Sistema Penal
“Las reformas por sí solas no eliminarán las condiciones estructurales que configuran la prisión”

Entrevista a Alicia Alonso Merino, autora del libro “Feminismo anticarcelario: el cuerpo como resistencia” (Editorial Zambra-Baladre)
Alicia Alonso
Alicia Alonso Merino, autora del libro “Feminismo anticarcelario: el cuerpo como resistencia” (Editorial Zambra-Baladre)

Universidad Nacional de Educación a Distancia

Antropóloga de la Universidad del País Vasco / Euskal Herriko Unibertsitatea (UPV/EHU)

Miembros de SinPoli
9 nov 2023 07:14

Alicia Alonso Merino es abogada, experta en sistema penitenciario y activista feminista en derechos humanos. Además de su experiencia en las cárceles como investigadora académica, su trayectoria registra años de activismo y acompañamiento socio-jurídico a personas presas en contextos penitenciarios tan diversos como España, Chile o Italia. Durante todo este recorrido ha participado en diversas iniciativas políticas por la defensa jurídica de las personas presas, como Oteando, OVICANTIGONE o No Prison. Con el objetivo de compilar buena parte del conocimiento adquirido sobre el sistema penitenciario y con una intención divulgativa, ha publicado un libro titulado “Feminismo anticarcelario: el cuerpo como resistencia”. En él, cuestiona la cárcel como un dispositivo productor y reproductor de las relaciones de género.

Poniendo de excusa el lanzamiento de su libro, aprovechamos para conversar con ella sobre el sistema de derecho penal, las cárceles, el papel del género y las posibles alternativas imaginables al castigo. Su mirada articula de forma compleja la crítica feminista a la institución penitenciaria con la tradición abolicionista penal y anticarcelaria.

Por empezar por el título del libro, ¿qué es el feminismo anticarcelario? ¿nos podrías aclarar cómo te sitúas dentro de los debates sobre el abolicionismo penal y el abolicionismo de las prisiones?

Mi ámbito de estudio y trabajo es la prisión, por lo que yo me centro sobre todo en argumentos para la abolición de la prisión desde el feminismo. Por eso hablo de feminismo anticarcelario. El feminismo anticarcelario aporta argumentos para evitar el uso de la prisión señalando que refuerza los roles del patriarcado. Aun así,  considero que la lucha contra la prisión se debe enmarcar dentro de un movimiento más amplio que es el de la abolición del sistema penal y la cultura del castigo. Yo me sitúo en ese horizonte: en la crítica al derecho penal y a la cultura del castigo.

En el libro describes el derecho penal como androcéntrico, esto es, como una forma social que fomenta y reproduce el racismo, la transfobia, el machismo o el clasismo, de tal manera que sus propios mecanismos hacen de las mujeres pobres racializadas y disidentes las víctimas perfectas del sistema. ¿Podrías ampliar un poco más esta idea del derecho como productor de realidad?

Lo cierto es que el derecho es uno de los sistemas de disciplinamiento más poderosos y con más fuerza, porque tiene esa fuerza simbólica que está basada en la legitimidad que le da los postulados normativos, y viene derivado de una sociedad patriarcal y una mirada androcéntrica y etnocéntrica. Catherine McKinnon decía que “el derecho ve y trata a las mujeres como los hombres ven y tratan a las mujeres. Ni más ni menos”.

El derecho no es neutral, pese a que debería estar basado en la igualdad y en la defensa del interés social, es altamente selectivo no sólo en cuanto a la clientela que elige como objetivo, sino en la protección de intereses jurídicos

Y además, el derecho está impartido por unos operadores que tienen unas creencias, unas actitudes, unos valores, unos conocimientos concretos, que en este caso son fruto del patriarcado. En ese sentido, no solo el derecho en sí es patriarcal, sino que la aplicación del derecho también lo es. Al construirse desde esta mirada androcéntrica elabora una imagen de las mujeres delincuentes no solo como infractoras de la ley sino como infractoras también de los mandatos de género, por romper la norma legal y la norma social.

El derecho no es neutral, pese a que debería estar basado en la igualdad y en la defensa del interés social, es altamente selectivo no sólo en cuanto a la clientela que elige como objetivo, sino en la protección de intereses jurídicos. Y en este proceso de selección del derecho penal quien juega un papel muy importante son las policías. Ellas ejercen su poder selectivo sobre personas a las que criminalizan. Aquí funcionan todos los prejuicios sexistas, racistas, clasistas, xenófobos, homófobos, etc. que van configurando quiénes son las personas delincuentes. Es de esta forma como conseguimos el álgebra perfecto: más sospecha, más vigilancia, más detenciones, más encarcelamiento. En definitiva, nos encontramos con unas prisiones llenas de personas pobres y personas racializadas.

