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Elecciones
Yolanda Díaz debe sumar en las provincias medianas para revalidar el Gobierno de coalición
Con la convocatoria del 23J, tanto Podemos, como Izquierda Unida, Más Madrid, Compromís y el resto de formaciones políticas que estaban llamadas a confluir en Sumar de la mano de Yolanda Díaz se han visto obligadas a llevar a cabo una negociación a contrarreloj que pueda servir para materializar la unidad en el espacio a la izquierda del PSOE.
La publicación de las primeras encuestas tras los resultados del 28 de mayo y la pérdida de votos del PSOE y las formaciones políticas a su izquierda ha vuelto a poner de relieve la importancia de que se construya la unidad en torno a Sumar para que el Gobierno de coalición tenga alguna posibilidad de continuar una legislatura más. Aún así, hay quienes muestran su rechazo a que Podemos o parte de sus líderes pueda formar parte de la unidad, por lo que la discusión en torno a la idoneidad de la presencia de los de Ione Belarra dentro de Sumar y sus implicaciones, tanto políticas como mecánicas, en lo que respecta al sistema electoral, está volviendo a cobrar una cierta importancia.
Ahora bien, la confusión que hay con respecto a las características del sistema electoral en España es máxima. En primer lugar, en nuestro país hay un cierto consenso en torno a la idea de que el sistema electoral perjudica a los partidos más pequeños —IU, Cs, Podemos, etcétera— y beneficia a los más grandes —el PP y el PSOE—.
Aunque, en parte, esto es cierto, no se debe únicamente a la conocida como “Ley D’Hondt”, que hace referencia a la fórmula D’Hondt, el método de asignación de escaños en cada una de las circunscripciones, o a la circunscripción provincial, sino también al mínimo de escaños asignados a cada una de las circunscripciones, que, en España, está fijado en dos escaños. Esta es la razón por la que se produce una sobrerrepresentación de las provincias de la España interior –como Soria, Ávila, Cuenca o Teruel, entre otras– y, a su vez, una infrarrepresentación de las provincias más pobladas –como Madrid, Barcelona o Valencia–.
En este sentido, la fórmula para combatir esto –que, a final de cuentas, son las reglas del juego bajo las que se tienen que mover todas las formaciones políticas– no es sólo, como se ha dicho en más de una ocasión con respecto a Sumar, ser capaces de superar la barrera del 15% de los votos y, más aún, superar a Vox, permitiendo así obtener representación en algunas de estas provincias más pequeñas.
Aunque no sabemos cuál será la distribución territorial de los apoyos que logre Sumar el 23J, sí podemos llegar a intuir, a través de los apoyos que, en otras convocatorias electorales, han logrado las formaciones que forman parte de esta coalición —Podemos, En Comú Podem, Izquierda Unida, Más Madrid, Compromís, etcétera—, cómo se distribuirá el voto a Sumar.
Por lo tanto, y al igual que le ocurrió a Unidas Podemos en 2019, es fácil intuir que Sumar no logrará superar el umbral efectivo —el que realmente opera a la hora de asignar escaños a través de la fórmula D’Hondt— en la mayoría de las provincias pequeñas, que son aquellas que reparten entre 1 y 5 escaños, donde este umbral puede llegar a situarse por encima de la barrera del 15% de los votos. Asimismo, teniendo en cuenta que la posibilidad de que se produzca algún tipo de pacto entre Sumar y el PSOE en estas provincias, lo que maximizaría las opciones de revalidar el Gobierno de coalición, es, a todas luces, inexistente, los de Yolanda Díaz deberían fijarse en aquellas circunscripciones donde ser capaces de obtener más escaños y, a su vez, evitar que se hagan con ellos los de Santiago Abascal.
De esta manera, la batalla de Sumar frente a Vox no se encuentra en las provincias más pequeñas, donde la mayoría de los escaños serán para el PP o el PSOE, ni tampoco en las provincias más grandes, donde Sumar no se ve perjudicado por el sistema electoral, sino en las provincias medianas, que son aquellas que reparten entre 6 y 10 escaños, y donde Sumar sí necesita los votos de Podemos para ser capaces de arrebatarle más de un escaño a los de Santiago Abascal y, con ello, la mayoría absoluta a Feijóo y Abascal.
En este sentido, una reestimación de los datos de la última encuesta de 40dB, que fue realizada después de la derrota del PSOE y las formaciones políticas a su izquierda el 28M, muestra cómo, efectivamente, la clave del éxito de Sumar y, por lo tanto, del Gobierno de coalición, se encuentra en las provincias medianas, que es donde Sumar obtendría más escaños de acudir junto a Podemos.
Por separado, Sumar, que se situaría en el entorno del 10% de los votos, sólo sería capaz de obtener representación en dos provincias pequeñas, que son Álava y Navarra
Por separado, Sumar, que se situaría en el entorno del 10% de los votos, sólo sería capaz de obtener representación en dos provincias pequeñas, que son Álava y Navarra, donde Unidas Podemos ya obtuvo muy buenos resultados en 2019 y, especialmente, en 2016 y 2015. A su vez, en algunas provincias medianas como Zaragoza, Badajoz o Granada no obtendrían ni un sólo escaño. Su representación provendría, mayoritariamente, de Barcelona, Madrid o Valencia, entre otras. De esta manera, la tercera posición sería para los de Abascal, que obtendrían más de 20 escaños de diferencia con respecto a Sumar y la suma del PP y Vox se haría con la mayoría absoluta.
