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Fútbol
Vicente del Bosque como respuesta a las presiones de FIFA y UEFA
Pocos días antes de empezar el Mundial de México 86, Maradona y Valdano amenazaron con no jugar en protesta por los horarios de los partidos, programados para las horas de mayor calor con idea de que coincidieran con el horario de máxima audiencia televisiva en Europa. “Que jueguen y se callen la boca”, respondió el presidente de la Federación Internacional de Fútbol Asociación (FIFA), el brasileño Joao Havelange. En esa frase queda condensado un principio fundamental que se ha mantenido a lo largo de los años y con todos los presidentes de la mayor institución del fútbol mundial: la FIFA no admite intromisiones, el fútbol lo controlan ellos.
Puede que en el Consejo Superior de Deportes (CSD) no tuvieran en cuenta este aspecto cuando decidieron crear la Comisión de Supervisión, Normalización y Representación con el objetivo de tutelar la gestión de Pedro Rocha al frente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF). De cualquier manera, la respuesta de FIFA y UEFA no se hizo esperar. Dos días tardaron en enviar una carta dirigida al CSD en la que le trasladaban cinco preguntas:
– ¿Sobre qué base jurídica se nombró la Comisión?
– ¿Cuál es la composición de la Comisión y quién nombró a sus miembros?
– ¿Cuál es el mandato preciso de la Comisión?
– ¿Cuáles son las competencias de la Comisión?
– ¿Cómo se relaciona la Comisión con los órganos estatutarios de decisión de la RFEF?
Una semana han dado de plazo al gobierno para resolver su preocupación respecto a la independencia de la RFEF. De lo contrario, han dicho: “Nos veremos obligados a tomar las medidas adecuadas en función de la información que podamos obtener de la RFEF y los medios de comunicación”.
Rocha contaba con respaldo suficiente en la asamblea y confiaba en ser proclamado presidente de la RFEF, a pesar del rechazo manifiesto por parte del CSD
La respuesta del Gobierno ha tardado un poco más. Después de varios días sin demasiada información acerca de la Comisión, más allá de saber que jerárquicamente se sitúa por encima del presidente de la RFEF, la ministra Pilar Alegría anunció el 30 de abril que será Vicente del Bosque quién presida este organismo y represente al fútbol español en las citas de este verano, incluidos Eurocopa y Juegos Olímpicos.
El pulso Gobierno-RFEF
En el Gobierno nunca se habían preocupado demasiado por los desmanes de la RFEF, pero el beso que Luis Rubiales propinó a Jennifer Hermoso y su posterior reacción fue un escándalo internacional. La deteriorada imagen de su presidente incomodaba tanto al gobierno, como a la FIFA y en ese momento, Infantino echó un cable al confirmar la inhabilitación de Rubiales. El deseo del Gobierno era que, desde la federación, se convocaran elecciones y fuera elegida una directiva renovada para el periodo 24-28, con la organización del Mundial 2030 en el horizonte. Pero ahí chocaron con las pretensiones del sucesor de Rubiales, el extremeño Pedro Rocha, respaldado por la independencia de la RFEF y por el órgano del que emana su poder, la asamblea general.
Fútbol
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Han sido varios los nombres que han sonado, varios también los candidatos a presentarse a las elecciones, pero finalmente, el único que consiguió los avales suficientes de los asambleístas ha sido Pedro Rocha; el mismo que, desde el pasado 12 de abril, está imputado por el llamado caso Brody.
Rocha contaba con respaldo suficiente en la asamblea y confiaba en ser proclamado presidente de la RFEF, a pesar del rechazo manifiesto por parte del CSD. El Tribunal Administrativo del Deporte (TAD) abrió expediente por falta muy grave a él y a varios miembros de la Comisión Gestora de la RFEF al considerar que se habían excedido en sus competencias cuando tomaron decisiones como la renovación del seleccionador nacional Luis de la Fuente. Apoyados en este expediente, desde el CSD se buscaba inhabilitar a Pedro Rocha y sus directivos e impedir que fuera proclamado presidente.
En este contexto, el viernes 24 de abril se publicó un acuerdo entre Alejandro Blanco, presidente del Comité Olímpico Español (COE), Pedro Rocha y Rafael Louzán Abal, presidente de la Real Federación Galega de Fútbol y miembro de la Comisión Gestora de la RFEF. Según este acuerdo, Pedro Rocha sería proclamado presidente y convocaría nuevas elecciones para el 10 de septiembre, una salida intermedia que podía solucionar la crisis a corto plazo. La respuesta del CSD fue el anuncio de la creación de la Comisión de Supervisión, Normalización y Representación, “jerárquicamente superior a cualquier órgano de la RFEF” y que tutelará a esta y representará al fútbol español. Al día siguiente, Pedro Rocha era proclamado presidente después de ser reconocido por la RFEF como el único candidato con los avales necesarios.
La respuesta de FIFA y UEFA
Informados de los movimientos del CSD, los dos grandes organismos del fútbol internacional respondieron con la carta en la que reclaman información acerca de la Comisión y ponen sobre la mesa la posibilidad de sancionar al fútbol español. El concepto clave es la intervención de la RFEF por parte del gobierno. Las mismas UEFA y FIFA que han pasado por alto numerosos excesos en diferentes federaciones nacionales, amenazan con sanciones cuando se cuestiona su independencia. Recientemente, la FIFA ha amenazado también a la federación de fútbol de Zambia con expulsar a su equipo femenino de los próximos Juegos Olímpicos por “una influencia indebida por parte de terceros” en la investigación judicial por lavado de dinero que afecta a su presidente, mientras sigue investigando la denuncia por abusos sexuales que desde el pasado agosto recae sobre el seleccionador femenino.
Tanto FIFA como UEFA conocen la presión que supone la posibilidad de que España pueda quedar fuera de la Eurocopa o de los Juegos Olímpicos. Incluso que pueda quedar excluida de la organización del Mundial 2030. Desde el CSD, por su parte, el nombramiento de Vicente del Bosque como presidente de la Comisión de Normalización, Representación y Supervisión busca alejar los fantasmas de una intervención política de la RFEF. El ex-seleccionador y campeón del mundo atesora gran prestigio internacional y representará a España en los próximos eventos deportivos. De esta manera, el Gobierno evita que Pedro Rocha sea la cara visible del fútbol español y trata de tranquilizar a los mandamases del fútbol.
Queda pendiente la prometida renovación de la RFEF. En septiembre se celebrarán nuevas elecciones, en las que debería ser elegido un nuevo presidente y una nueva directiva. Será fundamental contar con la aprobación de FIFA y UEFA, que en otoño celebrarán el congreso en el que confirmarán la candidatura de España, Portugal y Marruecos para el Mundial 2030. Por ahora, los excesos de la directiva de Luis Rubiales y la resistencia de Pedro Rocha a dejar la RFEF siguen trayendo cola.