Uno de los argumentos que atraviesa todo el libro es el del reforzamiento de los roles de género como un elemento central para la crítica feminista del encarcelamiento. ¿Cómo crees que podríamos avanzar hacia otras formas de justicia feminista que contemplen alternativas al encarcelamiento como forma de castigo?

Tenemos que reinventarnos y ser creativas, pensar nuevas formas que restauren el desequilibrio producido por un conflicto y no recurrir a las mismas lógicas que generan este daño. ¿Cómo lo hacemos? ¿Cómo hacemos para derribar estas concepciones punitivistas que ven en la prisión la solución a todos los problemas que tenemos en la sociedad? Yo veo que, en el caso de la cárcel, por ejemplo, habría que enfrentar cuatro pilares: el cultural, el político, el legislativo y el económico.

Cárceles
Antipunitivismo Los efectos extendidos del encarcelamiento
Sabemos muy poco sobre las consecuencias del encarcelamiento en las familias y las comunidades

A nivel cultural, sería pertinente plantearnos cómo contrarrestar todo este populismo punitivo que nos rodea, la idea de castigo que tenemos tan presente, la idea de policía de balcón que tenemos tan interiorizada. Una manera de enfrentarlo sería cuestionándonos lo que es la construcción del delito, la respuesta punitiva a los mismos, la solución represiva a los conflictos sociales, etc., ya que en cualquier conflicto social acudimos a la policía. Pero ¿cómo podemos hacer todo esto? Es fundamental más comunidad, más apoyo mutuo, más solidaridad, recuperar el protagonismo en la gestión del conflicto. No dejarle al Estado que nos expropie el conflicto, que los gestione. Y recuperarlo desde una reparación, desde la restauración, desde la justicia transformativa.

Tenemos que reinventarnos y ser creativas, pensar nuevas formas que restauren el desequilibrio producido por un conflicto y no recurrir a las mismas lógicas que generan este daño

Este cambio cultural es fundamental para enfrentar también el nivel político, que tiene que ver con toda una serie de medidas de política social (salud, educación, vivienda, etc.) para acabar con las causas estructurales que inciden en la comisión de muchos delitos.

A nivel legislativo, por ejemplo, podemos pensar en limitar el uso de la prisión a los casos de peligro grave. ¿Cómo podemos hacerlo? Pues despenalizar delitos menores, regularizar y despenalizar el uso, el consumo, el tráfico y la producción de las drogas, medidas de amnistía e indulto, y cualquier medida que fomente los beneficios penitenciarios para reducir el número de personas que hay en las cárceles.

A nivel económico, se puede pensar en la reconversión gradual laboral y profesional de las personas que trabajan en las prisiones y la reconversión de las estructuras carcelarias, reconvertir las cárceles en centros sociales, por ejemplo. Y crear medidas económicas de redistribución de renta y fomento de la comunidad como la renta básica de las iguales. En definitiva, reforzar la justicia transformativa.

Como activista y defensora de derechos humanos con amplia experiencia en distintas geografías, ¿qué herramientas, aprendizajes, miradas o prácticas antipunitivas de otros lugares crees que pueden ser relevantes para incorporar a la reflexión dentro del contexto español?

Las experiencias de justicia transformativa y comunitaria tienen un papel muy importante en el que debemos profundizar. Hay experiencias muy interesantes en Estados Unidos que provienen, por ejemplo, de grupos que tienen recorridos ya abolicionistas o feministas, del anti-capacitismo, del movimiento negro, del movimiento queer, etc. Y que, sin dejar de lado la teoría, llevan a cabo prácticas transformativas donde la comunidad tiene un papel fundamental.

Lo que pretende la sanción no es castigar sino acoger nuevamente a la persona que se ha desviado de las reglas de la comunidad

A pequeña escala están apareciendo ya experiencias de justicia transformativa en diversos países, en Inglaterra, en Escocia, en el Estado español están surgiendo pequeñas experiencias. Y por otro lado, encontramos aquellas prácticas de Justicia comunitaria de los pueblos originarios que funcionan con lógicas absolutamente no occidentales donde lo que se trabaja es reparar la desarmonía causada por una acción concreta. Estas lo que hacen es priorizar la seguridad y la reparación frente al castigo. Así, en el sistema sancionatorio indígena se interpreta todo con el principio de reciprocidad y el equilibrio de las fuerzas comunitarias con el cosmos. Lo que pretende la sanción no es castigar sino acoger nuevamente a la persona que se ha desviado de las reglas de la comunidad.