Sin embargo, un Sumar que englobe a Podemos, supere la barrera del 15% de los votos y, por lo tanto, quede por encima de Vox —un escenario que no está para nada lejos— lograría la fuerza necesaria como para arrebatarle más de un escaño a Vox en las provincias medianas y, por si fuera poco, al PP, que también se vería perjudicado por un Sumar fuerte.
En este escenario, Sumar sería el que se haría con más de 20 escaños con respecto al escenario de división con Podemos, logrando representación en provincias como Zaragoza, Valladolid, Badajoz, Huelva, Granada o Murcia y, a su vez, obteniendo más en las provincias con las que ya contaban, como Barcelona, Madrid, Valencia, Sevilla o Málaga. Estos asientos, que provienen, en su mayoría, del PP y Vox —e, incluso, del PSOE—, servirían para restar 12 escaños al bloque de la derecha y, con ello, alejarles de la mayoría absoluta.
Algo que, en las circunstancias actuales, es más que suficiente y situaría la correlación de fuerzas entre el PSOE y su izquierda en una posición mucho más favorable de cara a una reedición del Gobierno de coalición. Sin embargo, es necesario señalar que, para que Sumar pueda hacerle frente a Vox en las provincias medianas, el PSOE debe lograr situarse por encima del 25% de los votos, lo más cerca posible del PP de Feijóo, y, con ello, lograr esos escaños tan necesarios en las provincias pequeñas donde Sumar y Yolanda Díaz no son capaces de llegar. Aunque no todos puedan estar de acuerdo, es más que necesaria, aunque sea de manera tácita, una cierta coordinación de la izquierda si se quiere salvar el Gobierno de coalición y evitar una legislatura de retrocesos, como ya ha dejado caer, en más de una ocasión, el líder del PP, Feijóo.
Por último, a la vista de las filtraciones que a lo largo de esta semana han ido llegando a los medios de comunicación, y con la negociación entre Sumar, Podemos y el resto de formaciones aún caliente –y con las listas electorales pendientes de cerrar de cara al 19 de junio–, ¿cuántos escaños obtendrían cada una de las formaciones si se llegase a materializar un escenario como este —a través de la encuesta de 40dB—, con Sumar por encima de los 40 escaños?
En primer lugar, Más Madrid, que cuenta con los puestos 3, 4, 7 y 10 en Madrid, lograría dos escaños, puesto que Sumar lograría entre 5 y 6 escaños en la circunscripción de Madrid. Izquierda Unida, que cuenta con el primer puesto en Córdoba y Málaga, el 2 por Sevilla, el 1 por Tarragona y el 3 por Valencia, lograría escaños en cada una de esas posiciones, por lo que se haría con cinco escaños. Compromís, que cuenta con el 1, 2 y 4 por Valencia, el 2 por Alicante y por Castellón, lograría tres escaños. Finalmente, de aceptarse la oferta que, según se ha conocido a través de los medios de comunicación, ofrece Sumar a Podemos de encabezar Navarra, Gipuzkoa, Cádiz, Murcia y Las Palmas, así como el puesto 5 en Madrid y el 4 en Barcelona, los de Ione Belarra se harían con siete escaños, mucho más que el resto de formaciones a falta de saber la composición final de las listas electorales.
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Ya no importa votar PSOE, o sea el voto útil, siempre será más útil que votar Sumar, (PSOE bis, según el rumbo con que lo definen sus componentes) una réplica del original poco ambiciosa o reivindicativa que servirá solo de paripé cuando no, para dividir el voto de la izquierda entre dos partidos gemelos y facilitar electoralmente.la victoria de la derecha. Mientras, habrá que transitar por el desierto hasta un hipotético 15M futurible.
Yo no voté en las votaciones del 28 de mayo pasado.
Ahora sí pienso votar. Votaré a Sumar, más que nada por un simple cuestión de supervivencia física, puesto que si llegan al gobierno los nazi-fascistas-terroristas del PseudoEstado-AntiEstado ya veo peligrar incluso la propia existencia física. De hecho hay que atribuir a las medidas que toman los jefes de estos megacriminales-nazis-terroristas casi todos los suicidios que hay en ESPAÑISTÁN, además de las infinitas violaciones nefandas y nefarias en base a leyes y demás normativas, opacidades, corporativismos de tipo NAZI-FASCISTAS-TERRORISTAS.
Buenas noticias, sin lugar a dudas. Y no creo que tengamos que contentarnos con llegar a ese 15%, puesto que está coalición puede ganarse mucho más paoyo popular con un programa claro de izquierdas y transformador.
Son elecciones GENERALES, no autonómicas. Yolanda Díaz y los partidos regionalistas que componen Sumar no deberían pasar por alto esta realidad si se quiere revalidar el gobierno de coalición. Por tanto, es imprescindible modificar las listas electorales en CCAA com Madrid, Valencia o Catalunya, por ejemplo. El espejo donde mirarse serían las elecciones generales de 2019.