Coronavirus
Malestar y confinamiento. Cuidar encerradas

¿Cómo no nos va a producir malestar la pérdida de libertades civiles y el no reconocimiento económico y político del trabajo ingente que supone cuidar de menores a cargo en un espacio doméstico confinado? ¿Cómo no vamos a sentir malestar al asistir a la activación de resortes machobélicos que se han activado para el manejo de toda esta crisis sanitaria?

23 abr 2020 13:42

Estamos atravesando un momento extraño, pero más extraño aún para los cuerpos “mujeres” que cuidamos de menores a cargo en un espacio doméstico confinado. Extraño por ser testigas mudas de los resortes machobélicos que se han activado para atajar esta crisis sanitaria, es decir, por todos esos esquemas reaccionarios de manejo de lo colectivo instalados en el imaginario común. No por su probada eficacia sino por algo muy sencillo, porque devenimos de un histórico hecho a partir de la acumulación de decisiones ancladas en el universo del faloparterfamilias, que incluía su particular delirio por la posesión territorial, o esa neurosis enloquecida tan suya de acumular capital.

Malestar por esta disciplina militarizada que coloca a la “familia nuclear” como identidad única de organización social borrando todas las particularidades de cada unidad familiar, parando en seco el movimiento de emancipación en el que estábamos —y en el que seguiremos— las que habíamos decidido formar una unidad familiar a pesar de este páramo social individualista y con ello salir de las estrechezes logísticas y emocionales de este formato familiar extinto (el nuclear), poco compatible con las necesidades de una crianza en condiciones de bienestar. Esas que hacen que el trabajo de criar sea un tránsito gozoso (porque tenemos todo el derecho a que lo sea) como suceden en otros países cercanos que tienen políticas llamadas “maternalistas” de forma peyorativa por el feminismo hegemónico español, pero que para las que criamos serían políticas que reconocen el trabajo que hacemos, básicamente.

Malestar por esta disciplina militarizada que coloca a la “familia nuclear” como identidad única de organización social borrando todas las particularidades de cada unidad familiar

Este movimiento también incluía bajarle la intensidad a las expectativas románticas proyectadas en la pareja y que éstas no condicionaran la durabilidad y compromiso irreversible que supone levantar un proyecto familiar estable (ya que nuestras hijas e hijos no se pueden devolver). En lugar de esto habría que ponerle más fuerza y foco a transformar la familia en una unidad más amplia, con más apoyos, donde a su vez vayamos balanceando entre las necesidades y proyectos vitales propios de las madres o padres o cuerpos sostenedores en diálogo con las necesidades de las criaturas. Todo esto no condicionado por las expectativas románticas, sino más bien, desde una corresponsabilidad emocional entre las adultas y adultos dejando fuera toda la proyección infantilizada de la familia como proyecto blancoburgués IKEA (el cual tiene mucha carga romántica).

Entonces el hecho de ser espectadoras del gesto de autoritarismo del gobierno al establecer un mando único, unas pautas que nos manejan como cuerpo único, y ver como esto refuerzan las estrecheces de las que intentamos salir, esas que nos hacen vivir las maternidades o el trabajos de cuidados en soledad y precariedad, nos produce una fuerte sacudida interna. Un gran malestar.

Coronavirus
Urge pensar en la infancia confinada en condiciones precarias

Necesitamos medidas que tengan en cuenta que para millones de menores que viven en contextos con precariedad socioeconómica o tensión emocional, el hecho de no poder asistir al colegio les va a suponer perder un espacio libre de cargas familiares y una gran pérdida de salud psíquica y bienestar diario.

Tanto por la herida generacional que sentimos ante la desaparición de las familias extendidas y por todo el dolor psíquico acumulado por el confinamiento durante siglos, al ser cuerpos “mujeres”, en los hogares, fábricas, campos de cultivo, cortijos, fincas, pueblos, corralas (…) para limpiar, organizar, sostener, alimentar, saciar demandas sexuales del machopater o tener que romantizar los favores sexuales en virtud del mantenimiento del chiringuito logístico/familiar. Sin olvidar que arrastramos un formateado, fuerte, sobre nuestro inconsciente colonial-capitalístico, como nos dice la maravillosa pensadora, Suely Rolnik, el cual “contribuye a expropiar la productividad del inconsciente para someterlo al teatro de los fantasmas edípicos”.

Esto puede parecer complejo, pero es bastante sencillo. Estos “fantasmas edípico” (a los que tenemos que neutralizar con el moco verde de los Ghostbusters) tienen mucha responsabilidad en un momento como este porque son los que sujetan las erróneas creencias y ficciones del falopatercapitalismo. Son los que justifican y posibilitan todo el macho-lío-patriarcal en el que vivimos zambullidas. Ese lío que nos quiere hacer ahora, durante esta crisis, responsable de sus fallidos actos (actos que no son nuestros).

Y a muchas nos asalta la preguntas: ¿por qué tenemos que seguir siendo los cuerpos “mujeres” madres y todos los demás cuerpos que cuidan los amortiguadores de las atroces decisiones de un sistema socioeconómico en neurosis permanente por seguir acumulando capital?

