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Consultoras
La consultora que manipuló el contrato de viabilidad del Guggenheim Urdaibai diseñará el plan de Busturialdea
La lucha por el poder en el seno interno del PNV que mantienen los clanes encabezados por Imanol Pradales e Iñigo Urkullu sigue provocando tensiones en ambas filas. El pasado mes de enero, el todavía lehendakari anunció, junto a la diputada general de Bizkaia, Elixabete Etxanobe, la puesta en marcha de un plan de reactivación económica en Busturialdea. Marcaba así una condición previa para la implantación del Guggenheim en Urdaibai, el macroproyecto estrella del candidato a lehendakari, que acumula dos recursos contencioso-administrativos y que ha sido puesto en 'stand by' durante los dos próximos años por el lehendekari actual, que ha seguido sus propias estimaciones electorales.
Según el anuncio de Urkullu, la hoja de ruta de este plan para la comarca se diseñará junto a los agentes económicos y sociales. No obstante, la Diputación dio por iniciada la implantación del programa “Herri Txiki Aukera Handi” en Busturialdea cuando lo licitó bajo ese mismo nombre el 5 de diciembre de 2023. El objeto, como rezaba el contrato, “definir un sistema de búsqueda de consensos entre los municipios y agentes locales”, y analizar diversos “servicios/infraestructuras municipales y/o mancomunadas”, como “museos”, señalaba, refiriéndose explícitamente al megaproyecto de Imanol Pradales.
La implantación del programa estratégico para analizar la llegada de museos a Busturialdea se ha externalizado por 48.600 euros a 97 S&F, condenada por manipular un contrato para el “Plan de Desarrollo, Viabilidad e Impacto del Proyecto Guggenheim en Urdaibai”
Pese a que desde el movimiento vecinal y ecologista siguen afirmando que la expansión no precisa de más análisis, tanto por su nulo interés socioeconómico como por sus demostrados daños al medio ambiente protegido, la implantación de este programa estratégico se ha externalizado por 48.600 euros a 97 S&F, una firma de consultoría ligada a figuras importantes del PNV como Pedro Altamira (exalto cargo de la Ertzaintza) y Carlos Lambarri (exviceconsejero de Hacienda del Gobierno Vasco).
Esta empresa operó en el marco del cártel de las consultoras de la zona norte, multada por la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) por repartirse contratos de la administración pública vasca. En concreto, el expediente sancionador mencionaba que 97 S&F se había llevado, entre otros, el contrato vinculado al “Plan de Desarrollo, Viabilidad e Impacto del Proyecto Guggenheim en Urdaibai”, valorado en 60.000 euros, por lo que recibió una sanción de una cantidad similar, 61.926 euros. Según los datos de Hordago, esta empresa se habría hecho con al menos 80 contratos para trabajos de este tipo en otros proyectos vascos.
Por poner en contexto a 97 S&F, la consultora a la que Urkullu ha encargado lidiar con la sociedad civil y con el que, se espera, será el próximo lehendakari, Pradales: entre los cargos de esta empresa que fueron obligados a pagar una multa se encuentran Leandro Ardanza Marqués, apoderado de la empresa (55.000 euros), Joseba Egia Ribero, su “Project Manager & Responsable Técnico” (35.000 euros), así como Marta Zamacona, coordinadora de proyectos europeos (28.000 euros). Más de 100.000 euros entre los tres, lo que la coloca como la consultora con más personas sancionadas y por la cantidad más alta.
Tres de los cargos de la consultora a la que Urkullu ha encargado lidiar con la sociedad civil en la ampliación del Guggenheim fueron sancionados con 100.000 euros por manipular contratos con la administración pública vasca
Este contrato no solo pone sobre la mesa las estrategias en curso para intentar colar obras faraónicas que no cuentan con el respaldo de la sociedad civil, así como las luchas internas en el PNV, sino que supone la punta del iceberg de una estrategia más amplia de externalización de las funciones públicas a empresas acusadas de mermar los presupuestos para lucrarse redactando planes de desarrollo que no han cumplido con sus objetivos.
Corrupción
Corrupción La multa de la CNMC, punta del iceberg del capitalismo de consultoría
El capitalismo de consultoría en el Guggenheim de Urdaibai
El plan para la reactivación de Busturialdea y el proyecto de Museo Guggenheim Urdaibai son un buen ejemplo de que estas funciones constituyen el modus operandi de este partido desde hace, al menos, 13 años, cuando las consultoras ahora condenadas desde la CNMC por formar un cártel también estuvieron presentes en trabajos de asesoramiento en torno al proyecto Guggenheim Urdaibai, como el “estudio sobre usos museísticos compatibles con la ley de Costas”, que contaba con informes elaborados por Idom y Deloitte, multadas con 640.000 y 3.990.000 euros respectivamente por “una práctica colusoria especialmente dañina para la sociedad al impactar adicionalmente en los fondos públicos”
Pero no hace falta irse tan atrás. El año pasado se adjudicó el “Desarrollo del Plan U-BAI”, proyecto en el que también colabora la SPRI con el objetivo deimpulsar el ecosistema de emprendimiento, apostando por la innovación sostenible. Este era el sello californiano que querían darle para colocar un museo estadounidense en la Reserva de la biosfera de Urdaibai, tildada ahora de “zona de sacrificio ideológico”.
