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Historia
La Guerra Civil española a la americana
David Simon, productor y guionista de series como The Wire, Generation Kill, Treme o la más reciente The Deuce, ha anunciado que va a emprender un nuevo proyecto basado en las experiencias de los brigadistas estadounidenses que participaron en la Guerra Civil española defendiendo la causa republicana.
En 1991, cuando publicó Homicide: A Year on the Killing Streets, David Simon llevaba alrededor de una década trabajando para la sección de sucesos de The Baltimore Sun. Este periodista desencantado con su profesión vio como su libro, basado en las experiencias que vivió en 1988 acompañando a la unidad de homicidios de la policía de Baltimore, le abriría una puerta al guión y al mundo de las series de televisión. Su serie para la NBC Homicide: Life on the Street (1993-1999), recibió, al igual que el libro, una buena acogida por parte de la crítica, el público y las asociaciones de escritores. A partir de entonces, la crítica social de Simon ha explorado, además de los ambientes marginales de Baltimore (tratados nuevamente en la aclamada The Wire), una división de marines en la Guerra de Irak (Generation Kill), las esperanzas y miserias de una Nueva Orleans que intenta recuperarse de las secuelas del Huracán Katrina (Treme), o la droga y la industria del porno en el New York de los 70’s (The Deuce).
A Simon se le reconoce un trato realista y poco maniqueo de sus personajes, desprovistos en general de cualquier barniz heroico, poseedores de cualidades humanas pero a la vez capaces de actos terribles. Un retrato pesimista de la realidad social de Estados Unidos en todo caso, que el propio Simon reafirma: En mi país se está asistiendo a un espectáculo terrorífico. Se está asistiendo a una reducción de los ingresos familiares, a un abandono de los servicios básicos (…) Puedes ver a las clases bajas siendo perseguidas por una supuesta guerra contra las drogas que en la práctica es una guerra contra los pobres y que nos ha convertido en uno de los estados más encarceladores de la historia de la Humanidad. En algunos artículos, además, Simon expresa su visión sobre el capitalismo y la necesidad de conseguir un equilibrio entre capital y trabajadores que posibilite mantener (o recuperar) los derechos sociales de la mayoría.
Simon se declara horrorizado ante la victoria sin fisuras del capital (desde 1980) y su mentalidad guiada exclusivamente por el beneficio económico, que acaba considerando a los trabajadores meros instrumentos desechables y que arrastra a la marginalidad a una importante parte de la población. Si bien señala que el capitalismo es el medio más viable para generar riqueza, niega que se pueda construir una sociedad justa en torno al principio capitalista del beneficio y que el libre mercado por sí solo resuelva los problemas medioambientales y sociales. Por ello, considera que hace falta un “impulso socialista”, que los trabajadores retomen el pulso con el capital y acabar con el individualismo imperante, aquel que lleva a creer a la mayoría de norteamericanos que no necesitan más que su propia habilidad para triunfar, sin preocuparse por el resto de la sociedad.
Esta denuncia de los efectos negativos que genera el capitalismo puede ser rastreada también en algunos de sus trabajos en los que se traslada a décadas pasadas del siglo XX: Show me a Hero (2015, ambientada entre 1987-1994) o la ya citada The Deuce (2017). Hace cinco años, en una entrevista en Avilés, declaró que "sería increíble una serie" sobre la Guerra Civil Española, "pero no soy la persona más indicada para hacer eso. No conozco tanto ni vuestra historia, ni cultura, ni vuestro idioma". A principios de este mes de abril, sin embargo, Simon anunciaba su nuevo proyecto A Dry Run, ambientado precisamente en la Guerra Civil Española. Y pronto tuvo ocasión Simon de verse envuelto en interminables discusiones con usuarios españoles de Twitter que cuando conocieron la participación de Mediapro en el proyecto expresaron no muy respetuosamente sus sospechas acerca de que la serie pudiera estar manipulada por Jaume Roures.
Concretamente, A Dry Run acompañará a los batallones Abraham Lincoln y George Washington desde su llegada en 1937 y su participación en la Batalla del Jarama (febrero 1937) hasta su marcha en 1939. Constituirá desde luego una oportunidad para dar a conocer al público general eventos y personajes no muy conocidos de la Historia de Estados Unidos y de la Guerra Civil española.You're Albert fucking Redneck? We had one fuck left to give for this petulant refighting of the war on Twitter but shit, I used it up doing a small load of laundry. Blocking you and your pouty little mood, okay? https://t.co/ITJf9v9RHi
— David Simon (@AoDespair) 10 de abril de 2018
Porque aunque en el cine histórico contamos con un número no desdeñable de películas ambientadas en época de Entreguerras en Estados Unidos, quizá los aspectos de este período que más fascinación han ejercido han girado en torno al hampa y la ley seca. En aquellos años de cine negro, de Bonnie y Clyde y John Dillinger, tienen lugar, sin embargo, acontecimientos y procesos de gran trascendencia. La Gran Depresión que sigue al crack de 1929 ejerció sin duda un enorme impacto en la población estadounidense, afectando el desempleo a millones y empeorándose sensiblemente las condiciones de trabajo. El Partido Comunista de Estados Unidos tomaría parte activa en las protestas de los parados y engrosaría notablemente sus filas en aquellos años con personas que, más que interesadas por el materialismo dialéctico, buscaban mejoras concretas como subsidios por desempleo o asistencia social. También activistas por los derechos de los negros fueron progresivamente atraídos al partido para formar la Liga por la Lucha de los Derechos de los Negros, y la Liga de Juventudes Comunistas hizo lo propio entre los jóvenes. De hecho, muchos de los que integrarían posteriormente la Brigada Lincoln habían llegado a la mayoría de edad en aquel momento. Nacidos alrededor de 1910, la crisis frustró su futuro. Como relató John Gates nosotros, los estudiantes de los primeros años de la Depresión de Hoover, éramos la Generación Sin Rumbo. Pero nuestra propia incertidumbre llevó a muchos de nosotros a buscar respuestas y una causa por la que vivir.
