We can't find the internet
Attempting to reconnect
Something went wrong!
Hang in there while we get back on track
Migración
El cortometraje ‘Medusas’, una herramienta de concienciación sobre las rutas migratorias
Medusas es más que un proyecto cinematográfico; es una llamada a la acción. Un cortometraje que no se anda con rodeos a la hora de mostrar la dura realidad de la migración en el contexto actual. Dirigido por Iñaki Sánchez Arrieta y producido por El Camino Producciones Cinematográficas, con la colaboración de la ONG València és Refugi, el proyecto busca remover conciencias, desafiar la indiferencia y generar un diálogo social constructivo que impulse un cambio real en las políticas migratorias y en la forma en que la sociedad percibe a las personas migrantes.
A través de una narrativa cruda, el film expone la tragedia que viven miles de personas que arriesgan sus vidas en busca de un futuro mejor. Con la playa de Port Saplaya (Alboraya) como plató, la historia se inspira en las alarmantes cifras de muertes en las rutas migratorias.
“Protegen a la sociedad del primer mundo de lo que no queremos ver y yo quería contravenir esta situación. Yo quise contar las cosas como son, sin artimañas y lejos de lo comercial”, asegura el director
Una realidad muchas veces romantizada, tal y como señala Sánchez Arrieta, guionista, director y productor de Medusas: “Protegen a la sociedad del primer mundo de lo que no queremos ver y yo quería contravenir esta situación”. Es por ello por lo que el director lo ha abordado con el objetivo de “dar una bofetada” a las personas espectadoras. “Yo quise contar las cosas como son, sin artimañas y lejos de lo comercial”, asegura el director.
Testimonios en primer plano
Historias que no podían ser narradas por otras personas que no fuesen las propias protagonistas. Es por ello por lo que el cortometraje cuenta con la participación de 40 personas migrantes como figurantes, un elemento clave para transmitir la autenticidad y la fuerza del mensaje. Un hecho que cercioró Ana Martínez, portavoz de València és Refugi: “Para muchas de las personas figurantes, aportar su voz fue una experiencia transformadora, ya que es su familia la que muere en el mar“.
Iñaki Sánchez no dudó en contar con personas inmigrantes para completar el reparto para dejar atrás la idealización de la problemática y sus protagonistas y humanizar sus historias
La productora tuvo que acudir a València és Refugi porque, tal y como la portavoz de la ONG asegura, “hay mucho racismo dentro de la industria cinematográfica” y durante los castings no es habitual encontrar entre el reparto a personas inmigrantes. Pese a ello, ‘la excepción confirma la regla’ y, en palabras de Ana Martínez: “València és Refugi entró con el fin de mediar, pero el proyecto ha creado una cohesión entre el mundo del cine y el mundo del activismo”.
Iñaki Sánchez no dudó en contar con personas inmigrantes para completar el reparto para dejar atrás la idealización de la problemática y sus protagonistas y humanizar sus historias con el fin de generar empatía en el público.
Anna, una de las figurantes del cortometraje, nacida en Senegal, reforzó esta idea: “Que nos hagan parte de este proyecto es muy importante para que la gente se dé cuenta de lo que está pasando”. Ella llegó a España con 4 años “de forma menos traumática que el resto de gente”, tal y como ella misma afirma. Su madre, de nacionalidad española, consiguió trasladarla a España donde ahora puede vivir con ella. Una suerte que no tuvieron sus 5 hermanos menores, quienes todavía residen en Senegal. “Yo llegué al rodaje y me sentí mal porque no entendía la situación”, confiesa Anna.
En la misma sintonía, Julius Suh Assah, originario de Camerún, expresó su agradecimiento al director: ”Si hubiera más gente como Iñaki, el mundo cambiaría”. Julius es otro de los figurantes y no dudó en enfatizar la importancia de esta clase de proyectos cinematográficos: “Es una manera de llamar la atención, de despertar a la gente para que sepan que hay mucha gente que necesita ayuda“.
El ahora escritor abandonó su país de origen tras el fallecimiento de su mujer y su hijo por una enfermedad que lo dejó sin familia ni recursos económicos. “Cada día era un combate, salí para ganarme la vida porque allí yo ya no tenía nada”, intenta explicar sin dejar atrás su positividad: “Cuando llegué a tierra todo era una victoria, cada amanecer era un trofeo”.
