Opinión
No habrá paz sin las presas

Mantener hoy silencio respecto a la necesaria inclusión de la liberación de los presos y las presas palestinas en las conversaciones del alto al fuego es una postura solamente excusable en un supremacismo blanco más interesado.
Madrid 27s Bengalas
Protesta en el 27 de septiembre de 2024 en Madrid, durante la jornada de movilización por Palestina convocada para ese día. Álvaro Minguito
11 ene 2025 06:30

Se oyen los susurros de las negociaciones de un alto al fuego en Palestina. Mientras las bombas siguen cayendo, hombres de negro se reúnen en lugares ocultos para decidir sobre la existencia de todo un pueblo. Desoyendo los crímenes cometidos y dando poder de imposición e impunidad a aquella parte que solamente debería ser receptora de señalamiento y vergüenza.

Ocupación israelí
Ocupación israelí Israel encierra en el “Guantánamo” de Sde Teiman al director del último hospital del norte de Gaza
Organizaciónes de derechos humanos y la OMS piden la inmediata liberación de Hussam Abu Safiya, un médico que se convirtió en el referente de la defensa de los hospitales de Gaza frente a los bombardeos de Israel.

Las narrativas mediáticas entorno a las conversaciones sobre este posible alto al fuego son un ejemplo más del supremacismo blanco que empaña nuestras sociedades. Tanto el sistema de opinión publicada como los argumentarios de los Gobiernos aliados del sionismo —incluyendo entre ellos al  español— no se esconden a la hora de desempeñar su papel de agente útil para los objetivos y los relatos del Gobierno genocida. En sus declaraciones institucionales, columnas, piezas o debates siguen colocando en el centro del porvenir de estas negociaciones la devolución de los rehenes israelíes y la disolución de las fuerzas políticas de la resistencia en Gaza, mientras que el pueblo palestino tendría la posibilidad de volver a esa situación de opresión fascista y colonial previa, cuyo nivel de violencia extendido en el tiempo era soportable para los ya acostumbrados ojos occidentales. Toda una declaración de intenciones.

La demanda prioritaria del vaciamiento de las cárceles debería ser una de las prioridades en agenda de nuestro actual debate público sobre las conversaciones para el alto al fuego

Entre otras cuestiones, hay una consecuencia central de toda estrategia: la constante voluntad de despolitizar las acciones y demandas políticas llevadas a cabo por el pueblo palestino y sus organizaciones políticas. Igual que las acciones del Diluvio de Al Aqsa fueron enmarcadas o bien en la lógica del terrorismo o en su mejor versión, en una respuesta rabiosa cuasi primaria y sin contenido político aparente, las narrativas sobre las negociaciones del alto al fuego vuelven a caer en el mismo marco. Un marco que incluso desde posiciones supuestamente progresistas se sostiene en un humanitarismo malentendido, ejercido desde las posiciones de privilegio y que apartan de sus discursos demandas y prioridades políticas de una centralidad incontestable para los diferentes espacios políticos palestinos.

Quizá, si el progresismo occidental se desembarazase de su pensamiento colonial y se acercase, críticamente, a las lógicas de censura y silenciamiento que, hoy día, penden sobre las fuerzas de la resistencia palestina —siendo éstas las únicas organizaciones políticas que actualmente hacen frente con todos los medios disponibles el avance del sionismo fascista— podrían llegar a entender que el rol de mensajero no se ejerce a partir de una tutela de las reivindicaciones por parte del pueblo palestino en función de la aceptabilidad o no de esas demandas en nuestros contextos político-sociales.

Nuestro deber como movimientos de solidaridad, y también como fuerzas supuestamente progresistas, es la presión por el cumplimiento de las demandas establecidas, en el ejercicio de su agencia política, por las propias organizaciones palestinas que lideran la actual fase de respuesta contra el sionismo. Y es aquí donde es urgente romper la barrera del silencio y comenzar a colocar en el centro de los debates la necesaria liberación de los presos y las presas palestinas.