¿Por qué tenemos que seguir siendo los cuerpos que cuidan los amortiguadores de las atroces decisiones de un sistema socioeconómico en neurosis permanente por seguir acumulando capital?

Además, lo que se espera de nosotras como cuerpos “mujeres” madres durante esta excepcionalidad social es la autocensura. Ser las valedoras de la corrección y contención socioemocional en los grupos de whatsupp, en los tinglaos laborales y en cualquier entorno social con o sin proximidad emocional. Nada de indagar en la trazabilidad de las causas que han generado este desastre. Corrección, contención, aceptación de los macholímites y autodisciplinamiento.

Nada de generar malestar 

Y claro, estos esquemas de funcionamiento machobélicos suponen una frenada en las luchas que teníamos en marcha. Luchas para seguir ampliando, ensanchando y poniendo en práctica plena todos nuestros Derechos y Libertades —toda esa letra jurídica que nos tenemos que pelear día a día frente a un machocuerpo que se puede revolcar en sus privilegios sin medio problema, ni medio remordimiento.

Darnos cuenta de todo esto nos produce mucho malestar.
Malestar por las jornadas de trabajo dobles y triples donde se solapa el trabajo de cuidado de menores en el hogar con otras obligaciones laborales. Más el trabajo doméstico para tenerlo todo en condiciones de buen vivir (Sumak Kawsay). Más el trabajo educativo. Más trabajo psicoafectivo para compensar este sindios. Más gestiones urgentes que surgen.

Coronavirus
Invisibilidad de la infancia durante el confinamiento

¿Será este el momento para incorporar en las políticas públicas españolas la merecida prestación universal por menor a cargo implementada en casi la totalidad de Europa para reconocer la dimensión monetaria de los trabajos de cuidados invisibles en la cuantificación capitalista? 

Malestar por tener que asumir sin rechistar ser los amortiguadores de un desastre social (que acaba de comenzar) sin apoyo económico de ningún tipo. Por todo el curro por hacer hasta que podamos vivir en un andamiaje político hecho desde la diversidad de necesidades contingentes de los cuerpos diversos, cuerpos menores de edad, cuerpos dependientes. Donde esté en el centro cómo posibilitar condiciones de bienestar y justicia para todos los cuerpos que necesitan ser cuidados y para los cuerpos que cuidan. No que los derechos estén sujetos a que te adaptes al falosistema.

En estos momento extraños se hace imprescindible narrar nuestro malestar, movilizar todo el malestar interno desde cada cuerpo, desde cada biografía, desde cada particularidad, desde la absoluta diferencia. Basta ya de hacernos responsables de los delirios y desastres derivados de un turbocapitalismo en neurosis permanente por seguir acumulando capital. Ese que nos expropia cada día el valor social y económico del trabajo de cuidar de nuestras criaturas para poder seguir (él) acumulando.

Recomiendo Nuestro derecho fundamental a la movilización pacífica del malestar con las pensadoras feministas Carol Arcos Herrera, Lucía Barbudo, Maite Garbayo, Marta Busquets y Helena Chávez Mac Gregor sobre la politización del malestar durante esta crisis global
Sobre este blog
Un abordaje distinto de los temas de crianza, educación y cuidados.
Ver todas las entradas
Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra en tu cuenta.

Relacionadas

Cuidados
Permisos Monomarentales y permisos para cuidar: una discriminación “lacerante” que el Constitucional debe abordar
Varias sentencias del Supremo han dicho que no a la suma de permisos del segundo progenitor en familias encabezadas por una sola persona, pero la última decisión del mismo tribunal es favorable a la acumulación. ¿Por qué y con qué consecuencias?
Laboral
Laboral Preguntas y respuestas sobre el error en la Ley de Paridad que elimina el despido nulo por cuidar
Igualdad asegura que se subsanará el fallo que elimina la protección en dos casos concretos y advierte: cualquier persona trabajadora tiene derecho a la protección si es despedida como consecuencia del ejercicio de sus derechos de conciliación.
Opinión
Cuidados ¿Abolimos el género o reescribimos la teoría queer con mirada perinatal?
Debemos reflexionar sobre el sistema sexo-género en relación a los cuidados de las infancias y pensar cómo hacemos compatible los debates identitarios con las responsabilidades individuales y colectivas de sostener la vida.
#58192
23/4/2020 22:01

Según Laura Linares, articulista de El Salto, el estado de alarma es una defensa de las libertades colectivas (toma ya!), así que... a apechugar.

