvo lugar el inicio de la llamada Rebelión Científica a las puertas del Congreso. Un grupo creciente de profesionales de diferentes ramas de la ciencia que llevan años denunciando y demostrando lo perjudicial de unas políticas destructivas tanto en materia energética como ambiental, industrial, económica etc., pasaron de los informes a la acción directa no violenta.
Un grupo creciente de profesionales de diferentes ramas de la ciencia (...) pasaron de los informes a la acción directa no violenta
Lo hicieron porque saben que el 1 de julio todo seguirá igual. O peor.
Saben que la guerra en Ucrania ha reducido el acceso mundial, entre otras cosas, a combustibles, fertilizantes, cereales y leguminosas. El granero de Europa se ha bloqueado. Latinoamérica es el otro granero de Europa, pero esa misma escasez y encarecimiento de fertilizantes y combustibles va a reducir mucho la posibilidad de exportaciones. El otro granero de Europa también está en apuros.
Saben que el modelo agroalimentario dominante, el transporte internacional, el consumo energético en general, es insostenible porque la producción de diesel que mueve nuestro mundo lleva cayendo desde el año 2018. Y las energías renovables sólo podrían cubrir la demanda eléctrica, lo que supone tan sólo el 20% del consumo energético total. Se deben diseñar estrategias para racionalizar el uso de energía y dedicarla a sectores estratégicos de producción y de población que más lo necesitan, como apunta Luis González Reyes.
Saben que el modelo agroalimentario dominante es insostenible porque la producción de diesel que mueve nuestro mundo lleva cayendo desde el año 2018
Las tres movilizaciones de estas últimas semanas tienen muchas cosas en común pero una diferencia fundamental. Las primeras apuntan sobre todo a las consecuencias a nivel sectorial. Esta última apunta a las causas y propone soluciones globales, sin embargo, apenas ha merecido la atención de los principales medios de comunicación (aquí pueden escuchar la entrevista en El Bosque Habitado de RNE3 a algunas de sus protagonistas).
Industria alimentaria
Polémica cárnica La huella territorial de la industria cárnica española
Y eso nos debería hacer reflexionar sobre el papel de los medios de comunicación para desviar la atención ante los verdaderos problemas que se ciernen sobre nuestro país. Su capacidad de crear conciencia, formación y opinión crítica en la población más allá de un Gobierno sin interés por estas cuestiones y un sistema educativo público que, por decirlo suavemente, tampoco las tiene entre sus prioridades.
El propio Secretario General de la ONU, Antonio Guterres, lo acaba de decir recientemente en la presentación del último informe del Panel Internacional contra el Cambio Climático (IPCC):
“Algunos líderes gubernamentales y empresariales están diciendo una cosa y haciendo otra. Simple y llanamente: están mintiendo. No sólo no hacen nada si no que están echando más leña al fuego. Y los resultados van a ser catastróficos. Están asfixiando nuestro planeta, movidos por sus intereses creados y sus inversiones históricas en combustibles fósiles. Este informe del IPCC es una letanía de promesas climáticas incumplidas. Es un registro de la vergüenza, que cataloga las promesas huecas que nos encaminan con paso firme hacia un mundo inhabitable.”
Ecologismo
Escenarios de trabajo en la transición ecosocial 2020-2030
Suscribo las palabras del amigo José Sarrión sobre la Rebelión Científica: “Este movimiento debe ser apoyado con la máxima contundencia posible. Es hora de renovar la alianza ochocentista entre ciencia y movimiento revolucionario, con las herramientas que sean precisas para alertar acerca de la extrema gravedad del presente. El tiempo se agota.”
Se están produciendo revueltas por todo el mundo ante la escasez y encarecimiento de alimentos y combustibles. Desde Pakistán a Perú pasando por Grecia. En Reino Unido se están tomando algunas medidas para intentar reducir o mitigar esta situación al igual que el gobierno belga, entre otros.
Me pregunto si durante estos tres meses el gobierno de España va a estar planificando medidas de calado o si van a seguir con la misma propuesta inútil. O si piensan, como cuando comenzó el COVID en China, que todo eso no llegará a España.