En esta nueva fase genocida que ya cuenta con más de 10.400 presos y presas palestinas en cárceles coloniales sionistas, también las prisiones y los centros de detención han visto incrementados los ya insoportables niveles de violencia existentes

Ciertamente, toda expresión del colonialismo ha tenido —y tienen— en los sistemas de detención y en las políticas represivas una de las mejores herramientas de control y aplastamiento de las resistencias nativas, entendiendo resistencias como el ejercicio de confrontación directa pero también el hecho de seguir existiendo a pesar de la voluntad exterminadora del ocupante. La entidad sionista no ha sido una excepción en esta crónica de opresión y ha utilizado históricamente desde los comienzos de invasión de Palestina estos espacios para tratar de aplacar al pueblo palestino y a su resistencia.

En esta nueva fase genocida que ya cuenta con más de 10.400 presos y presas palestinas en cárceles coloniales sionistas, también las prisiones y los centros de detención han visto incrementados los ya insoportables niveles de violencia existentes. Desde la prisión colonial para mujeres de Damon, hasta las prisiones de Ofer, Gilboa, Ramon, Ramleh o Al-Moscobiyeh, pasando por el ya famoso centro de torturas de Sde Teiman y las decenas de centros de interrogación, los centros de detención israelíes son espacios de violencia, tortura e incluso muerte en los que cualquier descripción de las vulneraciones de derechos que allí se comenten se quedaría corta a la hora de compararla con la realidad.

Este ejercicio brutal y despiadado de violencia tiene objetivos profundamente racionalizados. Walid Daqqa subrayaba en su obra La conciencia moldeada o la re-identificación inducida por la tortura cómo los centros de detención y el sistema represivo sionista tienen como principal objetivo atacar la conciencia revolucionaria palestina con el fin de fragmentar y hacer más frágil a la resistencia anticolonial.

Ahmeed Sadaat: “La ley —la ley del imperialismo y del colonizador— se utiliza para robar los derechos y los recursos de nuestro pueblo y también para justificar nuestro encarcelamiento, represión y criminalización

Si alguien se ha demostrado capaz de hacer frente al proyecto fundamentalista y fascista del sionismo, no ha sido la comunidad internacional o los Gobiernos árabes, es la resistencia y la existencia palestina tanto dentro como fuera de los centros de detención. En este momento, con más de 10.400 palestinos y palestinas presas en las cárceles sionistas, la demanda del vaciamiento de las presiones —tal como exigía la histórica Khalida Jarrar en un ensayo publicado por Majallat al-Dirasat al-Filastiniyya— es un mandato ético y político para aquellas personas que dicen solidarizarse con el pueblo palestino y sus derechos de emancipación. Un vaciamiento que no sólo debe exigirse desde una perspectiva humanitaria o de protección de los derechos humanos; sino también desde una perspectiva de justicia y defensa del rol político de los presos y presas palestinas para la consecución de una Palestina libre y la finalización del proyecto político del sionismo.

En Palestina, la resistencia y la propia existencia son perseguidas por el sistema represivo de la entidad sionista. Por ello la reivindicación del supremo recurso de la rebelión contra la tiranía y la opresión, tal y como quedó establecido en la Declaración Universal de los Derechos Humanos, y con ello la demanda prioritaria del vaciamiento de las cárceles debería ser una de las prioridades en agenda de nuestro actual debate público sobre las conversaciones para el alto al fuego. Ahmeed Sadaat expresó claramente esta idea en el prefacio del libro Revolutionary Suicide: “La ley —la ley del imperialismo y del colonizador— se utiliza para robar los derechos y los recursos de nuestro pueblo y también para justificar nuestro encarcelamiento, represión y criminalización. Mediante el quiebre colectivo de la ley y su poder para definir la justicia y la injusticia, ésta pierde su derecho a la legitimidad”. Es esta pérdida de legitimidad de la institucionalidad sionista la que tendría que estar actualmente en el centro.