0
0
Sobre este blog
Un abordaje distinto de los temas de crianza, educación y cuidados.
Ver todas las entradas
República
Movimiento republicano “Hasta que se vayan”: lema de la segunda Marcha Republicana fijada para 2025
En junio de 2025 la marea republicana se propone llevar a cabo una segunda demostración de rechazo a la monarquía. En la edición de este año se movilizaron miles de personas de distintos puntos del Estado.
Literatura
Gabriela Wiener “Me pregunto si es posible hacer libros que cambien el discurrir del mundo”
La escritora peruana afincada en Madrid ha publicado recientemente ‘Atusparia’, una novela que recorre el pasado, el presente y un posible futuro de su país, un territorio de represión pero también de luchas por el territorio y por el porvenir.
Comunidad de Madrid
La uni se ahoga Ayuso recula ante una comunidad universitaria en lucha: acepta los 169 millones del Gobierno para profesores
El gobierno de Ayuso está planteando una “propuesta alternativa”, que enviará al Ministerio de Ciencia, quien expresaba por carta que “no es comprensible ni explicable” el rechazo a la inyección económica.
Palestina
Palestina “Es nuestra tierra”: colonos israelíes acampan en la frontera con Gaza para lograr un regreso permanente
Envalentonados, un grupo de ultranacionalistas israelíes están acampando cerca de la frontera con la Franja de Gaza para ser los primeros en establecer ahí su nuevo hogar.
Que no te cuenten películas
Comunidad El Salto Suscríbete a El Salto y llévate seis meses de regalo a Filmin
Estas navidades, haz posible que El Salto llegue más lejos con sus contenidos críticos y llévate de regalo medio año de Filmin. Y si ya tienes Filmin, suscríbete a El Salto y regala el acceso a esta plataforma a quien quieras.
PSOE
Congreso del PSOE El PSOE borra la Q y el ‘plus’ de las siglas LGTBIAQ+ y los colectivos responden: “Se trasladará en violencia”
Unas enmiendas aprobadas durante el 41º Congreso Federal del PSOE piden excluir a las mujeres trans del deporte femenino y eliminan la ‘Q’ y el ‘plus’ en las siglas del colectivo queer en los documentos internos del partido.

Últimas

Violencia machista
Violencia sexual Las artes escénicas de Granada apoyan a las denunciantes de agresiones sexuales en la escuela de teatro
Organizaciones, profesionales y personas vinculadas a las artes escénicas granadinas firman un comunicado donde expresan su apoyo público y sin fisuras a las denunciantes de abusos sexuales por parte del director de La Seducción, Marcos Julián, y señalan la necesidad de protocolos específicos para lograr espacios escénicos seguros
Exclusión sanitaria
Exclusión sanitaria Casi 30.000 personas fueron expulsadas del sistema sanitario en los últimos 32 meses
Un informe de Médicos del Mundo detecta casi 70.000 barreras en la sanidad pública, que sufren principalmente las personas en situación irregular. Mientras, la ley para retornar a la universalidad en la atención permanece en trámite.
Urbanismo
Opinión Desordenación del territorio de la mano del Gobierno regional de Madrid
La Comunidad de Madrid impulsa, mediante tramitación de urgencia, un proyecto de ley Omnibus que afecta a diez leyes regionales con cambios de calado.
Más noticias
México
México Mar en Jaque: Trampas al agua
En esta entrega de la serie sonora sobre la salud de las costas mexicanas exploramos cómo actividades como la pesca y el marisqueo, al extraer especies de los ecosistemas, pueden comprometer su equilibrio
Lobo
Fauna amenazada La última llamada para frenar la desprotección del lobo pasa por Berna
El Comité Permanente del Convenio de Berna relativo a la Conservación de la Vida Silvestre y del Medio Natural en Europa decidirá esta semana si acepta la propuesta de la UE de rebajar el estatus de protección del 'Canis lupus'.
Lobo
Opinión El lobo, la democracia y el infierno
La protección del lobo es una cuestión de interés general y de defensa del equilibrio ecológico, pero también de autodefensa democrática contra los discursos de odio y de polarización extremista que están envenenando la convivencia.

Recomendadas

Sevilla
Palestina Dabke: zapateado colectivo para preservar la identidad palestina ante el genocidio
El grupo de dabke Haweia se encuentra realizando una gira por diferentes ciudades del Estado español para “preservar y promover la identidad cultural palestina utilizando el arte” frente al genocidio que está cometiendo Israel en el territorio.
Melilla
Melilla Encerradas en la ciudad frontera: las trabajadoras marroquíes en Melilla se han cansado de esperar
Desde que en 2020 se cerrara la frontera con Nador, muchas personas marroquíes que hasta entonces podían desplazarse entre ambas ciudades, se han visto empujadas a un callejón burocrático. Un informe documenta las trabas con las que se encuentran.
Kurdistán
Hawzhin Azeez “Encarcelar a Öcalan es encarcelar a toda la nación kurda”
La académica kurda Hawzhin Azeez reflexiona sobre la actualidad de Kurdistán, la posible (pero remota) reactivación de los diálogos de paz en Turquía y la importancia de las mujeres kurdas para la liberación de su pueblo.
PSOE
Congreso Federal del PSOE Sánchez activa el recambio de barones díscolos y compra tiempo sobre la financiación catalana
El 41 cónclave federal del PSOE confirma que Pedro Sánchez no tiene rival en el partido socialista y que varias federaciones en crisis interna, con Madrid a la cabeza, van camino de tensas primarias.