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Casta Agraria. Es la primera porque es la que literalmente da de comer al resto. Hace apenas unas semanas cortaban las carreteras porque nadie la prestaba atención. Hoy mientras el Estado de emergencia rampa por la España civilizada la España Vaciada continúa igual, sino es que produciendo todavía más. La vida continúa sin apenas cambio. Los tractores salen cada mañana, las vacas son ordeñadas en las gigantescas explotaciones ganaderas. Los obreros del campo fuman pitillos a la salida de los invernaderos y factorías. No hay máscaras. No hay paro. No hay emergencia. La diferencia más perceptible es que no hay bares. Eso, y una cierta mirada de orgullo recuperado en una casta que se vio marginada y que hoy aparece de nuevo como fundamental.
Casta Industrial. Los trabajadores industriales, que todavía son muchos en numerosas comunidades han pasado a un régimen de servidumbre productiva.
Por el día son conducidos a las fábricas por la policía. El contrato, el hambre y el alquiler ordenan. Su tiempo durante el día pertenece al capitalista. Por la tarde regresan a sus casas antes del toque de queda. Su tiempo de ocio pertenece a Netflix.
La Casta de los Prescincidibles.
La España urbanizada, cosmopolita y de servicios. Es decir la mayor parte poblacional ha descubierto de súbito y sin preaviso que no son esenciales. Vamos que son prescindibles.
Mientras que unos siguen con atención el número de nuevos aquejados por el virus ¿Acaso ahora hay otro? Yo me pregunto cuál será la cuota de mercado de Amazon 60%?70%?80%? Cuando esta guerra termine, si alguna vez termina, veremos un paisaje desolado de negocios al por menor arrasados. Las reglas no son las mismas para los grandes monopolios digitales que para las tiendas de toda la vida. Los que prestan servicios de hostelería no serán sustituidos por Amazon, pero la masiva (y criminal) expansión de Glovo, Deliveroo y Ubereats acelerará la destrucción de bares y restaurantes que ya se venía dando. De nuevo este es el momento de las plataformas digitales.
¿Qué hay de los “suertudos” del teletrabajo creativo? ¿Diseñadores, creativas, programadoras? En serio, cuánto tiempo creéis que tardarán las juntas directivas de las empresas en externalizar en el muy lejano extranjero todas vuestras tareas perfectamente teletrabajables? ¿Y la enseñanza? Esto se extiende a la educación, ya en una acelerada onlinización precarizada, con profes digitales que cobran por alumno, no por curso, ni por mes ni por hora. La plataformización de la universidad es ya un fenómeno bien estudiado. Sin duda esto se va a extender ¿Cuantas de vosotras os habeis inscrito en un curso on-line? Cientos de miles de críos en España, disfrutan de sus Google classroom, (grácias alphabet, ahí van todos los datos de los críos de propina). La caja de Pandora está ya abierta.
Queda el sector turístico, esto está por ver. Pero intuyo que tras semejante ostia, algo nos hará reflexionar sobre los peligros de que cientos de miles de personas dependan de un monocultivo de bajo rendimiento y poco valor agregado como lo es el turismo de masas.
Finalmente queda la casta Gestora. Aquí cabe diferenciar entre la alta clase gestora y la baja clase gestora. La alta clase gestora es hoy día un misterio. Nadie sabe muy bien que hace, que piensa, a donde va, que le mueve.
La alta casta gestora ha descubierto que es soberana. Puede sacar el ejército, mover fronteras. Decidir quien vive y quien muere.
Es una casta que de manera fulminante se ha vuelto extraordinariamente opaca. La alta clase gestora no incorpora exclusivamente a la casta política sino también a los directivos de las industrias estratégicas, muchas veces derivados de los antiguos monopolios públicos. Esto no es nuevo, sigue la vieja tradición patria del tecnocratismo. La baja clase gestora incorpora a todos aquellos cuerpos esenciales que acometen las decisiones tomadas por la alta casta gestora. Lo de esencial viene determinado por la alta casta gestora, siguiendo arcanos criterios poco científicos y muy esotéricos. En esta casta entran los servicios sociosanitarios, los de cuerpos y fuerzas de seguridad, los burocráticos, y los de logística y transporte (que abarcan desde transportes públicos, a mercancías y a esa empresa subsidiaria de Amazon llamada Correos).
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