Experiencias personales como las de Babacar, que enriquecen la narrativa del cortometraje, le añaden autenticidad y profundidad emocional. El también integrante en el reparto actúa como capitán en la película. Sin embargo, Babacar viajó a España desde Senegal en una patera “sin poder mover ni las piernas”, tal y como él mismo narra a este periódico. El segundo de los cuatro días se quedaron sin galletas, el único alimento que tenían para el trayecto, y tuvieron que sobrevivir, los que pudieron, a base de agua.
“Muchos de mis amigos, con los que siempre había jugado, murieron en el camino”, lamenta. Hace tan solo un año de esta “dura” experiencia y Babacar poco a poco rehace su vida. Tras aprender la lengua en un curso de español, trabaja como costurero de indumentaria y accesorios falleros, algo que lo motiva a rehacer su vida y que le da la posibilidad de ayudar a su hermana, que continúa viviendo en Senegal sin una red familiar que la acoja.
Llegar a Europa arriesgando su vida es una realidad que para muchos se plantea como la única alternativa, tal y como esclarece Julius: “Aquí hay discriminación, hay malos tratos, hay racismo, pero aun así siempre será mejor que vivir en un país tercermundista”.
El cine como motor de cambio
Medusas se presenta como una obra necesaria y urgente en un contexto social donde la migración sigue siendo un tema controvertido y plagado de desinformación. El cortometraje busca impactar conciencias y generar un cambio real en la forma en que la sociedad percibe la migración en un contexto de creciente normalización de las muertes, la discriminación y el racismo hacia las personas inmigrantes con contextos más vulnerables. “No es una crisis migratoria, es una crisis humanitaria”, no duda en afirmar Ana Martínez, quien también nos invita a reflexionar: “¿Cómo puede abrir más debate la vida que la muerte?”.
De hecho, durante la preparación del rodaje, se produjo uno de los mayores naufragios en Canarias, con 89 muertos y 70 desaparecidos, una tragedia silenciada que resalta la pertinencia y la urgencia del mensaje del cortometraje. No es un hecho aislado, ya que en el territorio canario, según el Observatorio de Derechos Humanos del Colectivo Caminando Fronteras, más de 5.000 personas han perdido la vida en lo que va de año.
El rodaje de Medusas es un proyecto que invita a reflexionar, a sentir empatía y a comprometerse con la búsqueda de soluciones a una de las crisis humanitarias más urgentes de la actualidad
Es por ello por lo que el rodaje de Medusas es un proyecto que invita a reflexionar, a sentir empatía y a comprometerse con la búsqueda de soluciones a una de las crisis humanitarias más urgentes de la actualidad. Iniciativas cada vez más necesarias, como señala Martínez: “Es importante que la sociedad civil retome su posición como actor político y social porque hemos delegado demasiado en la narrativa política que tiene unos claros objetivos electorales”.
Así lo demuestra y ejemplifica la portavoz con el Pacto de Migración y Asilo de la Unión Europea, el cual ya está teniendo resultado. El mensaje de Ana es claro: “Si nos unimos y empezamos a crear una lucha interseccional, podremos retomar el poder de la sociedad, que nos pertenece de manera ilegítima. Solo entonces podremos ser esperanza y la alternativa para otro mundo que todavía es posible antes de llegar a un punto de no retorno”.
Más allá del rodaje
Para completar el proceso de postproducción y asegurar una amplia distribución en festivales nacionales e internacionales, Medusas ha lanzado una campaña de crowdfunding . Además de ayudar a la financiación de la iniciativa, el crowdfunding incluye donaciones a causas relacionadas con la migración y obras originales del artista urbano Escif y el fotoperiodista Antonio Sempere, conocido por su trabajo con Open Arms. Asimismo, cuenta con el apoyo de À Punt, que ha adquirido los derechos de emisión del cortometraje.
Por otra parte, el proyecto ha sido galardonado con el Concurso de Proyectos de Cortometraje de Amnistía Internacional y Abycine 2024, por lo que ha contado con una subvención de 5.000 € para la producción y su estreno en la XXVI edición de Abycine.
Medusas está en camino de convertirse en una poderosa herramienta de concienciación y cambio. El director ha asegurado que este proyecto es tan solo el inicio. A partir de él han nacido otras iniciativas que poco a poco irán saliendo a la luz y generarán una respuesta social. “Aquí no acaba la cosa”.
El cortometraje es un recordatorio poderoso de las vidas humanas detrás de las estadísticas y una llamada a la acción a la ciudadanía. A través del lenguaje cinematográfico, busca derribar la indiferencia y despertar la empatía, y espera que sus imágenes y mensajes perduren en la conciencia del público mucho después de que las luces del cine se apaguen.
