Feminismos
Con las miradas del ecofeminismo

Somos ecofeministas porque encontramos raíces comunes en el sometimiento de mujeres y naturaleza, y porque sentimos la necesidad de comprometernos contra el poder, legitimador del dominio y debilitador de conciencias que nos ha conducido a una crisis global y sistémica.

Pancarta
Ecologistas en Acción.
10 abr 2019 12:15

Cuando la gente me pregunta qué es eso del ecofeminismo me acuerdo de mi amigo Javi. Él sabe contar mejor que nadie las cosas más enrevesadas, y las transforma en discursos sencillos que caben hasta en las mentes infantiles de Adrian y de Natalia. Tenemos que caminar juntas para que se unan todas nuestras fuerzas, al planeta hay que ponerlo patas arriba y luego ordenarlo, que nos den ganas de abrazarlo, les dice. Seguramente por eso nos encanta compartir cabecera en las manifestaciones, coreando al unísono que “no hay tanto pan…”, o que la revolución, por supuesto, “será feminista o no será”.

Sin olvidar ni una sola de las recomendaciones de Javi, quiero y debo responder a las curiosas curiosidades de tanta gente querida que cree no saber, aunque no cesa de enseñarme. El ecofeminismo es, al mismo tiempo, una corriente de pensamiento y una práctica política que pretende poner en diálogo los planteamientos co-construidos desde el ecologismo y el feminismo. Un diálogo abierto, un baile de ritmos que se entrecruzan desde el respeto y que promueve las sinergias y las luchas comunes. Una mirada no tan joven que reflexiona sobre el mundo que habita y comparte sin dicotomizar ni jerarquizar, porque ha decidido poner la vida en el centro, arrebatándole ese lugar protagonista a los mercados y al capital (usurpadores cuasi-perfectos que nunca debieron estar ahí).

Para nosotras no existe una esencia femenina que acerque a las mujeres a la naturaleza

Desde Ecologistas en Acción defendemos un ecofeminismo constructivista; para nosotras no existe una esencia femenina que acerque a las mujeres a la naturaleza. No se trata de relegar lo femenino a un espacio privado e invisible que además nos otorgue la urgente y exclusiva tarea de salvar al planeta (como si nos sobrara el tiempo o nos faltaran obligaciones). Lejos de posturas esencialistas, afirmamos que el desarrollo histórico de las estructuras heteropatriarcales ha consolidado un sometimiento que asigna a las mujeres determinados roles en función de la división sexual del trabajo, estereotipos de género que se empeñan en identificarnos con la naturaleza y el cuidado de la vida.

No obstante, muchos de esos otros ecofeminismos que no son los nuestros, no dejan de significar compañía, guía y aliento en el transitar. Quizás las ejemplares luchas de nuestras hermanas indias o de América Latina, místicas cosmogonías hilvanadas a una realidad oprimida, mestiza y originaria a partes iguales, también podríamos secundarlas nosotras si estuviésemos a su lado... Andando como ellas andan, llorando como ellas lloran, abrazando al planeta con su abrazo infinito, que es el de todas a la vez. Desde Ecologistas en Acción nos sobran los motivos y las ganas para ser ecofeministas, y nos encanta seguir tejiendo, en verde y violeta, redes que señalen al ecofeminismo como alternativa a otro mundo posible.

Somos ecofeministas porque nos sabemos seres radicalmente eco-dependientes, vivimos gracias y a costa de una naturaleza que posee los límites del planeta que la alberga. Somos el aire que respiramos, el agua que bebemos, la tierra que pisamos, la energía y la materia que nos sustenta,… Y aunque la economía capitalista del derroche y el consumo ilimitado se empeñe en obviar sistemáticamente unas fronteras geofísicas tan sobrecargadas como reales, nosotras estamos convencidas de que la biodiversidad de los ecosistemas es el mejor de los seguros de vida. Porque no existirá nada en un planeta muerto, decimos alto y claro que el devastador sistema en el que estamos inmersas amenaza con provocar el naufragio de todo lo vivo.