Feminismos
El feminismo será antipunitivo o no será
La aprobación de la llamada ley del 'solo sí es sí' ha sacado a la luz el debate sobre las alianzas entre cierto feminismo y el punitivismo

Yo creo que todo esto nos puede servir de inspiración. Ver el daño no como un daño individual, sino como un daño social. Y cuando sucede un desajuste, un conflicto o se ejerce violencia gratuita, reconocer que estas situaciones nos afectan a todas, nos deberían afectar a todas, y por tanto deberíamos implicarnos en buscar una solución.

La Institución Penitenciaria española se está orientando hacia la creación de módulos mixtos en donde conviven personas presas independientemente de su género. ¿Cómo se sitúa la crítica feminista anticarcelaria ante este tipo de políticas de igualdad?

Todas estas políticas de mejoras y de reformas entran dentro de lo que llamamos las políticas de reducción del daño. Sin embargo, las reformas por sí solas no eliminarán ni cambiarán las condiciones estructurales que configuran la prisión. Todas estas intervenciones humanitarias, reformistas, garantistas, que están adscritas a esto que llamamos reducción de daño, pueden ser menos ineficaces cuanto más tengan un horizonte abolicionista, esto es, cuanto más tengan un horizonte crítico.

Yo ahí estoy con Beppe Mosconi, la prisión es irreformable, se pueden hacer estas mejoras, pero la reducción de daños no va a transformar la esencia de la prisión. Las reformas mejoran pequeñas cosas, pero no van a acabar con la cárcel nunca.



Sobre este blog
Metropolice pretende ser un pequeño medio de difusión de problemáticas asociadas a los dispositivos de control policial, el securitarismo y las instituciones carcelarias.
Ver todas las entradas
Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra en tu cuenta.

Relacionadas

Cárceles
Carabanchel Tele Prisión, memoria audiovisual de una cárcel
Además de varias películas que se han acercado a la cárcel de Carabanchel, Tele Prisión fue un canal de televisión interno en el que participaron numerosos reclusos y algunos educadores de esa prisión madrileña. Emitió de 1985 a 1987.
Cárceles
Cárceles Faltan las presas: mujeres en las cárceles y feminismo anticarcelario
El cierre de la cárcel de mujeres de Alcalá de Guadaira incrementa aún más la falta de recursos para las mujeres presas que cumplen condena en espacios masculinizados sin perspectiva de género.
LIBERTAD, VERDAD, DEMOCRACIA
12/11/2023 12:36

La inmensísima mayoría de la delincuencia es el resultado de este RÉGIMEN DE NEOLIBERALISMO, PSICOPATÍA-SADISMO DEL PODER, EXPOLIO, ALEVOSÍA DEL PODER, CORPORATIVISMO DEL PODER, ETC., ETC., ETC. Esto es más que de Pero Grullo para cualquier persona que tenga al menos un solo dedo de frente.
Por regla muy general, nadie que tenga unas mínimas condiciones de vida digna y que tenga un mínimo de formación cultura y respeto y gusto por las libertades civiles y/o políticas, se dedica a cometer delitos de ninguna clase, puesto que su conciencia ética y su conciencia de comunidad en la que quiere habitar le impide cualquier acto de malhechor, no solamente en contra del código penal o de código civil o del código de circulación.
Pretender mejorar una comunidad humana, -(quien así lo pretenda sinceramente y de buena fe)-, a base de poner más policías por las calles, más cárceles, más condenas por peerse (por ejemplo) o etc., sin duda de trata de un pobre oligofrénico profundo de baba que no sabe ni donde tiene su mano izquierda o derecha.
Obviamente este Régimen, el que aquí de ESTA PODRIDA ESPAÑISTÁN, seguirá perpetrando sus crímenes a cual más nefando y nefario, dándoselas de "democracia, libertad de prensa, sistema educativo de calidad, trabajo digno y blablablá": lo dicho, hay que ser un pobre oligofrénico de baba para ni darse cuenta de todo esto.