Migración
El curtmetratge ‘Medusas’, una eina de conscienciació sobre les rutes migratòries
Medusas és més que un projecte cinematogràfic; és una crida a l’acció. Un curtmetratge que no fa embuts a l’hora de mostrar la dura realitat de la migració en el context actual. Dirigit per Iñaki Sánchez Arrieta i produït per El Camino Producciones Cinematográficas, amb la col·laboració de l’ONG València és Refugi, el projecte busca remoure consciències, desafiar la inferència i generar un diàleg social constructiu que impulse un canvi real en les polítiques migratòries i en la forma en què la societat percep les persones migrants.
Mitjançant una narrativa crua, Medusas exposa la tragèdia que viuen milers de persones que arrisquen la vida a la recerca d’un futur millor. Amb la platja de Port Saplatja (Alboraia) com a plató, la història s’inspira en les alarmants xifres de morts a les rutes migratòries.
“ “Protegeixen la societat del primer món d’allò que no volem veure i jo volia contravindre aquesta situació.Jo vaig voler contar les coses com són, sense artificis i allunyant-me d’allò que és comercial”, assegura el director
Una realitat moltes vegades romantitzada, tal com assenyala Sánchez Arrieta, guionista, director i productor de Medusas: “Protegeixen la societat del primer món d’allò que no volem veure i jo volia contravindre aquesta situació”. És per això que el director ho ha abordat amb l’objectiu de “donar una bufetada” a les persones espectadores. “Jo vaig voler contar les coses com són, sense artificis i allunyant-me d’allò que és comercial”, assegura el director.
Testimonis en primer plànol
Històries que no podien ser narrades per unes altres persones que no foren les mateixes protagonistes. Per això, el curtmetratge compta amb la participació de 40 persones migrants com a figurants, un element clau per a transmetre l’autenticitat i la força del missatge. Un fet que va cerciorar Ana Martínez, portaveu de València és Refugi: “Per a moltes de les persones figurants, aportar la veu a Medusas va ser una experiència transformadora, ja que és la seua família qui mor a la mar”.
Iñaki Sánchez no va dubtar a comptar amb persones immigrants per a completar el repartiment per deixar enrere la idealització de la problemàtica i els seus protagonistes i humanitzar les seues històries
La productora va haver d’acudir a València és Refugi perquè, tal com la portaveu de l’ONG assegura, “hi ha molt de racisme dins de la indústria cinematogràfica” i durant els càstings no és habitual trobar entre el repartiment persones immigrants. Tot i això, ‘l’excepció confirma la regla’ i, en paraules d’Ana Martínez: “València és Refugi va entrar amb la fi de mediar, però el projecte ha creat una cohesió entre el món del cinema i el món de l’activisme”.
Iñaki Sánchez no va dubtar a comptar amb persones immigrants per a completar el repartiment per deixar enrere la idealització de la problemàtica i els seus protagonistes i humanitzar les seues històries amb la fi de generar empatia en el públic
Anna, una de les figurants del curtmetratge, nascuda a Senegal, va reforçar aquesta idea: “Que ens facen part d’aquest projecte és molt important perquè la gent s’adone del que està passant”. Ella va arribar a Espanya amb quatre anys “de manera menys traumàtica que la resta de la gent”, tal com ella mateixa afirma. Sa mare, de nacionalitat espanyola, va aconseguir traslladar-la a Espanya, on ara pot viure amb ella. Una sort que no van tindre els seus cinc germans menuts, els qui encara resideixen a Senegal. “Jo vaig arribar al rodatge i em vaig sentir malament perquè no comprenia la situació”, confessa Anna
En la mateixa sintonia, Julius Suh Assah, originari de Camerun, va expressar el seu agraïment al director: “Si hi haguera més gent com Iñaki, el món canviaria”. Julius és un altre dels figurants i no va dubtar a emfatitzar la importància d’aquesta mena de projectes cinematogràfics: “És una manera de cridar l’atenció, de despertar la gent perquè sàpiguen que hi ha moltes persones que necessiten ajuda”.
L’ara escriptor va abandonar el seu país d’origen després de la mort de la seua dona i el seu fill a causa d’una malaltia que el va deixar sense família i recursos econòmics. “Cada dia era un combat, vaig eixir per guanyar-me la vida perquè jo allí ja no tenia res”, intenta explicar sense deixar enrere la positivitat: “Quan vaig arribar a terra tot era una victòria, cada trenc d’alba era un trofeu”.