Las mujeres no estamos genéticamente mejor dotadas para cuidar en el ámbito privado del mundo público

Somos ecofeministas y nos reconocemos inter-dependientes. Seres encarnados en cuerpos vulnerables, contingentes y finitos que dependen, física y emocionalmente, de otras personas durante todo su proceso de desarrollo. Difundimos el ecofeminismo porque nos da rabia, pena y vergüenza tener que explicar una y otra vez que las mujeres no estamos genéticamente mejor dotadas para cuidar en el ámbito privado del mundo público; aunque sepamos mejor que nadie cuántos bocadillos de cariño, cuantas noches en vela y cuantas charlas se esconden detrás de una vida digna. La que no es prioritaria, la que está al servicio de estructuras económicas ponderantes, la que brota cada día como por arte de magia, la que se sumerge oculta bajo las aguas heladas pero es la base sólida del iceberg de la producción, es la vida misma, ¿qué queremos hacer con ella?

Para nosotras, las ecofeministas, no se trata solo de dar a los trabajos de cuidado su valor real, sino de reclamar un reparto justo de estas tareas entre todas las personas, o como diría Irene Conins, desgenerizarlas para generalizarlas. Es imprescindible, pues, señalar la necesidad de que la sociedad en su conjunto y los estados en particular, se hagan responsables de unas obligaciones vitales tan imprescindibles como complejas.

Somos ecofeministas porque encontramos raíces comunes en el sometimiento de mujeres y naturaleza, y porque sentimos la necesidad de comprometernos contra el poder, legitimador del dominio y debilitador de conciencias que nos ha conducido a una crisis global y sistémica. Aunque parafraseando a mi amigo Javi y a sus ganas de ponerlo fácil, ¡no es una crisis, es una estafa!

Una invitación a imaginar realidades compartidas, donde la velocidad disminuye, la austeridad se re-significa ofreciendo su cara más amable, el comercio y el transporte no saben llevarnos demasiado lejos...

Ecofeministas, nos llama y se llama Alicia Puleo, porque no podemos simplificar ni interpretar la realidad desde una perspectiva reduccionista, que no comprenda la importancia central de los vínculos entre todos los seres, humanos y no humanos, y que no quiera recomponer los lazos rotos entre ambos. Porque sabemos que existen otras formas de construir relaciones y organizaciones emancipadoras; porque es imprescindible y urgente desmontar los dogmas dominantes, mostrando otras formas de entender la cultura, la economía, la política o la vida cotidiana. Desde el empoderamiento de lo colectivo y con el objetivo de re-distribuir de igual forma, beneficios y obligaciones en una universalidad multi-diversa, multi-historiada.

Hemos elegido ser ecofeministas porque no queremos mudarnos a Marte, nos encanta estar por aquí, imitando al sol para cerrar los ciclos vitales desde que los materiales son recursos hasta que los convertimos en residuos. Jorge Riechmann, compañero incondicional de batallas y lectura imprescindible, propone la Biomímesis para reconstruir los sistemas humanos amoldándolos metabólicamente a los ecosistemas naturales. Una invitación a imaginar realidades compartidas, donde la velocidad disminuye, la austeridad se re-significa ofreciendo su cara más amable, el comercio y el transporte no saben llevarnos demasiado lejos, y las energías renovables que, por supuesto no están en las mismas manos de los mismos pocos sino en las manos cotidianas de todas, nos abren ventanas con vistas hacia el derroche de lo inmaterial.

No es de recibo escribir el colorín colorado a este cuento de nunca acabar sin recordar a Yayo Herrero, porque su sonrisa impulsa nuestras luchas y nos alienta a seguir cuestionando el camino. Para que tanto Adrian como Natalia puedan comprender qué es esto del ecofeminismo, dejemos que sean sus palabras las que digan, todo lo demás: “La crisis ecológica, el racismo colonial y el patriarcado constituyen, junto con la explotación del trabajo humano, los pilares materiales de la crisis civilizatoria. (…) Cuando el capital maximiza los beneficios, destruyendo la base material que permite la reproducción de la economía, pero también el mantenimiento de la propia vida humana, nos encontramos ante un conflicto entre el capital y la vida”.

Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra en tu cuenta.