La empresa elegida para apostar por la innovación sostenible en el Guggenheim de Urdaibai presentó su oferta desde un correo electrónico de la consultora Bmasi Strategy, dirigida por el hermano de Jon Azua, vicelehendakari cuando el proyecto daba sus primeros pasos.
La empresa elegida para coordinarlo presentó su oferta al contrato desde un correo electrónico de la consultora Bmasi Strategy, también sancionada por la CNMC y dirigida por el jeltzale Sabin Azua Mendia, hermano de Jon Azua, vicelehendakari cuando el proyecto Guggenheim Bilbao daba sus primeros pasos.
Bmasi fue multada con 153.000 euros debido a su rol en las llamadas “ofertas de cobertura”, diseñadas para evitar competir y que una de las empresas resultase adjudicataria, así como a Sabin, administrador único de la consultora, que recibió una sanción de 35.000. Nadie activó las luces de alarma con este plan, que trataría de “consolidar la identidad comarcal” de Urdaibai, así como “promover la colaboración público-privada, apuestas sectoriales y mecanismos para impulsar nuevas actividades de alto valor añadido”. El capitalismo de consultoría descrito por la CNMC muestra que estos objetivos son solo una forma de seguir adjudicando contratos a las consultoras de las que dependen.
Otro ejemplo. En 2021, el “desarrollo del programa de armonización y desarrollo de las actividades socioeconómicas de Urdaibai” también fue adjudicado a Bmasi Strategy. En concreto, se trataba de impulsar los “sectores de mayor potencial” en la zona, el conservero-alimentario y el maderero.
Un año antes, le encargaron dar “apoyo” a un grupo de trabajo de agentes tractores de Busturialdea-Urdaibai y realizar un diagnóstico de la situación de la comarca, así como formular una visión sobre su futuro, desde el punto de vista del desarrollo económico.
Pese a todas estas promesas y gasto público destinado a alimentar la industria de la consultoría, Alberto Uriona recuerda que “la caída de la actividad industrial no se ha frenado” en Urdaibai: “el PIB está un 18% por debajo de la media de Euskadi”.
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Derecho al agua Las empresas hacen caja con la escasez de agua en Urdaibai gracias a la gestión clientelar del PNV
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Pese a todas estas promesas y gasto público destinado a alimentar la industria de la consultoría, como recordaba recientemente el periodista Alberto Uriona, “la caída de la actividad industrial no se ha frenado” en Urdaibai: “el PIB está un 18% por debajo de la media de Euskadi, el peso de la industria se sitúa cinco puntos inferiores y en 2021 llegó a ser la segunda comarca de Euskadi con más paro”.
Este periodista también señala que en 2019 “se inauguró un vivero de empresas en Gernika tras una inversión de 9 millones de la Diputación vizcaína”, pero que hoy día sus 19 pabellones están prácticamente vacíos “no hay ninguna empresa productiva y solo acoge 9 oficinas de micropymes fundamentalmente”.
Otro ejemplo de planes fallidos fue Denokinn, constituida en 2008 por los ayuntamientos de Bermeo, Mundaka y Elantxobe, gobernados en aquel momento por el PNV. El entonces alcalde de Bermeo, Xabier Legarreta, y Unai Rementeria, en su condición de primer edil de Mundaka, constituyeron la sociedad pública como un “Polo de Innovación de Urdaibai”. Todo quedó en meras promesas, tal y como se le achaca al discurso actual en torno al Guggenheimde Urdaibai, ya que aquel fallido proyecto no atrajo nuevas actividades empresariales, dejando abandonadas sus oficinas en Bermeo y trasladando la maquinaría adquirida a otra parte.
Respecto a los planes comarcales de años anteriores, el catedrático de Comunicación Audiovisual por la UPV, Ramon Zallo, considera que nunca se ha insertado el buen propósito de construir un museo en Urdaibai dentro de un proyecto más amplio de desarrollo económico y sostenibilidad medioambiental. En un informe publicado hace tres años con el título “El declive económico de Urdaibai”, Zallo afirmaba que dichos planes “no presentaban herramientas específicas de gestión y ejecución, y siempre quedaban pendientes de la implicación de los agentes forales o locales, que son los que pueden llevarlos a cabo, con lo que buena parte de sus recomendaciones quedaban como discursos referenciales sin ejecución o solo parcial”. ¿Cuánto dinero público se van a gastar en consultoras para convencernos de lo contrario?