Experiències personals com ara les de Babacar, que enriqueixen la narrativa del curtmetratge, li afegeixen autenticitat i profunditat emocional. El també integrant en el repartiment actua com a capità a la pel·lícula. No obstant això, Babacar va viatjar a Espanya des de Senegal a una pastera “sense ni tan sols poder moure les cames”, tal com ell mateix narra a aquest diari. El segon dels quatre dies es van quedar sense galetes, l’únic aliment que tenien per al trajecte, i van haver de sobreviure, els qui van poder, a base d’aigua.
“Molts dels meus amics, amb qui sempre havia jugat, van morir en el camí”, lamenta. Fa tan sols un any d’aquesta “dura” experiència i Babacar a poc a poc refà la seua vida. Després d’aprendre l’idioma a un curs d’espanyol, treballa com a costurer d’indumentària i accessoris fallers, una cosa que el motiva a refer la seua vida i que li dona la possibilitat d’ajudar la seua germana, qui continua vivint a Senegal sense una xarxa familiar que l’aculla.
Arribar a Europa arriscant la seua vida és una realitat que per a moltes persones es planteja com a l’única alternativa, tal com esclareix Julius: “Ací hi ha discriminació, hi ha maltractament, hi ha racisme, però, tot i això, sempre serà millor que viure a un país tercermundista”.
El cinema com a motor del canvi
Medusas es presenta com a una obra mestra necessària i urgent en un context social on la migració continua sent un tema controvertit i farcit de desinformació. El curtmetratge busca impactar consciències i generar un canvi real en la forma en què la societat percep la migració en un context de creixent normalització de les morts, la discriminació i el racisme cap a les persones immigrants amb contextos més vulnerables. “No és una crisi migratòria, és una crisi humanitària”, no dubta a afirmar Ana Martínez, qui també ens convida a reflexionar: “Com pot obrir més debat la vida que la mort?”
De fet, durant la preparació del rodatge, es va produir un dels majors naufragis a Canàries, amb 89 morts i 70 desapareguts, una tragèdia silenciada que ressalta la pertinència i la urgència del missatge del curtmetratge. No és un fet aïllat, ja que al territori canari, segons l’Observatori de Drets Humans del col·lectiu Caminando Fronteras, més de 5.000 persones han perdut la vida del començament d’any ençà.
El rodatge de Medusas és un projecte que convida a reflexionar, a sentir empatia i a comprometre’s amb la recerca de solucions a una de les crisis humanitàries més urgents de l’actualitat
És per això que el rodatge de Medusas és un projecte que convida a reflexionar, a sentir empatia i a comprometre’s amb la recerca de solucions a una de les crisis humanitàries més urgents de l’actualitat. Iniciatives més i més necessàries, tal com assenyala Martínez: “És important que la societat civil reprenga la seua posició com a actor polític i social perquè hem delegat massa en la narrativa política que té uns clars objectius electorals”
Així ho demostra i exemplifica la portaveu amb el Pacte de Migració i Asil de la Unió Europea, el qual ja està tenint resultat. El missatge d’Ana és clar: “Si ens unim i comencem a crear una lluita interseccional, podrem reprendre el poder de la societat, que ens pertany de manera il·legítima. Només llavors podrem ser esperança i l’alternativa per a un altre món que encara és possible abans que estiguem a un punt de no retorn”.
Més enllà del rodatge
Per completar el procés de postproducció i assegurar una àmplia distribució a festivals nacionals i internacionals, Medusas ha llançat una campanya de crowdfunding . A més d’ajudar al finançament de la iniciativa, el crowdfunding inclou donacions a causes relacionades amb la migració i obres originals de l’artista urbà Escif i el fotoperiodista Antonio Sempere, conegut pel seu treball amb Open Arms. A més a més, compta amb el suport d’À Punt, que ha adquirit els drets d’emissió del curtmetratge.
D’altra banda, el projecte ha estat guardonat amb el Concurs de Projectes de Curtmetratge d’Amnistia Internacional i Abycine 2024, per la qual cosa, ha comptat amb una subvenció de 5.000 € per a la producció i l’estrena a la XXVI edició d’Abycine.
Medusas està en camí de convertir-se en una poderosa eina de conscienciació i canvi. El director ha assegurat que aquest projecte és només l’inici. A partir d’aquest han nascut unes altres iniciatives que a poc a poc eixiran a la llum i generaran una resposta social. “Ací no s’acaba la cosa”.
El curtmetratge és un recordatori poderós de les vides humanes rere les estadístiques i una crida d’atenció a la ciutadania. Mitjançant el llenguatge cinematogràfic, busca enrunar la indiferència i despertar l’empatia, i espera que les seues imatges i missatges perduren en la consciència del públic molt de temps després que s’apaguen els llums del cinema.