Palestina
Palestina “Mi victoria sobre mi carcelero”: el legado del revolucionario Walid Daqqa
Daqqa enriqueció el campo de los estudios penitenciarios (en el que ahora se le considera una referencia) con novelas, artículos, cartas y dibujos que describen las realidades cotidianas de los presos palestinos en las cárceles sionistas.

Han sido muchas las acciones llevadas a cabo con este propósito por el pueblo palestino y sus organizaciones políticas. Mantener hoy silencio respecto a la necesaria inclusión de la liberación de los presos y las presas en las conversaciones del alto al fuego es una postura solamente excusable en un supremacismo blanco más interesado por la tutela efectiva de las reivindicaciones del pueblo palestino que por la construcción de una solidaridad horizontal y proyecto de emancipación colectiva y desde abajo. Los mismos líderes progresistas que nos hablan de la lucha contra el fascismo se olvidan concienzudamente de aquellos y aquellas que están pagando con su libertad haber puesto el cuerpo ante lo que hoy es la punta de lanza del fascismo internacional: el sionismo y sus aliados.

En una de sus cartas, Walid Daqqa habló de los presos como habitantes de un tiempo paralelo, un tiempo “donde os vemos pero no nos veis, donde os escuchamos pero no podéis oírnos”. Esta en nuestra mano romper colectivamente ese pacto colonial del silencio y la invisibilización. Sigamos empujando desde aquí, desde el espectro de la metrópoli por una paz justa e igualitaria, que respete las agencias políticas de los pueblos, que tenga como objetivo la descolonización total del territorio y que, por supuesto, jamás olvide la urgente liberación de todas aquellas que han sacrificado su libertad para colocar un escalón más hacia la justicia y la emancipación colectiva.

Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra en tu cuenta.

Relacionadas

Opinión
Opinión ‘Severance’ o la decadencia audiovisual de Estados Unidos
La segunda temporada de la serie estrella de Apple TV abandona el conflicto laboral y se centra en el amor como principal eje argumental.
Opinión
Opinión El último capítulo del genocidio
Israel ha comenzado la fase final de su genocidio. Los palestinos se ven obligados a elegir entre la muerte o la deportación. Lo que estamos presenciando eclipsa todos los ataques históricos contra los palestinos.
Opinión
Opinión Los eufemismos y el gasto militar
Los profesionales en la confección de los mensajes políticos y manipulación de la opinión pública han debido apreciar que el termino “rearme” era demasiado explícito y contundente y que podría provocar cierto rechazo.
Residencias de mayores
Residencias Fondos de inversión y residencias: la mano invisible que retuerce los cuidados
Mientras DomusVi, en manos del fondo de inversión ICG, ya es la empresa con más residencias privadas del Estado, residentes, familiares y trabajadoras explican lo que supone que las prácticas especulativas acunen la vejez de las personas.
Residencias de mayores
Opinión Naces, creces, te reproduces, envejeces y sigues generando beneficios
El capitalismo extractivista emplea un ‘fracking’ similar sobre la última etapa de nuestras vidas: exprimir nuestra capacidad de producir beneficios hasta el último aliento.
Palestina
Palestina Egipto abre la puerta a un nuevo alto el fuego en Gaza con el visto bueno de Hamás y EEUU
A cambio de la retirada gradual de la tropas de Israel en la Franja, serían liberados cinco rehenes cada semana. El Gobierno de Netanyahu no se ha pronunciado y siguen los ataques contra población civil.
Argentina
Estela de Carlotto “Faltan todavía muchos nietos por encontrar”
Al cumplirse 49 años del golpe cívico-militar, la presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo dialogó con El Salto y apuntó contra el Gobierno de Milei y su ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, que encabeza la represión de la protesta social.
Opinión
Opinión ‘Severance’ o la decadencia audiovisual de Estados Unidos
La segunda temporada de la serie estrella de Apple TV abandona el conflicto laboral y se centra en el amor como principal eje argumental.
Comunidad de Madrid
Represión La Policía cita a seis activistas que participaron en el escrache a Espinosa de los Monteros en la Complutense
Acusan de delito de odio a activistas que participaron en una protesta en la Facultad de Políticas contra el exportavoz parlamentario de Vox. Fueron citados por la Policía el pasado 21 de marzo, más de un mes después del escrache.
Madrid
Derecho a la vivienda Consumo reclama al Ayuntamiento de Madrid que cierre y sancione los 15.200 pisos turísticos ilegales
El Ministerio de Derechos Sociales y Consumo, que dirige Pablo Bustinduy, entrega un listado de los 15.200 pisos turísticos sin licencia que operan en Madrid y pide a Martínez-Almeida que actúe contra ellos y sus propietarios.
Ni hablar
Ni hablar La clase obrera no va al paraíso
La explotación se aligera con el relato torticero de la explotación y de los héroes del capital, y con la asunción íntima de que capitalismo y democracia son conceptos sinonímicos.

