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Hambre
Cinco años consecutivos de sequía llevan al Cuerno de África al límite de la hambruna
La mejor noticia del mes de agosto en el Cuerno de África ha sido la llegada ayer, 30 de agosto, del primer carguero que transporta cereales desde Ucrania en el puerto de Yibuti. La peor, que ese cargamento de 23.000 toneladas no tendrá apenas impacto sobre una región que va a vivir el quinto año consecutivo de sequía durante la temporada de lluvias, como se resignó a afirmar el pasado 26 de agosto Guleid Artan, el director del Centro de Predicción y Aplicaciones Climáticas que trabaja con mandato de la ONU en África Oriental.
“Nuestros modelos muestran con un alto grado de confianza que estamos entrando en la quinta temporada de lluvias fallida consecutiva”, explicó Artan. Etiopía, Kenia y Somalia, además del citado Yibuti, Sudán del Sur, Sudán y Uganda, son los principales afectados por la sequía recurrente que a día de hoy ya es la gran consecuencia del calentamiento global en el Cuerno de África, y que ha provocado una crisis de hambre sin precedentes en siete décadas.
Como expuso Artan, la temporada de octubre a diciembre, en la que se dan hasta el 70% de las lluvias de todo un año en la región, apunta a ser igual de seca que las cuatro anteriores.
Los problemas no se ciñen a la escasez de alimentos. La sequía provoca la muerte del ganado y multiplica la prevalencia de enfermedades como la malaria, el cólera y el sarampión. El recuento oficial indica que un millón de personas se ha desplazado de sus hogares a campamentos humanitarios.
El Programa Mundial de Alimentos de la ONU ha asegurado que el carguero que ayer llegó a los puertos de Yibuti, y que será derivado íntegramente hacia Tigray —donde los ecos del conflicto armado se suman a la sequía— no será el último y que trabaja en el transporte de grano a la zona. El contingente enviado ayer alcanzará a cubrir la necesidad mensual de 1,5 millones de personas, aunque solo en Tigray se calcula que 2,4 se enfrentan a una grave escasez de alimentos.
La dimensión del problema es mucho mayor. El 26 de agosto, la ONU alertó de que más de 50 millones de personas sufren esa grave inseguridad alimentaria, en un reporte anterior se calculaba que aproximadamente siete millones de menores de cinco años sufren desnutrición aguda. El Programa Mundial de Alimentos de Naciones Unidas ha pedido una reacción a la comunidad internacional para evitar la hambruna generalizada en la zona, según sus cálculos serán necesarios 418 millones de dólares hasta el mes de febrero para cubrir las necesidades.