0
0
Sobre este blog
Metropolice pretende ser un pequeño medio de difusión de problemáticas asociadas a los dispositivos de control policial, el securitarismo y las instituciones carcelarias.
Ver todas las entradas
Genocidio
Genocidio La ONU advierte de que un ataque sobre Rafah colapsaría la distribución de ayuda en Gaza
Turquía suspende todo el comercio con Israel. El fiscal del Tribunal Penal Internacional advierte de que no admitirá “amenazas” después de que trascendiera que imputará a Netanyahu y los suyos.
Fútbol
Fútbol Vicente del Bosque como respuesta a las presiones de Fifa y Uefa
El nombramiento del exseleccionador como presidente de la Comisión de Normalización, Representación y Supervisión busca alejar los fantasmas de una intervención política de la RFEF.
Colombia
Colombia Sostener la vida en un ETCR
En la vereda colombiana La Plancha, la convivencia entre excombatientes y población civil es una realidad marcada por necesidades comunes.
Cine
Cine 'Civil War', estética geopolítica en tierra de nadie
La sensación es que Civil War se queda en algunas ocasiones en una peligrosa tierra de nadie, tanto en sus cambios de estilo como en su contenido.
Memoria histórica
Memoria histórica Relatores de la ONU piden a España que actúe contra las leyes antimemoria de tres autonomías
Los relatores internacionales denuncian las posibles vulneraciones de derechos de dos normas en proceso y una aprobada por los Gobiernos de coalición de Partido Popular y Vox en tres comunidades autónomas.

Últimas

El Salto n.74
Revista 74 Cuando los algoritmos te explotan: no te pierdas el número de primavera de la revista de El Salto
De cómo los algoritmos y la IA gestionan el trabajo de cientos de millones de personas con ritmos y condiciones del siglo XIX, y de mucho más, hablamos en nuestro número de primavera. Ya disponible para socias y en los puntos de venta habituales.
Eventos
Evento Un Salto al periodismo del futuro: súmate a nuestro primer evento para estudiantes y jóvenes profesionales
El viernes 10 de mayo, El Salto organiza una jornada de periodismo joven para profundizar en temas clave, nuevos lenguajes y formatos, desde un enfoque eminentemente práctico.
Comunidad El Salto
Palestina La campaña de apoyo a Gaza de El Salto recauda más de diez mil euros para la UNRWA
El pasado 26 de febrero, tras más de cuatro meses de ofensiva militar de castigo por parte Israel sobre la Franja de Gaza, desde El Salto decidimos ir más allá del periodismo ante la gravedad de los hechos.
Formación El Salto
Formación El Salto Fotoperiodismo y movimientos sociales: Una mirada a las luchas desde abajo a través de un objetivo
La Escuela de Periodismo Crítico de El Salto ofrece su primer curso presencial, en el que abordaremos, de la mano de nuestros fotógrafos, cómo plasmar a través de la imagen movilizaciones y resistencias.
Más noticias
Periodismo
Periodismo Desinforma, que algo queda
En la fecha que se conmemora el Día de la Libertad de Prensa, hay que analizar sus dimensiones, la opacidad en el reparto de la publicidad institucional, la necesidad de la alfabetización mediática y qué medidas concretas pueden llevarse a cabo.
Educación pública
Educación a la madrileña Huelga de profesorado en Madrid o cómo organizar la protesta desde abajo
El profesorado madrileño convoca los próximos 8 y 21 de mayo dos jornadas de huelga para que se reviertan los recortes de la época Aguirre en una protesta que tuvo su génesis al margen de la mesa sectorial.
El Salto Twitch
Antirracismo Frente a su racismo, respuesta comunitaria antirracista
El tema de “Entre el nopal y el olivo” de hoy nace desde la reflexión (no nuestra y no nueva) de cómo responder desde la colectividad a la violencia racista. Cómo imaginamos un horizonte antirracista. Cómo pensar estrategias juntas.
Análisis
Análisis No dejemos de hablar de Siria
La situación humanitaria en Siria se endurece en un contexto de inestabilidad regional, mientras que la ayuda internacional que el país recibe es muy inferior a la necesaria.

Recomendadas

Rap
Rap Viaje a los orígenes del hip hop en España: “Nadie esperaba ganar dinero con el rap”
El historiador Nicolás Buckley y el periodista Jaime Valero, exredactor jefe de HipHop Life, publican Maestro de ceremonias, un libro sobre la historia de la cultura hip hop en España.
Sidecar
Sidecar Las reglas del juego
Aunque es poco probable que el reciente intercambio de fuego entre Israel e Irán desemboque en una guerra total, este ha puesto de manifiesto la vulnerabilidad de Israel en un momento político decisivo.
Arte contemporáneo
Artivismo Lara Ge: “A través de la práctica creativa nutrimos el espacio comunitario”
Ideadestronyingmuros desarrolla temas sobre feminismo, alternativas de vida al capitalismo y también sobre movimientos migratorios, con una fuerte posición transfronteriza.
En el margen
Francisco Godoy Vega “El ojo del blanco es como el ojo de Dios: es abstracto, es superior y puede verlo todo”
Doctor en Historia del Arte, Francisco Godoy Vega forma parte del colectivo de arte colaborativo Ayllu. Este activista antirracista aborda las consecuencias del supremacismo blanco. En 2023 publicó el libro ‘Usos y costumbres de los blancos’.