Últimas

Sanidad pública
Aragón La Atención Primaria de Zaragoza, en huelga
Los sindicatos convocantes denuncian el ‘decretazo’ autonómico, por ofrecer más servicios a la ciudadanía sin aumentar el personal contratado. Hay convocado un segundo día de paros el próximo 31 de marzo.
Comunidad de Madrid
Fin a la privatización Un tsunami marcha por Madrid por la gestión totalmente pública de los servicios a la ciudadanía
La plataforma Tsunami por los Servicios Públicos nace este domingo para aglutinar a decenas de organizaciones sociales que quieren hacer frente al “modelo neoliberal de destrucción masiva de los derechos humanos y sociales”.
Opinión
Opinión Los eufemismos y el gasto militar
Los profesionales en la confección de los mensajes políticos y manipulación de la opinión pública han debido apreciar que el termino “rearme” era demasiado explícito y contundente y que podría provocar cierto rechazo.
Gobierno de coalición
Consejo de Ministros Ángel Víctor Torres anuncia que tiene cáncer, pero seguirá al frente del Ministerio de Política Territorial
Reducirá su agenda como titular de Política Territorial en las semanas previas a una operación a finales de abril. Fuentes ministeriales dicen que la enfermedad “va bien” y “tiene solución”.
Más noticias
Contigo empezó todo
Contigo empezó todo El comunismo libertario de Hildegart Rodríguez
La joven madrileña, a quien se recuerda por morir a manos de su madre, contribuyó con sus ideas a la política revolucionaria durante la II República.

Recomendadas

México
Hallazgo en Teuchitlán Crisis de desaparecidos en México: los buscadores, entre el narco y las omisiones del Estado
El hallazgo del cementerio clandestino en Teuchitlán, Jalisco, ha conmocionado a todo México. El país que vive una crisis por la desaparición de más de 120 mil personas, que en 18 años solo han aumentado frente a una pasmosa impunidad.
Comunidad de Madrid
Comunidad de Madrid Un rayo de esperanza tras cinco años de los protocolos de la vergüenza
A punto de prescribir los posibles delitos, un avance judicial abre la puerta a conocer quién decidió no derivar a hospitales a ancianos en residencias en la Comunidad de Madrid.
Siria
Siria Siria, de la euforia por el fin del régimen al examen de la transición
Las matanzas en el litoral sirio y las dudas acerca de las nuevas autoridades dejan atrás la alegría por la caída de al Asad y enfrían el aniversario de la revolución, el primero tras la huida del dictador.
Medio ambiente
Oliver Franklin-Wallis “La industria de los residuos deja una cicatriz enorme en nuestro planeta”
El periodista británico Oliver Franklin-Wallis recorre en ‘Vertedero’ (Capitán Swing, 2024) las prácticas ocultas de la industria de residuos, exponiendo el papel de las grandes corporaciones, en connivencia con autoridades e instituciones públicas.