En el contexto de formación de frentes populares contra el fascismo, los comunistas norteamericanos tenderían cada vez más puentes con socialistas, liberales y radicales, y crearían una amplia corriente de opinión antifascista. Una corriente que decidió actuar cuando en verano de 1936 una facción del ejército español llevó a cabo un levantamiento militar contra el gobierno del Frente Popular. A pesar de la pronta intervención de Hitler y Mussolini a favor del bando rebelde, las potencias occidentales, temerosas de una confrontación contra los líderes fascistas adoptaron una postura de neutralidad. El Gobierno de Estados Unidos, cuyo Departamento de Estado ya veía el Frente Popular español como una amenaza para la inversión y el comercio norteamericano, ordenó un “embargo moral” contra el envío de material de guerra a cualquiera de los dos bandos (embargo que no se hizo cumplir con demasiado vigor, como demuestra el suministro continuo de petróleo de la Texas Oil Company a Franco). Ante la posición del gobierno de Roosevelt, los antifascistas norteamericanos comenzaron a organizar actividades de apoyo popular a la República española, y, en secreto, las redes del Partido Comunista y otros grupos organizaron el reclutamiento para las Brigadas Internacionales, creadas en octubre de 1936 por el gobierno republicano para agrupar a los voluntarios extranjeros que llegaron a una cifra entre los 30.000 y 50.000.
A Dry Run acompañará a los batallones Abraham Lincoln y George Washington desde su llegada en 1937
Los norteamericanos serían concentrados en varios municipios de Albacete, donde recibirían instrucción militar y se integrarían finalmente en la llamada XV Brigada, junto a canadienses, británicos, irlandeses, cubanos y algunos chinos y japoneses. Comandados también por militares de otras nacionalidades, la XV Brigada (que integró dentro a los Batallones Abraham Lincoln y George Washington) participó en la Batalla del Jarama (febrero de 1937), la Batalla de Brunete (julio de 1937), en el Batalla de Belchite (agosto-septiembre de 1937) y en la Batalla del Ebro (julio-septiembre de 1938) hasta su retirada en octubre de 1938, disueltas las Brigadas Internacionales por parte del Gobierno de Juan Negrín.
David Simon tendrá la oportunidad de tratar las experiencias (penosas en su mayor parte) de aquellos voluntarios. Algunos se situaron en posiciones de mando. Robert Merriman, profesor universitario en California, comandó a los norteamericanos en la Batalla del Jarama y a la XV Brigada más tarde, desapareciendo en la retirada de Belchite en marzo de 1938. John Gates (nacido Solomon Regenstreif), fue un joven y estricto comisario político al que se le atribuye la ejecución de uno de los voluntarios que intentó desertar. Oliver Law, también comandó como Merriman el Batallón Lincoln (¡Un afroamericano que dirigía a tropas blancas!) y murió en la Batalla de Brunete. Steve Nelson (nacido Stjepan Mesaros), un comisario político con más fama de conciliador. Milton Wolff, último comandante del Batallón que durante la retirada de Aragón quedó atrapado en líneas enemigas pero consiguió esconderse y volver con los suyos.Otros fueron soldados rasos o colaboraron como pudieron. Esther Silverstein, que sirvió como enfermera; Bernard Abramofsky, recordado como un tipo parlanchín y chistoso que fingió estar herido grave varias veces e intentó desertar; el marinero Bill Bailey; el médico Edward Barsky; Harry Fisher, Harry Haywood… y el heroico Isadore Lebowitz, primo segundo de David Simon, que como el mismo contó, no llegó a España a combatir porque fue arrestado en Rotterdam. Al parecer, su tía, que llevaba una pastelería en Brooklyn donde él trabajaba y que se oponía frontalmente a que se marchara, consiguió una orden de arresto inventándose que le había robado.
Todavía es un enigma cuáles de estos personajes y sus innumerables historias serán retratados en esta serie. De momento sabemos que David Simon y su equipo, en sus propias palabras estamos interesados en el realismo y no vendemos nada redentor o finales felices. Y bueno, 1939 no fue un final feliz ni tampoco redentor.