Relacionadas

Inteligencia artificial
Análisis ¿Qué hay detrás del data center proyectado en Cáceres?
Los datos ofrecidos por la promotora presentan fuertes discrepancias en cuanto a generación de empleo, mientras los consumos eléctricos y de agua indicarían volúmenes de una envergadura desproporcionada para la ciudad de Cáceres y su entorno.
Sumar
Sumar Yolanda Díaz, entre el ‘pacta sunt servanda’ y el juego de Junts
Sumar ha tenido su premio tras pasar del tono bajo al ‘ruido’ que antes rechazaba y consigue torcer el brazo del PSOE en la tramitación de la reducción de la jornada.
Redes sociales
Redes Sociales Mañana es el día en el que miles de tuiteros quieren dejar colgado a Elon Musk
Organizaciones ecologistas y universitarias, ayuntamientos como el de París y miles de usuarios de la red social que un día fue Twitter están convocados a dejar X coincidiendo con el día de investidura de Donald Trump.
Argentina
Argentina Golpe a la memoria en Argentina: los retrocesos en políticas de derechos humanos en la era Milei
La política de derechos humanos en Argentina enfrenta retrocesos alarmantes bajo la gestión de Javier Milei. Despidos masivos, cierre de espacios de memoria y desfinanciamiento amenazan el legado de memoria, verdad y justicia.
La vida y ya
La vida y ya Mientras tanto
Salir de casa sabiendo que las personas con las que me cruzo también tienen una casa de la que salir. Que no hay casas vacías habiendo gente sin casas.
Túnez
Túnez Gabes, 50 años de muerte lenta
Entre vertidos químicos, suelos estériles y redes vacías, las comunidades locales del sureste de Túnez resisten y lideran una lucha ambiental y social que atraviesa fronteras.
Rap
Poetas Puestos “Tanto los medios como la política quieren que seas un tonto feliz”
Charly Efe y Teko, acompañados de una banda, publican el disco ‘Tontos felices’ donde mezlcan su carrera en el rap con ritmos rock para crear lo que han bautizado como rap‘n’roll.

Últimas

Gobierno de coalición
Gobierno de coalición El CIS vuelve a situar la vivienda como el principal problema de la población
Uno de cada dos votantes de las izquierdas sitúan la vivienda entre los tres grandes problemas que afronta el país. La encuesta del CIS muestra a los partidos de la izquierda en la misma situación de desinfle que el mes pasado.
Análisis
Análisis El PSOE intenta pescar en el río revuelto de la izquierda para acercarse al PP
Entre los votantes del PP solo hay dos cosas que produzcan ilusión: el rechazo a Sánchez y su Gobierno e Isabel Díaz Ayuso. Feijóo no es una de ellas.
Que no te lo cuenten
Que No Te Lo Cuenten De posibles acuerdos y represiones
VV.AA.
Abrimos el primer noticiero del año con la firma del acuerdo de Israel con Hamás para un cese temporal de las hostilidades
Groenlandia
Análisis Por qué Groenlandia es clave en la carrera por las materias primas
El anuncio de Trump parece salido de una precuela de la película 'Don’t Look Up', en la que los intereses geopolíticos y económicos no nos dejan ver el colapso inminente.
Más noticias
China
Pulsos bajo el cielo Beijing rave: amor, unidad y respeto
Exploramos los entornos de la música electrónica underground en Beijing, donde los jóvenes siguen creando espacios y nuevas formas de relacionarse y entenderse
Galicia
Literatura Daniel Salgado reformula las claves de la poesía política en la contemporaneidad en 'Poemas realistas'
El discurso de este poemario convoca las dos ideas-fundamento que vertebran la poética de Salgado: la constatación de la ruina y la perseverancia en la posibilidad de un horizonte no clausurado.

Recomendadas

Historia
Historia La segunda vida de Joaquín Maurín
Alberto Sabio reconstruye en ‘Excomunistas’ la vida y el pensamiento del fundador del POUM: desde su politización en el republicanismo hasta su giro socialdemócrata y anticomunista durante la Guerra Fría.
Ocupación israelí
Expansionismo israelí El Golán sirio, radiografía de una joya natural diezmada por la ocupación israelí
Las actividades extractivistas del Estado israelí sobre los recursos hídricos o proyecto de parque eólico en las tierras colonizadas amenaza el sustento diario de las comunidades locales.
Represión
Represión Cómo descubrir a un infiltrado, el manual
Un grupo de afectadas por el espionaje policial publica un texto colectivo como herramienta y reflexión sobre este fenómeno.
Violencia sexual
Violencia sexual El ocaso de Neil Gaiman, el maestro de la literatura fantástica acusado de violar a varias mujeres
Un reportaje revela los testimonios de ocho mujeres que sufrieron agresiones sexuales por parte del escritor Neil Gaiman, autor del cómic ‘Sandman’ y nombre clave en la ficción contemporánea. Dos de ellas han presentado denuncias por violación.